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Comunicado La Desigualdad Es La Causa Estructural Del Malestar Social En América Latina Y El Caribe, Afirma Alicia Bárcena En Foro De Davos Comisión Económica Para América Latina Y El Caribe

Los seres humanos pueden crear estructuras sociales para organizar más eficazmente la sociedad, lograr la eficiencia en la esfera económica y trabajar por el bien común. A lo largo de la historia, las identidades raciales se han utilizado como estructuras sociales para estratificar sociedades (lo que a menudo conduce a resultados discriminatorios). Hoy en día, muchos sociólogos estudian las estructuras sociales en las sociedades y usan datos para comprender cómo funcionan las diferentes sociedades. Las clases más bajas, que resultan desfavorecidas en la posibilidad de finalizar sus estudios o de hacerlos en condiciones adecuadas, acaban por incorporarse al mercado de trabajo a edades más tempranas, y quedan excluidas de la educación superior.

Sin embargo, estandarizado y socializado por la tecnología de la información, transformado en mera técnica, se fue depreciando. Un ejemplo es la caída en la remuneración real de varias categorías profesionales, como los operadores de computadoras y los telemarketers. Precisó que a 2017, más de la mitad de la población adulta (52%) de los estratos medios no había completado 12 años de escolaridad, mientras que el 36,6% tenía ocupaciones con un alto riesgo de informalidad y precariedad.

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Por ejemplo, indica que las transformaciones más importantes que han acontecido en las sociedades modernas contemporáneas se han producido gracias al decisivo papel de los medios. En el tránsito de la piedra al papiro se produce el comienzo de los grandes imperios de la época clásica y el germen de la burocracia. Del papiro a la imprenta tenemos la difusión de la cultura y de las ideas y, con ella, la Ilustración y la revolución burguesa, y el fin del monopolio desigualdad historica de la cultura y el saber. El paso de la imprenta a la radio y la televisión representa la sociedad posindustrial, el capital monopolista y las formas corporativas del poder político (Estado del Bienestar, fascismo, comunismo). Y con ellos el «fin de las ideologías» del que hablaba Bell, porque estos medios fueron capaces de unificar y vertebrar «definitivamente» las sociedades y generar grandes consensos respecto a las formas básicas de organización política.

Esta habilidad es presentada por la sociología tradicional como una consecuencia inmediata del proceso de socialización (por ejemplo, una disposición dada por el origen de clase) y no como una competencia del actor, por lo que la pragmática del juicio busca entender la construcción de categorías sociales en la interacción, y no a partir de una interpretación de la socialización. Esta aproximación permite entender cómo las personas negocian, confrontan o modifican criterios clasificatorios hasta lograr un consenso en una práctica interactiva que se acerca a la forma como tomamos decisiones y formulamos opiniones en la vida cotidiana. Por un lado, se basa en la línea de pobreza, mientras que, por otro lado, utiliza el enfoque de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Hablamos de un tipo de masculinidad dominante representada por un varón (blanco, proveedor, exitoso y heterosexual), que supone una “forma de ser hombre” generalmente inalcanzable para la mayoría, pero a la cual se subordina.

Las nuevas tecnologías pueden crear una brecha profesional y salarial porque benefician las habilidades personales y contribuyen a la producción. El resultado es la eliminación de puestos de trabajo y la creación de otros con condiciones y sueldos deficientes. En las últimas cuatro décadas, la participación laboral de las mujeres se ha incrementado de manera importante; pero esto no se ha traducido en una reducción del tiempo que dedican las mujeres al trabajo dentro de casa que no se paga. 9Si bien los datos basados en fuentes secundarias son más favorables a la prueba de confiabilidad, no se desconoce que existe un riesgo de la confiabilidad de las fuentes secundarias que escapa del control del investigador. Cualquier ejercicio de medición e indización es en el fondo uno de pensamiento, análisis y juicio, y no solo de observación, registro o crónica. Agradezco especialmente a Jairnilson Silva Paim y Ligia Vieira da Silva, mis colegas del Instituto de Saúde Coletiva de la Universidade Federal da Bahia (ISC-UFBA), por el diálogo crítico, generoso y riguroso que permitió la consistencia de la argumentación.

Incluso cuando se dispone de nuevas vacunas contra la COVID-19, existe una gran desigualdad en el acceso a las mismas. Por otro lado, durante esta pandemia ha quedado en evidencia la exclusión de las mujeres al acceso a la justicia. La falta de empatía, los titulares sensacionalistas y revictimización por parte de medios de comunicación y el sistema judicial para con los femicidios, muestra que las mujeres somos actoras excluidas desigualdad en paises del sistema judicial. El abordaje del OIJ, a través de su director Walter Espinoza, colocó la responsabilidad por el asesinato del lado de la víctima. Por otro lado, existe una violencia que tiene actores no visibles, a la que llamaremos violencia estructural. La violencia estructural es aquella violencia ligada a la injusticia, la inequidad, la marginación, la exclusión, la pobreza, la explotación y su reproducción.[2]

La desigualdad estructural es como una telaraña invisible que atrapa a las comunidades vulnerables, limitando sus oportunidades y perpetuando injusticias. Es essential entender cómo este fenómeno impacta en todos los aspectos de la vida diaria, desde el acceso a la educación hasta la calidad de vida en general. Seguramente habrás oído hablar más de una vez de la desigualdad social, término que en los últimos años ha cobrado especial protagonismo cuando se trata de analizar las relaciones geopolíticas internacionales o la inclusión de sectores sociales que, por diversas razones, han estado históricamente marginados. En resumen, la desigualdad social se refiere a las disparidades significativas en el acceso a recursos, oportunidades y derechos entre diferentes individuos o grupos dentro de una sociedad.

De manera similar, la discriminación histórica contra las mujeres ha llevado a una brecha salarial persistente y la limitación de oportunidades en campos como la política y los negocios. La discriminación estructural es un concepto que se refiere a las barreras y desventajas que enfrentan ciertos grupos de la sociedad debido a la forma en que están organizadas las instituciones y estructuras sociales. Otro ejemplo que, además, pone en cuestión los límites de la teoría del capital humano, refiere a la falta de correlación entre los niveles educativos de las mujeres y la reducción de algunas de las brechas de género en los mercados laborales. Cabe destacar que las brechas salariales entre hombres y mujeres se han ido reduciendo en los últimos años.

La teoría de la interseccionalidad postula la importancia de analizar la relación entre desigualdades para configurar estrategias de justicia social. Considerando que lo que se mide influye en lo que se busca colectivamente (y viceversa), esto es, que el posicionamiento de ciertos indicadores puede incidir en el modo en que las sociedades se perciben y en las políticas públicas, es necesario el diseño de un índice de justicia social (IJS) que seize interseccionalidad. La propuesta de este se sustenta en los debates de filosofía política y en la revisión de ejercicios de innovación en la medición estadística. Es importante agregar, así como se ha observado, que esta situación de sistemática discriminación estructural, vulnera todos y cada uno de los derechos ambientales, civiles, culturales, económicos, políticos y sociales en el contexto de la interdependencia de los derechos humanos, lo que generan índices alarmantes de exclusión social, así como pobreza y extrema pobreza material. En ese contexto, el material estudia, por un lado, los índices, estadísticas e información en cuanto a la población indígena en Paraguay, así como las visiones y la infraestructura del Estado paraguayo a través de las instituciones que deben garantizar los derechos humanos de estos pueblos y la no-discriminación.

Sirve para unificar a los que tienen preferencias similares y para diferenciarlos de los que tienen otros gustos. Los cambios en los bienes culturales conducen a alteraciones en los gustos, pero los cambios en éstos también producen transformaciones culturales. Así sirven como indicadores de lucha de clases, pero esta lucha no se reduce a cuestiones económicas.

La desigualdad entre sexos o desigualdad de género es una de las principales causas de la desigualdad en nuestras sociedades. El sexo biológico puede resultar un factor condicionante a la hora de tener acceso a la educación, al mundo laboral o a ocupar espacios de poder. Basta realizar un recorrido por la historia republicana del Peru para visualizar que no han sido pocos y diversos los intentos de establecer demarcaciones territoriales que hicieran posible configurar nuevas formas de relaciones de poder, no solo de caracter politico, sino tambien, y principalmente, economico entre Lima y el resto del pais. En resumen, la desigualdad en la sociedad actual es una problemática que abarca diferentes ámbitos y afecta a diversos grupos de la población.

No solo se manifiesta en aspectos como el poder adquisitivo, que es sin duda la causa principal de la exclusión y la falta de oportunidades en muchos lugares del mundo. Si retomamos las preguntas planteadas en el apartado anterior, podemos decir que los jóvenes de los sectores populares en México y el Estado de México parecen tener menos posibilidades de constituirse como ciudadanos que los de otros sectores, en razón de las siguientes cuestiones. Aunque los que tengan más riqueza no sean los primeros en ayudar ante una catástrofe, no debemos quedarnos impasibles.

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“Las protestas en la región tienen un hilo común que es la desigualdad y pueden convertirse en una oportunidad para el cambio social. A partir de las movilizaciones hemos visto cómo algunos gobiernos han accedido a avanzar en mejoras estructurales a bienes públicos esenciales, como salud, educación, pensiones y transporte”, afirmó Alicia Bárcena durante una intervención en la sesión sobre “Cómo convertir la protesta en progreso” (How to Turn Protest into Progress). Este seminario es uno de los espacios de intercambio y discusión académica más importantes de la región porque reflexiona sobre la definición y clasificación de las clases sociales, su conformación socio histórica, las fronteras entre ellas y las oportunidades de movilidad social.

El alza de 2,3 puntos porcentuales de la pobreza entre 2014 y 2018 en el promedio regional se explica básicamente por el incremento registrado en Brasil y Venezuela. En el resto de los países la tendencia dominante en ese período fue hacia una disminución, debido, principalmente, a un aumento de los ingresos laborales en los hogares de menores recursos, pero también a transferencias públicas de los sistemas de protección social, y privadas, como las remesas en algunos países. Entre 2002 y 2017, la participación de los estratos de ingresos bajos en el complete de la población disminuyó de 70,9% a fifty five,9% (porcentaje que incluye a las personas en situación pobreza extrema, pobreza y en estratos bajos no pobres). A su vez, la participación de los estratos de ingresos medios (divididos en medios-bajos, medios-intermedios y medios-altos) creció del 26,9% al 41,1%. A escala particular person, la movilidad cotidiana es un asunto relevante para las personas, porque una buena parte de la población es móvil en los términos definidos en este trabajo. En las cuatro metrópolis estudiadas, la movilidad es más frecuente entre los asalariados, en principio, más cercanos al mercado de trabajo formal.

El seminario propicia presentaciones de investigaciones que analicen estos procesos desde una perspectiva macrosocial y microsocial. En Chile, en tanto, según los datos de 2017, basados en la Encuesta Financiera de Hogares del Banco Central, sobre riqueza neta, se observa que el 1% más rico de los hogares chilenos tienen una riqueza de tres millones de dólares. «El decil más alto es de 770 mil dólares, lo que equivale a 2/3 de la riqueza en Chile», indicó el economista y prosiguió diciendo que, si miramos el 50% más bajo en esta distribución, en promedio la riqueza es alrededor de cinco, 2,1% de la riqueza neta, debido a que hay mucho endeudamiento. Los datos del último censo revelan que en Guatemala el 62% de la población censada de siete años en adelante utiliza un teléfono móvil, lo que significa un total de 7.75 millones de personas. Sin embargo, el acceso a una computadora es de un 21% y de Internet 29%; este último se ha facilitado gracias al uso extensivo de telefonía celular.

Se trata, finalmente, de un mecanismo dirigido de management sobre personas en situación de vulnerabilidad que son expuestas a intervenciones sin su consentimiento, reforzando la vulnerabilidad de las personas que son privadas incluso de la posibilidad para decidir sobre esas intervenciones. Esto sugiere ventajas específicas vinculadas a este patrón de localización, mismas que no debieran ser olvidadas por las políticas urbanas. Cuando se examina ahora el atractivo de los municipios o comunas para conmutantes de diferentes niveles socioeconómicos, se advierten algunos patrones relevantes, pero también bastante diversidad idiosincrásica. Por ejemplo, los municipios del BCD extendido, que incluyen a los céntricos y a los que están en el eje de localización principal de los grupos acomodados, tienden a concentrar el destino de los conmutantes.

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En Perú hay muy poca variación regional, incluso en las categorías en mayor desventaja, y la brecha se ha reducido a una mínima expresión en 2017. En Chile la brecha regional también se recortó en todas las intersecciones, excepto en los indígenas rurales. En Colombia, a diferencia de los otros dos países, subsisten importantes brechas en la ruralidad, incluso desigualdad social en la globalizacion entre personas que no pertenecen a grupos étnicos. Pero las brechas regionales entre indígenas rurales son extraordinarias, pues la diferencia entre la región con más y menos tasa de analfabetismo llega a ser 20 p.p. Luego, en el año 1996, se pone término a 36 años de conflicto armado con la guerrilla Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca.

Las diferencias entre los censos introducen sesgos relevantes —por ejemplo, por la ausencia de la categoría empleada/o doméstica/o en México)— por lo que no cabe efectuar un análisis comparativo profundo entre ciudades. En cambio, las cifras del cuadro 1 sí permiten establecer al menos tres generalizaciones importantes para los propósitos del estudio. La primera es la preeminencia del empleo asalariado en todas las ciudades en un rango que va desde el 65% de los ocupados en Rio de Janeiro a un 75% en Santiago.

Cuando adoptamos el enfoque de género (Gráfica 2) vemos que hay importantes diferencias en Perú mas no en Chile o Colombia. En Perú en 2007 las mujeres tenían una tasa 7 puntos porcentuales (p.p. de ahora en adelante) mayor que la de los hombres (10.5% y 3.5%). En Colombia la tasa de analfabetismo de las mujeres es ligeramente inferior que la de los hombres en ambas rondas censales.

En los municipios acomodados pero más bien excéntricos del BCD como Niterói, Sao Caetano do Sul, Miguel Hidalgo, y La Reina y Nuñoa, la élite todavía debe ir masivamente a otro municipio para trabajar, aunque el análisis efectuado en este trabajo no permite concluir si tal egreso implica efectivamente una salida del habitat histórico de la élite. Ahora bien, al comparar ciudades, sobresale el diferencial de las metrópolis brasileñas (véanse el gráfico four y el cuadro 3). Esto ciertamente se vincula con su configuración político-administrativa, por cuanto la migración en ellas es en su gran mayoría desde el municipio central a los periféricos, pero los puestos de trabajo siguen concentrados en los municipios centrales, de manera tal que la salida de ellos conduce con mucha facilidad a la conmutación. En common, los municipios ricos están sobrerrepresentados entre los que reciben conmutantes o, lo que es lo mismo, tienden a tener una sobreconcentración de puestos de trabajo. El municipio central aparece sistemáticamente como el más concentrador de puestos de trabajo.

Teniendo en cuenta los altos niveles de desigualdad y pobreza que preexistían en la región, no sorprende que sea una de las más afectadas por la pandemia. Chile mantuvo sus altos niveles de desigualdad, según reveló la última edición del informe Panorama Social de América Latina, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que analizó la evolución de la pobreza, gasto e inclusión social. Según comunicaron desde el organismo internacional, en el reporte “Panorama Social de América Latina”, se estableció que la tasa de pobreza extrema creció de 13,1% a un thirteen,8%, mientras que la pobreza bajó del 33% al 32,1%, alcanzando a 201 millones de ciudadanos latinoamericanos. Por otra parte, el estudio arrojó que la pobreza extrema en América Latina aumentó en un 0,3% alcanzando el más alto nivel en los últimos a hundred años. La combinación sostenida de alta desigualdad y bajo crecimiento genera un equilibrio social frágil. El PNUD, presente en más de forty países y territorios de América Latina y el Caribe, continuará trabajando con los estados y actores no gubernamentales para discutir, extraer lecciones y proponer vías de acción que permitan a los países avanzar hacia el desarrollo inclusivo y sostenible.

Pero más crucialmente, comprender el nivel, la variación y la naturaleza de la desigualdad subnacional es en sí mismo un importante motivo. Las páginas que siguen abordan estas preguntas aplicando el enfoque interseccional desde una metodología cuantitativa y descriptiva (Else-Quest y Hyde 2016; Bowleg y Bauer 2016; Bauer y Scheim 2019). Utilizando microdatos provenientes de las últimas dos rondas censales en Colombia (2005 y 2018), Perú (2007 y 2017), Chile (2002 y 2017), el estudio se desarrolla en dos momentos. En el primero realiza una caracterización de las diferencias en la prevalencia del analfabetismo según cuatro atributos importantes para la definición de la identidad y el acceso a recursos -género, etnia, condición de ruralidad, región y su intersección. Primero, demuestra que cuando nos enfocamos en promedios nacionales o promedios para grandes categorías sociales como el género o la etnia enmascaramos importantes desigualdades que valen la pena atender y reducir. Segundo, cuantifica la magnitud de las brechas sociales existentes entre grupos y su evolución en el tiempo.

Stiglitz, que ha escrito distintos libros sobre desigualdad, observa «un círculo vicioso» en la región. Esta brecha supera incluso la de África subsahariana y muchos la señalan como una de las explicaciones detrás de la ola de protestas que recorrió países latinoamericanos recientemente. Segregación residencial socioeconómica (SRS)y sus relaciones con la migración y la movilidad intrametropolitanas. El caso del Área Metropolitana del Gran Santiago (AMGS) en los decenios de 1980 y 1990. Documento presentado al IX Seminario de la RII, Bahía Blanca (Argentina), mayo de 2006.

En otras literaturas se le conoce a esto como “efectos heterogéneos”, “retornos”, o “susceptibilidades” (Jackson y VanderWeele 2019). Mi propuesta es llamar a estas dos porciones de desigualdad subnacional como la composicional y la interseccional. La descomposición realizada en la sección anterior nos permite entender la desigualdad subnacional –o la brecha entre regiones– como la conjunción de dos tipos de fenómenos.

Veamos algunos datos que nos proporcionará un panorama global de la desigualdad en algunos países de la Región. Significa que en ese año el quintil V de mayores recursos concentró el 45% de los ingresos de los hogares, mientras que el ingreso del quintil de menores recursos (quintil I) obtuvo en promedio un 6% de los ingresos totales. Se observa que los países más desiguales de la muestra son Guatemala, Brasil y Chile. América Latina se ha convertido en la región más desigual del mundo y con una mayor cantidad de personas en condiciones de pobreza. Limitan las oportunidades y en basic desigualdad social caracteristicas socavan la calidad de vida de los individuos.

En los distintos análisis desarrollados por el organismo, Cecchini mostró el aumento relativo a nivel mundial acumulado de los ingresos, desde 1980 a 2016, donde se ve un aumento bastante elevado hasta el percentil forty y después muy alto en el percentil ninety nine. En México, las brechas de género, acceso, consumo y apropiación de la tecnología prevalecían antes de la pandemia y en esta crisis se han ido recrudeciendo. La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información (ENDUTIH) de 2019, muestra que solo el 44% de los hogares mexicanos tienen una computadora. Además, tan solo el 56% hace uso de internet y cuenta con un acceso que se utiliza de manera continua. El país que ha provocado preocupación internacional por su impactante descontento social ha sido Guatemala.

Libro Cómo Pensamos Las Desigualdades, Pobrezas Y Exclusiones Sociales En América Latina? Luchas, Resis De Lorena Custodio Pallarés; Alicia Itat&iacut

El paper aborda los principales problemas vividos a principios del 2020 por los hogares rurales en Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala… El documento aborda cómo la pandemia dejó secuelas significativas en la agricultura familiar de Alta Verapaz y Sacatepéquez, con daños… Hoy, 19 de Junio, Rimisp comparte los resultados de su investigación “Dinámicas Territoriales y Conflictos Socioterritoriales Asociados a la Producción… En medio de la virtualidad acelerada por la pandemia, se suma un rezago educativo más marcado en el seno de las comunidades rurales, en donde las clases en línea o a través de la televisión significa un esfuerzo mayor para las familias, sobre todo teniendo en cuanta que la deserción escolar es mayor en aquellas en donde la cantidad de hijos es numerosa. 12 Que llevaría a que los ricos se encontraran con los pobres solamente en la medida que estos se trasladan a trabajar a los barrios acomodados, seguramente en condiciones de subordinación. eight Como lo sugiere también el modelo canónico de Alonso, aun cuando elude temas cruciales sobre la definición de las preferencias, que tienen factores subyacentes estilizados, como el ciclo de vida.

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También transmiten la magnitud y la distribución de desigualdades socio-estructurales, e identifican los procesos causales que afectan dicha diferenciación y evolución en el tiempo (Bowleg y Bauer 2016). La desigualdad sería menos problemática si el lugar que ocupan las personas en el orden social fuese pasajero, sujeto a cambios durante el ciclo de vida o, por último, si la posición social de los hijos no dependiera de la de los padres. Incluso los países más equitativos exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. En ese sentido, a la fragmentación social de cada país se agrega la fragmentación regional, apuntó De Riz. «Cada vez hay menos conciencia de una región compartida. Se rompió completamente el multilateralismo. El Mercosur fracasó. Hay países mirándose hacia adentro y un déficit de integración política, cultural y económica muy fuerte. Se ve un creciente nacionalismo y proteccionismo».

La intersección de etnia, género y clase social es uno de los factores que explica las enormes asimetrías que han caracterizado a la región a lo largo de su historia. En el mundo laboral, la interseccionalidad se ha expresado en diversas formas de segmentación y división étnica y sexual del trabajo. ¿Qué repercusiones tiene la mayor incorporación de las mujeres al mercado de trabajo? ¿La emergencia étnica ha modificado la posición de los grupos subalternos en la estructura laboral?

La tabla 1 muestra cómo ha ido creciendo la desigualdad en las percepciones del acceso a la ciudadanía social, civil y política en la última década. Para calcular este coeficiente utilizamos la misma fórmula que se estima para evaluar la concentración de ingresos, pero en este caso aplicada a nuestros indicadores lineales de ciudadanía. Así, un valor igual a 0 indica que las percepciones positivas están igualmente distribuidas entre todos los ciudadanos, mientras que un valor igual a 1 indica que las valoraciones positivas están concentradas en una sola persona. Por lo tanto, un valor más alto es un indicador de mayor desigualdad en el acceso percibido a los derechos ciudadanos. Lo que se observa es que la desigualdad territorial en el acceso a la ciudadanía civil y política ha venido creciendo en Chile, mientras que la desigualdad en el acceso a ciudadanía social se ha mantenido más estable, reduciéndose marginalmente en el período. La alta segregación territorial de las sociedades latinoamericanas, reforzada por procesos como el «miedo al crimen» y la gentrificación en los últimos tiempos, también contribuyen a la aparición de regímenes de ciudadanía native desigualdad social caracteristicas fuertemente segmentados (Caldeira, 2008).

Así demuestran que, aunque los gobiernos posneoliberales efectivamente lograron crear una red de protección básica para los más excluidos, no alteraron las bases estructurales de las inequidades persistentes. Los datos y su análisis, sin embargo, no solo sirven para zanjar una discusión sobre el pasado reciente, sino sobre todo como herramienta para pensar el futuro próximo. Este libro, un panorama matizado y realista sobre el continente, ofrece además una constatación política y cultural inquietante. Mientras los avances y derechos conseguidos actúan como un umbral de bienestar que se defiende con fuerza, son también, escriben los autores, “la piedra de toque de la ofensiva de sectores restauradores que están pugnando por revertirlos”. En efecto, los cambios en la estructura social que retrata este libro están en el corazón de los conflictos políticos que ya son visibles en varios países de la región. Otros, por el contrario, están convencidos de que esos gobiernos fueron la concreción de un “populismo” que condenó a la región al atraso, la prebenda y la demagogia.

Por otro lado, la expansión de los teléfonos celulares en América Latina ha sido amplia, ya que para muchas personas proveen más que una forma fácil de comunicarse y obtener información. Una conexión a web constituye también una herramienta de acceso a servicios esenciales, vinculados a la educación, la salud o al desarrollo económico. A escala individual, la movilidad cotidiana es un asunto relevante para las personas, porque una buena parte de la población es móvil en los términos definidos en este trabajo.

Más allá de las diferencias de ingresos, la desigualdad socioeconómica se manifiesta en otras dimensiones de la vida de las personas. La que más rechazo provoca en la población es la disparidad en el trato y dignidad que, por ejemplo, se materializa en la atención de salud. La sociedad se fragmenta en grupos sociales que viven como si habitaran en naciones de nivel de desarrollo opuesto. Así, hay personas que son denigradas y discriminadas, en tanto otras desarrollan una actitud de superioridad fundada en la posesión de cargos o tenencia de dinero. Trabajando sobre el conjunto de las municipalidades chilenas para las que tenemos datos para cada una de las cuatro mediciones, estimamos un índice Gini de ciudadanía democrática percibida.

La profundización de la desigualdad ocasionada por la pandemia se refleja en terrenos como el educativo, donde existe un acceso inequitativo. «Hay sectores que no han podido mantenerse al día con la educación y eso va a tener un costo enorme a futuro en términos de pérdida de capital humano», agregó Santibañes. La desigualdad absoluta ha seguido creciendo, y si crece en un contexto de desigualdad relativa y pobreza que cae, y la población en common siente que el bienestar está aumentando, es probable que no importe.

Esa limitación de datos impidió también realizar estimaciones sobre los ingresos que posee el 0,1% de la población y el 0,01% y solo se pudo trabajar el 1% más rico. La investigación también muestra que desde 2010 hasta 2014 la desigualdad ha vuelto a crecer en Chile, lo que contradice lo afirmado a partir de la encuesta Casen 2015, donde los datos sugirieron que la desigualdad estaba bajando levemente. No está demás reiterar que solamente se someten a esos sistemas a los usuarios de sistemas públicos de salud, asistencia social y transporte que, en general, no incluyen las élites locales que pueden prescindir de ellos y recurrir a prestadores privados; manteniendo mayor management sobre su información y preservando su privacidad.

Así, se calcula que para América Latina el retroceso económico de la región sería de un 1,8 por ciento, aunque no se descarte que pueda llegar a caer aún más, quizás hasta un tres por ciento. Sin coronavirus que causase dolorosos estragos, la inequidad entre los ciudadanos latinoamericanos period ya la más grande de todo el orbe, por encima incluso, del África Subsahariana. Reducir las barreras al emprendimiento, el comercio y la inversión, fortalecer el Estado de derecho y erradicar la corrupción en el sector público y privado presentan también una importancia crucial. El informe hace referencia al desarrollo por parte de Chile de estrategias coherentes y transparentes enfocadas a la promoción de la inversión como un ejemplo a seguir. Aumentar nuestra actividad física, mantener una dieta saludable y evitar malos hábitos como el consumo de tabaco, alcohol y sedentarismo, son habitualmente las primeras medidas que se nos ocurren cuando buscamos cuidar nuestra salud.

En una entrevista en profundidad, Abramo examina los principales hallazgos del informe anual Panorama Social de América Latina 2016, presentado por el organismo regional de las Naciones Unidas el pasado 30 de mayo en conferencia de prensa en Santiago, Chile. Miro mis archivos y leo que en la última elección presidencial de Estados Unidos (2020), la más cara de la historia de ese país según el Center for Responsive Politics, se gastaron aproximadamente US$5,2 mil millones. Monto que explica la cuantía de los intereses en juego y la creciente violencia en las campañas. En el segundo puesto de ese listado está Julio Ponce Lerou, quien tomó el management desigualdad social globalizacion de SQM (Soquimich), una de las mayores productoras mundiales de litio, yodo y fertilizantes, una vez privatizada por Pinochet, su suegro. Maneja la empresa a través de un esquema de «cascadas», obteniendo una utilidad fraudulenta de US$128 millones (juicio en curso). El trabajo está en transformación y necesita un periodismo que ponga a las personas primero.

De esta forma, 76,8% de la población de América Latina pertenece a estratos de ingresos bajos o medios-bajos, subraya la Cepal. Por último, las personas pertenecientes a los estratos de ingresos altos pasaron del 2,2% al 3,0%. “En América Latina son mayoritarias las personas que experimentan un ascenso social en comparación con el empleo de sus padres.

En suma, los debates sobre las formas que adopta la segregación residencial metropolitana deben considerar el mercado de trabajo de las ciudades en su faceta territorial. Y claramente son necesarios mayores esfuerzos de investigación empírica para indagar en los vínculos entre el funcionamiento espacial de los mercados de trabajo, las modalidades emergentes de crecimiento físico y demográfico metropolitano, y los patrones de localización de infraestructura y dependencias públicas y privadas. Una más vinculada a la globalización y los desarrollos tecnológicos y de infraestructura, que apunta al policentrismo y a una forma de funcionamiento y estructura urbana related a la de las ciudades de los Estados Unidos. Y otra más relacionada a las desigualdades socioterritoriales y del mercado de trabajo, que junto con el dinamismo de la economía de servicios, favorecen un monocentrismo extendido. Este último presiona una movilidad más intensa de los pobres y favorece el encapsulamiento de los ricos. El análisis permite identificar qué parte de la diferencia entre las regiones en las tasas de analfabetismo y escolaridad corresponden a la distribución de jóvenes, campesinos, mujeres y miembros de minorías étnicas.

Además se produjeron incrementos en el salario mínimo y apoyo a organizaciones sindicales. Paralelamente se dio una disminución importante de la pobreza en el mismo período, observándose que un 60% se explica por crecimiento y cerca de un 40% por la caída de la desigualdad. En el caso de la expansión de la clase media, alrededor de un 20% tuvo que ver con este último factor.