No obstante, la calidad en salud sigue siendo un desafío pendiente para una población cada vez más empoderada y consciente de sus derechos. El neurocientífico argentino, especialista en diversidad y salud cerebral, asegura que las desigualdades sociales en temas como salud, trabajo y condiciones económicas afectan directamente el bienestar de las mujeres a nivel biológico. Además, recalca la importancia de abordar estos determinantes a la hora de avanzar hacia una sociedad más igualitaria. Desde el enfoque de derechos, el Estado tiene la obligación de garantizar la protección integral de la niñez y adolescencia, debiendo asegurar que todos los niños, niñas y sus familias cuenten con las condiciones de bienestar que le permitan un adecuado ejercicio de sus derechos, de manera que puedan tener una vida digna y desarrollar sus potencialidades.
Lo anterior, se sustenta en una revisión dirigida de la experiencia internacional y nacional (Chile), en un conjunto priorizado de problemas de salud de alta magnitud responsables de alta carga de enfermedad. Esto se aborda desde contextos de atención de salud basada en la comunidad hasta la atención cuaternaria. El objetivo secundario de la revisión es explorar los efectos en tasas de uso y en resultados en salud afectados por tales brechas. Lejos de ser un evento natural, uno de los motores de este proceso fue la movilización y participación de los trabajadores y del pueblo organizado.
El proyecto avanza, aunque hay grupos entre los que no ha sido fácil articular el respaldo, por resistencias gremiales y políticas. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó su índice de desarrollo humano (IDH) con cifras de 2018, donde si bien constató que la gran mayoría de los países latinoamericanos mejoraron sus indicadores, la región continúa siendo la segunda zona del mundo de mayor desigualdad, detrás de África Subsahariana. El IDH incorpora mucho más variables que la renta per cápita, incluyendo indicadores no solo económicos sino otras como los de esperanza de vida o de calidad educativa. Como escribió Amartya Sen, premio Nobel de Economía, los indicadores de desigualdad si descansan solo en cifras de ingresos no resultan suficientes para explicar un tema de tanta complejidad. El coronavirus ha afectado a comunidades mapuche de diferentes formas, partiendo por la manera de relacionarse de las familias o personas mapuche en las comunidades. Los mensajes que se han entregado son de aislamiento social y eso básicamente, desde un punto de vista cultural mapuche, anula a la persona en sí misma, quiero decir que la persona dentro de la cosmovisión mapuche se entiende en relación con otro.
Con voluntad política, con conocimiento, con arduo trabajo y con solidaridad hacia el otro como declara el Papa Francisco al referirse sobre el deber de la solidaridad que «nos obliga a buscar modos justos de compartir, para que no exista esa dramática desigualdad entre quien tiene demasiado y quien no tiene nada, entre el que descarta y el descartado». Las políticas efectivas de tamizaje [identificación de una enfermedad en individuos aún sin síntomas] habilitan tratamientos más efectivos y mejor pronóstico de sobrevida, confirma Pesce, que agrega que el hallazgo de lesiones precursoras también puede evitar el desarrollo de cáncer colorrectal. Solo en 2020, el cáncer causó 1,four millones de muertes en las Américas, con cuatro millones de casos estimados, que podrían aumentar a seis millones en 2040. “Vivir por más tiempo aumenta el riesgo de cáncer, pero en muchas ocasiones también hay deficiencias en los servicios de salud”, reconoce el experto.
Con la valoración del ejercicio profesional de la medicina se formó un estamento del cual el Estado obtendría la capacidad humana que necesitaba para llevar a cabo las reformas que requería el sistema de salud. La filantropía, expresada a través de la caridad cristiana, seguía siendo hasta las primeras décadas del siglo XX uno de los pilares fundamentales de la idea de salud pública en la sociedad chilena. Los católicos sentían el deber moral de ayudar al prójimo en desgracia, lo cual se expresaba en donaciones por medio de las cuales se financiaban los establecimientos hospitalarios, donde también se recibían a huérfanos, ancianos e inválidos. En este sentido, legados y donaciones de tierras, dinero y edificios eran la base financiera de los hospitales tradicionales e históricos de Chile como el San Juan de Dios y el San Borja. Ahora, otra arista importante es que los efectos del género en el envejecimiento saludable y en las capacidades cognitivas existen y se nota la diferencia.
En la encuesta de percepción, se hicieron preguntas sobre la gravedad con que se percibe el cáncer, pidiendo que valorar en las respuestas con una escala de 1 a ten. Una segunda pregunta apuntó a si conocían o estaban en contacto con alguien que haya padecido de cáncer y sobre el 70% respondió que sí. Lo tercero, para destacar son las conductas preventivas con preguntas relacionadas al PAP o mamografías desigualdad hoy en dia en mujeres y en hombres si se hacían exámenes de próstata o chequeos generales. «Las conductas preventivas están más asociadas al sector público que al privado. Creemos que esto está asociado a las campañas del sector público, ya sea GES u otras y el efecto de la atención primaria» dijo Herrera. Según explica el Dr. Schongut, la Psicología Crítica de la Salud no busca avanzar en términos convencionales.
El sector salud organiza la entrega de atenciones a través de la priorización de problemas de salud para el acceso a tecnologías sanitarias e intervenciones (atenciones, medicamentos, dispositivos médicos, entre otros) [3]. Estas son cubiertas a través de regímenes de atención [4] que priorizan según carga de enfermedad, costo-efectividad, calidad, seguridad, efectos en medidas finales en salud, entre otros. Si bien estos regímenes introducen categorías de segmentación de la población (niños, adultos, adultos mayores, embarazadas, mujeres en edad reproductiva), no se aprecia con claridad segmentación por rol de género.
Apoyamos que todos los niños y niñas reciban el conocimiento y habilidades necesarias en derechos humanos, igualdad de género, paz, diversidad cultural (ODS 4), y protección del medioambiente, para que puedan convertirse en actores principales del desarrollo sostenible. En explicit, y con el fin de eliminar las barreras de género, promovemos los derechos educativos desde la igualdad de oportunidades y contribuimos a crear entornos educativos en que prima la equidad (ODS 5), estableciendo acciones concretas para subsanar posibles desventajas. En el 2017, el Congreso chileno aprobó la nueva Ley de Educación Pública, que tiene como objetivo transferir los servicios de educación pública de los gobiernos municipales a nuevas agencias locales de educación para conformar un nuevo sistema nacional de educación pública. En 2016, el gobierno chileno aprobó la Política Nacional Docente (PND) que consiste en reformas al acceso y retención de educadores en las escuelas públicas y privadas con subvención del estado. Estas reformas incluyen establecer altos requisitos de ingreso y nueva acreditación para programas de formación docente, proporcionar un año de tutoría para cada maestro/a entrante con pago adicional para mentores y aprendices, y crear un sistema de desarrollo profesional para la promoción profesional a largo plazo. En definitiva, el caso de los países escandinavos demuestra que un sistema de protección social que pone énfasis en lo público y en una inversión social colectiva favorece una mayor igualdad sin necesariamente producir una disaster desigualdad en la pobreza fiscal, al mismo tiempo que -como veremos en una próxima columna- favorecen una mejor salud para todos.
Las comunidades ubicadas en zonas densamente pobladas suelen tener un mejor acceso a la atención hospitalaria en comparación con las áreas urbanas marginales y las localidades rurales. La distancia al hospital y las barreras de movilidad son factores cruciales para considerar, ya que cuanto más lejos se encuentran las instalaciones hospitalarias públicas, menor será la frecuencia de uso de las camas hospitalarias en esas áreas periféricas o rurales. En la ciudad hay tremendas consecuencias, ya que mucha gente mapuche –también lo muestra la última encuesta Casen– vive en situación de pobreza.
Sin embargo, como entonces, hoy la salud es un privilegio que toca a quienes tienen recursos, mientras que los ciudadanos de menores ingresos deben contentarse de lo poco que ofrece el servicio público y aguantar las peores condiciones de salud. Paulatinamente, el Estado comenzó a intervenir en los problemas de salud pública pues en nuestro país se observaban altísimos niveles de mortalidad en relación a otros países latinoamericanos y europeos. De esta manera, la caridad perdió terreno y comenzó a ser desplazada por una nueva visión de la salud pública que se expresaba en la acción del Estado Benefactor y la Asistencia Social. Así, la alta mortalidad nacional forzó la transformación de un régimen caritativo e particular person de salud a un régimen público y colectivo, donde el Estado se hizo progresivamente cargo de los problemas de enfermedad y muerte. En este sentido, en 1924 se decretó la creación del Ministerio de Higiene, Asistencia, Trabajo y Previsión Social, que implicó consolidar y proyectar el carácter estatal que había adquirido la dirección de la salud pública.
Esto último instala una condición de incertidumbre persistente que produce un estrés crónico y que tiene un efecto de desgaste psicológico y en el cuerpo y consecuencias en la salud de las personas. En países más ricos y desarrollados, existen mecanismos de protección y seguridad social que son clave para asegurar la estabilidad de los ingresos en periodos no laborales. Estos permiten, por ejemplo, tomar reposo durante una enfermedad, para recuperar adecuadamente la salud, y mantener los ingresos a través de licencias médicas. Tal como lo fue en la dictadura de Pinochet, reemergen memorias de resistencia y de autoorganización social (Gatica, 2017).
La OMS calcula que los gobiernos podrían esperar un retorno de unos 10 dólares por cada dólar invertido en la prevención y atención de enfermedades no transmisibles que incluyan a las personas con discapacidad. La OMS subraya la necesidad de adoptar medidas urgentes para hacer frente a las desigualdades. «Cuando los gobiernos se plantean la formación de su personal de salud, es importante que incluyan la discapacidad como parte de esa formación y educación, de modo que el personal tenga la confianza y la competencia necesarias para poder hacer frente a lo que se necesita», subrayó Barrett. Respecto a la salud mental de las personas, Roberto Aceituno aseguró que la pandemia demostró la desigualdad en el acceso a la salud mental en nuestro país, sobre todo en estos momentos “cuando se acrecienta la necesidad de apoyarse con ayuda profesional». Sobre la experiencia de esta crisis y su impacto en la sociedad, el decano Aceituno señaló que «es evidente que la situación de disaster lo que muestra son condiciones de vida que existían desde antes, y que se invisibilizan», afirmó Roberto Aceituno.