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Experto Internacional Analizó Fenómenos De Globalización, Desigualdad Y Pandemias Portal De Actualidad Universidad Del Bío-bío

De hecho, gran parte de las políticas de transporte urbano han tendido a privilegiar siempre a los medios y sistemas de transporte (licitación de recorridos, plan de modernización de omnibuses, innovación tecnológica de sistemas de combustión, concesiones de vías urbanas), antes que al ciudadano usuario. Este, en su condición esencial de peatón, encuentra cada vez menos espacio, seguridad y tranquilidad en la ciudad. La posibilidad de que una municipalidad pueda influir sobre las políticas nacionales sectoriales que representan inversiones públicas, es casi cero. Las principales decisiones sobre infraestructura e inversiones sociales en Chile recaen en el Gobierno (el Ejecutivo). En algunos casos, puede ejercerse alguna influencia a través del Congreso, en el momento en que se discute el presupuesto nacional anual para su aprobación.

No obstante, estos gastos implican ahorros en servicios, como educación extra-curricular, psicólogos escolares, educación especial, etc. Otro importante issue en la distribución espacial de la pobreza en Santiago ha sido la erradicación forzada de ‘campamentos’ durante la dictadura militar ya mencionada, que significó rupturas en las comunidades, complejos procesos de reestructuración y una concentración espacial de la pobreza. Es fruto de un desarrollo global que distribuye mal los recursos entre personas, ciudades y regiones.

El punto que queremos destacar en este artículo es que la ciudad muestra una diversidad de rostros con distinto signo. Algunos muestran inequívocamente los éxitos económicos; otros parecieran empinarse, pero sin lograrlo; otros se han quedado definitivamente al margen de tales logros.

En simple, éste consiste en que las personas paguen todos los años una proporción determinada de sus ingresos. Considerando que los ingresos totales provienen de distintas fuentes con distintas particularidades (trabajo, empresas, mercado financiero, etc.), su diseño es complejo y varía mucho entre países. Sin embargo, éste indicador se basa exclusivamente en datos de la CASEN, que, como discutimos más arriba, no capturan los ingresos de los tramos de altos ingresos.

En los años 60 y 70, del siglo XX, se concedían préstamos a los países del tercer mundo a bajo interés. Los créditos se pidieron contando con unos ingresos que van decreciendo, ya que el valor de los productos de estos países (materias primas) no hace más que devaluarse. Además en los años eighty Reagan resolve aumentar unilateralmente los intereses de la deuda. Uniendo estos dos elementos (valor de la producción devaluada +  aumento intereses) la devolución se hace imposible, por lo que los dirigentes locales han de renegociar con el FMI y el BM nuevos créditos para pagar los intereses de los créditos antiguos. Dicho sistema corporativo está compuesto por inversores, financieros y propietarios de empresas transnacionales. Eso sí, la desigualdad no actúa tan solo en la esfera económica, sino que el poder económico de dichas empresas as empoderan, además, de una inconmensurable potestad política, legal y social.

Lo integran concejales electos a través de elecciones directas, mediante un sistema de representación proporcional; su cargo dura cuatro años y también pueden ser reelegidos. La instancia de participación de la ciudadanía es el Consejo Económico y Social Comunal, compuesto por representantes de la comunidad local organizada, y que tiene carácter consultivo. Durante los años 90, ha habido ausencia de organización autónoma y de participación entre las comunidades pobres de la ciudad, junto con una falta de perspectivas de largo plazo. Se ha perdido capital social y lo que se llamó movimientos poblacionales, esto es, política en el ámbito comunitario, vecinal, preocupada de la representación y no solo del acceso a programas estatales. Las tasas de violencia tanto en Santiago como en el país no han aumentado en los últimos diez años.

globalizacion y la desigualdad

Consistente con lo reportado por la OCDE, encuentran que en su conjunto la acción del gobierno es levemente progresiva.[8] El estudio muestra, además, que el sistema tributario es levemente regresivo y el sistema de transferencias es progresivo, especialmente debido a las transferencias en salud y educación. Así, el diseño mismo del sistema tributario explicaría por qué la desigualdad antes y después de impuestos y transferencias es particularmente acotada en el caso chileno. Esta situación de pobreza crónica da cuenta de la mayor parte de la pobreza actual indec pobreza 2022 en la ciudad, pero no es representativa de todas las situaciones de pobreza. Un fenómeno más reciente es el de las personas que permanecen fuera del mercado laboral durante largos períodos de tiempo, como consecuencia de la reestructuración económica y la innovación tecnológica.

La descentralización para la ciudad implica, entre otras cosas, que tarde o temprano su autoridad máxima deberá ser elegida directamente por la ciudadanía. Aunque se la considera una ciudad segura entre las grandes urbes latinoamericanas, sus habitantes perciben Santiago como un lugar amenazante, una ciudad de miedo. En la actualidad es relativamente generalizada una sensación de inseguridad vinculada a la violencia delictiva y al sistema económico y político-institucional.

La única serie de tiempo basada en datos tributarios (y que es una estimación conservadora porque no corrige por elusión ni evasión) muestra que la concentración del ingreso del 1% y del 10% más rico no ha caído.[5] Tanto en 1990 como en 2015, el 1% recibía cerca de un cuarto de los ingresos del país. Por su parte, el 10% más rico concentraba el 54% justicia y desigualdad social de los ingresos tanto en 2004 (primera fecha para la que se tiene registro) como en 2015. Usando esta información podemos evaluar cómo se sitúa Chile en el panorama internacional. El escenario más optimista de acuerdo a las estimaciones para Chile, nos deja como el país más desigual entre países ricos y como el sexto más desigual a nivel global.

7 Véase Enrique Oviedo, Alfredo Rodríguez (1998), «Santiago, una ciudad con temor. Inseguridad ciudadana y pérdida del espacio público». SUR, Centro de Estudios Sociales y Educación llevó a cabo el estudio en Chile, con el apoyo de la Dirección de Organizaciones Sociales del Ministerio Secretaría General de Gobierno. Esta construcción política y administrativa de la ciudad requiere avanzar en el proceso de descentralización. En efecto, si el municipio está llamado a jugar un papel central en la gestión urbana, deberá contar con las competencias y recursos necesarios.

A lo anterior se suma que los impuestos al ingreso, además de tener una relevancia secundaria, abren espacios para elusión y evasión, haciendo que la progresividad nominal se vea seriamente mermada.[18] Además, los impuestos al patrimonio prácticamente no existen. Para esta discusión será útil definir qué significa que la intervención del gobierno sea progresiva o regresiva. Diremos que una política es progresiva si es que ésta mejora la distribución de ingresos, es decir, si los impuestos y transferencias conllevan a distribuciones más igualitarias que las que se observan en el mercado. Por el contrario, una política que empeora la distribución del ingreso se outline como regresiva. Para Chile, existen diferentes estimaciones de la porción de los ingresos que se lleva el 1% más rico, que varían dependiendo de los datos disponibles, supuestos metodológicos, y correcciones hechas por evasión y elusión.

El estudio de Flores, Sanhueza, Atria y Mayer encuentra una concentración en torno al 24% usando datos tabulados. Fairfield y Jorrat usan microdatos administrativos de 2005 al 2010 y, ajustando por evasión y elusión, encuentran cifras en torno al 33%. El estudio del Banco Mundial que citamos previamente calcula un 33% para el 2013. Todos los estudios son relativamente consistentes y sugieren que los individuos en el 1% más rico reciben entre un cuarto y un tercio del ingreso nacional. Para complementar el análisis basado en el Gini, una forma menos abstracta y más intuitiva de medir la desigualdad consiste en calcular la porción del ingreso complete del país que concentran diferentes grupos de la población. Por ejemplo, la porción del ingreso nacional que se apropian el 1% y el 10% más ricos dan cuenta de qué tan concentrados están los ingresos.

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Así, el IVA a los alimentos es un impuesto regresivo, ya que estas familias pagan una mayor proporción de su ingreso en esos impuestos. Dichas grandes empresas y poderes financieros son lobbies muy poderosos que influyen en las decisiones que toman los gobiernos centrales y condicionan políticas mundiales llevadas a cabo por el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario instituciones sociales y organizaciones sociales Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Una de las principales causas que ha conducido a dicha desigualdad en el contexto de la globalización es –usando la terminología de ciertos politólogos- la Corporatocracia, es decir, el gobierno invisible de las corporaciones, compuesto por la élite política, empresarial y financiera.

Un problema de esta tradición es que no considera que impuestos diferenciados dificultan la fiscalización y abren espacio a la evasión y elusión, lo que a su vez afecta la eficiencia del sistema. Un segundo problema, más importante aún, es que los impuestos diferenciados óptimos dependen de elementos que no son observables, por lo que son muy difíciles de implementar. Como el IVA en Chile es homogéneo, y para no extender la discusión más allá de lo necesario, no profundizaremos al respecto. Por ejemplo, en China e India, las encuestas muestran una concentración de ingresos del 1% más rico cercana a la mitad de la concentración actual.

La concentración de la actividad económica también impacta en el valor de los bienes raíces de la ciudad y, por tanto, también en los impuestos recaudados por las municipalidades, que aumentan según sea mayor el precio de los inmuebles. Como en otras ciudades con alta concentración de población, como Río de Janeiro o Nueva York, las personas con mayores ingresos prefieren situarse más cerca de su lugar de trabajo o de las zonas donde realizan sus negocios. Como ha destacado Edward Glaeser (2011), las personas “con sueldos más altos pierden más ingresos cuando pasan más tiempo viajando y menos trabajando. En consecuencia, suelen estar dispuestos a pagar más por ir a trabajar de forma más rápida” (Glaeser, 2011, p. 122), lo que supone que los precios de las viviendas sean más caras en los lugares más próximos a las zonas de negocio en donde mejor se paga a los profesionales. Esto sucede en gran medida en la zona de Las Condes y también en Vitacura, cercana al centro de negocios de la economía global en la ciudad, lo que supone buenos ingresos a sus municipalidades por el impuesto a los bienes raíces, representando en la primera un 22% del whole de ingresos municipales y un 25% en el caso de Vitacura. En definitiva, los procesos de descentralización regional en Chile se han visto tensionados por la tendencia a la aglomeración de la economía global.

Estos indicadores se basan exclusivamente en datos provenientes de encuestas de hogares (en el caso chileno, la encuesta CASEN), que no son representativas para los percentiles de más altos ingresos (es decir, muy rara vez una persona de altos ingresos aparece encuestada en la CASEN). Además, las personas de altos ingresos que sí son encuestadas, subreportan sus ingresos, ya sea porque no los conocen con exactitud o porque no desean hacerlos públicos. La violencia en las ciudades chilenas es un nuevo tema en los estudios y en la agenda política y social, y sobre él la información es todavía obviamente escasa. Por lo general, los análisis comparativos de índices de violencia han considerado Santiago como una ciudad segura en el contexto latinoamericano. Uno de los estudios precursores en este ámbito (Duff & Mac Cammant) sitúan a Chile entre los tres países con más bajos índices en América Latina.

Las condiciones materiales eran deplorables, los servicios higiénicos estaban en muy malas condiciones, y period notoria la falta de equipamiento y mantenimiento en salas de clase, comedores, patios, espacios para educación física, and so forth. El desarrollo de los medios de comunicación en las sociedades avanzadas ha seguido el curso similar al de los demás sectores industriales, desde la estandarización de sus productos, pasando por la concentración y conglomeración de las empresas productoras, hasta su transnacionalización (Murciano, 1992). En esta fase de integración del sistema mundial, como indica Murciano (1992), los medios de comunicación constituyen los agentes de expansión y legitimación de las prácticas y valores de las sociedades centrales, y cuyo sistema de circulación resulta uno de los factores imprescindibles para el mantenimiento y desarrollo del proceso de mundialización o transnacionalización.

A manera de conclusión, destacamos diferentes fuentes de la desigualdad propias del proceso de desagrarización. La razón es que los distintos componentes del ingreso tienen particularidades que, para ser eficientes y respetar principios normativos, requieren atención en cada uno de sus detalles. Recomendamos al lector las siguientes columnas que explican con mayor detalle algunos elementos del impuesto al ingreso del sistema chileno, en particular, cómo funciona la integración, y cómo funciona la base tributaria y cuáles son los detalles del diseño que facilitan la evasión y elusión a través de los ingresos empresariales (ver aquí y aquí). [9] Existe una tradición académica que sugiere que si no se le pueden poner impuestos a todos los bienes de consumo, el impuesto al consumo óptimo posiblemente impondrá distintas tasas a distintos bienes.

Para Chile, existen diferentes estimaciones de la porción de los ingresos que se lleva el 1% más rico, que varían dependiendo de los datos disponibles, supuestos metodológicos, y correcciones hechas por evasión y elusión. El estudio de Flores, Sanhueza, Atria y Mayer encuentra una concentración en torno al 24% usando indec pobreza datos tabulados. Fairfield y Jorrat usan microdatos administrativos de 2005 al 2010 y, ajustando por evasión y elusión, encuentran cifras en torno al 33%. Todos los estudios son relativamente consistentes y sugieren que los individuos en el 1% más rico reciben entre un cuarto y un tercio del ingreso nacional.

La interrelación entre distintos procesos de globalización conllevaría un profundo cambio en la política y en el ejercicio del poder, pero también en la subjetividad de las sociedades (Leal, 2015). La globalización también habría estado determinada por las concepts imperantes en su desarrollo, en las que la expansión de la ideología del “globalismo neoliberal” (Beck, 2006) habría tenido importantes repercusiones. Las concepts de la doctrina neoliberal, que también ha sido conceptualizada por algunos autores como “fundamentalismo de mercado” (Soros, 2002; Stiglitz, 2007), permearon en ciertas autoridades, lo que supuso la apuesta por políticas gubernamentales de austeridad, liberalización económica y privatización de empresas estatales en distintos países en el mundo. Como se ha destacado previamente, la economía global ha permitido que se produzca un crecimiento sistémico a escala mundial.

globalizacion desigualdad social

Sólo el sector de la minería, que es el tercero en importancia económica (representando un 12,2% del PIB nacional) no está concentrado en la RMS, puesto que la actividad minera en la región sólo corresponde a un 2,49% del complete en el país. Otros sectores económicos concentrados en la RMS son los servicios de vivienda (56,63% de la actividad whole del sector se da en la región), el transporte y las telecomunicaciones (40,93% de actividad en la región), y la administración pública, que en Santiago concentra el 39,55% del total de la actividad económica que genera en el país. De esta forma, si bien en Chile el sistema de ciudades no se ha modificado sustancialmente, los procesos de transformación económica y concentración económica han dado origen a cambios importantes al interior de las ciudades, en su configuración espacial. En relación con el análisis realizado, cabe destacar que la ciudad de Santiago de Chile no cuenta con una Alcaldía Mayor que pueda generar medidas integrales para la zona urbana denominada como Gran Santiago. En otras ciudades de gran importancia existen autoridades político-administrativas para el conjunto de la zona urbana que son elegidas directamente. Muchas de las principales ciudades globalizadas cuentan con esta figura de alcalde para toda la ciudad, como es el caso de Nueva York, Londres, Madrid, París, Sao Paulo o Buenos Aires.

Se han debilitado los mecanismos organizacionales que antes actuaban como un freno a la violencia y al crimen. Como consecuencia, los barrios se han desarticulado y devenido más inseguros, y la gente busca soluciones por la vía de reforzar la presencia policial. La exacerbación de este problema se asocia estrechamente a las manifestaciones de desigualdad, en explicit allí donde la realidad de la pobreza choca con los estilos de vida basados en el consumo promovidos tan implacablemente por los medios de comunicación. La penetración de las drogas en los barrios pobres de la ciudad, en especial entre los jóvenes, ha llevado también a la creación de nuevos grupos y modificado la estructura de poder al inside del barrio mismo. Y esto hace aún más difíciles las tareas de liderazgo y la construcción de nuevas relaciones sociales. En el caso de Santiago, sus habitantes manifiestan mayor inseguridad en los espacios públicos que en los privados, situación contradictoria cuando se la compara con la información estadística nacional.

“El sistema solo funciona bajo la condición el individuo tenga la disposición de adaptarse a los cambios y procesos, de someterse a convenciones que no serán los resultados de una planificación racional. El individuo debe estar dispuesto a subordinarse a las consecuencias de los procesos que nadie ha planificado y que, posiblemente, nadie entienda”. Este paradigma estructural, obedece a un modelo de injusticia global, provocando que una pequeña parte de la población tenga el poder y el control de la (in)estabilidad social y económica del resto del mundo. Para que lo anterior sea una realidad, la ciudad requiere estar organizada administrativa y políticamente. Esto no ocurre en Chile, donde las ciudades no tienen un estatuto político y administrativo en tanto tales.

En estos textos hemos extensamente discutido el rol de los impuestos en esta tendencia, pero el problema es más complejo. La caída en la progresividad de los impuestos a los más ricos es sin duda una de las explicaciones. Otras causas son el estancamiento del salario mínimo, el debilitamiento de los sindicatos, la falta de competencia, y la falta de regulación financiera, entre otros. Cualquiera sea la explicación, lo relevante es ver que la consecuencia fue una decisión política, no una tendencia inevitable. Es con esa motivación que se ha reactivado el interés político y académico por el impuesto a la riqueza whole (también conocido en Chile como el impuesto a los “súper ricos”).[17] Hoy la evidencia académica es más optimista que antes respecto a la aplicación de estos impuestos en términos de factibilidad e impacto esperado (ver aquí).

06 2024 Rego Defiende Impulsar Una Prestación Common Por Crianza Y Romper El Ciclo De La Pobreza Prensa Actualidad Juventud E Infancia

Erradicar la pobreza extrema para todas las personas en todo el mundo para 2030 es un objetivo fundamental de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. La pobreza extrema, entendida como el hecho de sobrevivir con menos de 2,15 dólares por persona al día según la paridad del poder adquisitivo de 2017, ha experimentado descensos notables en las últimas décadas. Sin embargo, la aparición de la COVID-19 marcó un punto de inflexión, al revertir estos avances, ya que el número de personas que viven en la pobreza extrema aumentó por primera vez en una generación en casi 90 pobreza coyuntural millones con respecto a las predicciones anteriores. Incluso antes de la pandemia, el impulso de la reducción de la pobreza se estaba desacelerando. Para finales de 2022, el pronóstico inmediato sugirió que el eight,four % de la población mundial, o hasta 670 millones de personas, podrían seguir viviendo en la pobreza extrema.

«Los niños y niñas que viven en condiciones de pobreza alimentaria grave están en una situación límite», Catherine Russell, directora de UNICEF. Pese a que la pobreza por ingresos está en una cota bajísima, la multidimensional entre las personas mayores de 60 años, llega a 19%. Los mayores de 60 años están entre los más favorecidos por bonos y subsidios y cuentan hoy con la Pensión Garantizada Universal (PGU). Pero en cuanto a las demás carencias, las que mide la pobreza multidimensional están en un 19%. Ya dijimos, es la multidimensional que como su nombre lo indica mide varias dimensiones, como salud, vivienda, educación, las que forman parte del bienestar de las personas y entrega un análisis más fino de sus reales carencias. En Chile el principal instrumento para medir ambas pobrezas es la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN).

pobreza e

Tras el lanzamiento del Índice de Desarrollo Humano (IDH) en 1990, se han creado varios nuevos índices dirigidos hacia una comprensión más amplia del desarrollo. Mientras que el 16,5% de las personas entre 0 a fifty nine años se encuentran en situación de pobreza multidimensional, en las personas de 60 años y más la proporción alcanza el 19%. Estos datos reflejan que, a pesar de contar con ingresos mensuales suficientes como para satisfacer necesidades básicas, este ingreso resulta insuficiente para resolver aspectos fundamentales de la inclusión social y el desarrollo de capacidades. Esto se aprecia en variables multidimensionales como atención de salud, trato igualitario, vivienda y entorno, entre otros.

Según la autoridad, el nivel de pobreza aumentó a los niveles que teníamos entre 2015 y 2017 y la extrema pobreza subió en nuestro país hacia los niveles que teníamos entre 2013 y 2015, y la región con mayor pobreza es La Araucanía (17,4%) y la que cuenta con mayores niveles de extrema pobreza, Tarapacá (6,9%). Las regiones que presentan las tasas más bajas de la pobreza multidimensional son Magallanes (6,9%), Aysén (14%), Biobío (14,1%) y Maule (15%). Mientras que entre las que superan el promedio nacional encontramos a Tarapacá (23,8%), Atacama (20,3%), La Araucanía (19,8%) y Los Lagos (19,7%). La contribución a los bienes públicos y su mantenimiento requieren una amplia cooperación y coordinación. Esto es essential pobreza en américa latina 2021 para promover un aprendizaje generalizado y mejorar las bases de la formulación de políticas basadas en datos.

“La clave de ese futuro tiene que ver con cuál es la educación que le puedo dar a mis hijos y a la que puedo acceder yo para mejorar mis capacidades, pero también en cuáles son los desafíos para conseguir un mejor trabajo, uno que me permita invertir en un proyecto de vida económico autónomo”, reflexiona. Recibimos con agrado el trabajo de la Comisión Asesora Presidencial para actualizar las metodologías de medición de la pobreza. Integrada por expertos, la comisión ha abierto espacios de participación para que diversas organizaciones presenten sus propuestas. Como Observatorio Niñez consideramos crucial que la comisión incorpore metodologías específicas para medir la pobreza infantil, incluyendo indicadores que reflejen las experiencias y voces de niños.

El aumento de la pobreza extrema revirtió la mejora observada el año anterior, que se produjo después de que el gobierno iniciara transferencias directas de efectivo a los más necesitados e implementara cambios económicos, incluida la relajación de los controles de precios. El estudio también midió la pobreza multidimensional, que incluye diversas variables además de los ingresos como la vivienda, el empleo, los servicios o el empleo. El INEI informó que el 64,5% de los hogares en extrema pobreza del país accedieron a un programa alimentario, seguido del fifty two,5% de los hogares pobres. Además, el forty one,6% de los hogares en extrema pobreza accedió al Programa Qali Warma, seguido del 34,8% de los hogares pobres. Durante el año 2020, el thirteen,8% de los hogares pobres cuentan con una bicicleta y en el caso de los hogares en extrema pobreza la tenencia de este vehículo de transporte es del 7,4%.

Al haber menos adultos aportando ingresos, la renta per cápita de la familia disminuye significativamente. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se estima que durante 2022, cerca de 201 millones de personas (32,1% de la población latinoamericana), se encontraban en situación de pobreza. De las cuales, cerca de 82 millones (el thirteen,1% de la población), vivían en condiciones de pobreza extrema.

En este contexto, se encuentran políticas que difieren tanto en su contenido como en la población objetivo catalogada como «pobre». Lo que explica de algún modo por qué las políticas al no tener un consenso, no logran el impacto esperado, y la pobreza se constituye en una situación pertinaz, difícil de resolver. Las cifras corroboran que el incremento del precio de los alimentos se ha cebado con las familias más vulnerables y con los más jóvenes. El 7% de los menores de sixteen años tuvo grandes dificultades para comer carne o pescado todos los días, una cifra “escandalosa”, según la ONG Educo, que recuerda que en 2004 period solo el 1,8% de la población. “El aumento de precio de la cesta de la compra afecta muy especialmente a las familias más vulnerables, que tienen que ajustar su escaso presupuesto y cambiar el menú para poder alimentarse, aunque no de la mejor manera. Es una situación muy preocupante ante la cual no se están tomando todas las medidas necesarias y que, si sigue así, tendrá consecuencias no solo en la salud de la infancia, sino también en su educación y bienestar”, ha señalado Macarena Céspedes, directora de Incidencia de la organización.

La metodología Alkire-Foster (AF) establece un marco common para medir la pobreza multidimensional, aunque también se adecúa para medir otros fenómenos (Alkire y Santos, 2013). Esta flexibilidad permite que la metodología presente muchas aplicaciones diversas, aunque se ha utilizado principalmente para medir la pobreza multidimensional. Según estimaciones del ODSA-UCA, a finales del 2022 el 43,1% de la población urbana estuvo afectada por privaciones económicas fundamentales (más de 17 millones de personas) y el eight,1% se encontraba en condiciones de  indigencia. Es por ello por lo que en lo que va del siglo XXI, la pobreza en la sociedad urbana argentina nunca ha estado –incluso en sus mejores momentos- por debajo del 25%, y la pobreza crónica actual gira en torno al 30% (16).

Ambos indicadores muestran mejoras en comparación con mediciones anteriores y son los mejores resultados de su serie. No se puede reducir la pobreza y la desigualdad sin abordar también los desafíos mundiales interrelacionados, como el crecimiento económico lento, la fragilidad y los conflictos, y el cambio climático. Tras décadas de avances, el ritmo de reducción de la pobreza mundial comenzó a disminuir en 2015, a la par de un crecimiento económico moderado. El Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin a la pobreza extrema para 2030 sigue siendo inalcanzable. Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) son una llamada a la acción a todos los países para erradicar la pobreza y proteger el planeta así como garantizar la paz y la prosperidad.

Alrededor de seven-hundred millones de personas viven con menos de USD 2,15 al día (la línea de pobreza extrema). La pobreza extrema sigue concentrada en partes de África subsahariana, zonas frágiles y afectadas por conflictos, y áreas rurales. Asimismo, la pobreza extrema afectó mayormente a la población del área rural (13,7%) en comparación con la del área urbana (2,9%). Entre los años 2019 a 2020, la pobreza extrema aumentó en la Sierra en three,4 puntos porcentuales (de 6,5% a 9,9%), Selva en 2,1 puntos porcentuales (de 3,9% a 6,0%) y en la Costa en 1,7 puntos porcentuales (de 0,6% a 2,3%). En el año 2020, la pobreza monetaria afectó al 30,1% de la población del país, incrementándose en 9,9 puntos porcentuales en comparación con el año 2019; así lo informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Se presenta cuando la situación económica en las zonas rurales es mucho peor que en las urbanas. Así, es posible que los habitantes urbanos de un país gocen de buenos estándares de vida, mientras que los que residen en el campo pasen por auténticos problemas. La malnutrición afecta sobre todo a la población infantil, con lo que los índices de mortalidad de este sector de la población aumentan.

Estudio Desiguales Del Pnud Revela Seis Nudos De Reproducción Y Cambio De La Desigualdad En Chile Portal De Actualidad Universidad Del Bío-bío

Para un desarrollo más pormenorizado este delicado asunto, me permito remitir a mi investigación teológico-cultural publicada recientemente, con ocasión del 50° aniversario de la Conferencia de Medellín (Verdugo & Arellano, 2019). Para Deaton, Premio Nobel de Economís 2015, la estimulante historia del progreso material es también el relato de cómo se ha extendido la desigualdad entre los países y dentro de los países. Los avances de la medicina han significado para gran parte de la humanidad el “Gran Escape” respecto de todo tipo de privaciones y de muchas enfermedades mortales.

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origenes de la desigualdad

Esta brecha, en nuestro conocimiento, es posible de salvar mediante un análisis de nuestra historia económica, basado en un armazón analítico que permita, por una parte, la recolección de la información pertinente, y por otra, desarrollar un conjunto de hipótesis que puedan ser o no rechazadas con la evidencia reunida. Sin duda esta obra será un valioso punto de partida y una obra clásica de preferencia para quienes están interesados en conocer e investigar nuestro pasado y el origen del desarrollo económico de nuestro país. Con ocasión de la crisis o “estallido social” que afectó a Chile con inusitada intensidad a partir de octubre del 2019, diversos análisis políticos, sociales y económicos han puesto la atención en la desigualdad como una de las principales causas del fenómeno.

En efecto, las “ideologías” no han muerto; están vivas y son necesarias, como mediaciones para la acción (Verdugo, 1992). No es de extrañar, pues, como lo hemos visto en los análisis sociales reseñados en la primera parte de este trabajo, la prioridad que debe dársele a la discusión ideológica y política. Esta es ineludible si no queremos, por una parte, caer en un idealismo ineficaz o, por otra, en la violencia que solo trae más violencia. Con todo, no hay evidencia de que las desigualdades discutidas hayan aumentado en los últimos 30 años. Es posible, por ejemplo, que la acumulación de una desigualdad no creciente, pero presente por mucho tiempo, junte un malestar que en algún momento explote. Ya sea porque la no resolución de un problema por mucho tiempo genere rabia, o bien porque el progreso ethical de un país haga intolerable un problema que antes se aceptaba.

Habiendo muchas opciones temáticas y metodológicas, me propuse comenzar por el concepto de “igualdad”, porque la lingüística y la semiótica nos ha enseñado a estar atentos al eje paradigmático de los mensajes que circulan en las culturas; es decir, a los esquemas de diferencias que subyacen en los discursos. Me pareció interesante, entonces, partir por este último significante del eje paradigmático igualdad/desigualdad y desde allí moverme, enseguida, hacia algunas consideraciones teológicas y magisteriales. Espero que este ejercicio teológico sea una contribución en la necesaria atención que requieran las desigualdades que hoy día hieren a la humanidad y a nuestra sociedad, en specific. Por modesto que sea este ejercicio de discernimiento en medio de los turbulentos acontecimientos del presente, nos anima la esperanza formulada por el Concilio Vaticano II (1965) en la constitución Gaudium et spes, de que “la fe […] orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas” (n° 11).

La desigualdad perjudica al desarrollo, dificulta el progreso económico, debilita la vida democrática, afecta la convivencia y amenaza la cohesión social. Reducirla no es solo un imperativo ético, es también una exigencia para la sostenibilidad del desarrollo de los países. Segundo, un sistema educativo que, si bien ha logrado integrar a una gran cantidad de jóvenes a la educación terciaria, por su estructura segmentada no logra generar suficiente igualdad de oportunidades que garantice la movilidad social intergeneracional.

El fifty eight por ciento de los de clase media contesta lo mismo y en promedio las personas aseguran que los salarios de las ocupaciones de menores ingresos deberían aumentar en un 60 por ciento y las de los gerentes y políticos bajar en 30 y 75 por ciento, respectivamente. Eso significa que hoy Chile es un país desigual, en una región, Latinoamérica, que sólo es superada por África en esta característica. La buena noticia es que la desigualdad de ingresos pandemia y desigualdad social se ha reducido en las última dos décadas de acuerdo a los principales indicadores que se utilizan para medirla (coeficiente de Gini, el indicador de Palma, la razón de quintiles), fundamentalmente, explica el libro, como consecuencia del alto crecimiento que experimentaron los sueldos más bajos. Pese a eso, en amplios segmentos de la población existe la percepción de que la brecha no se acorta y este tema ha adquirido creciente relevancia en la política y las encuestas.

consigo la automatización del empleo y la revolución digital. Es tarea de todos contribuir a superar los obstáculos y aspirar a un país más justo, próspero y solidario. Esto es un gran sueño para muchas familias, ya que de acuerdo a lo que plantean los investigadores, no haber podido educarse más es una de las principales situaciones que lamentan las clases populares. El título profesional es visto como el gran instrumento para surgir y quienes no lo tienen ponen sus esperanzas y esfuerzos en que sus hijos, o incluso nietos, lo consigan. La educación, tal y como existe hoy en Chile, es motivo de un diagnóstico sombrío para el PNUD, al menos en torno a sus capacidades de producir movilidad social a futuro.

«La experiencia de sentirse tratado injustamente no se distribuye al azar», dice el libro, ya que mientras un tercio del segmento alto reporta alguna experiencia de este tipo, la mitad de las personas de clases bajas dicen haber vivido lo mismo. No hay diferencias significativas, en cambio, en la probabilidad de ser maltratado entre hombres y mujeres (42 vs. 39 por ciento, respectivamente), pero mientras ellas perciben que cuando estos ocurren se deben tanto a su condición de mujer como a su clase social, en el caso de los hombres el género no es una razón que explique el menoscabo o la falta de respeto. Desde entonces la brecha de ingresos ha oscilado en distintos momentos, pero a la larga se ha mantenido bastante estable desde mediados del siglo XIX, dice el texto.

“Tal como se muestra a lo largo de este libro, la desigualdad socioeconómica en Chile no se limita a aspectos como el ingreso, el acceso al capital o el empleo, sino que abarca además los campos de la educación, el poder político y el respeto y dignidad con que son tratadas las personas” (Rucks, S., 2017). En cambio, podemos señalar brevemente que, en el contexto latinoamericano, de modo sinodal y colegiado, la Iglesia de la región puso gran atención en las “desigualdades”, en specific paises mas pobres 2022, en aquellas que calificaba de “injustas” o “excesivas”. Más aún, podemos decir que hace más de cincuenta años dichas desigualdades fueron consideradas como el factor que más atentaba contra la paz y el desarrollo integral de América Latina.

Pero aunque es cierto que cada vez hay más gente saludable y con acceso a bienes y servicios básicos de calidad, hoy en día el mundo es crecientemente inequitativo. La desigualdad es un desafío ético porque implica una injusticia, ya que todos tenemos una dignidad por ser personas y el derecho a participar de los bienes y servicios que se producen en la sociedad; y es injusta porque esta realidad podría ser distinta mediante políticas públicas. Desde la tradición del pensamiento social cristiano, san Alberto Hurtado define la justicia social como “aquella virtud por la que la sociedad, por sí o por sus miembros, satisface el derecho de todo hombre a lo que le es debido por su dignidad de persona humana”. ¿Contamos con evidencias reconocibles de que parte de la labor del Estado chileno decimonónico fue implementar políticas sociales en el campo de la salud y la educación? En ese contexto, no sorprende que cerca del 70 por ciento de los trabajadores de sectores populares diga que considera que gana menos o mucho menos de lo que merece.

Cuando hay jornadas en las que parece que disminuye, al día siguiente recobra un mayor vigor, impulsado por una ciudadanía que clama a gritos por un país más justo. Una de las consignas más vociferadas cube relación con la igualdad que se pretende y está en lo correcto. Todos los índices de medición comparativos a nivel internacional sitúan a Chile como uno de los países más desiguales del mundo. Segundo, mientras que la elite económica parece ser totalmente dogmática, ya que se niega a que el Estado se haga cargo en cualquiera de los ámbitos consultados; la ciudadanía, en cambio, tiene un juicio más reflexivo y pragmático, apoyando mayoritariamente la acción del Estado en algunos ámbitos y minoritariamente en otros.