Las pensiones, la educación y la salud se privatizaron, se redefinió el rol del Estado y las políticas públicas se orientaron según los principios de “subsidariedad” (traspaso de recursos públicos al sistema privado) y “focalización” (políticas públicas destinadas a grupos específicos). Si bien con el enfoque de los determinantes sociales elaborados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha producido un avance al vincular condiciones económicas y políticas en los procesos de salud-enfermedad, este concepto deja de lado las dinámicas territoriales y las relaciones de poder que se conjugan en los espacios urbanos. Por otro lado, tampoco cuestiona el modelo de acumulación capitalista que es la base de las inequidades en salud en Latinoamérica. En ese sentido, es necesario considerar la dimensión territorial y profundizar en las desigualdades espaciales en salud desde el modelo de determinación social que propone la corriente de salud colectiva (Morales-Borrero et al., 2013). Las recomendaciones de los últimos 30 años de organismos internacionales, como la Organización Panamericana de la Salud, outline que la participación social es uno de los puntos básicos de los procesos de modernización y reforma de la gestión pública. Nuestro Sistema de Salud sigue siendo sumamente jerarquizado y con nula participación de la comunidad.
Paula Pacheco destaca que los niños y niñas que nacen y crecen en pobreza no están condenados a vivir en esta situación y que el Estado tiene el deber de protegerlos y entregarles las condiciones para que puedan tener una vida digna. Según la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario, la ingesta de frutas, verduras, lácteos y pescados es mayor en personas de nivel socioeconómico alto. Las familias con mayor poder adquisitivo gastan un 280% más en frutas y verduras, 300% en lácteos y huevos, 360% en pescado y 250% más en proteínas de alta calidad, comparado a las familias de ingresos bajos. Todos estos nutrientes son fundamentales para la creación y reparación del ADN, el desarrollo cognitivo y musculoesquelético, y el sistema inmunológico. En cánceres específicos las desigualdades se disparan y algunos que son muy prevalentes en La Araucanía, como el gástrico o vesicular alcanzan el 40 o 50% de mortalidad en los grupos socioeconómicos más bajos que en los más altos.
En el contexto de disaster de los sistemas de seguridad social a la europea y con niveles de gasto en salud que aumentan más rápido que el crecimiento del PIB, uno podría argumentar que es mejor destinar la protección social al sector privado, en virtud del principio de que el financiamiento privado sería menos costoso y más eficaz. El problema es que el mercado ofrece una seguridad insuficiente si consideramos los resultados en términos de igualdad, y la opción por el gasto privado reproduce las desigualdades generadas por el mercado. Con todo, el modelo económico chileno configurado en la Dictadura de Pinochet y profundizado en los gobiernos de transición, ha entendido a la salud como un bien de consumo por sobre su acceso common desigualdad hoy en dia, lo que ha generado fragmentación del modelo sanitario (Goyenechea & Sinclaire, 2013). Por tanto, los procesos de salud-enfermedad no se distribuyen de forma ecuánime entre la población; siendo una dimensión relevante de las desigualdades sociales. Pero más allá de las implicancias económicas y sociales, también marca a fuego el estatus sanitario de la población implicada. Por lo tanto, las personas más pobres son las más enfermas, ya que la pobreza no tiene implicancias solo a nivel socioeconómico, sino también a nivel sanitario.
—¿Cómo determinaron que la ubicación geográfica influye en el acceso a la atención hospitalaria? La ubicación geográfica es esencial porque determina qué tan cerca o lejos te encuentras de un hospital o centro de atención médica. Nuestros resultados muestran que en Chile algunos pacientes tienen una ventaja geográfica en términos de acceso efectivo a camas hospitalarias. Esto se debe a que la existencia de un hospital en su zona, independientemente de su capacidad, permite una atención más directa y rápida a las necesidades de salud, especialmente, en situaciones de urgencia. La principal conclusión a la que llega el informe de este movimiento es que Chile es uno de los países más privatizados del mundo en relación al gasto en salud y que la mayor parte de lo disponible para este gasto proviene directamente del presupuesto de las familias. Chile también está en los últimos lugares del rating del gasto per cápita en salud, junto con México y Turquía.
Según profesionales de la Universidad de California y la escuela de Salud Pública de Harvard (Berkman, Kawachi, & Glymour, 2014), señalan que es una sociedad con inequidad viven personas con poco acceso a la salud y malas condiciones de vida, lo que genera un aumento en los indicadores de salud mental y física del país. Lo informado por este estudio debe ser considerado en las discusiones actuales, ya que posiciona a Chile entre los países con peores indicadores relativos a desigualdades de la región. Esto contrasta con la imagen país de un elevado crecimiento económico y (aparente) estabilidad social durante los últimos años. Este estudio revela que las inequidades en Chile pueden ser aún más profundas de lo que se ha planteado en las últimas semanas en nuestro país, y que buenos indicadores promedio relativos a la salud de la población han solapado situaciones adversas enfrentadas por grupos específicos. Un modelo de sociedad sustentada en profundas desigualdades muestra una de sus caras más injustas en sus consecuencias sobre la salud de las personas.
“Habría que analizar los datos después de la pandemia, para ver si no hemos empeorado”, comenta Marjorie Borgeat. Hoy miércoles 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, en conmemoración de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948. Este año, el organismo internacional tiene el foco en “construir un mundo más justo y saludable” para disminuir las inequidades que existen en el área de la salud a nivel mundial. Para la efectividad de su cumplimiento, los derechos que no pueden ser cedidos en favor de otro/a, son de carácter universal desigualdad en el mundo actual, ya que aplica para todos los niños y niñas, son indivisibles, ya que no puede solo aplicarse unos derechos y otros no, y no hay un derecho que sea más importante que el otro.
Las ocupaciones donde las trabajadoras tenían mayor riesgo de desarrollar dolor fueron de índole agrícola, pesquera y forestal [85]. En Reino Unido y Brasil la proporción de cuidadoras de sobrevivientes a accidente vascular cerebral oscila desde sixty four,2 hasta 77% [67],[68],[69], siendo mayormente hombres aquellos dependientes de cuidados [68]. Compromisos básicos a promover son elevar la educación pública, reformular el código laboral y eliminar las exenciones y beneficios tributarios de una minoría. En mayo de 2019 se iniciaron las obras del nuevo Hospital Familiar y Comunitario de Makewe de la comuna de Padre Las Casas, novena región, construcción que quedó paralizada ante la emergencia sanitaria. Actualmente atienden mediante un dispositivo de mitigación con container para la atención, pero no existe la hospitalización. En la Araucanía vivimos con ciudades instauradas de muy joven colonización, y hay muchos efectos de eso, además del empobrecimiento, la segregación y el racismo que se da en esta región, lo que se puede reflejar con indicadores tales como la pobreza multidimensional, el poco acceso a la tierra y al agua.
La Organización Mundial de la Salud ha sido enfática en plantear que mientras más inequitativa en términos socioeconómicos es una sociedad, mayores serán las desigualdades en salud. Quienes tienen menos educación formal e ingresos, viven menos años y de forma menos saludable. Asimismo, sociedades más inequitativas tienden a tener peores resultados globales que las que podrían tener en un escenario de mayor igualdad. Un sistema de salud common, eficiente, y equitativo puede amortiguar dichas desigualdades, incluso si éstas son consecuencia de profundas inequidades sociales. Nuestro sistema de salud divido, entre ricos y pobres, determinado por la capacidad de pago de las personas, actúa profundizando estas desigualdades.
La pandemia nos encuentra a los pueblos indígenas con tremendas desigualdades socioeconómicas y territoriales, dada las transgresiones al ecosistema”, cube el doctorando en Ciencias en Salud Colectiva, miembro del departamento de Salud Pública de la UFRO y trabajador del Hospital de Makewe. Espacio Público es un centro de estudios independiente que busca aportar en la construcción de una sociedad más justa, transparente y democrática, que permita un desarrollo económico, social y político que beneficie a todas las personas. Detrás de este indicador, y de todos los demás que se utilizan para medir desigualdad, hay una concepción de bienestar social que se desea capturar. En particular, está la thought de que, dado un nivel de ingresos totales, a la sociedad no le da lo mismo cómo se distribuyen esos recursos. En primer lugar, es importante destacar la necesidad de incorporar siempre la voz de niños, niñas y adolescentes en este tipo de estudios.
Además, el forty one por ciento de los encuestados reportó haber sufrido una o más formas de malos tratos en el último año. “La acumulación de grasa y el consumo de alcohol se relacionan a 15 lugares del cuerpo en donde se puede tener cáncer. “El tabaco es uno de los cancerígenos más potentes y también se vincula a enfermedades respiratorias y cardiovasculares, además de contaminar el aire intradomiciliario”, explica Catterina Ferreccio, una de las investigadoras a cargo del documento. Además de los factores genéticos que causan la enfermedad, existen factores externos que necesitan un abordaje más urgente.
En cuanto a la situación en que se encuentra Chile respecto de otros países, la odontóloga explica que al menos al nivel continental sólo Canadá y Estados Unidos tienen cifras sobre este tema y que, si bien sus indicadores son mejores, estos también revelan la existencia de una desigualdad en pérdida dentaria por género entre mujeres y hombres mayores. Según un estudio realizado por la académica e investigadora de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso Marjorie Borgeat, las chilenas de 45 años tienen en promedio diecisiete dientes, tres menos que los hombres, y al cumplir los sixty five años la mayoría de ellas conserva apenas nueve, lo que compromete su función masticatoria en forma severa. Finalmente, como se sostuvo en la primera columna de esta serie, el problema del financiamiento es importante porque a nivel mundial el gasto en salud ha tenido un ritmo de crecimiento promedio superior al crecimiento económico de los países, lo cual supondrá una gran carga fiscal al mediano y largo plazo. El teletrabajo además se está dando en un contexto en que toda la familia está en casa, lo que significa una doble jornada simultánea para las mujeres, principalmente.
Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae consigo la automatización del empleo y la revolución digital. Es tarea de todos contribuir a superar los obstáculos y aspirar a un país más justo, próspero y solidario. Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio. Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados.
De requerir este tipo de equipamiento, los pacientes y sus familias deberían ser conducidos a Servicios de Salud cercanos o donde se encuentre una cama disponible en la pink. En consecuencia, la pink hospitalaria pública donde existen camas UCI o UTI está compuesta solo por forty one establecimientos a lo largo del país, que tienen el equipamiento y el private especializado para tratar los requerimientos pediátricos de mayor complejidad. Aprofa, organización con casi 60 años de trayectoria en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, se ha propuesto a lo largo de su historia llegar a diferentes grupos de la población con intervenciones que permitan a las personas saber más sobre su salud sexual y salud reproductiva. Tratamos de darle un poco la vuelta a cómo repensar los marcos teóricos, cómo darle vuelta a la metodología y cómo también un poco motivar a los estudiantes en ir un poco más allá de los simples datos y de los simples promedios que generalmente estamos mirando”.