Otro grupo importante es el que presenta una pobreza «formal» en ambas dimensiones de empleo y habitat. La experiencia de algunos países parece indicar que la pobreza formal es especialmente weak a los ciclos económicos, tanto por los costos de vivir en viviendas convencionales como por la mayor rigidez que enfrentan los hogares a la hora de ajustar sus patrones de vida cuando lo requieren las fluctuaciones en el ingreso. En cuanto a la magnitud del problema de la pobreza desigualdades actuales en América Latina, las más recientes estimaciones de la CEPAL (2007) indican que en el año 2006, el 37% de la población de la región se hallaba en situación de pobreza (31,1% para las áreas urbanas). Un 13% de esta gente es extremadamente pobre o indigente (8,6% para las áreas urbanas)3. Esto significa que casi 200 millones de personas en la región son pobres (127,6 millones en áreas urbanas) y un poco más de 70 millones de personas son extremadamente pobres (35,2 millones en áreas urbanas).
Los hogares pobres urbanos se comparten muchas situaciones con sus contrapartes rurales. Por ejemplo, los retornos (en niveles de ingresos) a la educación son mayores en áreas urbanas que rurales. Y con respecto a los mercados laborales, mientras el autoempleo caracteriza la inserción laboral en áreas rurales, es la situación del subempleo la que es característica de las zonas urbanas. Así, el trabajo busca atender un vacío en el marco de desarrollo que orienta la política pública del habitat y de las intervenciones urbano-territoriales, para mitigar los impactos de la vulnerabilidad económica de los sectores de pobreza urbana y mejorar su acceso al empleo e ingresos estables. Los shocks macroeconómicos se transmiten a los hogares pobres urbanos a través del mercado laboral, siendo el desempleo en América Latina particularmente urbano (15% promedio en áreas urbanas versus 3% en zonas rurales).
La insuficiencia de ingresos laborales como determinante básico de la pobreza urbana se ha abordado, en el corto plazo, en materia de diseño de programas de capacitación laboral, provisión de crédito al sector informal, programas mixtos de empleo transitorio y capacitación focalizados en grupos vulnerables (mujeres, jóvenes, adultos mayores, grupos étnicos). En las ciudades de América Latina y el Caribe, los pobres urbanos viven una heterogeneidad de condiciones y carencias que expresan directamente e indirectamente su vulnerabilidad económica. En nuestra región, la pobreza urbana adopta la forma de bajos ingresos vinculados a empleos precarios, falta de capital educativo y activos patrimoniales, y refleja inequidades por razones de género1. La precariedad urbana -entendida como la proporción de los hogares que no tienen cubiertas sus necesidades habitacionales, tales como la materialidad de la vivienda, acceso a servicios (agua y saneamiento) y la tenencia- afecta tanto a los hogares pobres, como también, aunque en menor grado, a los hogares que se encuentran sobre la línea de pobreza por ingresos.
El Cuadro 1 demuestra la interdependencia tanto entre niveles como estabilidad de ingresos de los pobres urbanos, y sus situaciones de carencias y su capacidad de superar dichas circunstancias. Los países con las peores cifras son Argentina, Colombia y Perú, en donde ambos índices crecieron siete puntos porcentuales o más, mientras que Brasil fue el único que mejoró, con una caída del 1,8% en la pobreza y zero,7% en la pobreza extrema. La subida de la pobreza extrema es «consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia que no se compensan con el incremento de los ingresos por trabajo», explica el documento. Además de ofrecer un diagnóstico de los avances recientes y los desafíos que persisten en materia de pobreza y desigualdad, el nuevo informe de la CEPAL analiza la institucionalidad a cargo de las políticas sociales y plantea orientaciones de política en diversos ámbitos clave para el desarrollo inclusivo. Pero aún queda mucho camino por recorrer, enfatiza la Comisión, sobre todo considerando la actual coyuntura económica que augura dificultades para recuperar las tasas de crecimiento registradas en años anteriores y mantener el nivel del gasto público en algunos países. Un nuevo estudio del organismo regional destaca la importancia de generar empleos productivos y decentes, ya que los ingresos laborales representan en promedio 80% del ingreso total de los hogares en la región.
«Una baja tasa de crecimiento, menor comercio, menor innovación, nos vuelven menos relevantes. Pero América Latina se está convirtiendo en un foco más relevante geopolíticamente por la presencia china, sobre todo en el Cono Sur. Y eso genera la necesidad de una política exterior responsable». Al encadenamiento social de la disaster económica, hay que sumarle sus efectos políticos. La profundización de la desigualdad ocasionada por la pandemia se refleja en terrenos como el educativo, donde existe un acceso inequitativo. «Hay sectores que no han podido mantenerse al día con la educación y eso va a tener un costo enorme a futuro en términos de pérdida de capital humano», agregó Santibañes.
En este mismo sentido, agregó que un requisito es alentar la asistencia oficial para el desarrollo y las corrientes financieras, incluida la inversión extranjera indirecta para los estados con mayores necesidades, entre otros aspectos. 6 Se utiliza la clasificación elaborada por la División de Estadísticas de CEPAL, de «empleo formal» y «empleo casual», aplicada en este caso a los jefes de hogar. Más allá de las particularidades en cada país y entre rondas de encuestas, se considera como empleo informal al empleo no calificado en microempresas (aquellas cuyo variable tamaño del establecimiento tiene un número igual o menor a 5 trabajadores), al empleo doméstico y al trabajo independiente no calificado de cualquier rama de productiva.
La tasa de desocupación femenina el año pasado se mantuvo en un eleven,8%, frente al 8,1% de la tasa masculina. Este nuevo documento del organismo regional de las Naciones Unidas será presentado oficialmente, y analizado por autoridades y especialistas de la región, durante la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe, que se llevará a cabo entre el lunes 2 y el miércoles 4 de noviembre en Lima, Perú. La desigualdad sigue siendo un problema crítico desigualdades raymundo campos pdf para América Latina, señala el “Informe Latinoamericano sobre Pobreza y Desigualdad, Juventud Rural y Territorio” (2019), publicado por Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural. Algunos países han podido aprovechar el impulso de sus exportaciones de productos médicos y los productos agrícolas. La CEPAL señala (p. 6) que Guatemala y Honduras se han beneficiado de las ventas de mascarillas y Costa Rica de las de equipos médicos, destinadas principalmente a Estados Unidos.
Bolivia, México y República Dominicana tuvieron un crecimiento de menos de dos puntos porcentuales. Esa limitación de datos impidió también realizar estimaciones sobre los ingresos que posee el zero,1% de la población y el 0,01% y solo se pudo trabajar el 1% más rico. De los casi tres años que ha llevado sacar adelante esta investigación, buena parte de ellos se fueron en reunir la información, que no se encontraba en un solo lugar ni estaban organizados de la misma manera (por ejemplo, el SII cambiaba cada cierto tiempo los tramos de ingreso que informaba). Por ello, reunir 50 años de datos y hacer estimaciones a partir de ellos es uno de los grandes aportes de esta investigación.
La calidad de los ingresos reales de los sectores de pobreza urbana tiene directa e indirecta relación con la posibilidad de mejorar su situación de vida. Para muchas de las condiciones que caracterizan la pobreza urbana en nuestra región, la magnitud y estabilidad de los ingresos influyen tanto en forma directa como indirecta sobre las posibilidades de superar o mitigar la condición. Asimismo, el acceso seguro a la infraestructura colectiva (de agua potable, saneamiento, drenaje, calles, espacio público) también tiene relación con la capacidad de pago, y la falta de educación influye sobre ingresos a futuro.
El crecimiento del ingreso promedio en la mayoría de los países de la región ha sido insuficiente para superar los problemas de la pobreza. Las bajas tasas de crecimiento económico han tenido efectos negativos en el empleo y en la creación de nuevos puestos de trabajo, en especial en las áreas urbanas. Más del 40% de la población urbana en América Latina está empleada en sectores de baja productividad en los mercados de trabajo (CEPAL, 2007).
En 2020 el cierre de las actividades económicas no esenciales se tradujo en destrucción de empleo, particularmente en los meses de marzo, abril y mayo. Sin embargo, en la gran mayoría de los países se establecieron mecanismos para mantener las relaciones laborales. Aunque también se incrementó el número de personas desanimadas, que son aquellas que dejan de buscar empleo porque saben que no lo van a encontrar. Por último, el resultado electoral de Estados Unidos puede potenciar los liderazgos demagógicos. Las medidas de mitigación están siendo importantes, aunque, en el corto plazo, la desigualdad y la pobreza se están incrementando.
Si la recaudación de impuestos se vio afectada por el cierre de actividades y por la caída del consumo, también se han incrementado los gastos públicos. Aunque hablemos en su conjunto de América Latina, las diferencias entre países son muy elevadas. Perú, Argentina, Ecuador, Panamá, El Salvador, México y Colombia han sido los países más afectados. Por el contrario, Paraguay, Uruguay y, especialmente, Guatemala se han visto afectadas en un grado semejante al de otras economías en desarrollo y emergentes. Venezuela es el país que ha registrado una mayor caída de su producción, como en años anteriores, si bien esto no se puede achacar solo al impacto del virus.
La desigualdad absoluta ha seguido creciendo, y si crece en un contexto de desigualdad relativa y pobreza que cae, y la población en basic siente que el bienestar está aumentando, es probable que no importe. Pero si sigue creciendo cuando hay gente de la parte baja o media que está perdiendo, probablemente se crea gran resentimiento”, aseveró. El segundo issue determinante fueron las transferencias gubernamentales, que explican el 17% de la caída, coincidiendo con una serie de programas muy grandes. «También revisar los gastos tributarios, que creo que es otro gran tema que se puede sin duda ampliar. Entonces, analizar la estructura tributaria y los niveles de recaudación», precisó.