Hace un par de años Chile fue aceptado en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). A partir de esta incorporación, en Chile podemos ver comparativamente cómo estamos con respecto de los demás miembros. Según cifras que recopiló Salud Un Derecho, un movimiento ciudadano de Chile que aboga por la reposición de la solidaridad en el financiamiento de la salud y que presentó un informe llamado “Las Cifras de la Desigualdad de la Salud en Chile”, la situación de la salud no se presenta en términos favorables, apareciendo como profundamente desigual. Segundo, mientras que la elite económica parece ser totalmente dogmática, ya que se niega a que el Estado se haga cargo en cualquiera de los ámbitos consultados; la ciudadanía, en cambio, tiene un juicio más reflexivo y pragmático, apoyando mayoritariamente la acción del Estado en algunos ámbitos y minoritariamente en otros. Por ejemplo, respalda fuertemente un rol en salud y educación, pero no así en el caso de las telecomunicaciones. Esta comparación contrasta con el discurso de la –poco pluralista– prensa chilena, que suele poner las demandas de la ciudadanía como un ejemplo de irracionalidad, mientras que sitúa el pensamiento empresarial como ejemplo de cordura y pragmatismo.
Al respecto, explica que al evaluar la información disponible se observa una descomposición de la desigualdad en pérdida dentaria por género. La urgencia en la incorporación de nuevas profesiones al Código Sanitario, debido a las actuales problemáticas que enfrenta el sistema de salud en Chile, quedó de manifiesto por unanimidad en un panel conformado por ex autoridades y expertos del… “La agenda de desarrollo post-2015 solo puede lograrse si comenzamos a trabajar de una manera más colaborativa e intersectorial”, aseveró y agregó que se necesitan, “ahora más que nunca, alianzas multidisciplinarias y multisectoriales para que las personas puedan lograr un nivel óptimo de salud y bienestar”, puntualizó.
Sin duda, una dimensión relevante del descontento social que tiene movilizado al país en estos días. La Organización Mundial de la Salud ha sido enfática en plantear que mientras más inequitativa en términos socioeconómicos es una sociedad, mayores serán las desigualdades en salud. Quienes tienen menos educación formal e ingresos, viven menos años y de forma menos saludable.
Además, esta desigualdad también conduce a la pobreza, creando un ciclo en la relación. Una buena educación, según expertos, tiene la función de adquirir habilidades y certificar desigualdades en salud ejemplos conocimientos para participar aún más en la sociedad, y sirve para “socializar”. Por lo tanto, sin la educación, las personas participan menos en su sociedad.
Fractura que se profundizó durante los 17 años de dictadura y que aún supura. Uno de los grandes déficits que subsiste en regiones es la ausencia de especialidades médicas, odontológicas y otras. Asumir este desafío ha sido tarea compleja para las universidades en parte por la ausencia de profesionales en regiones, disponibles para implementar esos programas y también por las exigencias de los sistemas de acreditación que se les aplican. La desigualdad territorial se agudiza aún más cuando se pone el foco en médicos especialistas.
Busca comprender el rol de la comunicación en la existencia y naturalización de una serie de desigualdades sociales vinculadas a categorías como género, identidad sexual, etnia, nacionalidad y clase social. Difícil explicar por qué después de 32 años de recuperada la democracia (1990), no hemos sido capaces de darle una vuelta de tuerca a un sistema que, con mínima regulación en áreas de la economía, salud y educación, enquistó la inequidad. La multitud se tomó las calles de muchas ciudades en protesta por la desigualdad que mastican, huelen e indigna a los millones que viven hacinados en poblaciones periféricas. Esa inequidad mata igual que la corrupción que se fue instalando y cooptando el sistema político, con leyes que no le han quitado ni una muesca al poder que desde hace décadas ostentan los grandes grupos económicos locales y multinacionales. La disaster en el ámbito de la salud psychological de los chilenos y chilenas es un tema crítico y en el cual podríamos extendernos, sin embargo, el tema que quisiéramos aludir en esta columna es la relación entre la salud psychological y la inequidad existente en nuestro país. ¿Será solamente coincidencia que en Chile tenemos simultáneamente malos índices de salud psychological y malos índices de distribución del ingreso?
Por ejemplo, la concentración de las decisiones de inversión en una pequeña elite le entrega a esta última una capacidad de veto sobre la política económica, sobrerrepresentando sus intereses en el debate público. Por ello es esperable que Chile, con su forma de capitalismo extremo, tenga también una concentración extrema del poder, a pesar de que su democracia cumple con los estándares mínimos para considerarla como tal. Según explicó Borgeat, los principales resultados de su estudio dan cuenta, en primer término, de una disminución de la desigualdad en lo concerniente a caries y utilización de servicios odontológicos, realidad que favorece en gran medida a las mujeres menores de treinta años. La primera declaración sobre los derechos del niño data de 1920 aprobada por la Liga de las Naciones, la cual se disolvió en 1946.
El estudio también establece que la desigualdad en materia de salud oral entre mujeres es aún peor que entre hombres y mujeres. “El impacto que tiene la menor educación es más acentuado entre ellas que en la comparativa con los hombres”, sentencia Marjorie Borgeat. Etienne planteó que para abordar las inequidades y mejorar la salud de la población es necesario “abordar la salud desde un contexto más amplio – contando con la participación de todas las partes interesadas”, dado que la salud está influenciada por una combinación compleja de factores físicos, sociales, económicos, culturales y ambientales. La alta funcionaria de la OPS, oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las Américas, sostuvo que estas desigualdades también ponen en peligro los avances alcanzados hacia la cobertura common de la salud en la región, y que a pesar de los retos, “es nuestra obligación asegurarnos que las acciones políticas alcancen primero a las personas más desfavorecidas”. Asimismo, indicó que las jóvenes de los quintiles más pobres muestran una necesidad insatisfecha de planificación acquainted cerca de cuatro veces mayor que las de los quintiles más ricos; y el embarazo adolescente en algunos países es un 40% más alto en mujeres afrodescendientes.
Cuando conmemoramos forty nine años desde que desde que se oficializó el 8 de marzo como el Día Internacional de La Mujer, de lo que no hay duda, es que seguimos avanzando y pese, a que aún existen brechas, somos conscientes de que, como sociedad, debemos continuar trabajando, por la equidad de género. Durante la conmemoración de un nuevo eight de marzo, desde el Servicio de Salud Coquimbo destacaron el importante rol de la mujer en la salud pública, considerando que más del 70% de la fuerza laboral de esta área son mujeres. Primero, existe una distancia abismal entre las concepts políticas de la ciudadanía y de la elite económica. La ciudadanía quiere mayoritariamente que el Estado se haga cargo de un conjunto de temas claves para la sociedad, mientras que la elite económica, por el contrario, prefiere un Estado que no asuma tal responsabilidad. Las exposiciones contaron con diversos investigadores del área, incluyendo a la Dra.
La desigualdad educativa empuja a muchas niñas y niños fuera de las aulas escolares, haciéndolos vulnerables a la explotación al entorno legal e incluso en casos extremos, al tráfico de personas. Declarar que la salud es un derecho humano no es algo nuevo y si no realizamos acciones concretas y conjuntas puede quedar solo en buena intención lo que no impacta la vida de las personas. Es por esto que el llamado, en este día mundial de la salud, es a sumarnos al mensaje que entrega la OMS, contribuyendo desde todos los espacios posibles – incluida la academia – para posicionar al centro de la agenda a la salud como derecho, es más imperativo que nunca y una tarea que nos compromete a todos y todas. La campaña del plebiscito cobra voltaje y la miseria sigue mostrando la fractura. La pobreza, aumentó por primera vez en veinte años, amenaza con seguir creciendo (10,8% y four,3% en extrema pobreza).
De acuerdo a este estudio, Santiago de Chile es la segunda ciudad con mayores desigualdades en salud, sugiriendo que la esperanza de vida está determinada fuertemente por factores socioeconómicos, tales como el nivel educacional alcanzado. La brecha entre el 10% más educado y el 10% menos educado es de 8 años para hombres, y 17,7 años para mujeres. De este modo, las mujeres chilenas presentan la mayor brecha en esperanza de vida según nivel educacional de las seis ciudades analizadas. “Estar en salud es siempre un agrado, porque es un espacio en el que queremos abordar el tema de las brechas, desigualdades e inequidades que vivimos las mujeres y el acceso efectivo a los espacios de salud de las mujeres, pero también queremos reconocer a las mujeres de aquí, que son el seventy desigualdad social y politica one % de la fuerza laboral de salud pública y realizan un tremendo aporte a la sociedad. Por lo tanto, para mí fue muy satisfactorio estar aquí, hablando de lo que implica el 8M, por qué lo conmemoramos y por qué debemos seguir trabajando organizadamente en la lucha de mujeres para el logro de los objetivos, y este espacio que nos recibe y que de alguna manera también nos invita a instalar una temática tan importante como lo es el enfoque de género”, explicó Keyla Marín.
Finalmente, no podemos olvidar el impacto negativo que la pandemia de COVID-19 ha tenido sobre las personas y sobre los servicios de salud mental. Por todo esto, hay un gran desafío por delante, no sólo en restablecer los servicios previamente existentes, sino en dar un avance sustancial en aquellos temas que estaban pendientes desde antes, bajo la perspectiva de contribuir a mayores niveles de justicia social, participación comunitaria y mejor calidad de vida para todas las personas en nuestro país. Al igual que la mayor parte de los problemas de salud, la salud mental está determinada en forma multi-causal, reflejando la complejidad que hay detrás de esto.
Texto escrito por Andrea Alvarez Carimoney, Académica de la Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Desde el sector salud, en tanto, las mujeres seguirán siendo un aporte basic en la construcción de una mejor salud pública, sistema en el que hoy son protagonistas indiscutidas. En síntesis, en Chile tenemos una desigualdad alarmante en cuanto a la seguridad con que ciertos grupos sociales pueden enfrentar los riesgos propios de la vida y del mercado laboral. Una desigualdad que se conecta con nuestros miedos más profundos y que, por lo mismo, puede generar indignación. “Esta diferencia se vuelve relevante a partir de los cuarenta años y se exacerba a contar de los forty five años, edad en la que las mujeres conserva en promedio solo diecisiete de sus 28 dientes, tres menos que los hombres.
Otra fuente de financiamiento del gasto en salud en Chile son los aportes directos que hace el Estado tomando recursos recaudados por impuestos generales. El informe explica que en Chile el gasto en salud se financia por medio de las cotizaciones legales y obligatorias de los trabajadores, equivalente al 7% del sueldo; estas cotizaciones se colocan en fondos de seguros de salud que se diferencian entre uno público (Fondo Nacional de Salud, FONASA) y otros privados (ISAPRE). Salud Un Derecho señala que los afiliados a los seguros privados de salud aportan montos adicionales de su sueldo para cubrir los planes de salud privados que son más caros. Máster en perfilación y análisis de la conducta legal y en análisis y prevención del crimen.