“Este ritual les encantaba a los niños, pero no sé cómo se fue desvirtuando y los apoderados empezaron a traer dulces y golosinas, cada vez en mayores cantidades, tuvimos que pedirles que no lo hicieran más y nos quedamos solo con el ritual”, relata como anécdota. Allí el Hogar de Cristo atiende a fifty two párvulos en el jardín infantil “Miguitas de ternura”, cuya directora desde hace ocho años es Cristina Díaz, oriunda de esa ciudad. Actualmente la comuna está en fase 2 y con muy poca asistencia presencial de los niños dado que hay que respetar el aforo de 5 alumnos por sala. Entre “20 y 40% del total de los gastos de salud se malgastan” a causa de la ineficacia, por lo que una mejor gestión de los gastos de los hospitales podría traducirse “por un aumento de la productividad de 15%”, según el informe.
“Es una mal llamada Ley de Salud Mental, porque lo que se está discutiendo es un proyecto de Ley de Protección de la Salud Mental y está muy orientada a personas que presentan afecciones de salud psychological o abiertamente alguna discapacidad psíquica o intelectual. Lo que propone esta ley es hacer definiciones y declaraciones para el respeto de los derechos fundamentales de estas personas, muy orientada a evitar a que se generen más situaciones de vulnerabilidad, estigmatización, discriminación y marginación hacia este grupo”, dice María Isabel Robles, trabajadora social y experta en temas de salud mental. Así como ella, son miles las personas que directa o indirectamente, lidian con temas relacionados a la salud mental, un ítem históricamente abandonado y estigmatizado en Chile. Según una encuesta realizada por el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) el año 2018, el 17% de la población nacional tiene síntomas depresivos y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile tiene la población con más altos niveles de depresión, a pesar de tener un ingreso per cápita elevado.
hacer las cosas bien. El documento de la OMS fue presentado en Berlín, donde el lunes comenzó una conferencia ministerial sobre el financiamiento de la salud. Según una investigación de Harvard citada por el informe, las enfermedades o las facturas médicas contribuyeron al 62% de las bancarrotas totales de familias en Estados Unidos en 2007, contra 50% en 2001. El estudio afirma que el tabaquismo condena a las familias de los fumadores a vivir cada vez con menos debido a que éstos utilizan en la compra de cigarrillos gran parte del dinero que deberían destinar a gastos esenciales de alimentación, salud y educación.
El decreto de emergencia que ahora finaliza es la herramienta que la OMS usa para agilizar decisiones cuando una enfermedad tiene un impacto grave en la salud pública, es inusual e inesperada, con riesgo de expansión internacional, y tiene capacidad de generar restricción de movimientos de bienes o personas. El acceso económico se outline como “la posibilidad que tiene una familia o una comunidad para obtener, comprar o alcanzar los alimentos necesarios para satisfacer sus requerimientos nutricionales de forma permanente”[36]. Este acceso depende de variables como el empleo, que es otro determinante social para una buena nutrición, dado que asegura un nivel de ingresos regulares utilizados en recursos de bienestar[30]. Por otro lado, según reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en el mundo hay suficiente comida para que toda la población pueda alimentarse adecuadamente. El problema es que se desperdicia entre 30 y 50% de todo el alimento que se produce, y la distribución no es equitativa en las regiones.
Las opciones de protección social en salud tienen un amplio rango y cabe precaver que alcance efectivamente a quienes lo necesitan (no sólo a los más pobres). “En los países en los que el financiamiento de la salud se garantiza en gran parte por la facturación de la atención médica a los propios pacientes, los gastos de salud llevan cada año a hundred millones de personas a la pobreza”, señala el Informe 2010 sobre la salud en el mundo de la OMS. Además, las personas que viven en situación de pobreza extrema o indigencia sufren de una estigmatización por parte del resto de la sociedad, que hace que llegar a un tratamiento adecuado sea incluso más difícil. Decimos que son descuidados, flojos y viciosos, cuando muchas veces son situaciones que responden a enfrentar duelos no resueltos, pérdidas de trabajo, vínculos con personas significativas que se van rompiendo y no entendemos que los procesos que las personas viven desencadenan temas de salud mental”.
La OMS reconoce que la presión financiera ligada a la disaster y el envejecimiento basic de la población hacen que cada vez más enfermedades crónicas y tratamientos caros requieran aumentar los fondos necesarios. La OMS considera que una de las mejores formas de evitar esas bancarrotas familiares es el aumento de los niveles de prepago, que evitan a los pacientes tener que financiar directamente la atención médica. Algunos férreos defensores del modelo neoclásico han llegado a plantear que la pobreza estaría enraizada en características psicológicas y comportamentales –tales como el alcoholismo o la flojera– de los estratos de menores ingresos. A pesar del inimaginado progreso materials que hemos experimentado en las últimas décadas –fundamentalmente en occidente– aún existen en el mundo más de dos mil seiscientos millones de pobres (casi un tercio de la población total). “Ya a nivel de hospitalización tenemos brechas importantes en psiquiatría infanto adolescente y adulta, y el 50% de la oferta se encuentra en la Región Metropolitana, por lo que hay desigualdades en la distribución de esa atención a lo largo del país”, explica. Etienne destacó que la salud materno infantil, las enfermedades transmisibles, la inmunización rutinaria, y la prevención y management de enfermedades no transmisibles se están viendo particularmente afectadas por el COVID-19.
Por esta razón, el transitar desde la medicina curativa a una preventiva introduce necesariamente distorsiones en la línea de pobreza monetaria que, desde un punto de vista metodológico, no pueden ser controladas de una manera sencilla. ¿Pero cómo pueden acatarla las 77 mil familias del quintil de más bajos ingresos que viven hacinadas? Las autoras de esta columna argumentan que esa precariedad es hoy un issue que facilita el contagio. En este detallado mapeo del hacinamiento y la disponibilidad de agua potable en los campamentos, las autoras destacan que la pandemia ha dejado al desnudo el rol social que cumplen las viviendas.
En consecuencia, se estableció una agenda internacional proyectada hasta el año 2030 que se compone de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles y 169 metas. Más del 70% de la lista de espera de oftalmología son vicios de refracción, es decir, problemas que son perfectamente abordables, de fácil diagnóstico por parte de una persona que ha estudiado diez semestres, como son los tecnólogos médicos con mención en
Dentro de las evaluaciones de resultados se incluyen las evaluaciones de impacto, que miden los efectos a largo plazo y acumulados. Otros aspectos dicen relación con la validez y confiabilidad de los indicadores establecidos para la evaluación, la disponibilidad de la información, la validez de los diseños de evaluación. Según el director common de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, “el aumento del gasto interno es esencial para lograr la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud”. Agregó que “pero el gasto sanitario no es un costo, sino una inversión en la reducción de la pobreza y la promoción del empleo, la productividad, el crecimiento económico inclusivo y sociedades más sanas, seguras y justas”. El gasto sanitario se compone de gasto público, pagos directos (esto es, los pagos realizados por las personas para sufragar los costos de la atención recibida) y fuentes como el seguro médico voluntario, los programas de salud proporcionados por los empleadores y las actividades de las organizaciones no gubernamentales.