Pero las temporadas de sequía y épocas de lluvia extrema merman sus cosechas y perjudican su ganado, y no cuentan con los medios económicos necesarios para adaptarse a los efectos del cambio climático. “Este congreso es muy productivo, porque tenemos contacto presencial con investigadoras e investigadores con los que trabajamos todo el año. Aquí vemos investigaciones realizadas por latinoamericanistas de todo el mundo, que son relevantes para América Latina. En ese contexto, es importante pensar los cambios culturales, sociales y políticos y los desafíos para la comunicación en la instalación de nuevas narrativas”, apunta. Estos tres ejemplos los leímos en esta presentación desde un presente político en que todavía estamos viviendo los coletazos del denominado estallido social de octubre de 2019, que puso en evidencia la polarización del país y la extrema desigualdad que lo afecta”, agrega la académica FCEI. El Coeficiente de Gini de Puerto Rico es de 0,55, y es solamente superado por Sudáfrica y Zambia en desigualdad.
Sumado a esto, existen importantes brechas socioeconómicas en la calidad de la educación recibida, brechas que también se transmiten de una generación a otra. Parte de las brechas de calidad se relacionan a los altos y crecientes niveles de segregación escolar que presenta la región. El PNUD es la principal organización de las Naciones Unidas que lucha para poner fin a la injusticia de la pobreza, la desigualdad y el cambio climático. Trabajando con nuestra amplia purple desigualdad económica entre hombres y mujeres de expertos y socios en a hundred and seventy países, ayudamos a las naciones a construir soluciones integradas y duraderas para las personas y el planeta.
“Son las nuevas generaciones las que tendrán que enfrentar los desafíos que hoy la CEPAL plantea con mayor énfasis en la senda del cambio estructural con igualdad y sostenibilidad ambiental. También tendrán que enfrentar la construcción de democracias pluriétnicas, libres de racismo, en las que las juventudes afrodescendientes avancen en el igual disfrute de los derechos humanos, así como en el derecho a ser colectivos diferentes”, acotó. La percepción de los ciudadanos sobre su nivel de vida se ha deteriorado, al igual que su confianza en el gobierno y su apoyo a la democracia. La proporción de trabajadores en empleo casual se ha mantenido alta (en el 57%), mientras que las disparidades en el bienestar han persistido entre los grupos de población. Aseguran que hay que robustecer las políticas públicas en materia de motos y perder el miedo de aplicar “control y autoridad”. Desde luego, las ideas expuestas solo constituyen una primera aproximación en torno del modelo figuracional para determinar en qué dirección puede aplicarse, desarrollarse y utilizarse dentro del análisis político.
Los países de ALC tienen mercados laborales segmentados y sistemas de protección social que reproducen desigualdades e incentivan la organización de la producción en negocios muy pequeños y poco productivos. Uno de los objetivos de investigación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es comprender las características de la vulnerabilidad de los estratos medios, las necesidades de políticas y las capacidades institucionales para implementarlas. En el marco del programa Mecanismo Regional para el Desarrollo en Transición, de la CEPAL y la Unión Europea, se busca establecer un cuerpo analítico consolidado sobre la vulnerabilidad de las clases medias en el conjunto de la estratificación social y su relación con la inclusión social y laboral.
“El reporte destaca que las oportunidades de movilidad son afectadas por distintos tipos de riesgos, que no están asociados solamente a disaster macroeconómicas o a los peligros del cambio tecnológico, que amenaza con destruir fuentes de empleo. Los últimos años nos demostraron que los riesgos relacionados a la salud, como lo manifestó la pandemia del COVID-19, pueden traer también importantes efectos desigualadores. Además, hoy es de important importancia y en las próximas décadas lo será aún más, asegurar las oportunidades de los más vulnerables contra los riesgos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad en la región”, señaló Díaz-Granados. “América Latina y el Caribe es desde hace décadas y quizá siglos, una de las regiones más desiguales del mundo. Esto sigue siendo cierto a pesar de los progresos económicos y sociales de los últimos veinte años, que no han bastado para deshacer las raíces profundas que tiene la desigualdad en nuestra región.
Entre 2007 y 2017, afirma el organismo multilateral, por cada punto porcentual de aumento del PIB el índice de Gini se ha reducido un 0.05 % en Panamá, frente a un 0.28% en promedio regional. El economista Felipe Argote se muestra en desacuerdo con las comparaciones del BID, señalando que no podemos compararnos con países como Honduras Guatemala, Colombia y Venezuela, toda vez que por supuesto que somos superiores, nuestro ingreso es igual al de Uruguay y al de Chile, por lo que “esa es la única comparación viable”. Agrega que en El Salvador o Uruguay, por ejemplo, las desigualdades son una tercera parte de las de Panamá. Ciudad de Panamá — En lo que parece ser una paradoja, Panamá continúa siendo una de las naciones más desiguales en Latinoamérica, pese a tener una de las economías más dinámicas de la región, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El informe examina una serie de amenazas que han ido adquiriendo mayor prominencia en los últimos años, como las relacionadas con las tecnologías digitales, las d…
Lo que adquiere mayor relevancia es la interdependencia entre estos polos, expresada a través de diferentes formas de proceso social. Y para someter esta interdependencia a observaciones empíricas, es necesario incorporar al análisis la dimensión emocional. Como ves, la desigualdad económica es un problema que tiene muchas facetas y múltiples consecuencias. Son muchas las iniciativas que se han llevado a cabo hasta ahora para terminar con esta situación, pero no son suficientes, es necesaria una gran implicación por parte de todos. En 2017, Oxfam Intermón reivindicaba al G7 que actuara para poner fin a las cuatro hambrunas que en Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen están poniendo en peligro la vida de su población, pues los siete países más pudientes del mundo podrían sufragar la mitad de los fondos que se requieren para lograrlo.
Esto quiere decir que la inserción en el trabajo remunerado es fundamental, pero no suficiente para alcanzar la inclusión laboral. Se requiere acceso a trabajos productivos, bien remunerados y con acceso a la protección social, en explicit para las mujeres y las personas jóvenes, remarca la CEPAL. Si bien se observa una mejora en ciertas dimensiones de los mercados laborales entre 2020 y 2022, la región vive una disaster en cámara lenta en materia de inclusión laboral, entendida no solo como la inserción laboral sino también como las condiciones en que se accede al empleo en el mercado laboral, explica el organismo regional de las Naciones Unidas.
En el caso de las personas migrantes, la sobrecalificación y la discriminación también afectan su inclusión laboral. Los esfuerzos realizados por los países respecto de la inversión en políticas laborales, que en promedio llegan al 0,34% del PIB, resultan insuficientes. Es necesario transitar de la inserción laboral a la inclusión laboral, garantizando el acceso a empleos de calidad, ingresos laborales mayores al salario mínimo y acceso a la protección social, en particular para las mujeres y las personas jóvenes. Para América Latina —la región más desigual del mundo— la desigualdad social representa, además, un rasgo estructural y por tanto un desafío basic. desigualdad en estados unidos En respuesta al mandato conferido por los países latinoamericanos y caribeños a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe durante la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe celebrada en Lima en noviembre de 2015, el presente documento profundiza en el análisis de la matriz de la desigualdad social en la región. El análisis se centra en algunos de los principales ejes que estructuran la desigualdad social (el género, la pertenencia étnico-racial, la edad o etapa del ciclo de vida y el territorio), con el fin de ilustrar su peso en la magnitud de las brechas de desigualdad, en su permanencia y en su reproducción.
En este período, una de las principales limitaciones para la continuidad educativa fueron las desigualdades en el acceso a conectividad, equipamiento y habilidades digitales. En 2021, en eight de 12 países de la región más del 60% de la población pobre menor de 18 años no tenía conectividad en el hogar. De esta forma, en 2021 la tasa de pobreza de América Latina alcanzó el 32,3% de la población complete de la región (una disminución de 0,5 puntos porcentuales respecto a 2020), mientras que la tasa de pobreza extrema fue de 12,9% (0,2 puntos porcentuales menos que en 2020). El reporte concluye con una serie de recomendaciones para dotar a las nuevas generaciones de mayores oportunidades para acumular habilidades, mejorar el funcionamiento de los mercados laborales para que brinden alternativas de calidad para los trabajadores y promover formas seguras y rentables de acumulación de activos para todos los miembros de la sociedad.
El renovado interés de las ciencias sociales latinoamericanas por la desigualdad dio lugar a una prolífica producción empírica que retomó perspectivas y temáticas de larga tradición, así como también a nuevas preguntas y enfoques. Antes de entrar en detalles sobre América Latina, vale mencionar que en el reporte se ofrece las primeras estimaciones sobre la desigualdad de ingresos entre hombres y mujeres a nivel mundial. Detalla que “en general, la proporción de mujeres en los ingresos totales del trabajo (rentas del trabajo) se acercaba al 30% en 1990 y alcanza el 34% en la actualidad”. En el informe del año pasado se puso de relieve el aumento de los riesgos relacionados con la deuda en todas las economías en desarrollo, tanto de ingreso bajo como mediano, pero la tensión se intensificó para los países más pobres del mundo, que se vieron presionados por pagos del servicio de la deuda más elevados.
Durante su intervención, la Vicepresidenta de Costa Rica afirmó que «la juventud afrodescendiente no podrá superar la dramática situación que vive sin el apoyo de todas las partes. Debemos comprometernos a que en 2030 todas y todos tendrán derecho a terminar la secundaria de forma obligatoria, gratuita y de calidad, solo así lograremos disminuir brechas”. Nuestros resultados también muestran que existe una gran diversidad de experiencias entre los países en cuanto a los resultados de bienestar. Por ejemplo, si bien las tasas de homicidio disminuyeron en promedio en los 11 países analizados entre 2000 y 2018, las tendencias nacionales variaron ampliamente, ya que los homicidios se redujeron a más de la mitad en Colombia y se triplicaron en México durante el mismo período.