“Habría que analizar los datos después de la pandemia, para ver si no hemos empeorado”, comenta Marjorie Borgeat. Las palabras de Etienne se dieron en el marco del encuentro inaugurado por la Presidenta Michelle Bachelet, en su calidad de copresidenta del grupo asesor de alto nivel de la iniciativa Todas las Mujeres, Todos los Niños (EWEC, por sus siglas en inglés). Los Estados Partes que aceptaron las normas de la Convención deben convertir estas normas en una realidad para todas las niñas y niños en sus respectivos ordenamientos jurídicos de manera que no puedan contravenir o impedir el disfrute de estos derechos. Los gobiernos de manera periódica deben presentar informes sobre los progresos en el cumplimiento de todos los derechos. La Convención Sobre los Derechos del Niño es un tratado internacional que existe para establecer las normas mínimas que aseguren la vida, el bienestar, la protección y la libertad de los niños y niñas.
¿Cómo se relaciona la desigualdad con el estallido social que vive Chile desde octubre de 2019? En este texto abordo esta pregunta tratando de ser riguroso y apegado a los hechos, pero consciente de que, más allá de lo bien que podamos caracterizar tanto la desigualdad como el estallido social, establecer una relación entre ambos fenómenos es un ejercicio eminentemente especulativo. Constanza Solís, estudiante de quinto año en Pedagogía en Biología y Ciencias Naturales expresó que “como estudiante es súper fundamental que existan estas oportunidades en donde uno pueda participar de estas importantes conversaciones sobre la desigualdad. Desde la perspectiva de Pedagogía, como profesora, sé que se producen ciertas desigualdades en las aulas, que nosotros debemos tomarlas en cuenta”. Otro aspecto al que hace mención el estudio es que esta situación prácticamente no ha cambiado desde 2003. Es decir, en materia de conservación de la dentadura Chile está estancado, tanto en mujeres como en hombres.
Ha sacado a la luz las desigualdades económicas y las frágiles redes de seguridad social que hacen que las comunidades vulnerables tengan que sufrir las consecuencias de la crisis. Al mismo tiempo, las desigualdades sociales, políticas y económicas han amplificado los efectos de la pandemia. Asumiendo las consecuencias del anómalo proceso de desarrollo chileno, una de las misiones que desde sus inicios han asumido las universidades regionales, ha sido luchar contra las desigualdades regionales, siendo el área de la salud uno de los ámbitos de mayor preocupación. En efecto, los profesionales que ellas han formado son los que integran una parte significativa del personal de salud que se desenvuelve en hospitales y consultorios de la vasta geografía chilena.
Entonces, la única opción que queda para conservar los dientes es pagar una consulta privada, pero ¿cómo puede hacer eso una mujer que carece de ingresos o que si los tiene los prefiere destinar, por ejemplo, al cuidado de sus hijos? En efecto, dado que la mujer asume la mayor parte de la carga de cuidados y que muchas veces es la jefa de hogar se suele postergar por otros y deja a la espera sus propios cuidados”, sostiene la académica e investigadora. Estudios internacionales como los de Parcel, Dufur y Cornell (2010) coinciden en afirmar que la pobreza material es un factor de riesgo para niñas y niños, ya que implica menor acceso a recursos educativos que apoyen el proceso de aprendizaje, como materiales y actividades educativas. Por su parte, Weiss y otros (2009) establecen que «padres, madres o cuidadores que viven en condiciones de pobreza o estrés económico experimentan más problemas de salud mental, que pueden limitar su habilidad para apoyar los estudios de niñas y niños e incrementar la probabilidad de uso de prácticas punitivas. También enfrentan más barreras logísticas para acercarse a la escuela como falta de transporte, falta de flexibilidad de tiempo diario y falta de tiempo para vacaciones».
Para responder esta pregunta revisamos la investigación internacional, la cual resumimos brevemente a continuación. Enfermeras, médicas, TENS, kinesiólogas, ingenieras, asistentes sociales, abogadas, psicólogas, matronas, secretarias y la lista sigue, y es que son numerosas las profesiones y oficios de miles de mujeres que diariamente se desempeñan en los establecimientos de salud pública de nuestra región. Es por ello que, en una nueva conmemoración del 8 de marzo, el Servicio de Salud Coquimbo, realizó un significativo acto en sus dependencias, para reflexionar sobre la lucha que han dado y continúan dando cientos de mujeres en todo el mundo por la equidad de género y la erradicación de las brechas existentes en esta materia.
Las desigualdades sociales contribuyen a las desigualdades educativas porque restringen la habilidad cognitiva y no cognitiva. Según un estudio del Economic Policy Institute sobre niños y niñas de guardería del año 1998 y 2010, hay un hueco de desempeño entre los niños en el nivel socioeconómico más bajo y más alto que persisten entre ambas clases. Esto es importante porque las habilidades cognitivas y no cognitivas son importantes para el éxito en la escuela y en otros aspectos. Sin estos éxitos, no habrá buenas perspectivas económicas en el futuro lo que conduciría a una falta de movilidad social.
Los contenidos de la capacitación se centraron en la introducción a los conceptos de equidad y desigualdad social en salud, diversas métricas para análisis en la materia y cómo establecer metas nacionales en sanidad con enfoque de reducción de desigualdades. Los autores plantean que la esperanza de vida coincide con un patrón geográfico claro al inside de la ciudad, evidenciando la segregación socioeconómica y de nivel de salud en Chile. Se observó que la mayor esperanza de vida se concentra desde el centro y hacia el oriente de Santiago, con una expectativa de hasta 17,7 años más en estas zonas favorecidas. La implementación del aborto por plazos, que establezca una edad gestacional límite como ocurre en otros países, sería una oportunidad de hacernos cargo del aborto inseguro, que representa una carga desproporcionada para las mujeres y para el sistema de salud.
En efecto, y solo como ejemplo, en marzo 2021 solamente algunos Servicios de Salud cuentan con oncólogos médicos, especialistas en medicina nuclear o geriatras como parte de su dotación efectiva. Magíster en trauma y psicoanálisis relacional, Universidad Alberto Hurtado.Full traimer psicoterapia EDMR, EDMR Institute.Diplomado interdisciplonario en Derecho internacional de los Derechos Humanos, U.Chile. Fundadora Unidad de trauma y disociación; Instituto Psiquiátrici Horwitz Barak. Docenteen trauma en Formación de especialidad de psiquiatría, Universidad de Santiago. Magister en Neuropsicología y Neurología de la Conducta, U. Autónoma de Barcelona. Docente y colaborador en investigación en el campo de la Psicología Forense y Neuropsicología en diversas Universidades nacionales y extranjeras.
three En specific, mientras la primera podría explicar por qué amplios sectores de la población están tan “descontentos con el modelo”, la segunda desigualdad explicaría por qué este descontento no se canalizó de forma gradual a través de la institucionalidad política y tuvo que explotar de esta manera. EWEC fue lanzada en 2010 por el ex secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, como un movimiento global para movilizar e intensificar la acción nacional e internacional de gobiernos, organismos multilaterales, el sector privado y la sociedad civil para abordar los principales problemas de salud que enfrentan las mujeres, niños y adolescentes de todo el mundo. La reunión en Chile marca la puesta en acción en América Latina y el Caribe la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente, que representa una hoja de ruta para poner fin a las muertes evitables de mujeres, niños y adolescentes dentro de una generación, y garantizar su bienestar. “Las inequidades en salud de la mujer, el niño y el adolescente no solo son injustas, también amenazan los avances en la salud que hemos logrado en las últimas décadas, y ponen en peligro el crecimiento económico y desarrollo social de América Latina y el Caribe”, advirtió la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne. La COVID-19 también pone en riesgo los escasos avances que se han conseguido en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres durante las últimas décadas. Prácticamente en todos los ámbitos, desde la salud hasta la economía, desde la seguridad hasta la protección social, los efectos de la COVID-19 han agravado la situación de las mujeres y las niñas simplemente como consecuencia de su sexo.
Conocer los derechos de las niñas y niños nos sensibiliza y nos hace responsable de su cumplimiento. Es reconocer que son seres humanos y titulares de sus propios derechos, al igual que los adultos. Es prestar atención a sus derechos específicos adecuados a sus necesidades especiales. Estos Derechos se crean para buscar el adecuado desarrollo de la infancia, la cooperación internacional en esta materia y que los derechos se apliquen de manera global.
Esta desigualdad en salud en Chile se traduce en un per cápita bajo y una desigualdad muy alta, por lo que el documento plantea la deseabilidad de que el país pueda aumentar su per cápita pero acompañado de una mejor distribución de los recursos del país, de tal manera que se vea reflejado en los indicadores señalados y que acerque a Chile a países desarrollados como los de Europa. Se señala que éste es un issue de desigualdad, lo que queda demostrado por el negativo coeficiente Gini que caracteriza a Chile en comparación con muchos otros países del mundo, según cifras que reporta el Informe de Desarrollo Humano que emite el PNUD (2010) y publicadas por Salud Un Derecho. Hace un par de años Chile fue aceptado como parte de la OCDE (Organización por la Cooperación para el Desarrollo Económico). Gracias a las cifras de comparación entre los diferentes países, en Chile ya podemos ver cómo estamos con respecto de los demás miembros. Las sociedades con mayor inequidad generan más ansiedad, vergüenza, depresión y otras emociones negativas.
La pandemia por COVID-19 puso de manifiesto las grandes desigualdades e inequidades en salud – particularmente de nuestra región de Latinoamérica y el Caribe- y los turbulentos tiempos submit pandémicos, en materia social y política, así como las naturales resistencias a los cambios, han hecho más complejo lograr aplicar con rapidez las lecciones dejadas por la devastadora pandemia. Lamentablemente, la disaster política y social actual está agravando nuestra ya frágil salud mental debido a la violencia, la incertidumbre, el desempleo, mayores dificultades de acceso a la salud, el aumento de la polarización que trae el conflicto a nivel acquainted y social, y la experimentación (y re-experimentación) de situaciones traumáticas. Si bien es muy reciente para cuantificar el impacto de la disaster en la salud psychological a nivel país, el Ministerio de Salud ya ha reportado un aumento en 22 % de las licencias médicas por salud mental, llegando a las 6.000 diarias (Daza & Zuñiga, 2019). También se ha reportado un incremento importante en el número de consultas por trastornos mentales; un aumento, prácticamente al doble, del uso de medicamentos tranquilizantes o antidepresivos, y un incremento alarmante de personas que señalan que desearían poner término a su vida (Mañalich, 2019). En este texto sostengo que, por un lado, la desigual exposición a la incertidumbre es un problema relevante, que impacta fuertemente en la calidad de vida de quienes viven en Chile.
Los fármacos, como lo ha planteado el colegio de la orden, deben ser considerados bienes sociales para interés common de la nación y la salubridad pública, por lo que su acceso debiera vincularse a la pink de salud pública y no depender de su oferta en establecimientos comerciales. En octubre de 2019, había 59 comunas sin farmacias, en las que el Ministerio de Salud se proponía instalar establecimientos farmacéuticos. En efecto, la lógica comercial que domina la oferta de medicamentos margina a una parte importante de la población que vive en territorios aislados rurales, de baja población o distante de sus cabeceras comunales. Por último, el Dr. Mujica agradeció la invitación a la instancia, haciendo referencia a la trayectoria de Chile en “la lucha por la justicia social” y en materia de salud pública, contrastando con que su buen historial no libraba al país de “esta terrible desigualdad y pandemia pandemia silente, que es la desigualdad social y en salud”.
Además, en las sociedades con más inequidad hay menos movilidad social (donde los privilegios económicos son pasados de generación en generación), generando un círculo vicioso entre ambos. El intentar surgir, sin tener las posibilidades reales de hacerlo, resulta en frustración, genera violencia, lleva a delinquir para obtener lo que se desea, o al abuso de sustancias como forma de escapar de las desigualdad tipos emociones negativas. La erosión del capital social y debilitamiento de los lazos sociales, la cual es más frecuente cuando hay mayor desigualdad, genera desconfianza, falta de voluntad para ayudar a otros, baja participación electoral, tasas más altas de crímenes violentos y encarcelamiento. Con todo, no hay evidencia de que las desigualdades discutidas hayan aumentado en los últimos 30 años.