Precariedad, Precariado Y Precarización: Un Comentario Crítico Desde América Latina A The Precariat The Brand New Harmful Class De Man Standing

El problema más generalizado que se observa entre los hogares pobres es la falta de acceso al saneamiento, seguido por la incapacidad de asegurar la tenencia de la vivienda y acceder a redes de agua potable. Finalmente, el hacinamiento continúa siendo una característica predominante de los hogares urbanos pobres. El desafío principal de los sectores urbanos de pobreza, respecto al tema de los servicios urbanos (agua y saneamiento) es la calidad y el acceso efectivo. En basic, existen grandes variaciones entre pobres urbanos en el acceso a los servicios (de buena o deficiente calidad), siendo en gran medida la edad del asentamiento el factor determinante (por ejemplo, los nuevos asentamientos irregulares peri-urbanos habitualmente carecen de servicios) (Banco Mundial, 2004).

pobreza por precariedad

A fin de lograr el crecimiento económico urbano a favor de los pobres, es necesario reconocer la contribución del sector informal al desarrollo económico y al empleo. Pese a que las empresas informales tienen un estatus no reconocido y no están sujetas a regulaciones adecuadas en materia de producción y empleo, producen y distribuyen bienes en los mercados y tienen numerosas interdependencias con la economía formal. Revisaremos las estrategias públicas actuales para atender a la vulnerabilidad económica de los pobres urbanos, desde el campo del habitat y la intervención urbano-territorial. Antes de profundizar en la experiencia en la región en esta temática, es importante recalcar que políticas orientadas a fomentar un crecimiento económico elevado y sostenido, así como un desarrollo productivo fundado en el aumento de la productividad y la incorporación continua de innovaciones, son claves para la generación del empleo productivo8. Con respecto a los programas de regularización de la tenencia, las complejas manifestaciones de la informalidad urbana del suelo, la multiplicidad de actores que intervienen, la falta de transparencia en lo que concierne a la propiedad del suelo y el enorme volumen de títulos que deben procesarse, constituyen serias dificultades para la implementación de estas iniciativas. Las estrategias de mejoramiento de los asentamientos informales incluyen inversiones para dotarlos de mejores infraestructuras y servicios urbanos, así como para desarrollar programas destinados a mitigar los principales problemas sociales de las comunidades y mejorar su calidad de vida en basic.

Se debe hacer hincapié en las personas más pobres, independientemente del lugar donde vivan, e invertir en el bienestar y el futuro de los países de todos los niveles de ingreso. Los datos —desde la información recogida en encuestas de hogares hasta los píxeles de las imágenes satelitales— pueden contribuir a la formulación de políticas y promover la actividad económica, actuando como una herramienta poderosa en la lucha contra la pobreza. Hoy en día se dispone de más datos que nunca, pero se desaprovecha la mayor parte de su valor. Al mismo tiempo, los datos son una espada de doble filo; por eso se requiere un contrato social que fortalezca la confianza —protegiendo a las personas de los daños y el uso indebido— y ayude a lograr un acceso y una representación equitativos.

Esta paradoja, unida a una sensación de impotencia y falta de management sobre las decisiones del gobierno, ha alimentado la polarización política y los enfoques políticos introspectivos. La desigualdad sigue en aumento, invirtiendo las dos décadas de reducción que se registró antes de la pandemia de COVID-19. Atendiendo a esa clasificación Suiza, Noruega e Islandia ocupan los primeros puestos del Índice de Desarrollo Humanos, mientras que Estados Unidos se sitúa en el 20 y España en el 27. Chile, en el puesto forty four, encabeza la lista de países latinoamericanos que cierra Honduras con el lugar 138.

En el caso de las colonias encuestadas, se identificaron cuatro tipos de contrataciones (cuadro 9). En orden de importancia, la primera se refiere a la contratación de base, planta o de tiempo indefinido, la cual representó el 44% de la población ocupada; estos son los trabajadores que cuentan con la mayor seguridad laboral. El tercer tipo comprende a trabajadores temporales o por obra, que registraron un 23%; estos trabajadores, a pesar de contar con empleo, viven con la incertidumbre de que en cualquier momento ya no se les contrate. Los tres últimos tipos de relaciones laborales sumados representan el 56% de la población ocupada y se asocian a trabajos eventuales, informales y sin ninguna prestación; es decir, trabajadores que están en una situación altamente weak desde el punto de vista laboral. En el caso de América Latina, la heterogeneidad de la estructura social tiene sus propias singularidades, con lo que el precariado en tanto clase en formación parece hallarse aún menos delineada que lo señalado por Standing para las economías del Norte Desarrollado.

Este tipo de análisis forma la base de aquel diagnóstico que definió el problema del retraso relativo de Europa occidental respecto a otras economías avanzadas como “euroesclerosis”, es decir, como un exceso de regulación y rigidez que impedía la rápida adecuación a las circunstancias siempre cambiantes del mundo actual. Importantes documentos de la UE, como ser el Libro blanco de 1993 titulado Crecimiento, competitividad, empleo – Retos y pistas para entrar en el siglo XXI y la Agenda 2000, han basado gran parte de su diagnóstico sobre los logros tan poco satisfactorios de Europa en materia de crecimiento económico y creación de empleo en este tipo de argumentos. En muchos casos, elementos de los tres enfoques aquí analizados se mezclan de formas muy variadas y a veces incluso contradictorias. Estos enfoques se ven complementados por diversas hipótesis explicativas como las que se enumeran a continuación. Desde la perspectiva de potenciar a los sectores de pobreza urbana como protagonistas de su propio desarrollo, se recomienda entablar una agenda del habitat para atender la vulnerabilidad económica de los pobres urbanos. En este contexto, se debiera buscar el mejoramiento de las condiciones del habitat, entendiendo que éstas forman parte de la dotación de capital físico y económico de los sectores urbanos de pobreza.

Los trabajadores que se dedican a ocupaciones no calificadas tienden a permanecer en la misma condición de pobreza. Y la combinación de todo lo anterior se puede traducir en una rigidez en la movilidad laboral (Bayón, 174, p. 2009). De acuerdo a los resultados del índice global por necesidades básicas insatisfechas, la mayor proporción de hogares se ubicó en el estrato de los pobres indigentes, como se observa en el cuadro four; seis de la siete colonias indican una fuerte intensidad de la pobreza en la que está sumida la población.

Es una tendencia reciente en América Latina y es un problema crítico para el grupo de países de Argentina, Colombia, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela donde, en 2002, las tasas son mayores al 15%. Un segundo grupo de países lo constituyen Brasil y Chile, donde el desempleo, a principios de la década de 2000, alcanza a más de un 10% (CEPAL, 2005). La temática del capital social refiere a las relaciones de reciprocidad y confianza entre las personas y grupos, la densidad y características del tejido social, y la naturaleza de los lazos que unen con otros. Lo definitorio del capital social es que es relacional, y tiene que ver con las conexiones y redes entre las personas y grupos inmersos en la estructura social. Derivan del fortalecimiento del capital social políticas de fortalecimiento real de la asociatividad, la participación ciudadana y la colaboración recíproca en iniciativas de interés común (Arriagada, Miranda y Pavez, 2004).

Esos valores pueden oscilar entre 0, como el valor que indica la peor situación; 2 que implica una situación medianamente adecuada; y 3 que apunta a la mejor situación. Por lo common, el valor que representa la mejor situación del estado de las dimensiones, se fija como la norma idónea de cada conjunto de variables que forman una dimensión. Posteriormente, se realiza la suma de los valores del conjunto de variables que componen cada dimensión y se divide entre el valor que representa la situación idónea. Finalmente, se suman los resultados de cada dimensión y se divide entre el número total de dimensiones, con lo que se establece el índice global de necesidades básicas insatisfechas del MMIP (cuadro 3). Muy a menudo se produce una diferencia entre las políticas formuladas y los logros en la práctica, entre lo que debidamente esperan los ciudadanos y lo que experimentan a diario.