He ahí, posiblemente, lo primero que uno debe aprender a propósito de lo que enseña, esto es, que a veces acabamos ocupándonos de algo no por una elección limpia y directa, sino como resultado de la consternación que nos producen las alternativas que tenemos a la mano. Por lo mismo, nunca es aconsejable utilizar la palabra vocación en un sentido demasiado fuerte ni depositar tampoco esperanzas excesivas en el hecho de que vayamos realmente a cambiar algo del mundo o de las personas cuando nos instalamos en medio de un grupo de alumnos para compartir con ellos determinadas materias. He descubierto también que mostrar alguna distancia respecto de lo que uno se apresta a enseñar, puede constituir un recurso eficaz para que los estudiantes acorten la que en mucha mayor medida suelen ellos tener cada vez que se asoman a una de nuestras aulas. La versación de Sergio Gutiérrez en la disciplina que escogió enseñar aparece de manifiesto en su libro “Mar territorial y derecho marítimo”, publicado por la Editorial Jurídica de Chile en 1955, y en su mismo discurso de incorporación a esta Academia, en 1985, ocasión en la que fue recibido por el Académico Enrique Silva Cimma, que versó acerca del tratado de paz y amistad con Argentina.
La meta de los gobiernos neoliberales es producir las condiciones para el crecimiento económico. Por eso es que el ministro de Hacienda pasó a ser el ministro más importante de todos. El supuesto ya no es, como en los 60, que la economía encierra un conflicto que requiere mediación. La nueva convicción es que si mejoran las estadísticas de crecimiento, mejorará la vida de todos. Algunos ejemplos de política económica en este contexto son la invención de la idea del Banco Central autónomo, la firma de tratados de libre comercio, liberación de mercado cambiarios, atracción de inversión extranjera, and so forth. Pero era importante saber cómo organizar este ingente materials, no solo mediante el expediente válido pero demasiado sencillo, creo, de acumular ciertos problemas del pensamiento.
Sin embargo, los niños declararían a coro que resultaría injusto si algunos invitados no recibiera torta alguna o la tuviera en menor cantidad que los demás. Nos percatamos rápidamente de cuando una decisión o acción pueden ser injustas, pero no siempre estamos en condiciones de decir qué es la justicia. La quinta, y última, pregunta se refiere a las formas de acción colectiva que surgen en un contexto neoliberal.
Un libro propio que aprecio mucho, aunque no ciertamente por el valor de su contenido, sino por el de las circunstancias en que fue escrito hace ya veinte años en Madrid, constituye un intento, ignoro si logrado o no, de exponer, a partir de la Teoría pura de Kelsen, una apreciación del Derecho que podría ser calificada de “normativismo abierto”. Algo similar procuramos hacer en un trabajo que titulamos, atrevidamente, la pobreza es provocada por la sobrepoblación ¿Qué es el Derecho? Cuánta perplejidad producen esas respuestas tan diversas a una misma pregunta —qué es el Derecho—, sobre todo porque todas provienen no de cualquier persona que se ve de pronto interpelada por dicha pregunta, sino de especialistas que trabajaron seriamente en ella durante toda la vida. Algunas de esas respuestas, por ejemplo, las de Ihering, Austín, Kelsen y Hart, definen el Derecho como un conjunto de normas.
Pero esta experiencia que el amor hace de la belleza es nada más que una primera apariencia desmentida por una trascendente profundidad que la misma belleza abre y a la cual, no obstante, pareciera a la vez querer ignorar por esa gozosa complacencia que ella inmediatamente induce. No cabe decir, entonces, solamente, que Heráclito se anticipó a Parmenides o éste a Hegel, ni que Descartes vino recién a explicitar lo que Heráclito y Parménides intuyeran. En cierto modo todo eso es así, pero lo es por una razón más fundamental que en rigor no tiene que ver con la transmisión de un mensaje, sino con una trama argumental en cuya estructura el pensar habita. Repensar la pobreza supone un revolucionario giro en el modo de abordar la lucha world contra la pobreza. Sus autores, dos consagrados economistas del MIT, han acudido directamente a los protagonistas para comprender cómo funciona de verdad la economía de los pobres, cuáles son sus motivaciones y aspiraciones. Los resultados de sus observaciones contradicen muchas de nuestras creencias más arraigadas.
Procuremos más bien enfocar una respuesta en forma inductiva a partir de las realidades de la historia tal como están dadas efectivamente. Si comenzamos con una pequeña comunidad de proporciones manejables, sus posibilidades y límites nos entregan cierta base para detectar el orden más adecuado para la vida compartida por todos los miembros, de tal manera que surge una forma común de libertad de su existencia conjunta. En todo caso, semejante pequeña comunidad no es autónoma; está ubicada dentro de órdenes mayores, que junto con otros factores determinan se esencia. En la era de las naciones, se acostumbraba dar por sentado que la propia nación era la unidad representativa, que el bien común de la misma era también la justa medida de su libertad como comunidad.
El problema del eurocentrismo en Kant no es un problema menor como pudiera pensarse, sino que, en la medida en que se conecta con la historia, se vuelve un problema elementary de la filosofía crítica kantiana. La tesis que aquí se plantea debe demostrar de qué modo Kant representa una de las referencias más importantes del eurocentrismo moderno, referencia que sigue determinando la realidad histórica del pensamiento occidental. Se trata de una pregunta filosófica y no por ello habría que sacarle el cuerpo a un artículo de prensa sobre esa antigua y persistente actividad que llamamos filosofía. Es cierto que acostumbramos eludir ese tipo de preguntas y que a menudo nos contentamos con emplear la palabra justicia, sin ulteriores explicaciones, como si su masiva y reiterada mención dejara en claro su significado o nos bastara con impulsarla solo a partir de los sentimientos. A cada momento afirmamos que algo es justo o injusto –por ejemplo, un proyecto de ley, una ley ya aprobada, una sentencia judicial, una política pública, la sociedad en que vivimos, el mundo que habitamos, una decisión cualquiera que afecta a otro u otros–, pero no es frecuente que nos detengamos a pensar qué se quiere decir en uno y otro caso. ¿Hasta qué punto la estructura que las ciencias han conquistado responden legítimamente a lo que ellas, en definitiva, son?
Por último, la palabra “Derecho” es también utilizada a menudo para designar al saber que ha sido posible constituir acerca del Derecho entendido como easy regulación. La determinación del concepto de derecho, sin ir más lejos es uno de aquellos problemas que son a menudo considerados como propios de la Filosofía jurídica, en tanto se espera preferentemente de ésta, y no de otras disciplinas, que sea capaz de proporcionarnos una idea la pobreza en la sociedad acerca de lo que es el Derecho. Quienes vivieron y trabajaron cerca de él le recuerdan como un hombre analítico, prolijo, dotado de una ordenada inteligencia, pero que sabía reconocer también cuándo era el momento para las emociones y el buen humor.
Estas también deberían dar ocasión, como sugiere Millas, para filosofar sobre el Derecho, e, incluso, a nuestro entender, para hacer algo de Historia del Derecho y de Sociología jurídica. Con esto último quiero decir que las asignaturas dogmáticas —Derecho Constitucional, Derecho Civil, Derecho Penal, Derecho Procesal, and so forth.— no deberían limitarse a una pura identificación y aclaración del sentido de las normas que se articulan en el respectivo sector o rama del ordenamiento jurídico. Deberían, mucho más que eso, dar cuenta de las dimensiones valorativas, históricas y fácticas que se imbrican con tales normas y no dejar entregados estos relevantes aspectos a cursos que, como los de Filosofía del Derecho, Historia de Derecho y Sociología jurídica, tienen a veces un presencia apenas simbólica o de mero compromiso, en los diferentes planes de estudio.
Cualquier cambio en cuanto “mejora” o “deterioro” de una situación, de un ser vivo, de una transacción, de cualquier acto o de la calidad de vida tiene consecuencias para los aspectos correspondientes (complementariedad y correspondencia) de otros entes y “lugares” (topoi). El concepto de ‘vida’ en el contexto andino incluye todo y supera con creces lo puramente biológico. Dicho en otras palabras, se trata de un ser cuya psique vertida enteramente hacia el exterior es la causa de por qué yace atrapado en la trama puramente material de la realidad, por lo que da muestras alarmantes de carecer de interioridad como si hubiese sido anulado el agente más eficaz (el espíritu) que lo capacita para su autosuperación mental y ética. Posteriormente, la reforma generó en el Imperio Reformado del Norte, esto es, Gran Bretaña y Escocia, una filosofía utilitaria por la que la generación de riqueza y el progreso de las artes útiles pasó, de hecho, a identificarse con el sentido de la vida, a la cual se le dio un fundamento teológico como mandato divino. El estallido social de Chile en 2019 tomó por sorpresa a la mayor parte de los chilenos. Pero no a todos, pues no son pocos los que desde hace tiempo tenían la certeza de que algo semejante tenía que ocurrir en un país en el que las desigualdades sociales figuran entre las más injustas del mundo.
Es por ello que surge la inquietud de vincular una de las poéticas más radicales y ricas en términos de reflexión filosófica como la de Enrique Lihn, buscando las afinidades y disonancias de ésta con algunos aspectos específicos del pensamiento de Nietzsche. Poniendo en perspectiva la producción poética lihneana a partir de la pregunta de Nietzsche, se pretende hacer una lectura de una poesía que reflexiona y duda sobre el ejercicio de su propia escritura, contrastándola con la vitalidad escéptica nietzscheana que se pregunta por lo que denominamos vivencias y el contenido de vitalidad que las mismas poseen (Genealogía de la Moral, parágrafo 3, prólogo). De esta manera, se propone realizar un contrapunto entre la duda y pregunta nietzscheanas respecto a lo important – experiencial y el permanente recelo frente a la palabra poética y su relación con la vida de Lihn, haciendo hincapié en sus respectivos puntos de encuentro, divergencia o anulación. Esta es la gran interrogante de la verdadera historia de la libertad, planteada en definitiva en su forma correcta. Como lo hemos hecho hasta ahora, abstengámonos de trabajar con consideraciones filosóficas abstractas.
Los niños difícilmente te valoran su importancia, pero sin ella no se hacen aptos para ingresar en la vida social. Es un error corriente, que se pone de moda en épocas y personas románticas, juzgar que todo esto es convención y artificio hipócrita, cuando en realidad constituye algo así como la civilización del instinto y de la espontaneidad por medio del rito y la costumbre, algo que constituye la base de toda educación y aprendizaje humanos. El «naturalismo», en forma nudista, robinsoniana o «hippie», suele terminar en lo cutre, ese «feísmo» sin elegancia que no es consciente de su vulgaridad. Las buenas maneras son, en palabras de Kant, lo que «transforma la animalidad en humanidad». “Así que veo a Chile desacelerándose por las políticas equivocadas, pero lo va a superar. La Presidenta ha sido muy ideológica al castigar a los empresarios vía el sistema impositivo o al tratar de destruir la educación privada, de una forma en que ella ha frenado el progreso.
Resulta tal vez curioso, pero los más importantes filósofos del Derecho del presente siglo —Kelsen, Radbruch, Alf Ross y Norberto Bobbio—, realizaron todos alguna contribución bibliográfica relevante en tomo al problema del concepto, fundamento, alcance y futuro de la democracia como forma de gobierno. Por lo demás, esta diversidad de ideales de justicia no es únicamente histórica y cultural, o sea, no se manifiesta sólo en el evidente cambio que esos ideales experimentan según las distintas épocas y lugares. Tal diversidad se expresa también en la pluralidad de ideales o criterios de justicia que coexisten en un mismo tiempo y espacio.