La diferencia entre la serie actual y la serie hipotética recoge los efectos de la pandemia —principalmente para 2020— e incluye otros factores, como la recuperación (que fue más sólida de lo esperado en algunos países), las presiones inflacionarias y el conflicto en Ucrania, especialmente para 2022. Observamos que la pobreza disminuyó en 2021, lo que permitió cierta recuperación, pero el ritmo de reducción de la pobreza fue similar al de las tendencias anteriores a la pandemia y estuvo muy lejos de revertir el aumento registrado en 2020. En el informe de la Comisión Atkinson para la Medición de la Pobreza mundial (PDF, en inglés) se presentan diversas recomendaciones sobre cómo mejorar los datos y la metodología empleada. En la recomendación 10 se indica que el Banco no debería volver a revisar sus estimaciones mundiales de la pobreza con futuras rondas de datos de PPA hasta 2030.
“Además, es possible que la calidad de los nuevos puestos de trabajo en esos países sea inferior”, añade. «Rechazamos cualquier thought de que los gobiernos no tienen el dinero o los medios para sacar a toda la gente de la pobreza y el hambre y garantizar su salud y bienestar. Lo único que vemos es ausencia de creatividad económica y voluntad política para la pobreza multidimensional hacerlo», dijo Bucher. El impacto se multiplica aún más en las comunidades y a través de las generaciones al empoderar a las mujeres, las niñas y los jóvenes. El cambio climático está obstaculizando la reducción de la pobreza, y es una gran amenaza de cara al futuro. Las vidas y los medios de subsistencia de los pobres son los más expuestos a los riesgos relacionados con el clima.
Para 2022, la FAO y el PMA prevén una disminución en la cantidad de personas con hambre en la región, calculando que serán entre 10,66 y 10,eight millones los que la sufrirán en los mismos cinco países. En Haití, en los primeros tres meses de 2021, el número de admisiones de niños con emaciación severa en centros de salud en el país aumentó en un 26% en comparación con el mismo periodo en 2020. Entre las causas del incremento de la inseguridad alimentaria, el estudio cita el alza de precio de los alimentos básicos, la demanda laboral atípicamente baja debida al impacto económico de la pandemia, los eventos climáticos extremos y los altos niveles de inseguridad. El director de la Organización aseguró que la recuperación mundial de la crisis del COVID-19 requiere de una estrategia integral y coordinada, basada en políticas centradas en las personas, y respaldadas por la acción y la financiación. La crisis del mercado laboral causada por la pandemia de COVID-19 no ha terminado, advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un estudio publicado este miércoles, que también alerta de una recuperación lenta del empleo y una mayor desigualdad y pobreza.
Con las PPA de 2017, las estimaciones de pobreza de algunos países cambian considerablemente, lo que modifica su posición relativa respecto de otros países. La mayoría de estas modificaciones reflejan mejoras en la calidad de los datos sobre precios. Para obtener más detalles sobre los cambios en los perfiles de pobreza a nivel mundial, regional y nacional, consulte este documento de trabajo (i), este blog (i) y este otro weblog (i). La nueva línea mundial de pobreza se establece en USD 2,15, utilizando precios de 2017.
El Banco Mundial outline la pobreza extrema como la situación de quienes viven con menos de 1,90 dólares al día. Del mismo modo, enfatiza que el sobrepeso está aumentando entre los niños y especifica que, de acuerdo con los datos disponibles, de 2019 a 2021 la emaciación estuvo dentro del rango “muy bajo” para todos los países, menos Haití, donde se le clasificó como de gravedad “media”. Con respecto a la nutrición, el documento indica que la falta de información actualizada no permite una evaluación de la situación actual, pero recuerda que el retraso en el crecimiento ha sido tradicionalmente alto en la región, especialmente en Guatemala. Llamaron también a fortalecer un enfoque coordinado para garantizar que las actividades humanitarias, de desarrollo y de mantenimiento de la paz se lleven a cabo de manera holística y coordinada con el fin de impulsar la construcción de resiliencia y la recuperación. Por su parte, el director ejecutivo del PMA hizo hincapié en que los niveles sin precedentes a los que ha llegado el hambre aguda siguen empeorando a la par de la situación mundial.
La OIT destacó que estas pérdidas se suman a los niveles de desocupación, la subutilización de la mano de obra y las condiciones de trabajo deficientes que ya existían antes de la disaster.
El número que corre el riesgo de caer en esos niveles de pobreza equivale a las poblaciones combinadas del Reino Unido, Alemania, Francia y España. Estas intervenciones deben implementarse como parte de un programa de recuperación del aprendizaje a nivel nacional que también sirva como un impulso para el desarrollo de sistemas educativos más eficaces, equitativos y resilientes. Para lograr un cambio amplio y sostenido, el programa deberá ir acompañado del fortalecimiento del sistema, algo muy necesario.
«Rechazamos la concept de que los Gobiernos no tienen fondos o medios suficientes para sacar a todas las personas del hambre y la pobreza y garantizar su salud y bienestar. Por el contrario, lo que sí vemos es una complete falta de creatividad económica y voluntad política para hacerlo», subraya Bucher. «Si no se toman medidas radicales e inmediatas, podríamos estar ante el mayor aumento de los niveles de la pobreza extrema y sufrimiento de la humanidad del que se tiene constancia», advierte la directora de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher. «Este panorama es aún más desolador si tenemos en cuenta los billones de dólares acaparados por un puñado de hombres poderosos sin ningún interés por frenar esta escalada». Asimismo, abogaron por promover cambios estructurales en la forma de asignar el financiamiento externo y realizar inversiones de desarrollo a mediano y largo plazo para que la asistencia humanitaria pueda reducirse con el tiempo abordando las causas profundas del hambre.
En 2015, más de 736 millones de personas vivían por debajo del umbral de pobreza internacional. Actualmente, alrededor del diez por ciento de la población mundial vive en la pobreza extrema y tiene dificultades para cubrir sus necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso al agua y al saneamiento, entre otras cosas. Hoy en día, hay 122 mujeres de entre 25 y 34 años que viven en la pobreza por cada 100 hombres del mismo grupo de edad, y más de 160 millones de niños corren el riesgo de seguir viviendo en la pobreza extrema en 2030. Como resultado de la actualización de las PPA, la tasa mundial de pobreza extrema correspondiente a 2017 (el último año para el que disponemos de datos de todo el mundo) disminuye marginalmente, del 9,3 la pobreza y el medio ambiente % al 9,1 % (i), por lo que el número de personas en esta situación se scale back en 15 millones, con un complete de 680 millones. En la línea de USD three,20 (utilizada para los países de ingreso mediano bajo), la cantidad de personas que vivían en la pobreza en 2017 aumenta en 43 millones. Al aplicar la línea de USD 5,50 (utilizada para los países de ingreso mediano alto), el número de pobres de 2017 aumenta en 321 millones.
Por lo tanto, se considera que todas las personas que disponen de menos de USD 2,15 al día viven en la pobreza extrema. En 2017, poco menos de seven-hundred millones de personas de todo el mundo se encontraban en esta situación. Más de 260 millones de personas adicionales podrían verse sumidas en la pobreza extrema en 2022 como consecuencia de la COVID-19, el aumento de las desigualdades a nivel international y el incremento desorbitado de los precios de los alimentos, todo ello exacerbado por la guerra en Ucrania, según denuncia Oxfam en un informe publicado hoy. Los datos, que abarcan desde información recopilada en encuestas de hogares hasta píxeles captados por imágenes satelitales, pueden orientar las políticas e impulsar la actividad económica, actuando como un arma poderosa en la lucha contra la pobreza. En la actualidad, hay más datos disponibles que nunca, pero su valor está en gran medida desaprovechado. Al mismo tiempo, los datos son una espada de doble filo; por eso se requiere un contrato social que genere confianza al proteger a las personas de los daños y el uso indebido, y que ayude a lograr la igualdad de acceso y representación.
La pausa humanitaria entre Israel y Hamás ha permitido que continúe la entrada de camiones con ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. António Guterres observa de primera mano el impacto del cambio climático en la Antártida. El informe también afirma que «países enteros están siendo forzados a una mayor pobreza», a medida que el covid-19 ha agotado sus reservas financieras y se ven empujados a adoptar medidas de austeridad.
“El conflicto, la disaster climática, el COVID-19 y el aumento de los costos de los alimentos y el flamable han creado una tormenta perfecta, y ahora tenemos la guerra en Ucrania acumulando una desgracia sobre otra. Necesitamos urgentemente fondos de emergencia para sacarlos del abismo y revertir esta crisis mundial antes de que sea demasiado tarde”, apuntó David Beasley. “Los resultados del informe de este año demuestran aún más la necesidad de abordar colectivamente la inseguridad alimentaria aguda a nivel mundial en contextos humanitarios, de desarrollo y de paz”, dijo el director common de la FAO, Qu Dongyu. Unos forty millones de personas se sumaron en un año al colectivo international que sufre inseguridad alimentaria aguda, alerta el informe anual sobre el tema. La falta de oportunidades laborales y la educación de baja calidad conducen al crimen y la desesperación, que provocan que muchos ecuatorianos abandonen su país generando así más pobreza en un círculo vicioso que sólo se romperá si el Estado invierte más en educación, atención médica y protección social, sostiene un experto de la ONU. Más de 7000 trabajadores de la salud han fallecido por el COVID-19, mientras que se ha doblado el número de los que trabajan en casa.