Nacer Y Crecer En Pobreza

“La inexistencia de datos sobre niños, niñas y adolescentes es parte de la invisibilización que sufren, de la falta de capacidad que ha tenido el Estado para poner su interés superior en el centro de las políticas públicas”, reflexionó la Defensora, a raíz de la dificultad de los investigadores e investigadoras para contar con fuentes de información confiables y actualizadas acerca de la infancia en Chile. “No es momento para cambios graduales, sino para políticas transformadoras y ambiciosas”, sostuvo este jueves José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL. “Se requieren esfuerzos intersectoriales de política pública que vinculen la oferta educativa con la salud, el trabajo y la protección social, y que permitan asentar mecanismos para garantizar un nivel de bienestar e ingresos en una period de volatilidad e incertidumbre”, agregó. Considerando las dimensiones de Educación, Salud, Vivienda y Trabajo y Seguridad Social, la pobreza multidimensional en la niñez se redujo de 29,8% en 2009 a un 22,2% en 2015. Al incorporar el Entorno a la dimensión de Vivienda y la nueva dimensión de Redes y Cohesión Social en esta medición, se estima que 23,3% de los niños, niñas y adolescentes vivían en pobreza multidimensional, cifra superior a 20,9% de promedio nacional.

Las regiones de Tarapacá, Atacama y Metropolitana presentan las brechas más amplias, con tasas de pobreza multidimensional en hogares extranjeros con un 50,7%, forty four,4% y 30,5% respectivamente, en comparación con tasas significativamente menores para los hogares chilenos. Por otro lado, la región de Los Ríos presenta la menor brecha, con un 14,8% de hogares chilenos en comparación con un 10% de hogares extranjeros en situación de pobreza. Es decir, hoy los niños, niñas y adolescentes extranjeros duplican en pobreza y pobreza extrema a niños, niñas y adolescentes chilenos. Sin embargo, por ahora, no existe en Chile una medición multidimensional quelevante datos acerca de las necesidades y características propias de niñas, niños y adolescentes, sino(que da cuenta) solamente de los hogares en los que viven”. La Casen es clave para diseñar las políticas sociales, pero es poco sensible a las necesidades de la niñez.

Es desolador y uno se da cuenta de que mantener ese sistema de protección es carísimo para el Estado, cuando ayudando a que esa madre tuviera un ingreso digno, trabajando menos y subsidiándole horas laborales para que se ocupara de sus hijos, sería todo más económico y, sin duda, más efectivo”. Sobre este punto, señala que, a nivel nacional, el 6% de los niños, niñas y adolescentes se encuentran en pobreza extrema, y que este porcentaje aumenta a un 10% al considerar a los niños, niñas y adolescentes mapuche en la Araucanía. En relación al derecho a la salud, a nivel nacional el 83% de los niños, niñas y adolescentes tienen acceso a un centro de salud cercano a su hogar, acceso que disminuye a 67% al considerar a niños, niñas y adolescentes mapuche en la Araucanía.

A partir de los años forty la especialización y la difusión aumentó, sobre todo con autores como Marcela Paz y Hernán del Solar y la amplia distribución de las revistas para niños, siendo la más exitosa El Peneca. Entre las décadas de 1960 y 1970 la socialización a través de la lectura comenzó a declinar y el ocio infantil se canalizó a través de programas de radio y televisión y más adelante con los novedosos videojuegos y la expansión computacional. Si no se cree en esto por una cuestión de justicia, habría que entenderlo desde el punto de vista práctico, sostiene Claudine. Claudine, quien trabajó en un programa de prevención de explotación sexual comercial de niños y jóvenes en las poblaciones El Volcán y El Castillo en Puente Alto, sectores altamente vulnerables, dejó de hacer sicoterapia en esos grupos, cuando descubrió que “no sirve ´sicologizar´ la pobreza, porque ella es el problema y los conflictos sicológicos que genera son su consecuencia. Lo anterior se refleja en los altos niveles de asistencia escolar en la enseñanza básica y media, así como en el nivel parvulario donde, por ejemplo, el grupo de four a 5 años alcanza una tasa de asistencia de un 90,1%.

Por eso es necesario avanzar hacia mediciones multidimensionales de la pobreza infantil y mantener mediciones valiosas como Encuesta Longitudinal de Primera Infancia (ELPI), la Encuesta de Polivictimización y la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA). Del mismo modo, urge realizar la Encuesta de Salud de Infancia y Adolescencia Temprana, que muestra el crecimiento y desarrollo, salud psychological oral, nutrición, actividad física de niños y niñas, planificada para 2022, pero que fue suspendida por falta de financiamiento. “La pobreza infantil es diferente de la adulta, dado que niños y niñas tienen necesidades específicas de nutrición, salud, pobreza en paises bajos educación y otras. Por ejemplo, el impacto de una malnutrición en infantes está asociado a su desarrollo psicomotriz, cognitivo, y físico, por lo cual pueden quedar secuelas permanentes”. Esa es una de las conclusiones del análisis que realizó el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, tras revisar la situación de los menores que viven en condiciones de precariedad y vulnerabilidad. Durante las últimas dos décadas, en Chile se ha evaluado la pobreza infantil a partir de la identificación de niñas, niños y adolescentes (de 0 a 17 años) que viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de sus miembros.

pobreza en la niñez

La vocera de Unicef y especialista en Políticas Sociales, Paula Pacheco, explica que las cifras de Casen 2020 reportaron en general un aumento en las cifras de pobreza en el país, pero “que afecta en mayor medida a la niñez y la adolescencia”. Es urgente mejorar las políticas y aprobar las leyes de protección a la niñez, que llevan tantos años de debate parlamentario. Países como el nuestro, que ha disminuido su porcentaje de pobreza por ingreso, no podemos decir los mismo respecto a la pobreza multidimensional, se encuentran nuevamente en riesgo de retroceder brutalmente en sus conquistas. En el estudio difundido este domingo se informó que las regiones con mayor pobreza infantil son La Araucanía y Bío Bío. La extensa suspensión de clases presenciales amenaza con destruir oportunidades, aumentar brechas, ampliar la deserción escolar e impactar de manera casi irreversible su desarrollo socioemocional.

En el análisis de la situación educacional, si bien hay que considerar que no es una muestra representativa poblacional, es llamativo encontrar que, comparando a estos niños con los niños con NBI de la provincia de Buenos Aires (que ya de por sí presentan cifras altas de repetición), el GC presenta cifras más altas y el GE aún más. Lo que nos haría pensar que la pobreza afecta sin duda el rendimiento escolar y que quizá la desnutrición temprana podría estar comprometiendo otras funciones no medidas por esta prueba, dado que para evaluar competencia escolar se tienen en cuenta, además del CI, otras funciones como memoria, atención, empeño private pobreza de tiempo, and so forth. En el estudio, que mide qué tan avanzadas están las naciones más ricas del mundo en materia de infancia, el desempeño en bienestar de los menores arroja resultados aún peores para Chile. Tomando en cuenta datos de Carabineros solicitados como organización por ley de Transparencia, entre 2017 y 2022, los ingresos por paso no habilitado de niños, niñas y adolescentes aumentaron exponencialmente. La falta de acceso a la educación también es un desafío importante en la lucha contra la pobreza infantil.

Los firmantes hacemos un llamado a que la “distancia física” que ha sido indispensable en estos meses para cuidarnos no se instale como una “distancia social” que nos lleve a ignorar las enormes brechas entre niños, niñas y adolescentes en Chile. Los primeros años de la infancia son decisivos tanto para los niños y niñas como para las sociedades en su conjunto, sino entendemos eso ahora, no entendemos nada. El panorama es desolador, pero el futuro es prone a transformaciones y las decisiones políticas deben comenzar a configurarse de forma que beneficie y proteja efectivamente a toda su gente, especialmente a aquellos más vulnerables. Por lo pronto, audacia en las decisiones es lo que podría frenar en parte esta debacle en la vida de tantos y tantas menores y sus familias. En estos momento de nada sirve ganarle a la pandemia si insistimos en construir un sistema sobre una sociedad que desde sus cimientos genera desigualdad social, cultural, económica y desprotección, y en donde son los más vulnerables quienes se ven  afectados de forma desproporcionada durante épocas de crisis. “Ningún niño debería tener que ir a la escuela con el estómago vacío, preocuparse por el trabajo de sus padres o vivir en un hogar frío.

Desde el enfoque de derechos, se requiere de políticas reforzadas para poblaciones más vulnerables de manera que puedan acceder en igualdad de condiciones a las oportunidades de desarrollo, como la niñez en situación migratoria, en situación de discapacidad, o pertenecientes a pueblos indígenas. Los pilares o principios que deben regir este Piso de Protección Social Sensible a los Derechos de la Niñez, y en general los sistemas integrados de protección wise a los derechos de la niñez, deben considerar el interés superior del niño, la cobertura common, ser parte del marco institucional y normativo y entregar protección social inclusiva. “…el Estado debe asumir un rol protagónico como garante y responsable de proteger integralmente a niños, niñas y adolescentes, entendiendo que la pobreza es un fenómeno multidimensional…”. “La investigación realizada da cuenta, por una parte, de la contundente evidencia respecto de las consecuencias dañinas y duraderas que tiene la pobreza y la vulnerabilidad en la etapa de desarrollo en que se encuentran niños, niñas y adolescentes”.

Aquí también es importante ver la intersectorialidad y en ese sentido quiero destacar al Chile Crece Contigo como una política pública dedicada a la infancia en Chile, donde muchos países lo miran y lo tratan de imitar, lo que es importante porque tiene un acompañamiento a la familia desde la gestación del niño hasta sus primeros años, ayudando así a prevenir situaciones de vulneración de derechos. En este contexto, la Casen también muestra que el 18,3% de los hogares de menores ingresos, con presencia de niños niñas y adolescentes, declaran que alguno de sus miembros fue discriminado o tratado injustamente. Esta cifra contrasta con lo observado en los hogares con niñas y niñas de mayores ingresos donde estas situaciones son reportadas por un 15,3% de los hogares. Respecto a los datos, Celedón remarca que en el país los hogares que tienen personas entre 0 y 17 son los que presentan más pobreza y pobreza extrema, “lo que se podrían vincular a los costos que se asumen al tener a niñas y niños  bajo cuidado”.

Así, los menores de 18 años son más pobres tanto por ingresos como multidimensionalmente que el resto de la población. De hecho, el 13,9% de los menores de 18 años son pobres por ingresos, mientras que el 22,9% son pobres multidimensionales. La mayoría de los niños encuestados en el Conteo de niños, niñas y adolescentes en situación de calle, declara que pasó su primera noche en la calle entre los 10 y 14 años de edad. Chile es el único país de la región en Latinoamérica que no tiene una ley de protección integral para la niñez y nosotros estamos abogando para que pueda tenerla lo más pronto posible. El paso de los servicios especializados y de reforma del Sename va en la dirección correcta, pero es fundamental el contar con una ley de protección integral, sin esta no habrá un marco para proteger la niñez en Chile”, aseguró Paolo Mefalopulos.

Durante noviembre del 2022 y febrero del 2023 más de seventy two mil hogares fueron entrevistados por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional de Chile (CASEN 2022).Esta encuesta pretende medir la pobreza multidimensional y por ingresos en los hogares chilenos. Chile debe ser capaz de garantizar los derechos y proteger las trayectorias de vida de todos los niños, niñas y adolescentes. La investigación realizada da cuenta, por una parte, de la contundente evidencia respecto de las consecuencias dañinas y duraderas que tiene la pobreza y la vulnerabilidad en la etapa de desarrollo en que se encuentran niños, niñas y adolescentes, donde la ausencia de acceso oportuno a prestaciones esenciales, que les permitan ejercer sus derechos, limita fuertemente su trayectoria y su vida adulta. “Históricamente, las zonas rurales son las más afectadas, más que las urbanas, y en ese sentido nosotros proyectamos un aumento de la situación de pobreza en cerca de 126 mil niños, niñas y adolescentes respecto de la medición pasada”, añade Contreras.