Las brechas de género en los sistemas de seguridad social de Latinoamérica fue el tema de la charla a cargo de una representante de la división de Asuntos de Género del organismo, Lucía Scuro. El término fue acuñado por el psicoterapeuta español Luis Bonino Méndez, en 1991, para definir aquellas concepts, expresiones, gestos, actitudes y comportamientos cotidianos, interiorizados y justificados como naturales, que condicionan el día a día de las mujeres de manera sutil, pero efectiva para acentuar las desigualdades respecto de los hombres. Desde ese entonces, desigualdad extrema muchos acontecimientos se han dado a nivel mundial en torno a las demandas y derechos de la mujer, principalmente de carácter laboral. No obstante, desde hace un par de años se han dejado ver, y sobre todo escuchar, nuevos movimientos que han reivindicado el rol de la mujer desde otra perspectiva. Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Día Internacional de la Mujer tiene sus orígenes en las manifestaciones de las mujeres que especialmente en Europa, a inicios del siglo XX reclamaban derecho al voto, mejores condiciones de trabajo e igualdad.
Mientras que hasta mediados del siglo XX se intentó justificar la desigualdad a partir de la diversidad, el error inverso es intentar justificar la igualdad a partir de la NO diversidad. Ambos extremos del error responden al mismo defecto epistemológico consistente en esperar que la ciencia provea respuestas a problemas sobre los que no tiene incumbencia. Somos diversos, muy diversos y con capacidades cualitativa y cuantitativamente distintas, y las ciencias naturales pueden decir mucho de ello.
Sin duda, las desigualdades internas al interior de la Iglesia mellan su credibilidad; dificultan que ella pueda tener una palabra profética más convincente en relación a las desigualdades o inequidades en la sociedad, promoviendo así un Reino de justicia y equidad. 12Los cambios metodológicos de la Encuesta CASEN aplicados a partir del año 2013 tuvieron también un impacto en el cálculo de los indicadores de desigualdad de ingresos. Para entender la evolución de la desigualdad a largo plazo, se expondrán también los resultados del índice de Gini bajo la metodología tradicional. Con los datos regionales obtenidos, se realiza un análisis de convergencia para comparar si los territorios más pobres, crecen más rápido que los más ricos.
La Araucanía, la segunda región más desigual del país, sigue en la lista como la séptima región con mayores niveles de conflicto, según al informe de COES (Figura 1). En ese contexto, en septiembre de 2018 la Superintendencia dio a conocer el Informe de Género sobre el Sistema de Pensiones y Seguro de Cesantía, el primero de su tipo realizado por una institución pública y que será elaborado todos los años. Con un importante detalle estadístico, esta investigación dio cuenta de significativas brechas de género en materia previsional como, por ejemplo, que la pensión promedio de las mujeres es un 37,9% menor a la de los hombres y que el saldo con que cuentan al momento de jubilarse también es un 62,2% más bajo. Entre otras razones, revela el estudio, porque el sueldo imponible de las mujeres es un 10,3% menor a los de los hombres y, además, sólo cotizan el 45% de su vida laboral activa. El reporte, que se encuentra publicado en el sitio web de la SP en la sección de Estadísticas e Informes, presenta un completo panorama de datos desagregados por sexo e indicadores de brechas en el sistema previsional chileno. Entre los principales temas abordados destacan la distribución por género de los cotizantes tanto en el sistema actual como en el antiguo; y un detallado análisis sobre los años de cotizaciones de mujeres y hombres, así como los montos recibidos por concepto de pensiones de vejez y de seguro de cesantía.
En nuestro actual momento histórico -la sociedad de masas para la Arendt- el problema ya no sólo afecta a la mujer en su necesidad de reposicionarse en el mundo sino también al hombre-masculino quien también requiere de un reposicionamiento co-participando con la mujer en esta tarea. La socialización de los roles femenino-masculino, lo que ciertamente implica que tales roles constituyen una construcción social y que se han transmitido generación a generación por miles de años, en mi opinión se encuentran en un punto crucial que marcará la forma en que la sociedad debe reconfigurarse para una vida más plena. A modo de ejemplo, el Gini de la Región Metropolitana para el año 2017 es de 0,50, levemente por sobre el de Chile (0,49), pero muy por sobre el de otras regiones, tales como la de O’Higgins (0,40), Arica y Parinacota (0,41), Tarapacá (0,42) y Antofagasta (0,43). De hecho, el segundo lugar del ranking de desigualdad en Chile lo ocupan La Araucanía, Aysén y Los Ríos, todas con coeficientes de Gini de 0,47, lo que constituye una diferencia no menor respecto de la Región Metropolitana y del promedio nacional.
Es así que en los inicios de las civilizaciones, cuando éstas eran eminentemente agrícolas, las familias funcionaban como unidades económicas que consumían y producían en conjunto. Esta fusión entre productor y consumidor y esta necesidad de participación de todos los miembros de la familia, permitía una división más difusa de roles entre los géneros. De hecho, los autores de dicho estudio estiman que cada punto adicional (0,01 en el rango 0 a 1) de incremento del coeficiente de Gini incrementa en 3% la probabilidad de conflictos o acciones contenciosas.
Atkinson argumenta en su libro que atacar la desigualdad con impuestos implica actuar al ultimate del proceso de creación de riqueza, cuando los contratos se han hecho, los salarios ya se han pagado y la riqueza ya se repartió. En ese sentido, los impuestos tratan de corregir ingresos que se distribuyen cada vez peor. Y explica que, si con impuestos se quisiera retrotraer la desigualdad en el Reino Unido al nivel que tenía en los años 60, habría que subir el de la renta en un 16%, medida imposible para cualquier gobierno. Los temas de la desigualdad no se refieren, como bien lo dice desigualdad estructural ejemplos el trabajo, no es sólo el aspecto cuantitativo. Estamos ahora, y esto es un fenómeno a escala global, en un nuevo nivel, estamos en un nuevo grado, en una nueva situación, desde el punto de vista de los fenómenos de la desigualdad. En este apartado, nos proponemos realizar una aproximación teológica al concepto o valor de la igualdad y, sobre todo, al drama humano que puede significar su antónimo, la desigualdad.
1 La tarea de recopilación de datos no fue fácil, sobre todo al querer abordar el largo plazo, sin embargo, se debe agradecer a las distintas instituciones que cooperaron entregando información a través del Portal de Transparencia del Estado. Margaret Mead ha dicho «Hubo opciones y puntos cruciales a través de la evolución cósmica y biológica. Si uno contempla seriamente el proceso de evolución, éste no tendría por qué haber tomado el curso actual. Podía haber seguido muchos otros» (26). Esto pareciera indicar un futuro más promisorio, un cambio hacia relaciones humanas más igualitarias, más respetuosas de la dignidad de la diversidad humana. Resulta también de interés, y como parte de estas adquisiciones inconscientes, analizar las formas en que nos desarrollamos emocionalmente según nuestro género. A modo de ejemplo, podemos citar a Haigles, Day y Marschall quienes encuentran evidencia para sostener que «los factores que generan la incorporación de los estereotipos de género en autoconcepto masculino y femenino podría ser generado por la búsqueda de seguridad psicológica y física que implica el apego a las normas del sistema» (20).
En Chile, al igual que en gran parte del mundo, sino en el planeta completo, los estereotipos de género, los sesgos sexistas y las formas de discriminación contra la mujer han sido la base de la desigualdad. Un hecho que marcó la historia de la violencia que sufren mujeres y niñas desde siempre y hasta hoy, en el mundo entero. Es más, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una de cada tres mujeres se ve afectada por algún tipo de violencia de género, mientras que cada 11 minutos una mujer muere asesinada a manos de un acquainted. Cada 25 de noviembre se busca concientizar a la población mundial sobre la importancia de erradicar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus formas. La herramienta fue financiada por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF) de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), y tiene por objetivo contribuir a la sensibilización y capacitación de la población respecto de la brecha salarial de género en Chile. También estuvieron presentes Andrea Betancor, profesora de la Facultad de Negocios y Economía de la U.
También hay un agravante de género a considerar, por cuanto más de un 70% de las mujeres asalariadas con educación media completa y que trabajan más de 30 horas semanales, obtiene una remuneración por debajo del umbral citado. Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos. Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la diversidad de valores, preferencias y capacidades que nos distinguen como personas. Las aglomeraciones en el transporte, calles y edificios en primer lugar, y el tiempo de traslado al trabajo o centros de estudio en segundo -con un 45% y un 24% respectivamente- fueron definidos a nivel nacional como los principales factores que afectaban la calidad de vida previo al covid.
Frente a un escenario de desigualdad socio-ambiental en la disponibilidad, calidad y accesibilidad del recurso hídrico en Chile, hoy en día, los conflictos por el agua se han twister cada vez más frecuentes. El acceso al agua, necesario no solo para nuestra subsistencia, sino como dimensión inherente a la dignidad del ser humano, se constituye, desde este punto de vista, en un derecho humano fundamental. En cambio, en un país más desarrollado, que vive del conocimiento de las personas y de la mano de obra, estas son necesarias. Mientras América Latina tenga una lógica extractivista, no necesita mano de obra, por qué va a hacer una política para cambiar eso. Si creo conciencia de que la solución es transformar desde la ganancia de la naturaleza a la ganancia del hombre, entonces tengo que cambiar completamente el rumbo del país y la región, y sería un mejor futuro para ella.
La democracia llegaba con mucha fuerza, pero también, hay que decirlo, los restos de la dictadura estaban aún vivos y presentes. Hacer frente a las desigualdades o inequidades que hieren la convivencia humana y destruyen nuestro planeta, requieren de la promoción de valores tan evangélicos como, la justicia, la libertad, la inclusión… Luego del breve recorrido teológico, propongo algunas reflexiones finales que quieren ser una contribución al debate en torno a las desigualdades que hieren la convivencia humana, a nivel global y native, y que demandan una urgente respuesta que nos conduzcan a una paz basada en la justicia.
Dado que este es uno de los factores determinantes del nivel de pensiones, las diferencias por sexo incidirán también en las brechas de los montos de pensión que estas alcanzan. Pero la confusión categorial entre diversidad y desigualdad no solo ha sido un tópico exclusivo de los que justificaron la hegemonía europea, incluidas sus aventuras coloniales, la esclavitud y la estigmatización de los pobres. Cada tanto aparece algún artículo que intenta mostrar lo absurdo y erróneo del racismo señalando que el genoma humano no muestra diferencias entre las llamadas “razas”. El mismo error cometen quienes pretenden otorgar derechos a los grandes simios sobre la base de que se comparte un altísimo porcentaje genético. Estoy de acuerdo en el respeto a los animales, incluso si lo quieren llamar “derechos”, pero ello no tiene ninguna relación con el genoma. ¿Por qué no defender los derechos de los helechos que, aunque menos que los grandes simios, comparten buena parte del genoma también?