Sin esa ayuda, los responsables de tomar decisiones actúan con los ojos vendados, incapaces de saber cómo, o dónde, emplear los recursos y las intervenciones”, añade Alkire. El Secretario General de la ONU, António Guterres, también se refirió a las crudas conclusiones reveladas por el Informe sobre Desarrollo Humano, señalando que, si bien exploraba las raíces de la polarización y su devastador impacto sobre el desarrollo sostenible, también demostraba «nuestra mejor esperanza para el futuro». «Los enfoques proteccionistas no pueden abordar los retos complejos e interconectados a los que nos enfrentamos, como la prevención de pandemias, el cambio climático y la regulación digital», afirmó. La Cepal afirma que la desigualdad en 2020 podría llegar a un índice de Gini 2,9% más alto que el de 2019. El coeficiente de Gini mide la desigualdad en la distribución de los ingresos y va de 0 a 1, donde 0 es perfecta igualdad y 1 perfecta desigualdad. La Cepal cube que las acciones de emergencia que tomaron los gobiernos en 2020 ayudaron a mitigar el aumento de la pobreza.
Destaca que la pandemia ha revelado el enorme costo que significa para los países de la región no tener un sistema integrado de cuidados de amplia cobertura, desfeminizado y de calidad. Por esto, advierte, “es urgente invertir en este sector para enfrentar la crisis, garantizar el derecho a cuidar y a recibir cuidados, así como reactivar la economía desde una perspectiva de igualdad y desarrollo sostenible”. “La COVID-19 es la disaster mundial más reciente, y el cambio climático prácticamente nos asegura que pronto llegarán otras. Ahora más que nunca es necesario trabajar para combatir la pobreza —y la vulnerabilidad ante esta— en todas sus formas.
Como señaló el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, en el prólogo del informe (PDF, en inglés), lograr «una mayor transparencia de la deuda es un paso vital en el proceso de desarrollo. Facilita la realización de inversiones nuevas de alta calidad, scale back la corrupción y permite la rendición de cuentas». Para abordar cada uno de estos retos es preciso un nuevo enfoque, ya que muchos de ellos requieren ir más allá de la mejora de ingresos. Esto resulta especialmente evidente a la luz del trabajo que desempeña el PNUD para alentar, a las sociedades en todo el mundo, a repensar las vías de desarrollo y “reconstruir mejor” tras la COVID-19. Durante todo marzo suceden diversos eventos que buscan discutir y promover la agenda de género. Uno de los más importantes son las sesiones anuales de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la mujer (CSW por sus siglas en inglés), que sucede del 11 al 22 de marzo. Son dos semanas intensas donde gobiernos y organizaciones civiles del mundo discuten y exponen casos de éxito o focos rojos en materia de empoderamiento de la mujer.
En el punto medio del plazo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el mundo está mal encaminado. Al ritmo de avance actual, el mundo no alcanzará el objetivo global de poner fin a la pobreza extrema para 2030 y, según estimaciones, casi 600 millones de personas seguirán debatiéndose en la pobreza extrema en esa fecha. El estudio proporciona medidas globalmente comparables de exceso de mortalidad y es uno de los primeros estudios que evalúa completamente las tendencias demográficas en el contexto de los dos primeros años de la pandemia de COVID-19.
Históricamente, existe una estrecha relación entre el comercio y la reducción de la pobreza, y los países de ingreso bajo y mediano casi duplicaron su participación en las exportaciones entre 1990 y 2017, período en el que se redujo la pobreza extrema. Las historias de éxito anteriores sobre la forma de abordar las múltiples formas en que las personas experimentan la pobreza en sus vidas cotidianas pueden enseñarnos a reconstruir mejor y a mejorar las vidas de millones”, dice Sabina Alkire, directora de la iniciativa en la Universidad de Oxford. Unos 142 millones de personas, casi una cuarta parte de la población de la región de América Latina, están ahora mismo en riesgo de contraer el COVID-19, informó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El ajuste ha incluido una reducción del 64% de los millonarios subsidios con los que el kirchnerismo mantuvo a precios irrisorios el transporte público y servicios como la luz, el gas y el agua.
Las consecuencias de la pandemia cambiarán las predicciones de pobreza extrema para todas las regiones. Dado que el 59% de las mujeres pobres del mundo residen actualmente en el África subsahariana, la región seguirá albergando al mayor número de personas que viven en la pobreza extrema de todo el globo. Pese a los importantes logros en materia de reducción de la pobreza alcanzados en los últimos años, se pronostica que Asia meridional experimentará un resurgimiento de la pobreza extrema. Para 2030, por cada a hundred hombres de 25 a 34 años que viven en la pobreza en Asia meridional, habrá 129 mujeres pobres, en comparación con las 118 estimadas para 2021. En este punto Vives hace referencia a un estudio del cientista político y sociólogo Rodrigo Salcedo que analizó el impacto la entrega de viviendas sociales en la periferia de Santiago o en una comuna de altos ingresos, en este caso Puente Alto y Las Condes, respectivamante.
La investigación precisa que en 2021 murieron medio millón de niños menores de cinco años menos que en 2019, lo que continúa una disminución a largo plazo de la mortalidad infantil. La desigualdad sigue en aumento, invirtiendo las dos décadas de reducción que se registró antes de la pandemia de COVID-19. Atendiendo a esa clasificación Suiza, Noruega e Islandia ocupan los primeros puestos del Índice de Desarrollo Humanos, mientras que Estados Unidos se sitúa en el 20 y España en el 27. Chile, en el puesto forty four, encabeza la lista de países latinoamericanos que cierra Honduras con el lugar 138. De los 480 euros de la renta de inserción gallega que percibe, 220 euros se van en el alquiler.
Cuando se inició la crisis, las compañías más grandes tenían capacidad para cubrir los gastos de hasta 65 días, mientras que las medianas podían hacer frente a fifty nine días y las pequeñas empresas y las microempresas, a 53 y 50 días, respectivamente. Por otro lado, las microempresas y las pymes están sobrerrepresentadas dentro de los sectores más afectados por la disaster, como los servicios de alojamiento y alimentación, el comercio minorista y los servicios personales. «Se estima que en 2020 unos 491 millones de latinoamericanos vivían con ingresos hasta tres veces la línea de pobreza. Alrededor de 59 millones de personas que en 2019 pertenecían a los estratos medios experimentaron un proceso de movilidad económica descendiente», dice el informe de la Cepal. Aunque hablemos en su conjunto de América Latina, las diferencias entre países son muy elevadas. Perú, Argentina, Ecuador, Panamá, El Salvador, México y Colombia han sido los países más afectados. Por el contrario, Paraguay, Uruguay y, especialmente, Guatemala se han visto afectadas en un grado semejante al de otras economías en desarrollo y emergentes.
Es decir, la pandemia ha recrudecido los problemas productivos y sociales de América Latina, como la perversa especialización comercial de la región, la debilidad del tejido productivo y del mercado de trabajo, y los problemas sociales. En el informe se propugna también un «entorno favorable de mecanismos de gobernanza e instituciones» que haga posible la transformación. Se exhorta a los responsables de formular políticas a que mantengan amplias consultas, empoderen a las mujeres y los jóvenes y amplíen la disponibilidad de datos y nuevas tecnologías.