Finalmente fue posible observar que los problemas de y con las transferencias monetarias, se dieron en el contexto de limitaciones y dificultades nacionales e internacionales, pero también obedecieron a decisiones políticas, que como fuera señalado han estado y están, centralmente preocupadas por el ahorro del gasto público. Las decisiones sobre las transferencias han continuado con escaso diálogo con la realidad. En 2022, la canasta primero se redujo y luego fue eliminada y los aumentos TUS y AFAM dejaron de realizarse, y se concentraron en embarazadas y niños y niñas de 0 a three pobreza en américa latina 2021 años. Esto ha sucedido en un contexto de mejoras en el crecimiento, en el mercado laboral y en los niveles de pobreza en el 2021, con respecto al 2020, pero no al 2019 y de pérdida salarial (Amarante y Scalese, 2022; Instituto Cuesta Duarte, 2021; 2022). De acuerdo con la CEPAL (2021), el continente enfrenta el COVID con grandes brechas y amplios sectores de la población desprotegidos, evidenciando la fragmentación y las desigualdades de sus sistemas de protección social.
Sin embargo, el reporte del Fondo afirma que las medidas de mitigación realizadas en Chile hicieron que esa alza sea de solo four,1 pp, subiendo hasta 12,2%, con lo que 780 mil personas adicionales serían pobres. Así, estas estimaciones muestran que cerca de 1,2 millones de personas se salvaron se caer bajo la línea de pobreza gracias a las medidas de mitigación. Las medidas de apoyo que consideró el FMI fueron el Ingreso Mínimo Garantizado, el bono Covid-19, la Ley de Protección al Empleo, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el bono Clase Media y el bono de Navidad Covid-19.
Todo esto nos exige que podamos despertar con Cristo y en comunidad la solidaridad que él nos enseña. Debemos preguntarnos qué nos dice Jesús en su mensaje y en la enseñanza social de la Iglesia”. Entonces, más que hablar de las coberturas o usuarios totales de cada programa, la pregunta es qué porcentaje de las personas que viven en mayor rezago está cubierto hoy por soluciones -pertinentes- para sus problemas.
Pero no ocurre lo mismo con un alto porcentaje de ñublensinos y ñublensinas que vive de un sustento diario que hoy no puede conseguir. Según afirmó, el método de medición toma en cuenta salarios, ingresos de capital y subsidios. Se les pregunta cuánto sale un alquiler en su barrio y esa cifra se imputa como un ingreso adicional”, indicó. La Fundación Sol, que busca generar conocimiento crítico y acciones para potenciar las luchas sociales y sindicales, calcula que el índice actual es de casi 30%.
Debemos ser conscientes de que de cada uno depende detener lo antes posible esta pandemia y, de esta forma, mitigar el impacto negativo para nuestras familias y todos los chilenos. Por otro lado, más familias, al quedar sin empleo y, por ende, sin el sustento de su hogar, pasarán a formar parte de la población más vulnerable de nuestro país. Principalmente es la población más desfavorecida en términos económicos la que sufrirá en mayor magnitud los efectos de esta disaster, desde el punto de vista sanitario, económico e incluso, costará la vida a muchos de ellos. Actualmente tenemos altas tasas de desempleo, tanto que se han debido establecer distintas políticas que permitan a una gran parte de la población contar con ingresos para poder vivir el día a día. Esa es la realidad de una región –y de una economía como la nuestra– que registra una informalidad laboral de alrededor del forty pobreza en america latina 2022 por ciento, es decir más de 76 mil personas que no tienen contrato de trabajo y por ende, están desprotegidas frente a contingencias como la que vivimos. El ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, dijo que esta baja se explica por “una recuperación de los ingresos autónomos (o totales), lo que responde a una política de crecimiento y a la creación de empleos”.
También tuvo relevancia el Plan Alimentario, orientado a apoyar el acceso a alimentos de los hogares más vulnerables. Una de sus expresiones fue la creación de transferencias económicas para la adquisición de alimentos. No existe información pública que organice y sistematice el conjunto de medidas dirigidas a los sectores vulnerables -en este caso, transferencias monetarias- durante la emergencia sanitaria. Por tanto, su análisis supone en primer lugar, su reconstrucción, a partir de documentos y comunicaciones públicas por parte de autoridades del gobierno.
La situación también es más dramática porque la pandemia las obligó a encerrarse en las casas y las expuso a mayores niveles de violencia de género que, a veces, terminan en feminicidios. Según el informe de Naciones Unidas de 2020 “Las repercusiones de la COVID-19 en las mujeres y niñas”, las agresiones contra ellas crecieron 25 por ciento en los países que llevan registros —algunos ni siquiera la separan de otros tipos de violencia y revuelven las cifras con las de riñas, inseguridad o accidentes de tránsito—. Es más, a menudo las autoridades subestiman las denuncias como le ocurrió a una instructora de zumba paraguaya, víctima de los celos y reclamos de su pareja que llegó al maltrato físico y psicológico.
La población con predominio de trabajadores informales (en familias con menores) se alcanzaba en buena medida mediante las AFAM-PE y la TUS y para quienes no contaban con estas, se desarrolla la Canasta de Emergencia. En la misma línea que lo planteado por Uribe (2018) y Quiroga y Juncos (2020), en relación con la derecha gobernante en otros países de América Latina, las transferencias no han sido una política que el gobierno se plantee explícitamente eliminar, pero tampoco fortalecer. A diferencia de disaster anteriores, esta vez la enfrentamos con una nueva condición político-administrativa, y eso se ha notado. Basta ver lo que ha ocurrido con la provincia de Biobío durante la pandemia y su persistente reclamo por el centralismo que ejerce Concepción. De hecho, convertirnos en región es también una oportunidad para enfrentar de manera distinta la pobreza de la zona, pues si bien la conformación de la nueva institucionalidad no scale back pobreza por sí sola, permite contar con herramientas para trabajar de una manera distinta, si existe voluntad y capacidades. “Esta tasa de ocupación del segmento 60+ sigue en niveles inferiores a los observados antes del estallido social y de la llegada de la emergencia sanitaria”, indica el estudio.
En 2017 la pobreza por ingresos llegó a eight,6% (2,3% pobreza extrema, y 6,3% pobreza no extrema). Es decir, la pobreza complete registró un incremento de 2,2 puntos porcentuales (pp.) y la pobreza extrema aumentó en 2,0 pp. respecto de la anterior medición. Esta es la primera alza en la pobreza en 2 décadas, cuando en 2000 llegó a 36% luego de un 35% registrado en 1998. En el caso del IFE Covid de los meses de enero, febrero y marzo, se utilizó la información de ciertas preguntas de la encuesta CASEN para determinar los potenciales beneficiarios, en función de la fase del plan Paso a Paso en la que se encontrasen. De esta forma, de los hogares ubicados en comunas que estuvieron en cuarentena y transición para los periodos requeridos (ver Tabla 3), se consideraron como beneficiarios a todos aquellos encuestados que declararon haber recibido el IFE durante el año 2020, sin necesidad de verificar el cumplimiento de otros requisitos.
Por la disaster, del presupuesto se eliminaron las vacaciones, la ropa nueva, los juguetes, el gimnasio y las reparaciones del vehículo. El carrito del mercado también se enflaqueció; ya no tiene golosinas ni productos que no sean indispensables. Pero gracias a la amplitud del terreno, Marco y Carmen, su esposa, montaron la huerta y el gallinero y aunque no les sobra nada, él dice que “al menos comida no falta”.
Al contrario, aún en contextos de limitaciones y dificultades generales existieron -y siempre existen- márgenes para decisiones políticas. Finalmente, se entiende un objetivo relevante en tanto el análisis realizado permite visualizar fortalezas y debilidades de los sistemas de protección social, contribuyendo a pensar los desafíos que estos tienen. La otra cara de la disaster sanitaria está constituida por los efectos negativos tanto en el crecimiento, desarrollo económico como en el mercado laboral, lo que dejará a gran parte de la población desprotegida al punto de que cada vez esté más lejos de salir de su estado de pobreza.
Así como se ha movido la cantidad de gente bajo la línea de pobreza, también se registraron cambios en los escalones que están sobre ella. El grupo de personas vulnerables según las mediciones internacionales (con ingresos per cápita diarios entre US$ 5 y US$ 13) que, según la Casen 2017 alcanzaba el 29,5% de la población, habría subido 10 puntos, pese a las medidas de mitigación, hasta un 39,2% de las personas. A partir de otros datos que evidencian este retroceso, el informe revela que alrededor de 60 millones de niños más viven hoy en día en hogares pobres desde el punto de vista monetario, en comparación con las cifras anteriores a la pandemia. Además, en 2020, más de 23 millones de niños no pudieron recibir las vacunas esenciales, un aumento de casi cuatro millones con respecto a 2019 y la cifra más alta en eleven años.
Después de 25 años, al visitar a las familias en esos distintos territorios, comprobó que la pobreza extrema no había mejorado en el caso de Puente Alto, y en Las Condes sí había cambiado su nivel socioeconómico. En este sentido, agregó que “desde la Subsecretaría de Evaluación Social contamos con otros instrumentos de caracterización, como lo es la Encuesta Social Covid, la cual nos permite contar con información oportuna y estadísticamente representativa, relativa a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia. Asimismo, contaremos con indicadores con registros administrativos y la Encuesta de Bienestar Social, la cual, precisamente, complementa la información entregada por Casen, mediante información respecto de las experiencias y evaluaciones sobre la calidad de vida que enfrentan las personas.