Por un lado, a lo largo del período comprendido entre 1924 y 1973, cientos de miles de personas se mantuvieron analfabetas y relegadas del sistema educacional. Del mismo modo, conventillos, cuartos redondos, «poblaciones callampas», campamentos y tomas de terrenos albergaban a aquellas familias desprovistas de una vivienda definitiva obtenida por medio de la acción estatal. Asimismo, aquellas personas que no poseían un contrato de trabajo, no accedían a ninguno de los beneficios de jubilación que la Caja del Seguro Obrero Obligatorio otorgaba. Actualmente el Hogar de Cristo cuenta con nueve líneas de acción a través de las cuales busca hacerse cargo -en parte- de la pobreza, exclusión y vulneración de derechos que afecta de diversas formas a este millón de personas más excluidas en el país.
27Por cuanto a la tipología de estrategias, sin olvidar las coordenadas de tiempo y de espacio que englobarían a todas, las dividiremos siguiendo a Estivill en tres grandes grupos, relacionadas con las representaciones sociales, los objetivos y con los enfoques metodológicos y los medios. En tercer lugar, encontramos a la propia sociedad como factor de exclusión. Determinados colectivos e individuos son estigmatizados por motivos étnicos, religiosos o culturales, lo que favorece la cohesión del grupo mayoritario y a veces juega un papel de consuelo ante otros fracasos.
La exclusión social en Chile tiene raíces profundas que se entrelazan con la historia del país. Desde la época colonial hasta el siglo XX, diversos factores económicos, políticos y sociales han contribuido a la creación de sistemas de exclusión que afectan particularmente a comunidades indígenas, mujeres, y clases trabajadoras. Entender este fenómeno desde una perspectiva histórica requiere mirar cómo la acumulación de tierras, la industrialización y las políticas públicas han promovido dinámicas de marginalización. Por ejemplo, la reforma agraria durante la década de 1960 buscó abordar algunas de estas desigualdades, aunque sus resultados fueron mixtos.
En el contexto chileno, la exclusión social se observa en la segregación urbana, brechas educativas, y barreras en el acceso a servicios de salud de calidad. Reconocer estos componentes es essential para abordar la exclusión de manera integral, enfocando esfuerzos tanto en la inclusión económica como en la social y política. Tanto precariedad como exclusión se instalan en ámbitos teóricos menos estructuralistas que la marginalidad o la informalidad. En el fondo, la precarización implica un proceso multidimensional que genera desigualdad poniendo en solfa los derechos individuales y colectivos, especialmente en una sociedad que al menos desde el siglo XVIII ha hecho del trabajo un foco de centralidad cultural, social y private que aseguraba la integración social de los ciudadanos.
Informe sobre desarrollo humano 1996. Capitalismo periférico, crisis francois dubet porque preferimos la desigualdad pdf y transformación. Las metamorfosis de la cuestión social.
Si bien Chile estudia la magnitud e incidencia de pobreza a través de dicho indicador, es sabido que los factores que provocan poderes adquisitivos tan disminuidos se vinculan con factores más profundos que nos remiten a problemas de equidad e integración social. En la Chile actual, la exclusión social adquiere múltiples rostros, reflejando desafíos persistentes y emergentes. Comunidades indígenas, inmigrantes, mujeres, y jóvenes enfrentan barreras significativas que limitan su participación plena en la sociedad.
La exclusión social debe entenderse como una relación entre la sociedad y las personas, donde la sociedad pone barreras a los individuos para que estos participen de los ámbitos más importantes para vivir en colectividad. “Es una relación entre la sociedad y las hombres porque esas barreras se dan en las relaciones sociales que las mismas personas tienen entre sí y en todos los niveles, por lo cual la exclusión social es un fenómeno en que todos somos responsables”, explica Paulo Egenau, director social del Hogar de Cristo. Asimismo, la brecha digital excluye a gran parte de la población rural y de bajos ingresos del acceso a información y oportunidades en línea. La inequidad en el sistema de salud y educación agudiza estas divisiones, perpetuando ciclos de pobreza y marginación. Reconocer estos rostros de la exclusión es el primer paso para implementar políticas inclusivas que atiendan las necesidades de todos los sectores de la población.
Catalina Siles entrega un gran aporte, más allá de comentar los ensayos que componen el volumen”. Teoría y práctica de la intervención. Pobreza y exclusión social en Andalucía. Pensamiento contemporáneo y exclusión social [Ponencia]. Conferencias pronunciadas en el Centre Cultural Bancaixa. Por su parte, la directora general de Vinculación con el Medio, Karina Toledo, destacó que esta alianza viene a sellar una relación de larga data, pero que no ha perdido continuidad en el tiempo.
Invertir en educación de calidad para todos, promover la equidad de género, y garantizar un acceso common a servicios de salud son pasos fundamentales. Asimismo, impulsar la inclusión digital y económica puede abrir puertas a nuevas oportunidades para poblaciones tradicionalmente marginadas. La colaboración entre el gobierno, el sector privado, y la sociedad civil es crucial para diseñar e implementar estas soluciones. A través de un compromiso compartido hacia el desarrollo inclusivo, Chile puede avanzar hacia una sociedad que valora y beneficia a cada uno de sus miembros. Para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y superar la exclusión social provocada por la pobreza, se requieren políticas y prácticas efectivas que aborden tanto las causas fundamentales como los síntomas de la pobreza.
Analizar la exclusión social en Chile implica reconocer que este no es un tema estático sino que evoluciona con la sociedad, reflejando su complejidad y multifaceticidad. Promover mayores grados de equidad e integración social en el país, que aseguren el desarrollo humano sustentable de las personas que hoy viven el precio de la desigualdad joseph stiglitz pdf en situación de pobreza y exclusión social es la misión de la Fundación para la Superación de la Pobreza. Nuestra misión es promover mayores grados de equidad e integración social en el país que aseguren el desarrollo humano sustentable de las personas que hoy viven en situación de pobreza y exclusión social.
El trabajo, para acabar con la pobreza y la exclusión en la que viven más de 5 millones de personas en nuestro país, debe darse en todos los niveles. “Se hace urgente que la ciudadanía se involucre de una manera más cercana con estas realidades, rompa con los prejuicios y barreras que nos separan de quienes viven en circunstancias menos favorables a las nuestras y brindarles más y mejores oportunidades de participación e inclusión”, expresa el profesional del Hogar de Cristo. Frente a los profundos desafíos de la exclusión social en Chile, surgen también oportunidades significativas para fomentar una sociedad más inclusiva. La clave radica en políticas integrales que no sólo aborden las manifestaciones superficiales de la exclusión, sino sus causas estructurales.
Sin accesos a estos recursos, las personas en situación de pobreza enfrentan desafíos significativos para cambiar su situación, viéndose obligadas a vivir en contextos que no solo perpetúan su estado de carencia, sino que también fomentan su exclusión del tejido social más amplio. Este ciclo de pobreza y exclusión se convierte en un bucle infinito, donde la falta de recursos lleva a mayores niveles de desigualdad, marginando aún más a estas comunidades. 1Posiblemente un comienzo razonable para esta exposición sea hacer alusión a diversos cambios que se han ido produciendo en los terrenos económico, político y social de la segunda parte del siglo XX, para encajar la aparición del concepto de exclusión social en su contexto. Por ello, en primer lugar recordaremos que si a finales del siglo XIX el poder era fundamentalmente económico y los movimientos de cambio políticos, a mediados del siglo XX y tras la disaster de la década de los treinta y la segunda guerra mundial comienza la primacía del poder político de los Estados. Sin embargo, la disaster de los años setenta supuso el aumento de la inflación por el traslado de los costes de producción a los precios del producto final y el recorte de los apoyos estatales por motivos fiscales y la incapacidad del Estado para hacerse cargo de todas las demandas sociales.