Las Evaluaciones De Justicia De Los Adolescentes Sobre Las Brechas De Ingresos En Un País Desigual: Evidencia De Chile

De acuerdo con este principio, al momento de acceder a un cargo o posición, todas las personas que tengan los atributos necesarios para ejercerlo, deben tener derecho a competir para acceder a dicho cargo o posición. Pero además, la selección de las personas para ocupar tal cargo o posición, debe regirse solamente por los atributos relevantes requeridos para el ejercicio del cargo y no por otras razones ajenas a tales requerimientos. Sin embargo, en el liberalismo fundamentalista de mercado, la sociedad y lo político, aparecen solamente como una suma o confluencia de voluntades individuales, carentes de cualquier sentido de justicia social o distributiva. Para Hayek (1944), lo que algunos llaman «fines sociales» son simplemente fines en los cuales muchos individuos coinciden, para la satisfacción de sus propios deseos personales. Para Chile, los seis meses entre octubre de 2019 y abril de 2020 han sido extraños, por decir lo menos. Pasamos de un estallido social y una efervescencia por salir a la calle, conectarse, conversar y reencontrarnos (aparejado de una reacción estatal que produjo una gravísima disaster desigualdad en la distribución de ingresos de derechos humanos) a enfrentar una pandemia que nos obligó a replegarnos y alejarnos físicamente.

desigualdad en la justicia

En relación a la educación superior, desde comienzos de la década de los eighty se produce una verdadera explosión de creación de universidades en Chile lo que ha permitido ampliar el acceso a estas instituciones. Hasta comienzos de la década solo existían en Chile eight universidades, las así llamadas  «tradicionales». La reforma del gobierno militar a comienzos de los eighty desigualdad estructural ejemplos crea las llamadas universidades derivadas, nacidas en las sedes regionales de las instituciones tradicionales, utilizando sus campus e instalaciones.

Las respuestas no son tajantes ni correctas, estamos hablando de una fábula sobre la vida misma, eso sí, muy alejada del tono moralizante o aleccionador que suelen tener las fábulas comunes. Este libro con hermosas ilustraciones en acuarela nos sumerge en el mar, pero también en la historia de Nadarín, un pececillo que nada rápido, mucho más que sus hermanas y hermanos. Todos los de su grupo son rojos, menos él, que es tan negro como la concha de un mejillón.

Sin embargo, el resultado agregado de una multitud de agentes buscando su propio beneficio es el beneficio de la sociedad entera. Luego, en la Riqueza de las Naciones, Smith señala que los individuos no buscan el interés público ni están conscientes de cuánto lo promueven cuando buscan su propia ganancia. Sin embargo, en estos casos, los individuos “son conducidos, como por una mano invisible, a promover un fin que nunca tuvo parte en su intención”.

El acceso a la vivienda digna es esencial y la sociedad, especialmente en Chile, debe avanzar en garantizar este derecho. El ejercicio intelectual de analizar cómo sería idealmente una sociedad bien ordenada, permite explorar los límites de lo políticamente practicable. Es decir, nos permite aproximar una idea sobre lo que sería un sistema político de perfección democrática, formado por individuos que han convenido un acuerdo de cooperación equitativo. En los últimos 15 años ha habido una reducción de la desigualdad de los ingresos, aunque el coeficiente de Gini de 0.forty eight en la última medición disponible para Chile (2017) está lejos aún del promedio de las economías desarrolladas (figura 2).

En la Fundación Hogar de Cristo hemos luchado desde nuestros inicios para contrarrestar la desigualdad social, promoviendo la integración e igualdad de oportunidades con proyectos y líneas de acción que ofrecen una mano amiga a quienes más lo necesitan y sin ningún tipo condición. La selectividad en la aplicación de la prisión preventiva, evidenciada en casos como el de Cathy Barriga, refuerza la idea de que la justicia penal no opera de manera equitativa. La cárcel, en lugar de corregir, contribuye a la marginalización de aquellas personas que ya están excluidas de los círculos de poder. Fanon nos recuerda que desafiar estas estructuras de poder es esencial para la construcción de una sociedad más justa, se constituye, por lo tanto, en un deber ético-político. Cuando muchos académicos, políticos y activistas se quejan acerca de la desigualdad, en realidad están observando las consecuencias negativas de ella, o la injusticia de donde se produjo tal desigualdad. No tendrían problema con las desigualdades de riqueza mientras no acarrearan consecuencias negativas ni fueran producto de un proceso injusto y, contrario sensu, rechazarían sociedades igualitarias que violaran la justicia.

Al desafiar la necesidad de las cárceles en su forma actual, nos acercamos a la posibilidad de construir un sistema más humanizante, justo y comprometido con la verdadera rehabilitación y transformación de personas y de la sociedad en su conjunto. Fanon destaca cómo las instituciones de poder, al igual que la prisión en nuestra sociedad, sirven para mantener un statu quo que beneficia a ciertos grupos privilegiados. El paralelo con el contexto colonial resuena especialmente en un Chile donde la riqueza y el poder están concentrados en manos de pocas personas. En otras palabras, la justicia social nunca llegó con la Concertación, menos con el gobierno de  Piñera. Pero sucede que a poco que se investiga el tema de la desigualdad no se encuentra ninguna evidencia respecto que la gente esté, de hecho, preocupada por la desigualdad económica en sí misma. “Nuestra perspectiva socio-histórica plantea la cuestión de los orígenes de lo que prevalece en el presente, visto como lo que antes era posible ahora hecho realidad.

En tiempos en que la protesta social contra la histórica desigualdad en Chile ocupa las primeras planas de los medios periodísticos internacionales, este libro es un excelente recurso para entender las inequidades en dicha sociedad y sistema educativo pero también posibles avenidas para contribuir a una sociedad más justa y equitativa. Todos aquellos interesados en conocer más a fondo la realidad social y educativa de Chile y que estrategias se pueden tomar para la justicia social, deberían leer este libro. Así, la fractalización podría constituir una lente interesante para entender la actual configuración urbana de la ciudad de Santiago donde la precariópolis y la privatópolis, de las que hablan Hidalgo y Orellana (2011), podrían ser consideradas dos tipos de ciudad entre otras. La precariópolissería aquel espacio mono funcional, fragmentado y segregado que se genera como efecto de la instalación de vivienda social en la periferia en terrenos de bajo valor, mal conectados a la trama urbana y con infraestructura y servicios de urbanización elementales.

Esta institucionalidad debe considerar capacitaciones, talleres sobre promoción y protección de los derechos humanos de las mujeres, orientación, prevención y erradicación de la violencia de género dentro sus atribuciones. También se debe considerar la especialización de los proveedores, y sin duda esta institucionalidad debe ser creada a partir del Estado, con un apoyo permanente de asesores no gubernamentales expertos en la materia. Esta institucionalidad ya instaurada permitirá la interconexión entre todos los intervinientes y organismos de tal forma de lograr una intervención reparativa en las usuarias. Los problemas de salud pública del país son reflejo de las desigualdades sociales y económicas de Chile.

El mismo Hayek (1976, 1978), considera que la justicia social es un concepto vacío, puesto que en una economía de mercado, los individuos participan en un libre juego en el que se intercambian entre sí, bienes y servicios, sin que tenga que producirse una distribución de riqueza que pueda ser catalogada de alguna manera como justa o injusta. Los individuos libres que participan en el juego, pueden ganar o  perder, en dependencia de cómo aprovechen sus habilidades, sus circunstancias particulares e incluso su suerte. Entonces, según él, no tiene por qué invocarse el poder del Estado para revertir los resultados desfavorables que puedan obtenerse en tal juego. Ambas concepciones liberales sitúan al individuo en el centro de la esfera política y comparten los principios de la libertad particular person, la democracia representativa, el respeto a la propiedad privada y el libre mercado.

Los jueces solo serán independientes cuando en la generación y promoción de los cargos judiciales desaparezca todo influjo ajeno a su carrera. El segundo factor a que aludimos consiste en la generación de una atmósfera hostil hacia ciertas personas o instituciones cuya conducta se condena públicamente, incluso con mucha antelación al juicio respectivo. De este fenómeno son responsables algunos medios de comunicación empeñados en desacreditar a quien se ve envuelto en un litigio los comentaristas especializados, los cuadros políticos que actúan en forma coordinada hasta imponer un veredicto social condenatorio, y todos nosotros que miramos con indiferencia y desaprensión lo que sucede.

En nuestro país, la búsqueda de la justicia social y la profunda desigualdad que existe es un tema planteado hace años en el debate. Tristemente, poco se ha avanzado, de manera real, para ir cerrando las brechas sociales y a todo nivel. Dicho informe revela que el Gran Santiago se ubica en el quinto lugar en calidad de vida entre las 10 ciudades metropolitanas analizadas. Este estudio establece además, que sólo 12 de las 34 comunas que conforman la ciudad, alcanzan un Índice de Calidad de VidaUrbana2 (ICVU) por sobre la media nacional, en tanto seis de las diez peor calificadas se ubican también en esta área metropolitana. Una visión completamente distinta es la del constituyente Arturo Zúñiga, quien considera que la igualdad ante la ley ya se encuentra consagrada en la actual Constitución, lo que incluye también a las mujeres, a los niños y a los pueblos originarios. “Cada vez que se hace una mención especial a algún grupo, ya se está consolidando a través de la Constitución una discriminación que afecta obviamente al resto de los grupos.

Tampoco es posible en países en donde se han perdido los valores que guían la conducta humana civilizada y la capacidad de discernimiento ethical. Hace casi dos décadas, las Naciones Unidas establecieron el Día Mundial de la Justicia Social, reconociendo la necesidad continua de erradicar la pobreza, fomentar el empleo pleno y trabajo decente, promover la igualdad de género y asegurar el acceso equitativo al bienestar y la justicia social para todos. Se entendió entonces que el desarrollo social y la justicia son pilares fundamentales para la paz y la seguridad a nivel global, y que estos ideales solo pueden alcanzarse si se respetan plenamente los derechos humanos y las libertades fundamentales.