La Salud Pública Desde La Perspectiva De Género Y Clase Social

En aquel entonces, la preocupación central de los analistas y los gobernantes era la cuestión del desarrollo capitalista. Este artículo recupera someramente este contexto histórico, para presentar la manera en que los analistas de la época discutieron e interpretaron la relación entre (lo que ellos consideran que era) la dimensión central de las desigualdades sociales –la clase social– y otras dimensiones y divisiones sociales, sobre todo el género, la raza y la etnicidad. La sección ultimate retoma estas discusiones fundacionales como punto de partida para debatir las conceptualizaciones contemporáneas de los vínculos en tres desigualdades y diferencias.

desigualdad entre clases sociales

Así, las clases de Rutinas No manuales son de una importancia cuantitativa similar a las clases de Servicios en las grandes ciudades, mientras que tienen un marcado predominio respecto de estas últimas en las ciudades intermedias y los restantes tipos de territorios. Un primer grupo de ocupaciones corresponde a la clase de Servicios, cuyo estrato alto podemos considerar como la clase media-alta12. Este estrato está integrado predominantemente por profesionales y técnicos de nivel superior contratados tanto en el sector privado como público, ejecutivos de empresas y funcionarios con cargos directivos en el Estado. En un escalón más abajo, la clase de Servicios Baja está compuesta por profesores, profesionales de servicios administrativos, técnicos con formación superior, profesionales de nivel medio de la salud y profesionales de la comunicación.

Esta es una postura «nacionalista», que reclama el fortalecimiento de los gobiernos indígenas y exige la representación política nacional de esos pueblos. La paradoja es que esto puede ser fomentado por el propio Estado nacional, como medio para alcanzar «un objetivo que representa su negación absoluta, o sea, la incorporación del indio a la nacionalidad mexicana, es decir, la desaparición del indio como tal»28. En su análisis de estos procesos en la región maya de México y Guatemala, Stavenhagen toma como punto de partida el pasaje de la etapa de la conquista militar a la implantación del sistema colonial, producto de la expansión mercantilista. En ese periodo, los mecanismos de dominación estaban vinculados a los intereses de las clases sociales poderosas del país colonizador. Las comunidades indígenas se convirtieron entonces en una reserva de mano de obra para la economía colonial.

Mientras las ciencias sociales latinoamericanas de mediados del siglo XX realizaron aportes teóricos originales sobre las formas específicas que asume la desigualdad en la región, las transformaciones sociopolíticas de principios del siglo XXI volvieron a colocar a la desigualdad en el centro de las preocupaciones académicas y políticas. Estas intensas transformaciones no significaron necesariamente un cambio de matriz societal o productiva, pero repolitizaron la cuestión social latinoamericana e impulsaron nuevas reflexiones y análisis sobre la desigualdad en nuestra región. La cuestión fundamental alrededor de lo anterior es que el rol funcional que se tenga dentro de esta relación de producción determina la pertenencia a una clase social. Pertenecer o no a una clase social no es un tema de elección individual o de nivel de ingresos, sino del rol funcional determinado por la relación de producción; así, “los individuos se caracterizan funcionalmente como miembros de una clase” (Fineschi, 2020b, p. 159). Las personas que, desde diversos espacios y mediante diversas actividades, permiten, la producción, la circulación y la realización de mercancías, la existencia del valor y de la valorización, pero que no se apropian ni del producto ni del excedente (del plusvalor) social por ellas generados, pertenecen a la clase trabajadora. Todas tienen como elemento común el estar separadas de las condiciones de producción (medios de producción y objetos de trabajo) y, en consecuencia, están obligadas a ofrecer sus capacidades de trabajo como una mercancía, como fuerza de trabajo, pues de no hacerlo están condenadas a no poder reproducirse, es decir, a morir.

trabajadora tiene que ver mucho con el tipo de trabajo que desempeñan. Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación desigualdad en america latina de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública de España en el programa digital, indica que las patologías se

El año 1996 se publicó el primer informe en nuestro país, encargado por el partido gobernante en ese momento (PSOE), «Desigualdades sociales en salud en España»23, que salió a la luz ya con el PP en el gobierno, por lo que tuvo muy poca difusión y no se ejecutaron las recomendaciones que se incluían en él. No se han realizado otros informes de estas características, a excepción del informe «Les desigualtats en salut a Catalunya»24, publicado muy recientemente por una entidad no gubernamental. Otra publicación reciente25 refleja que las desigualdades en la salud percibida han aumentado en los últimos años del siglo xx en nuestro país.

Es función de los gobiernos promover un acceso igualitario a los recursos básicos así como garantizar su calidad. El conocimiento, la información y las nuevas tecnologías son elementos vitales para el desarrollo de cualquier sociedad. Pero si estos están en manos de unos pocos grupos, que además los usan a su antojo y según sus beneficios, la labor inicial que deberían tener acaba tergiversada. Esto también supone la difusión de imágenes e ideas que no se corresponden con la realidad, lo cual genera sociedades desinformadas y que muchas veces toman decisiones en contra de sus propios intereses.

Esto puede tomar varias formas, pero en general se trata del estilo de vida que tuvo cada persona y como influye en su futuro. Un obrero por ejemplo, realizando trabajos pesados se expone más que alguien que está en un escritorio en una oficina. Estas actividades impactarán de una u otra forma su salud a largo plazo, y quienes estarán más expuestos serán los más pobres. Si bien se recompensa el trabajo duro y el esfuerzo de cada individuo, esto también marca la pauta para que en las siguientes generaciones la distancia entre la gente crezca.

Vamos a averiguarlo gracias a la información de La Realidad de la Ayuda, la internet en la que Oxfam Intermón evalúa la ayuda oficial al desarrollo española (AOD). Las nuevas tecnologías pueden crear una brecha profesional y salarial porque benefician las habilidades personales y contribuyen a la producción. Hace que la economía mundial esté desigualdad en la salud ejemplos más integrada y, por ejemplo, facilita prácticas como la externalización de los servicios. Organismos como las Naciones Unidas o el Banco Mundial usan el coeficiente de Gini para valorar la desigualdad existente. Es decir, que cuanto más pequeño sea el Gini menor es la desigualdad, y cuanto mayor sea este, hay un incremento de la desigualdad.

Las clases trabajadoras se encuentran principalmente en economías industrializadas y en áreas urbanas de economías no industrializadas. Las personas que se encuentran en las clases sociales más bajas son de las más vulnerables y su descontento se hace evidente con las protestas de las que son parte. Las quejas pueden variar, pero siempre se tratará de algo que afecta a la sociedad, ya sea porque se pagan más impuestos, por la creciente violencia o para reclamarle a los gobiernos su indiferencia. Saffioti rastrea el origen de los mitos y preconceptos que justifican la exclusión de las mujeres de ciertas tareas y su segregación en los roles y las ocupaciones tradicionales reconocidas como femeninas. Encuentra ese origen en la forma en que se organizó y distribuyó el poder en la sociedad esclavista brasileña.

El seminario propone un análisis y comprensión de las desigualdades sociales en América Latina, recuperando miradas teóricas originales de las ciencias sociales de la región de mediados de siglo XX y perspectivas y preguntas novedosas que guían a la investigación actual sobre desigualdad. A su vez, reconstruye las principales tendencias y problemas que se registran en esta materia desde principios de este siglo, en especial durante el llamado “posneoliberalismo”, así como las transformaciones posteriores a esa etapa. Desde una mirada multidimensional, focaliza en la desigualdad de ingresos, pero también de riqueza, salud, educación y vivienda, y en las nuevas desigualdades generadas por la digitalización. Propone identificar desigualdades entre países y, dentro de cada país, entre clases sociales, así como en su articulación con clivajes de desigualdad como el género y la condición étnico-racial. Indaga en el papel redistributivo del Estado, y en el modo en que las ciudadanías perciben, legitiman, toleran y resisten estas intervenciones y transformaciones.

Las relaciones se definían en términos de discriminación étnica, segregación, inferioridad social y sujeción económica. Las relaciones de clase, por otro lado, se definían en términos de relaciones de trabajo y propiedad; por lo tanto, no era una cuestión de relaciones laborales entre dos sociedades, sino entre sectores específicos de una misma sociedad. Las relaciones coloniales respondían al mercantilismo; las relaciones de clase, al capitalismo. Ante las condiciones planteadas por el trabajo libre y la presencia de inmigrantes europeos, los ex-esclavos negros se enfrentan a dificultades de diversa índole. La atención de Fernandes se centra en la situación estructural de los ex-esclavos, a quienes considera sujetos y frente a los cuales plantea la «condición moral de la persona».

Es necesario hacer una distinción entre la desigualdad social, que se compone de normas no jurídicas, y la desigualdad formal, que se rige por las normas legales que refuerzan las anteriores. Como hemos analizado previamente, se presentan diversos tipos de desigualdad que se originaron con el sistema patriarcal y las cuales se derivan de diferencias que se han establecido con el tiempo en base a varias variables, como la edad, el género, la raza, la orientación sexual, el estatus, las creencias religiosas y la capacidad. Cabe destacar que el significado atribuido a cada una de estas variables es de naturaleza cultural, ya que su establecimiento ocurre en el ámbito social en diferentes momentos históricos.