La Pobreza En La Región Sigue En Niveles Más Altos Que En La Prepandemia, Pero La Cepal Anticipa Caída En Chile Diario Financiero

“La región sigue sumida en una doble trampa estructural de bajo crecimiento y altos niveles de pobreza y desigualdad. Los países deben transitar desde la inserción laboral a la inclusión laboral, eje del desarrollo social inclusivo. No es posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción y viceversa”, remarcó José Manuel Salazar-Xirinachs durante la presentación del documento, destacando el estrecho vínculo entre las políticas de desarrollo productivo, laborales y de protección social de los países. En Perú, por ejemplo, en el decenio que precedió a la pandemia, las autoridades no aumentaron el gasto público en salud a pesar del crecimiento económico sostenido durante años, y sólo invirtieron el three,3% de su PIB. En México, más de 15 millones de personas perdieron el acceso a la cobertura de salud en los dos años previos a la pandemia debido a ineficiencias burocráticas en la política de salud del gobierno.

“La disaster sanitaria confirmó que los índices de pobreza son un nuevo tema de prioridad. Hoy hay una necesidad de recuperar los índices y hacernos cargo de los desafíos futuros”, comentó Sebastián. Ha faltado una buena política pública para una disminución estructural”, complementó Vanessa Rubio.

“Los mercados laborales de América Latina y el Caribe enfrentan una disaster en cámara lenta, caracterizada por bajas tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y la ocupación que se han mantenido en el tiempo”. En se sentido agregó que  “no habría diferencia en la proporción de pobreza entre 2021 y 2022. Otro de los temas abordados fueron los desafíos de tener una mayor coordinación pública privada y de fortalecer las confianzas. “En el sector privado encuentras capacidad de innovación, acceso a capital humano y flexibilidad, todo lo que genera un resultado importante cuando hay colaboración con el Estado”, indicó Sebastián, quien recalcó además la necesidad de poner foco en el empleo de calidad, lo cual muchas veces queda en el último puesto de prioridades. El impacto de estas carencias en toda la región recayó con la mayor severidad en las mujeres, que perdieron empleos con más frecuencia que los hombres y cuya carga desproporcionada en el cuidado de los hijos, hijas y el resto de la familia sigue traduciéndose en un disfrute desigual de los derechos, aún más si son indígenas o afrodescendientes.

Salazar-Xirinachs recalcó que «no se ha logrado revertir los impactos de la pandemia en materia de pobreza y pobreza extrema». El titular del organismo de ONU agregó que también que Latinoamérica enfrenta «una disaster silenciosa en educación». La incidencia de la pobreza alcanza a más del 45% de la población infantil y adolescente.

Esto quiere decir que son casi 70 millones de personas, cifras que mantienen similitudes al 2019. El organismo dependiente de la ONU estimó que la tasa de pobreza extrema aumentó de thirteen,1 % a 13,8 % el año pasado, mientras que el índice de pobreza basic disminuyó de 33 % a 32,1 % y afectó a 201 millones de latinoamericanos. En América Latina y el Caribe, ellas sufren las consecuencias de las brechas de género en el acceso al empleo, los niveles de ingreso, la formación educativa y son por tanto más pobres; en la misma medida, la pobreza resultante les impide desbloquear nuevos niveles pobreza economica de igualdad. Incluso en 2021, cuando se observaron señales de una ligera recuperación, la reducción de la pobreza no contribuyó a reducir las brechas de género. El índice de feminidad de la pobreza sólo disminuyó en Panamá, mientras que en los demás países se mantuvo constante o tendió al aumento. En la versión 2022 de CASEN, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se encargó del marco muestral, la selección de la muestra de viviendas y la elaboración de los factores de expansión, mientras que el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile realizó el levantamiento de la encuesta y el procesamiento de los datos.

Para ello, construimos un panel anual de países para las últimas seis décadas y que contiene trece indicadores de pobreza energética que cubren tres dimensiones (acceso, calidad y asequibilidad). Los resultados indican que se ha producido un proceso de convergencia entre los países de América Latina y el Caribe, que incluye todas las dimensiones analizadas (es decir, los países de la región se han vuelto más similares en términos de pobreza energética a lo largo del tiempo). Las recomendaciones específicas para el contexto que surgen de los hallazgos tienen como objetivo promover una mayor adopción de energías renovables, reducir los retrasos en la obtención de una conexión eléctrica y recortar los subsidios al gas natural y al petróleo.

Más de one hundred eighty millones de personas en nuestra región no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y entre ellas 70 millones no tienen ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos», lamentó el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs. Tras un período de crecimiento relativamente robusto, la región se ha visto perjudicada por la caída de los precios mundiales de las materias primas, el debilitamiento de la actividad económica en China y la normalización gradual de la política monetaria en EE.UU. Estos factores externos, sumados a un conjunto de reformas estructurales urgentes, han frenado el ritmo al que los países latinoamericanos estaban convergiendo respecto a los niveles de vida de las economías avanzadas. Un informe especial de la Cepal señala que la desaceleración económica, la mayor inflación y la lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales aumentarán la pobreza, la pobreza extrema y la inseguridad alimentaria en la región en 2022. En specific, Chile tuvo una tasa de pobreza extrema del 4,5% y de pobreza del 14,2%.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en tanto, revisó los datos de ingresos y estimó medidas de pobreza y pobreza extrema por ingresos, mientras que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estimó el índice de pobreza multidimensional. Además, un panel externo de expertos y expertas supervisó todo el proceso para asegurar altos estándares de calidad en toda la encuesta. En detalle, los números muestran que el año 2017 la cifra de pobreza se situaba en un 8,5% y en un 10,7% para el disminuyendo a un 6,5% en 2022, se exhibió.

El laico y docente argentino añadió que “los datos provienen de informes e investigaciones de organismos multilaterales, instituciones internacionales y centros académicos regionales, tales como la CEPAL, OIT, UNICEF, FAO, entre otras”. Su autor, Agustín Salvia, quien también coordina el Observatorio, ha explicado que “esta información se agrupa en cuatro apartados que responden a la situación económica, social, ambiental y sociopolítica de la región”. El modo en que opera el sector público latinoamericano ha venido siendo un tema de discusión central en las últimas décadas, en cuyo marco han surgido y se han promovido múltiples modelos de gestión. Un aprendizaje que hemos adquirido de procesos anteriores de modernización es que no solo es relevante conocer de esos modelos, sino también de sus condiciones de transferencia hacia los estados latinoamericanos.

pobreza en américa latina 2022

La evolución de este índice permite ver la condición humana desde una de las aristas económicas. “Las proyecciones indican que las tasas de pobreza y extrema pobreza se mantuvieron en 2022 por encima de los niveles pre pandemia en América Latina y el Caribe”. Salvia explica que en el documento ha recogido datos respecto de la magnitud de la crisis, que comenzó en 2020 y que se atizó con la Guerra en Ucrania, el aumento de las tasas de interés en los países desarrollados y las persistentes presiones inflacionarias. Actualmente, el monto aprobado para ser desembolsado por el BID hacia el país asciende a US$ 895 millones en 2022. Las cooperaciones técnicas totalizan US$ four,four millones, y finalmente las iniciativas del sector privado canalizadas por BID Lab y BID Invest suman US$ 247 millones y US$ 800 millones, respectivamente.

Por sexo, los hombres llegaron a un 17,1% en esta medición de pobreza frente al 20,6% de la medición del 2017, y las mujeres llegaron a sixteen,8%, desde el 19,9% anterior. Por su parte, la pobreza multidimensional también cae y pasa de ser un 20,3% en 2017 a sixteen,9% en 2022. Esta medición no se pudo realizar en 2020 por las dificultades que se generaron en la encuesta Casen por motivo de la pandemia. En 2022, un total de 54,2 millones de hogares (39 % del total) dependían exclusivamente del empleo informal en la región, según la Cepal.

En tanto, la desocupación proyectada para 2022 representa un retroceso de 22 años, afectando especialmente a las mujeres, para las que la desocupación sube de 9,5% en 2019 a 11,6% en 2022, destaca el informe de la Cepal. «Los tiempos de altas tasas de crecimiento combinadas con una reducción de la pobreza entre moderada y fuerte ya habían terminado en América Latina antes de la crisis», señaló. Respecto al empleo, el informal pobreza en el capitalismo es un problema que afecta a la mitad de los 292 millones de trabajadores de América Latina y el Caribe.

Sin embargo, este país había sido el único que registró un aumento de la pobreza en 2021, por lo que el nivel alcanzado está apenas por debajo del observado en 2019. Los niveles proyectados de pobreza extrema en 2022 representan un retroceso de un cuarto de siglo para la región, subraya el organismo regional. “Si no afrontan con audacia la necesidad de gravar más y mejor —como es su obligación en materia de derechos humanos—, los países de América Latina seguirán viéndose arrastrados por un malestar de desigualdad socioeconómica que favorecerá a una élite rica mientras perjudica a la sociedad en su conjunto”, ha afirmado Kate Donald. Además, en muchos países de la región los sistemas tributarios son regresivos, con impuestos que no exigen lo suficiente a quienes pueden pagar más, con lo que no cuentan con herramientas para reducir la desigualdad y redistribuir la riqueza. Por ejemplo, los países de América Latina tienen una gran dependencia de los impuestos indirectos —que son más regresivos, ya que constituyen una carga mayor para los sectores más pobres de la población— y recaudan muy poco en concepto de impuestos sobre el patrimonio, dirigidos a las élites económicas. Aunque muchos países latinoamericanos efectuaron transferencias monetarias durante la pandemia, ninguno de ellos amplió el seguro médico ni tomó suficientes medidas para implementar mecanismos de seguridad social common o ampliar las coberturas a fin de garantizar que las personas más desfavorecidas estuvieran atendidas.