Por el contrario, se han hallado relaciones negativas en los resultados académicos obtenidos, debido a un año de retraso en la incorporación a la educación formal (Zhang, Zhong y Zhang, 2017). Las inversiones en educación de calidad durante los primeros años de vida tienen efectos de largo plazo en el aprendizaje y en la motivación (Heckman, 2000). La hipótesis central de la presente investigación es que la exposición a pobreza durante la niñez incrementa la probabilidad de abandonar la escuela y, por ende, mantener niveles bajos de escolaridad en este sector vulnerable de la población.
Con frecuencia recibían sermones por parte del inspector o de la encargada de convivencia y se quedaban en dicho lugar un tiempo antes de incorporarse a las siguientes clases. Este estudio se enmarcó en un proyecto de investigación-acción participativa (Flores et al., 2009), desde un paradigma de investigación transformacional (Suárez, 2002). Esta perspectiva considera a la escuela como un laboratorio y a la acción profesional como una hipótesis a contrastar (Díaz-Bazo, 2017). Este tipo de investigación suele explorar los límites y las posibilidades de transformar la escuela y de transformarse junto a ella (Rowell et al., 2015). Así, la investigación-acción apunta al desarrollo de la escuela y, a su vez, al desarrollo de las capacidades de los involucrados (Flores et al., 2009). Para Díaz-Bazo (2017), lo participativo radica en que los integrantes del equipo de investigación colaboran en las decisiones metodológicas del proceso.
A la pequeña le resulta difícil aprender, y las clases en este idioma foráneo le parecen a veces confusas y sin sentido. Aunque sus maestros hacen todo lo posible por ayudarla, pronto comenzará a perder la motivación y se aburrirá de ir a la escuela. Al terminar la primaria, Maryam devorará novelas para adolescentes, mientras que Monde tendrá dificultades para leer incluso un cuento corto y easy. En general, se puede apreciar que el riesgo de deserción es positivo y significativo en la mayoría de los casos, por lo que los menores mexicanos están en riesgo constante de abandonar la escuela, sobre todo en la primera etapa. Una limitante que tiene la ENIGH es la incapacidad de rastrear a un individuo a través de las diferentes encuestas, debido a que no se tiene la certeza de que los encuestados sean constantes en los diferentes levantamientos de la encuesta. Sin embargo, Deaton (2018) plantea un método para dar tratamiento longitudinal a información de corte transversal, como ya se mencionó es imposible obtener información particular person, pero pueden generarse grupos basados en la región, sector económico, ocupación e incluso se puede usar el ingreso.
Cuando el alumno no se presenta en las primeras etapas de un nivel educativo, a pesar de haber sido aceptado o disponer de cupo. También se habla de deserción precoz cuando se presenta en la etapa de educación inicial (preescolar). En las familias desintegradas o conflictivas no se supervisa ni se hace seguimiento a los hijos en edad escolar, lo que puede favorecer la deserción.
Tales habilidades como lectura, escritura y operaciones numéricas básicas, se obtienen durante la educación primaria y se refinan en la educación secundaria; adicionalmente, son los cimientos sobre los que se construyen las carreras técnicas y profesionales de las personas. Desatender las competencias básicas que promueve la educación escolar pone en riesgo el desarrollo individual de las personas y con ello el progreso de las sociedades. Hanushek (2013) encuentra que, las habilidades de los individuos ayudan a explicar el crecimiento económico porque facilitan la creación e implementación de nuevas tecnologías. La diversidad de factores asociados al abandono escolar se desarrolla en los complejos e inestables entornos familiares y comunitarios en los que la mayoría de estos estudiantes han vivido sus vidas.
Podremos conseguir que ninguna de las características adquiridas en el momento de nacer influyan en nuestras posibilidades de futuro, de ser lo que queramos ser”, concluye Borja Santos. Según Rosa Elcarte, Representante de UNICEF en Republica Dominicana, en el país no hay datos diferenciados sobre la inversión pública por quintiles de pobreza estructural y coyuntural riqueza, pero si se cuentan con los resultados diferenciados sobre la conclusión de la escolaridad secundaria. Como parte de las medidas preventivas, el Mineduc anunció esta semana que extenderá el Sistema de Alerta Temprana a todos los establecimientos educacionales públicos del país, para que los directores tengan una herramienta
“Uno de los puntos débiles es que está enfocado en países de renta baja o emergentes y no refleja factores que, en los países más desarrollados, pueden ser esenciales. No tener acceso a la pink significa, en países como España, no tener acceso a un trabajo de calidad”, asegura Santos. “Tampoco sirve para reflejar en qué medida una persona está privada de vivir tal y como vive el promedio de su entorno y, por tanto, en qué medida uno se percibe como pobre”.
Para manejar la continuidad educativa, la mayor parte de los países recurrió a la tecnología, utilizando el web y medios tradicionales como la televisión, la radio y materiales impresos, centrando su atención en apoyar a los padres y docentes para hacer la educación más inclusiva. El problema es que existe una brecha digital significativa en la región, lo que hizo que el sistema educativo latinoamericano no sólo se enfrentara a la disaster del COVID-19, sino también a los de continuidad educativa, participación, calidad e inclusión. Un nuevo documento de política de la UNESCO muestra que la tasa de pobreza mundial podría reducirse a la mitad si todos los adultos terminaran sus estudios secundarios. Sin embargo, nuevos datos del Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU) muestran tasas persistentemente altas de personas no escolarizadas en muchos países, lo que hace probable pobreza extrema 2022 que los niveles de finalización de la educación secundaria permanezcan muy por debajo de dicho objetivo para las generaciones venideras.
De ese total, la mitad comenzó a hacerlo durante la pandemia, contexto en el que se redujeron los ingresos de gran parte de los hogares y aumentó la disponibilidad de tiempo por la desvinculación de muchos menores de la escuela. Según el estudio del que surgen estos datos, elaborado por la oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Argentina junto a UNICEF y el Ministerio de Trabajo a partir de información relevada en noviembre de 2020, 40% no tiene dispositivo para conectarse de manera remota y 3 de cada 10 no tienen disponibilidad de conectividad. Por ello, la pobreza de un núcleo familiar, en el cual están insertos los niños, niñas y adolescentes (NNA) no se puede comprender únicamente por la falta o no de ingresos, sino que va más allá e implica otras vulneraciones o privaciones que están en su día a día y que privan mejorar su calidad de vida. En este artículo queremos contextualizar sobre la condición de pobreza en la que se encuentran los NNA en edad escolar y cómo ello podría reproducir o aumentar las inequidades, como el disfrute de la educación, porque en definitiva la pobreza afecta a unas personas más que otras, influyendo en sus posibilidades de gozar de ese derecho. La relación de la familia con la escuela permite potenciar factores protectores ante posibles procesos de abandono escolar. Por esto, generar una relación de confianza da pie a la construcción de ambientes que permiten prevenir el abandono escolar y, con ello, se ge neran mecanismos importantes para potenciar la retención escolar en los establecimientos educativos.
Reimers (2000) señala que la condición de pobreza afecta de manera directa la salud y nutrición de las personas, esto se traduce en desventajas en términos de aprendizaje, lo cual repercute en el progreso escolar. Adicionalmente, los hogares pobres se ven en la necesidad de enviar a sus hijos a trabajar, lo que implica que los niños cuenten con menos horas disponibles para atender las actividades escolares. Lo anterior supone un mayor reto para adquirir las competencias y habilidades que promueve la enseñanza escolar.
Pero se trata de una impunidad administrada, sujeta a las necesidades arbitrales que requiere ese equilibrio. Ahí se exhiben biografías que unen en lo profundo —las pasiones, los sentimientos y problemas— a todos, a pesar de la distancia física y la marginación que separa a ricos y pobres. Es el mismo proceso de “empatía” que provocaron las novelas del siglo XIX para extender el reconocimiento de los derechos humanos a todas las razas y estratos de población (Hunt, 2008). Así, cabría esperar que en los estados de la República con mayor premio educativo la tasa de delincuencia fuera menor. Sin embargo, tanto el nivel de significancia como los coeficientes de correlación muestran que no ha sido el caso, cuando el examen se realiza de forma transversal, con el propósito de resaltar las diferencias entre entidades federativas.
No obstante, en la actualidad, las relaciones entre paternidad/maternidad y la educación de los hijos, no es algo que dependa exclusivamente de los padres, sino que, fundamentalmente por la influencia de la perspectiva ecosistémica, forman parte de un sistema de relaciones internas y externas con su entorno. El objetivo, por lo tanto, debería ser coordinar las acciones educativas entre las familias, la escuela y la comunidad .para contribuir conjuntamente al desarrollo y la educación de los niños. Los métodos, tendrán prefierentemente un fin preventivo y de atención de las problemáticas familiares, por lo que deberían atender las necesidades de niños, padres, familias, escuelas y comunidad considerando el contexto, las circunstancias y los recursos con que éstos cuentan (Tavoillot, citado por Bartau, Maganto & Etxeberría, 2000). A pesar de los esfuerzos realizados, la mayoría de las iniciativas de programas destinados a las familias en situación de pobreza extrema no ha decantado hacia resultados positivos o duraderos, excepto algunas experiencias aisladas (Gómez, Muñoz, & Haz, 2007). Para Walsh (2004) los servicios tienden a centrarse en las deficiencias y a fragmentarse tratando sólo a los individuos.
En este sentido, las familias o adultos responsables que tienen mayor relación y cercanía con los establecimientos se han constituido como una pink de apoyo que permite a los estudiantes superar cualquier crisis. En este sentido, la desvinculación física de los estudiantes hacia las comunidades educativas, propiciada por la inasistencia a clases forza das para prevenir los contagios, se ha constituido en un issue de riesgo que perjudica no sólo los aprendizajes, sino que también al grado de sociabilización de los estudiantes con sus compañeros, profesores y la comunidad escolar. A lo anterior, se suman los efectos de la disaster económica que mantiene a las familias de los estudiantes en condiciones precarias que incrementan los niveles de vulnerabilidad de éstos.