¿Todos los factores que han contribuido en el aumento de la desigualdad son negativos? ¿Las tensiones que atraviesan hoy a nuestras sociedades tendrán como resultado una nueva vuelta de timón en la historia del capitalismo? Una serie de libros indagan en las raíces del problema y esbozan respuestas. Las reformas neoliberales implementadas en Chile durante las décadas de 1970 y 1980, significaron en términos económicos y sociales la proyección de una nueva manera de afrontar el desarrollo de la sociedad, constituyéndose en una revisión radical de la política económica del país durante los últimos tres cuartos del siglo XX. Atrás quedó el management que en dichas materias ejerció el Estado, situación que se agudizó aún más durante el mandato de Salvador Allende Gossens. Finalmente, el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 conllevó la puesta en marcha de una nueva política económica, hasta el momento no aplicada en el país.
Destacó el modelo económico impulsado por los Chicago Boys en los setenta y los alabó, ya que en su opinión produjo prosperidad. La parte que no mencionó, o que desconoce, fue que se construyó sobre la base de sangre y fuego, en una de las dictaduras más sangrientas del continente; y el anunciado progreso fue para algunos a costa de empresas del Estado vendidas en cómodas cuotas y a precio de liquidación. También se propone el ingreso básico universal, que haría que por lo menos los sectores más desfavorecidos no pasen hambre. Todos los países de América Latina producen lo suficiente como para que nadie esté sin comer.
Generalmente, la ideología que promueve la desigualdad hace que incluso las personas en condiciones más perjudiciales justifiquen la desigualdad. Dicen que las personas en condición de pobreza son vagas o no han aprovechado las oportunidades y por eso no luchan por tener un mejor país. En la Universidad conocí la Psicología Social, un campo que me permitía profundizar mis análisis y ver cómo afectaba la vida de las personas. Hay un mecanismo perverso de cómo la desigualdad contribuye a generar más desigualdad. Es un tema que nos cruza la vida a todos en América Latina”, sostiene García Castro.
Incluso, con su antiguo grupo llevó a cabo un estudio que evidenció cómo cuando se hablaba de desigualdad a otras personas usando rostros cercanos, por ejemplo pidiendo pensar en el amigo con menos recursos, crecía el rechazo hacia ella. En principio hay que aclarar que la desigualdad es distinta a la pobreza, es la comparación entre la pobreza y la riqueza. Latinoamérica como región, con excepciones de algunos países, desde el 2000 estuvo reduciendo la desigualdad durante un largo período de tiempo, con gobiernos que aplicaron medidas de redistribución de riqueza. El análisis de Piketty ignora un fenómeno basic del capitalismo que es su dinamismo y capacidad de cambio. Y si no quiere ir tan lejos, pregúntele a Zuckerberg que recién cumplió 30 años, tuvo una gran thought.
Lo mismo ocurre con el valor de la divisa de referencia como el dólar cuyo valor los Bancos Centrales intentan regular comprando o vendiendo dólares. Uno de los temas más complejos a resolver es qué fuerzas o impulsos de fenómenos actuales darán forma al futuro. Las tecnologías, la ciencia aplicada, la digitalización y la inteligencia artificial, así como los datos y su procesamiento instantáneo en cualquiera de las actividades de las sociedades contemporáneas, están dándole una nueva configuración a la vida de los habitantes del planeta. Así que juntos estos cuatro pilares crean una diferente manera mucho más consciente de existir en el mundo de los negocios y que, de hecho, conduce a un mayor éxito. Financieramente estas comunidades destacan a largo plazo, pero lo más importante es que no crean efectos negativos.
Todo permite pensar que, en efecto, ese dinamismo demográfico, desconocido durante los siglos anteriores, contribuyó al estancamiento de los salarios agrícolas y al incremento de la renta de la tierra en las décadas previas a la deflagración de 1789. Sin hacer de ello la causa única de la Revolución francesa, parece evidente que esta evolución sólo incrementó la creciente impopularidad de la aristocracia y del régimen político imperante. Ya de regreso en su país, Juan Diego continuó con su labor en la Universidad de Costa Rica. Además, se sumó recientemente al Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social en que afecta la pobreza (COES) ubicado en Chile, uno de los principales centros de América Latina dedicado al tema de conflictividad social y desde donde analiza la desigualdad que atraviesa al continente. Hasta el COVID 19, se estaba reduciendo la desigualdad, pero el empobrecimiento de grandes sectores de la población hizo que la desigualdad creciera, porque los que eran ricos no dejaron de serlo, mientras que las clases medias y bajas se empobrecieron con la pandemia. Las empresas que debieron cerrar fueron las pequeñas y medianas, las llamadas “pymes”, mientras que las grandes empresas se mantuvieron o recuperaron rápido.
¿Por qué la intervención del Estado chileno sobre la desigualdad es casi nula? Algunos columnistas han especulado que esto se debe a la ineficiencia del Estado en las transferencias. Uno podría argumentar, en cambio, que las transferencias son progresivas, pero la manera de recaudar es regresiva, haciendo, por lo tanto, neutro el sistema en su conjunto. Una de las medidas más utilizadas en la discusión pública es el coeficiente de Gini. Sin entrar en los detalles de su cálculo, hay que saber que éste toma valores entre 0 y 1, y que un mayor Gini implica una distribución de ingresos más desigual.
El capitalismo del Siglo 21 se caracteriza por una creciente diferenciación entre centro y periferia, con esta última creciendo más rápido que el centro y con fortalezas en su capacidad de generar ahorros exportables. Este “nuevo” capitalismo, de variante neoliberal, también muestra una alta frecuencia de crisis económicas, seguida de costosas políticas de austeridad junto a una tendencia a la acentuación de la desigualdad de ingresos y riquezas; en este contexto destaca el fortalecimiento de pequeñas pero poderosas elites económicas. Estas tendencias globales tienen implicancias geopolíticas y económicas importantes. Asimismo, este capitalismo del siglo 21 ha traído consigo un déficit democrático no solo a nivel nacional sino también a nivel world. Un ejemplo reciente de lo anterior es que varias economías europeas se han transformado en verdaderos “Protectorados” del FMI, Banco Central Europeo y la Comisión Europea, la llamada Troika.
No ha sido el mercado contra el Estado, como muchos creen, sino el mercado con el Estado. Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico. 25Esta falta de libertad del dueño del capital es expresada en la idea de alienación que Marx desarrolla en el sentido de que las decisiones de los participantes del sistema se encuentran condicionadas por su estructura.
Sin embargo, en los TLC y TTP se induce a respetar la libre competencia, lo que inhibe al estado y a proyectos que estarían en una posición monopólica y/o con predominio de la participación o control del estado en países emergentes. La globalización dejó a un mundo interconectado en todos los puntos geográficos imaginables. Esto se logró con tecnología y así Internet condujo a penetrar cada uno de esos puntos hasta llegar a cada individuo y familia con la posibilidad de comunicarse entre ellos en tiempo actual y construir nuevas relaciones virtuales en una nueva dimensión para la humanidad. Finalmente, es posible dar cuenta de una falla organizacional que limita los procesos reflexivos al interior del partido.
Desiguales destaca el rol que le cabe a la política pública en igualar el acceso a los servicios sociales, reducir la concentración del ingreso en el 1% más alto y romper el vínculo entre el dinero y la influencia en las decisiones públicas. OECD (2012) postula la necesidad de reformas tributarias que combinen ajustes en impuestos (algunos en la pobreza hacia la baja, otros al alza) con políticas de subsidios al trabajo de los sectores de menores ingresos. Estos ciclos de alza y baja pueden observarse a través de la evolución del coeficiente de Gini, el cual es un indicador que se encuentra entre 0 y 1, donde un mayor número indica más desigualdad en la dimensión de los ingresos.
El debate sobre la desigualdad, que se agudizó con la crisis financiera del 2008, debería centrarse más en cómo mejorar la cancha y las condiciones de vida de los más desfavorecidos. La solución para Piketty no está en el crecimiento, ni en las condiciones iniciales para entrar a competir a la cancha, sino en la supuesta injusticia de la desigualdad. En conclusión, Piketty no deposita su confianza en las personas, sino en el Estado. Encontró que la clase trabajadora – los que solo dependen de salarios para vivir – todavía constituyen el 84% de la población activa. Los gerentes constituyen el resto, pero sólo el 2% (Qc en el gráfico) en realidad pueden vivir solo de sus rentas, intereses, ganancias de capital y dividendos.
Parece ser esa una de las preocupaciones del papa Francisco (2013), cuando al comenzar su pontificado afirmó que “todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Porque ‘el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral’ y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales” (EG, n° 103). Sin duda, las desigualdades internas al interior de la Iglesia mellan su credibilidad; dificultan que ella pueda tener una palabra profética más convincente en relación a las desigualdades o inequidades en la sociedad, promoviendo así un Reino de justicia y equidad. El economista británico Paul Collier, en El futuro del capitalismo, señala que el deterioro de las identidades nacionales también contribuyó al crecimiento de la desigualdad. Para el autor, el éxito de la socialdemocracia de posguerra —que estima como un modelo perfect de Estado ético e igualitarista— se debió a un extraordinario alcance en las obligaciones mutuas asumidas por los ciudadanos. La Segunda Guerra Mundial consiguió que, en Europa occidental y Estados Unidos, por un lado, izquierda y derecha confluyeran en un punto intermedio y, por otro, que dichas sociedades, alentadas por el orgullo del papel desempeñado en la guerra o por la necesidad de levantarse de las ruinas, abrazaran un relato común de pertenencia y responsabilidades recíprocas.
Jürgen Habermas, el gran pensador alemán, es citado en el espacio para la reflexión filosófica de la disaster del capitalismo maduro. Sobre las reacciones seculares a la reforma social, el profesor Pizarro se vincula con Albert Hirschman y da una mirada precise de los desafíos que enfrenta nuestro país y las múltiples reformas tributarias que ha desarrollado Chile durante los últimos one hundred años. El feminismo es muy wise a comportamientos sexistas, y legítimamente, por lo que contraataca. Pero algunas veces más bien de forma no constructiva, en el tono moralizante del feminismo radical, encontrando las causas de todos los males de este mundo en los hombres. Género y clase no pueden ser separados, están persistentemente definidos y condicionados. Uno de los ejemplos de tal refugio peligroso es la transfobia de las feministas radicales que están convencidas que la biología es la base y el fin de todo feminismo.