Esta disparidad aumenta en los países de ingresos bajos (29 céntimos por cada dólar de un hombre) y de ingresos medios (33 céntimos), y aunque en los países de ingresos más altos la situación es algo mejor, dista mucho de ser best. Por otro lado, sabemos que el perjuicio es mayor en estudiantes más vulnerables, con menor acceso a la tecnología y en establecimientos muchas veces menos preparados para la educación on-line. Para que haya verdadera igualdad desigualdad globalizacion de oportunidades, la información también debe ser de fácil acceso y comprensión para todas las personas. Según la UNESCO, esto significa incorporar medidas que equilibren las desventajas históricas que las mujeres han enfrentado a lo largo de la historia. Así las cosas, las mejores escuelas están reservadas para los hijos de las familias ricas, y gracias a ello obtienen los más altos puntajes en las pruebas estandarizadas, lo que les permite acceder a las mejores universidades.
Los académicos de la Universidad de Chile Mariela Muñoz, Guillermo Zepeda y Cristián Rebolledo destacan la medida, comparten algunas recomendaciones y reiteran el llamado a vacunarse. Investigadores nacionales e internacionales se dieron cita en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, en el marco del proyecto FOVI en el cual participa la académica del programa de epidemiología María Teresa Muñoz Quezada, junto al equipo de investigadores de la Universidad Católica del Maule. Es lamentable este escenario, este telón de fondo, cuando sabemos que hoy se habla mucho más que antes de perspectiva de género y que los discursos intentan cuidar las “as” y las “os”, e incluso las “es”, sin embargo las palabras no parecen aterrizar en acciones efectivas. Una primera acción es visibilizar, sobre todo en el problema del cuidado a los adultos mayores.
Con el objeto de avanzar hacia un desarrollo sostenible, haciendo frente a las amenazas medioambientales, contribuyendo a la construcción de bienes públicos regionales y globales. Mientras en un sector la población cuenta con altos y modernos edificios y barrios lujosos construidos en las últimas dos décadas, el otro sector es una realidad completamente distinta, zonas humildes y viviendas de bajos recursos, como si se tratara de dos mundos aislados y divididos por una pared. Esa promesa debería ser transversal a toda la sociedad y no estar reservada para aquellas personas que puedan costear las mejoras, o que puedan pagar el precio de no tener que someterse a aplicaciones abusivas de la tecnología. Estos desarrollos y despliegues tecnológicos no deberían resultar en una nueva forma de discriminación que profundice otras desigualdades como un daño colateral que debemos asumir en favor de un supuesto bien mayoritario. Este programa busca promover la autonomía económica de las mujeres jefas de hogar, a través de la entrega de un conjunto de herramientas que les permitan generar, gestionar ingresos y recursos propios a partir del trabajo remunerado, el acceso a la oferta pública y de oportunidades de conciliación de trabajo remunerado, doméstico y de cuidados. El texto de Cuadriello Olivos ofrecen pistas que pueden ser claves para comprender el recorrido de las desigualdades y las respuestas que han emergido en los países considerados, como así también permite calibrar la fuerza con la que se instaló el modelo de políticas sociales focalizadas.
La segunda sección examina tres ejemplos que permiten elaborar una crítica a los procesos de despolitización, desconexión y banalización del gobierno ante la disaster sanitaria. Finalmente, se lleva a cabo una reflexión sobre las ollas comunes como práctica cultural que contribuye en la repolitización de los barrios. Chile recibió el primer préstamo del BM a nivel global para promover el hidrógeno verde y apoyar los esfuerzos de mitigación del cambio climático.
Diversos estudios concluyen que la desigualdad educativa está directamente relacionada con la clase socioeconómica y el nivel de acceso a oportunidades (ante condiciones socioeconómicas deprimidas, menores oportunidades y viceversa). Así, la educación perpetúa las desigualdades que surgen con la clase social, el género y el origen étnico. Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. El carácter más perjudicial de los recortes del gasto también es defendido por Woo et al (2013). La causa de esto parece estar en que los ganadores de ingresos más bajos suelen estar más afectados por los recortes en el gasto público, ya que una parte importante de sus ingresos provienen del mismo y ellos son más vulnerables a las pérdidas del empleo. La misma concept desigualdad en la distribución del ingreso es defendida por Agnello y Sousa (2012), incluso afirman que los ajustes basados en incrementos de los impuestos suelen tener un efecto igualador.
14En Chile, el sistema público de educación, sobre todo educación básica y media, debe mejorar en calidad para ser competitivo con el sector privado. Por su parte, el sistema de salud presenta problemas, principalmente, por la falta de atención. 13En ambas metodologías se utiliza el ingreso autónomo para el cálculo del índice de Gini.
Bajo este criterio, el Ministerio de Desarrollo Social, encargado de la Encuesta CASEN, a partir del año 2013 utiliza una nueva metodología de medición de Pobreza por Ingresos, tomando en cuenta los nuevos patrones de consumo chilenos e imponiendo estándares más altos que se adapten al actual nivel de desarrollo del país. Asimismo, incorpora la medición de la Pobreza Multidimensional, siguiendo el ejemplo de países más desarrollados. Existe una distancia inabordable entre las oportunidades educativas que se brinda en instituciones privadas y la realidad de las escuelas públicas. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y de desarticular. La dimensión temporal está determinada por el punto de vista de las reformas institucionales más recientes en España y Chile en torno al proceso político que conduce a las realidades actuales en términos de indicadores de igualdad de género.
En estos textos hemos extensamente discutido el rol de los impuestos en esta tendencia, pero el problema es más complejo. La caída en la progresividad de los impuestos a los más ricos es sin duda una de las explicaciones. Otras causas son el estancamiento del salario mínimo, el debilitamiento de los sindicatos, la falta de competencia, y la falta de regulación financiera, entre otros. Cualquiera sea la explicación, lo relevante es ver que la consecuencia fue una decisión política, no una tendencia inevitable.
Si bien es claro que estos avances han mejorado la calidad de vida de las personas, se debe asumir que no en la misma proporción e incluso ha dejado mucha gente marginada de este gran avance (PNUD, 2016). Es por lo anterior que el último informe del PNUD está dedicado a este tema “desarrollo humano para todos”, considerando, igualmente, que en 2015 los dirigentes nacionales se comprometieron a “no dejar a nadie atrás”, compromiso que dejaron plasmado en la Agenda 2030. Mientras que a nivel nacional no hay un gran cambio en la desigualdad en el último período, Tarapacá incrementó su desigualdad en más de un 6%, y por su parte Los Lagos la redujo en casi un 11% (metodología nueva).
Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos. El “capitalismo meritocrático liberal”, por su lado, con su organización basada en la democracia y el imperio de la ley, ha fomentado la innovación, la movilidad social y, en suma, el desarrollo económico. Pero la atenuación de dichos objetivos en las últimas décadas, o derechamente el incumplimiento de ellos, quitó brillo al modelo y no sería raro que en un futuro pierda influencia.
La construcción social del género responde entonces a un conjunto de atributos asumidos, incorporados y reiterados que adoptamos, ciertamente, con la expectativa de cumplir las exigencias sociales de identificación y pertenencia de género definidas socialmente2. En complete, fueron encuestadas 2.047 personas, hombres y mujeres mayores de 14 años, residentes en todas las regiones del país, como muestra representativa de la población objetivo a nivel nacional. Frente a la pregunta “¿Está de acuerdo con medidas que limiten el ingreso de los inmigrantes a Chile?
Por eso, como Gobierno que representa a las mayorías, nos hemos puesto colectivamente en marcha. No estamos partiendo de cero, porque en las décadas pasadas se crearon condiciones institucionales y económicas, expectativas y derechos sociales sobre las cuales hoy día estamos parados”. A esto se suma el hecho de que la vivienda no está contemplada como un derecho garantizado dentro de la Constitución. Hoy, el modelo considera la vivienda como un bien más dentro del mercado que promueve la libre competencia entre empresas constructoras, y ese es uno de los puntos clave que se debería reformar para construir una ciudad más igualitaria.