Seguir utilizando el método tradicional de ‘sistema cerrado’ para el grupo social que solo presenta la necesidad física de una vivienda, y buscar alternativas especificas a partir de un ‘sistema abierto’ para los sectores que no cubren las necesidades básicas de forma adecuada. Fue a lo largo de estos años que se pusieron en marcha una serie de movimientos sociales que transformaron la cuestión social en un problema que afectó no sólo a los trabajadores sino a todo el país. Desde entonces, surgieron a la luz pública una serie de innumerables escritos, ensayos, artículos de prensa y tesis de grado que comenzaron a analizar sus causas y motivos, además de las posibles alternativas de solución. El empobrecimiento social y económico que vivió mi familia fue parte de una regresión social generalizada, que afectó al país en la década de los ’80 y que golpeó fuertemente a los sectores sociales más vulnerables en Chile, del cual provengo. Un 36% de los proyectos está relacionado a mejorar infraestructura de organizaciones que trabajan por la inclusión de personas (entre ellos adultos mayores, personas con discapacidad, personas del espectro Autista y personas en situación de calle).
El segundo issue es la disaster financiera internacional cuyo impacto en Chile fue más moderado que en otras economías pero que igualmente estuvo asociado a un alza del desempleo y posiblemente caídas en el ingreso. No es obvio cuán importante es la contribución de la crisis financiera a la pobreza, pero sin duda aportó. A juzgar por la cobertura de prensa, los comentarios en las redes sociales y la cadena televisiva del Presidente Sebastián Piñera, el aumento de la fracción de pobres de un 13,7% de la población en diciembre del 2006 a un 15,1% en diciembre del 2009 tuvo un impacto comunicacional significativo. Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable pobreza extrema que es nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la diversidad de valores, preferencias y capacidades que nos distinguen como personas.
La primera corriente se originó al inside del mundo conservador-católico que, a partir de la Encíclica Rerum Novarum, adhirió a la línea social cristiana impulsada por la iglesia católica. A grandes rasgos, vio la cuestión social como resultante de una disaster moral que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla. El énfasis estuvo puesto en la responsabilidad que le correspondió a los ricos en el cuidado y bienestar tanto materials pobreza durante la pandemia como espiritual de los más pobres, a través de la educación, la beneficencia, el socorro y la justicia. Chile fue, para mí, la experiencia más brutal de un libre mercado dogmático y oligárquico, del cual fui una víctima más -como muchos otros chilenos-, especialmente de aquellos que pertenecen a los sectores socialmente más vulnerables.
Así, Daron Acemoglu y James Robinson argumentan que las brechas socioeconómicas afectan negativamente el desarrollo de los países cuando se traduce en un acceso, también desigual, al poder político; este mecanismo se relaciona con la potencial captura de rentas por parte de la élite y el bloqueo de oportunidades de desarrollo para el resto de la población. Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos. “El confinamiento obligatorio ha afectado con fuerza a los sectores más vulnerables, que viven en condiciones de grave hacinamiento y peor calidad de las viviendas, lo que genera serias dificultades para el cuidado frente a la pandemia, aumento de tensión entre los integrantes del hogar, entre otros problemas. En los sectores rurales, se suma la materialidad, saneamiento y tipo de vivienda, en que sólo un 62% de las viviendas tienen la categoría de aceptable, frente al ninety,5% urbano, de acuerdo con el Índice de Calidad Global de la Vivienda de la Encuesta Casen”, destaca Littin. La vulnerabilidad también genera diferencias en los riesgos sociales que se encuentran en el entorno de los hogares. “No solo son más pobres, sino que viven en barrios de mayor violencia social, donde la delincuencia o el tráfico de drogas se hace parte del paisaje y se normaliza como una forma de convivir en sociedad”, indica.
Se lo merece un gran país con una gran historia que inspira respeto por los gestores que dieron su vida por alcanzar un sueño. Las políticas populistas desde mediados del siglo XX han sabido aprovechar las condiciones del comercio exterior para sus productos derivados de la agricultura y ganadería, esto sin desconocer el esfuerzo en pro de la industrialización que se llevó a cabo lidiando contra las desventajas de un proteccionismo que cobraba su precio en el costo de muchos insumos. Lo cierto es que Argentina fue progresivamente cayendo en el pozo profundo de inflación y recesión, con costos seen en materia de menor inversión y un bajo crecimiento. Incluso los tiempos en que se afirmaba que los argentinos tenían suerte porque “el pasto crecía de noche para alimentar de día al ganado” con eso solamente se respaldaba un activo comercio de exportación, abandonan las intenciones de una industrialización más efectiva.
En las ciudades de América Latina y el Caribe, los pobres urbanos viven una heterogeneidad de condiciones y carencias que expresan directamente e indirectamente su vulnerabilidad económica. En nuestra región, la pobreza urbana adopta la forma de bajos ingresos vinculados a empleos precarios, falta de capital educativo y activos patrimoniales, y refleja inequidades por razones de género1. La precariedad urbana -entendida como la proporción de los hogares que no tienen cubiertas sus necesidades habitacionales, tales como la materialidad de la vivienda, acceso a servicios (agua y saneamiento) y la tenencia- afecta tanto a los hogares pobres, como también, aunque en menor grado, a los hogares que se encuentran sobre la línea de pobreza por ingresos. AZA es el mayor productor de acero reciclado en Chile, para lo cual recolecta casi 400 mil toneladas de chatarra ferrosa al año, su principal insumo.
En tal plano, se estima necesario una inversión permanente de parte del Estado, a través del Ministerio de Agricultura, para la recuperación de familias afectadas. En ella se pide al Presidente Gabriel Boric adoptar medidas para aumentar, progresivamente, el presupuesto del Ministerio de Agricultura. El objetivo es que sea capaz de enfrentar las contingencias climáticas y dar apoyo permanente a las y los agricultores del país. El 5% restantes corresponde a organizaciones relacionadas a la salud y bomberos que requieren mejorar sus espacios comunes. Un 6% de los proyectos permitirá apoyar a clubes deportivos para mejorar la infraestructura de camarines y sedes.
Pero, además, hubo una reducción significativa del régimen político administrativo interior, reduciéndose las «comunas-municipios», hecho que, probablemente coincide con su reforma electoral-distrital de la Asamblea Legislativa, permitiéndole hasta el momento una concentración de poder, que por lo menos desde la ciencia política se indica todo lo contrario… Pero, como lo afirmara Bukele en su discurso de victoria, el pueblo así lo ha dispuesto desde que llegó al poder nacional el año 2019. El proceso de diseño participativo fue arrojando datos, propuestas y prioridades por parte de la comunidad (ACOTOR 2) en conjunto con el grupo de trabajo (ACTOR 1), que con el trascurrir de los talleres participativos fue tomando forma y dando respuesta a las diferentes necesidades para lograr así obtener un resultado satisfactorio. La imposición de esquemas, implantaciones y tipologías ponen de manifiesto una imagen específica de diseño y construcción de cómo deberían verse las viviendas antes de determinar a quiénes les van a ser asignadas. Esta metodología no se debe aplicar a los sectores donde la necesidad física de vivienda es una más entre otras. Estos países cuentan, además, con sueldos mínimos que todavía permiten tener una vida digna, en donde el Estado protege los bienes públicos de interés común y el poder económico está claramente subyugado al poder del Estado.
En estos dos años el sistema ha bloqueado más de 300 mil tarjetas supuestamente usadas indebidamente, o sea, no por sus titulares. Por otra parte, la municipalidad ha anunciado la suspensión complete las tarjetas anónimas y ha implementado medidas para obligar el registro de las tarjetas con datos de identificación únicos y residenciales. Este tipo de medida puede impactar en el acceso de personas no registradas –como personas sin techo e inmigrantes– al servicio. En una ciudad de las dimensiones de São Paulo, las tarjetas que permiten la integración con descuento a distintos tipos de transporte son fundamentales para la locomoción de gran parte de la población al trabajo, escuela y actividades culturales.
En cuanto a la magnitud del problema de la pobreza en América Latina, las más recientes estimaciones de la CEPAL (2007) indican que en el año 2006, el 37% de la población de la región se hallaba en situación de pobreza (31,1% para las áreas urbanas). Esto significa que casi 200 millones de personas en la región son pobres (127,6 millones en áreas urbanas) y un poco más de 70 millones de personas son extremadamente pobres (35,2 millones en áreas urbanas). Las tasas de pobreza e indigencia indicadas significan descensos respecto a sus niveles de 1990, tanto a nivel nacional como urbano. Los ingresos provenientes del trabajo remunerado representan un 80% del complete de los ingresos monetarios de los pobres urbanos latinoamericanos (Banco Mundial, 2004). La posibilidad de vender su trabajo y el nivel de remuneración son factores importantes en sus estrategias de generar sustento.
Así, esta constituye la tercera versión del programa, anteriormente realizado en las comunas de Renca y Recoleta a través de la coordinación y colaboración público-privada. La iniciativa está enfocada en la población Aurora de Chile, en Cerro Navia, cuyas familias accederán a sistemas solares térmicos, recambio de electrodomésticos, mejoras en conexiones eléctricas riesgosas, kits de eficiencia energética y renovación de la calefacción para hacer más eficiente el uso de la energía. Por esto, para potenciar el desarrollo comunitario sostenible, llevamos a cabo este proyecto en alianza con las fundaciones Techo para Chile y El Colihue y, junto a las comunidades, co-diseñamos distintos programas sociales. En 2023 destacamos la conexión eléctrica de 200 viviendas en el campamento Los Aromos de Colina, con la construcción de una sede comunitaria sostenible y la instalación una plaza de bolsillo con sistema de iluminación solar y huerta comunitaria. Además, junto con la realización de talleres de capacidades laborales, contribuimos en generar capital social e impactar positivamente la calidad de vida de las personas, apuntando a alcanzar un estándar mínimo de bienestar para seguir perfeccionándose en sus oficios, estudios y trabajos. De Chile y especialista en vivienda social, realizó una investigación Fondecyt que justamente analiza el tema.
Estas estrategias se fundamentan en un consenso regional generalmente aceptado de que las estrategias basadas en el asentamiento de poblaciones en las zonas que ya ocupan, proporcionan la solución más deseable desde el punto de vista social y económico al problema de los asentamientos informales. En este sentido, los asentamientos irregulares se aceptan como una realidad urbana que no puede erradicarse y se aceptan como parte del proceso de crecimiento de las ciudades. La reducción del déficit habitacional cuantitativo en las últimas décadas en Chile, trasladó la discusión sobre los problemas de la pobreza urbana desde los antiguos asentamientos informales hacia las dificultades de integración de los nuevos conjuntos de vivienda social. Sin embargo, en los últimos años los campamentos y otras modalidades de la informalidad han aumentado, especialmente en algunas ciudades. Las limitaciones de la política habitacional y las restricciones impuestas por el mercado inmobiliario dificultan el acceso a la vivienda para los sectores populares, lo que lleva a que la nueva pobreza de los conjuntos de vivienda social conviva de manera creciente con la nueva-vieja pobreza de la informalidad.
Es significativo que en esta visión agregada de la informalidad residencial, ningún país presente una proporción importante de pobres urbanos que residen de manera casual y cuentan con empleos formales. Este «casillero vacío» parece indicar que de alguna forma, los pobres urbanos están formalizando su habitat, pero siguen teniendo serias barreras para lograr una inserción laboral adecuada en esta región. Cabe comentar en este caso la acelerada adopción por parte de las políticas de vivienda de los países latinoamericanos, cuyos esquemas de acceso a la vivienda y a otros bienes urbanos presuponen que los postulantes tengan ingresos regulares para hacer frente a compromisos de ahorro y crédito. Considerando que los pobres urbanos informales, que deberían ser los sujetos preferentes de estas políticas, subsisten en la mayoría de los países gracias a la economía informal. Con respecto a los programas de regularización de la tenencia, las complejas manifestaciones de la informalidad urbana del suelo, la multiplicidad de actores que intervienen, la falta de transparencia en lo que concierne a la propiedad del suelo y el enorme volumen de títulos que deben procesarse, constituyen serias dificultades para la implementación de estas iniciativas.