Cuando algunos Psicólogos Sociales hablamos de burbujas sociales, no criticamos su efectividad sanitaria ni la del distanciamiento social, para reducir el efecto de la pandemia. También hubo un reconocimiento social al private de salud en la población basic, desigualdad y pandemia aun cuando después no se viera reflejado en aumentos salariales por parte de los gobiernos. A pesar de que las burbujas sanitarias y el distanciamiento social dificultan los lazos sociales, sigue habiendo manifestaciones de solidaridad en medio de la crudeza.
Como se observa en la Tabla 2, más de tres cuartas partes de los entrevistados realizó su educación primaria en la educación pública. En efecto, el 92.7% de los entrevistados cuyos padres están en el 20% inferior de la distribución por ISEI (16/22) asistió a una escuela pública, mientras que sólo lo hizo el 26.0% de quienes cuyos padres están en el 5% superior de esta misma distribución (63/88). La educación specific subvencionada caracteriza claramente a los sectores medios-altos, siendo la educación explicit privada claramente preponderante en el 20% superior de la distribución (42/52). La pregunta es particularmente pertinente atendiendo a la polémica que la desigualdad educativa produce en un país de alta desigualdad como es Chile. En efecto, la desigualdad en las oportunidades educativas es por mucho el aspecto de la desigualdad social frente al que la población en el país toma posiciones más críticas (Puga, 2011).
Treinta años de crecimiento económico debido en parte al súper ciclo del cobre, por lo menos hasta 2015, han permitido, junto con la apertura de la economía, la aparición de nuevos grupos de empleados y profesionales del sector privado, que han surfeado exitosamente sobre la bonanza económica. Por todo lo anterior, la clase social tampoco es un marcador tan potente como antes y se diluye frente a la capacidad de consumo, el género, la etnia u otros marcadores sociales. El estallido del 18/O en Chile abrió un proceso de cambio de una amplitud tal que la clase política aceptó someter a aprobación well-liked un cambio constitucional, un hecho inédito en la historia del país. La multiplicación de demandas sociales, junto con la rabia acumulada, plantea una pregunta sobre las fuerzas que sostienen este conflicto social. ¿Qué cube la estructura social chilena de las últimas décadas que permita entender las fuerzas sociales que se han tensado a este punto en el conjunto del país?
Para este estudio se utiliza el issue de expansión regional, puesto a disposición por el Ministerio de Desarrollo Social, responsable de la Encuesta CASEN. La (Tabla 7) muestra, por una parte, la evolución de este índice considerando solo las seis dimensiones originales, lo que permite hacer una correcta comparación en el tiempo, y a continuación, expone los resultados 2017 al incorporar la variable de medio ambiente y sustentabilidad. Los resultados 2017 (seis dimensiones) muestran que las regiones con mayor IDERE son La Metropolitana y Magallanes, mientras que los peores resultados los presenta La Araucanía y el Maule, sin embargo, son de las regiones con mayor progreso durante el período evaluado. Al parecer se cumple el principio de convergencia, ya que algunas de las regiones con menor índice, son de las que más mejoran, mientras que las de mayor desarrollo tienen un progreso más lento (Metropolitana, Antofagasta, Valparaíso y Magallanes). La excepción a este comportamiento ha sido Arica y Parinacota, que a pesar de su relativamente bajo IDERE, ha experimentado menor evolución en el período analizado.
Los niños y jóvenes de diferentes niveles socioeconómicos no se encuentran, no conviven, no se conocen, al estar radicalmente separados territorialmente y según niveles de ingreso de sus familias. En principio hay que aclarar que la desigualdad es distinta a la pobreza, es la comparación entre la pobreza y la riqueza. Latinoamérica como región, con excepciones de algunos países, desde el 2000 estuvo reduciendo la desigualdad durante un largo período de tiempo, con gobiernos que aplicaron medidas de redistribución de riqueza. Y aunque las diferencias en la vida social sean evidentes, y pese a las sociedades tengan medios legitimados de distribución de los recursos, cube Méndez, se entiende que hayan asimetrías.
Si bien es en parte una cuestión de grado, son estas actividades en las que confluimos las que forman la materia con la que construimos un mundo cultural que compartimos y nos hace sentir miembros de una misma unidad social. Si se quiere, es sobre todo gracias a esta menor diferencia o mayor igualdad que estamos vinculados de forma más cohesionada o amplia a esa entidad simbólica a la que normalmente entendemos como nuestra sociedad. Todos quisieran que fuese así y no hay aspirante al poder que no prometa su desarrollo a la vuelta de su gobierno o al final de la década. Esta columna es la primera de una serie que apunta a responder un conjunto de preguntas relevantes para la actualidad social y política del país y en las cuales la clase media juega un rol central. Como si ya no fuera suficiente, la disaster sanitaria, además de causar daño a la salud de las personas, restringir su libertad y obligarlas a un paréntesis forzado de encierro, también ha expuesto el rostro desfigurado y hostil de la desigualdad, ya que la precariedad con la que algunos deben sobrellevar la nueva realidad es sobrecogedora.
Se comprobó la existencia de convergencia absoluta en términos de PIB per cápita y desigualdad del ingreso. De igual forma, las regiones con mayor desigualdad inicial, son las que tienden a reducir más rápido este indicador. Por su lado, Sunkel e Infante (2009), atribuyen la persistente desigualdad a la permanencia de la asimetría y falta de vínculos estrechos desigualdad social y politica entre los diferentes estratos de la economía. Otros determinantes de la resistente desigualdad son “la concentración de la propiedad y el poder económico, el acceso diferenciado según los ingresos a la educación de calidad, la diferencia de remuneraciones en los empleos, la debilidad de los sindicatos, entre otros factores…” (Sunkel e Infante, 2009, pp. 89).
El sistema se basa en el procesamiento estadístico de grandes cantidades de datos provenientes de organismos públicos para calificar a la población menor de 18 años, ordenando a las personas según su probabilidad de sufrir vulneraciones. En Argentina, la provincia de Salta firmó en 2017 un acuerdo con Microsoft para utilizar inteligencia synthetic en la prevención del embarazo adolescente y la deserción escolar. Según la empresa, a partir de datos recolectados por medio de encuestas a sectores vulnerables de la sociedad “los algoritmos inteligentes permiten identificar características en las personas que podrían derivar en alguno de estos problemas y advierten al gobierno para que puedan trabajar en la prevención de los mismos”. Los datos recabados son procesados por servidores de Microsoft distribuidos alrededor del mundo y el resultado de ese procesamiento apunta específicamente a las adolescentes identificadas como personas bajo riesgo, afectando no solamente su privacidad, sino también su autonomía y generando amplio potencial de discriminación.
De acuerdo con la Encuesta CASEN, los años de escolaridad promedio en Chile son superiores a los presentados anteriormente por Barro y Lee y el PNUD. A pesar de estas diferencias, son muy informativos y nos permiten hacer comparaciones entre los distintos territorios del país y su evolución en el tiempo. Acorde con la CASEN, los años de escolaridad promedio del país son eleven, con una leve diferencia por género, 11,2 años para los hombres y 10,9 en el caso de las mujeres. Esta diferencia, aunque pequeña, se ha mantenido en el tiempo y es el mismo comportamiento presentado por Barro y Lee (2010).
Esa ha sido la petición que han planteado desde redes sociales a opiniones de diversos actores, frente a la actual situación social que atraviesa Chile. La desigualdad, dicen académicos, tiene que resolverse multidimensionalmente, lo que incluye no solo equiparar ingresos, sino privilegios territoriales, las diferencias de género, étnicas y culturales. 8Estados Unidos por su parte, obtiene el puesto número diez, con un PIB per cápita 2,four veces superior al chileno. Grafico 5 Personas en situación de pobreza y pobreza multidimensional (con entorno y redes) 2015.
En términos más específicos, y según los grupos socioeconómicos asignados por la Agencia de la Calidad de la Educación, el nivel socioeconómico parece ser un determinante importante del desempeño lector de las y los estudiantes. Si bien el rezago lector está presente en todos los niveles, los resultados evidencian una amplia brecha educativa. “La desigualdad de ingresos ha caído en forma importante, pero aún es alta y se caracteriza por un patrón de alta concentración y gran cantidad de bajos salarios”, explicó Larrañaga. Destacó que “Chile ha hecho mucho progreso”, de hecho, la desigualdad por ingreso ha disminuido de 55% desde el año 2000 a 47% en 2015.
Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Walton señaló que, si bien el esfuerzo tributario de Chile está en línea con los países de América Latina y el nivel de ingresos, tiene potencial para aumentar. “Existe capacidad técnica para aumentar impuestos; además,los estimados muestran que la capacidad del Estado de Chile es muy alta comparada con otros países, es decir, se pueden usar de mejor manera los recursos”. De este modo, tendríamos la radio, la televisión, la música, las bibliotecas, la lectura de diarios y de novelas, los programas de radio musicales, de noticias, de opinión y deportivos.
De acuerdo con las investigaciones recientes sobre la educación mundial, Chile tiene uno de los porcentajes más bajos de educación universitaria y tasas de graduación en los países de la OCDE. Esto puede ser en parte por las pobres condiciones de educabilidad y los altos costos de acceder y obtener una educación universitaria. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y desarticular.
A nivel regional las regiones con mayor presupuesto medioambiental ejecutado fueron La Araucanía, Biobío y Aysén, tres regiones del sur del país. Si bien el crecimiento es un fenómeno relativo al mercado y al aumento del PIB, como se ha mencionado, el desarrollo suma a esto el bienestar social, el cual se observa en la calidad de vida de la población, en el desarrollo de competitividad y capital humano, en la mayor calidad y acceso a educación y salud, entre otros factores. En esta oportunidad se estudiaran el índice de desarrollo humano (IDH) y el índice de desarrollo regional (IDERE). En 2016, el gobierno chileno aprobó la Política Nacional Docente (PND) que consiste en reformas al acceso y retención de educadores en las escuelas públicas y privadas con subvención del estado. Estas reformas incluyen establecer altos requisitos de ingreso y nueva acreditación para programas de formación docente, proporcionar un año de tutoría para cada maestro/a entrante con pago adicional para mentores y aprendices, y crear un sistema de desarrollo profesional para la promoción profesional a largo plazo. Aunque la pobreza ha disminuido en el país, la distancia entre ricos y pobres sigue siendo muy importante.