Revisando este periodo se puede concluir que se produjo una sinergia interesante cuyos frutos se constataron en los territorios. Allí, el Trabajo Social tuvo que transitar por nuevos caminos con valentía, convicción y responsabilidad ética para descubrir nuevos horizontes que iban en beneficio de los sectores más vulnerables. Con sus dos años de funcionamiento el Comité Pro-Paz empezaba a constituirse en un problema para el régimen, sobre todo, porque manejaban mucha información. Junto a persecuciones realizadas a algunos/as de sus integrantes se expulsa, en octubre de 1975, a Helmut Frenz quienera Co-presidente del Comité y había gestionado el financiamiento del Consejo Mundial de iglesias para la defensa de los DDHH y que incluso le valió el reconocimiento de las Naciones Unidas de la medalla Fridtjof Nanse.
El artículo busca valorar el aporte profesional de los y las trabajadoras sociales en el Comité Pro Paz y la Vicaría de la Solidaridad. Ambas instituciones surgen en contexto de dictadura y por iniciativa de la Iglesia católica junto a otras confesiones, con el propósito de constituirse en un espacio de ayuda para los familiares de los detenidos de la dictadura y víctima de violación de los Derechos Humanos. En esta iglesia samaritana que, leyendo los signos de los tiempos, institucionalizó una pastoral de los Derechos Humanos, los y las trabajadores sociales se constituyeron en un pilar fundamental que desde su experticia profesional aportaron a tal propósito. Reconocer esta contribución es elementary para profesionalizar las pastorales sociales actuales de la Iglesia que corren el peligro de prestar un servicio newbie y, al mismo tiempo, permite al Trabajo Social reconocer el bien intrínseco de su profesión al servicio de la justicia y el bien común. Debemos considerar que el ciclo del agua que se nos enseñó cuando niños, es en realidad más complejo. El ciclo que mostraba el paso del agua congelada de las montañas derritiéndose y bajando por los ríos para luego llegar al mar, evaporarse y volver nuevamente a las montañas en forma de nieve, no considera las acciones humanas que intervienen en el proceso, ni cómo hemos cambiado el entorno.
Más aún cuando esos números se ordenan ideológicamente para sostener una posición política, ocultándole a los lectores no solo otros números, sino dando por sentado que las decisiones políticas son técnicas. Esos “análisis técnicos” parten de la base que la única forma de hacer las cosas en Chile es conforme a una concept de sociedad que ya no es posible cuestionar. Para nadie es extraño argumentar que Chile es uno de los países con mayor desigualdad a nivel mundial.
Nos duele que no se reconozca el valor de nuestro trabajo, que nos paguen una miseria. Las injusticias familiares (violencia física y verbal), laborales (maltrato en el trabajo), sociales (falta de acceso al sistema de Salud y de oportunidades de Educación), judiciales (cárcel para los pobres e impunidad para los poderosos) y políticas (violación de derechos humanos y democracia “a medias”), cualquiera de ellas nos indigna. Pues, la injusticia causa pobreza y la pobreza destruye a las personas, el matrimonio y deteriora las posibilidades de desarrollo y paz social. Ahora bien, el documento de Medellín es influenciado por diversas teologías sociopolíticas que se fueron elaborando en Latinoamérica como la teología política, la teología de la liberación, la teología pública y la teología del pueblo. Así, la teología política problematiza “la relación entre religión y sociedad, entre iglesia y vida pública, entre fe escatológica y praxis social” (Metz, 2002, p.16).
Hemos hablado de dos formas distintas y hasta opuestas de entender la pobreza, sea como problema o sea como virtud. A fines del año 1974 la fama del Comité se propagaba entre la ciudadanía y, paulatinamente, fueron llegando personas cuyas problemáticas no se derivaban directamente de la persecución política sino de la realidad precaria que estaba viviendo el país. Es por este motivo que se encarna el trabajo del Comité a las diversas zonas de Santiago lo que permitió una mejor inserción en el mundo poblacional, propiciando el trabajo colaborativo (Del Valle, 2018). La organización de este trabajo se realizó utilizando la misma distribución de las zonas episcopales de Arzobispado de Santiago para apoyariniciativas que surgían desde la base, aportando recursos materiales y de organización participativa para, de esa manera, evitar el paternalismo (Comité Pro Paz, 1975a). Así, el o la asistente social reconvertía su rol que hasta ese momento estaba limitado a la oficina de atención.
Nuestro ingreso nacional por habitante es bajo; si lo distribuyéramos por igual entre los 12 millones de chilenos, nadie quedaría satisfecho y detendríamos el crecimiento. Para salir de la pobreza tenemos que crecer y esto exige estimular el ahorro y la inversión, la iniciativa creadora, espíritu de empresa. Las políticas gubernamentales deberán conciliar los legítimos requerimientos en la satisfacción de las necesidades fundamentales, con espíritu de justicia social, con las exigencias ineludibles del crecimiento. Finalmente, el 27 de noviembre de 1992, se puso fin a las actividades de la Vicaría de la Solidaridad, sin embargo, los archivos que contiene la historia de esa época están conservadas actualmente falta de salud en la pobreza en la Fundación de Documentos y Archivos de la Vicaría de la Solidaridad (Valech, 1992). Estos documentos, que surgen de las entrevistas individuales y de las fichas que levantaron los y las asistentes sociales, tanto del Comité Pro Paz como posteriormente de la Vicaría, están al servicio de las víctimas o sus representantes, información que se utilizó en el Informe Rettig y posteriores informes de la Comisión de verdad y justicia. Además, la Vicaría sabía que con sólo entregar la nómina de los que habían confesado sus denuncias sobre torturas o heridas a bala, los expondrían a graves riesgos; de allí que era imprescindible defender esos archivos con premura y vehemencia (Editorial Mensaje, 1990).
Para él, la construcción de la paz requiere de la responsabilidad de todos y todas; además la solidaridad junto a la justicia y la fraternidad es imprescindible para edificar la paz (Baeza, 2020). De esta manera, se empieza a desarrollar la necesidad que el Trabajo Social posea un sustento ético político, pues no basta laborar desde la dimensión de la prevención y la asistencia, sino que es necesario una visión crítica de la sociedad lo cual exige un posicionamiento que permita ejercer la disciplina desde ese lugar (Aylwin, Poblete y Solar, 1970). En este contexto, se despliegan en las universidades fecundos debates académicos, producción de conocimiento y “una profunda discusión epistemológica, teórica-metodológica y política” (Vivero-Arriagada, 2020, p.199).
De esta manera se gestionan tarjetas de ayuda alimenticias de Caritas, se salió a terreno para realizar visitas a domicilio a las familias de las víctimas y se organizaron viajes a los distintos campos de detención, puesto que los familiares no contaban con recursos económicos para realizar esas actividades. De esta manera, se pretendía transitar desde los casos individuales a las soluciones grupales que pudiesen abordar la causa de los problemas, propiciando grupos solidarios de acompañamiento dando origen a agrupaciones de detenidos desaparecidos (Del Valle, 2018). En los treinta años comprendidos entre 1940 y 1970, el común de los habitantes de Chile pudo acceder a una mejor salud y previsión, una mayor cobertura educacional y planes de vivienda, todo acompañado de un marcado descenso de la mortalidad infantil. Esta situación se vio agravada a partir de 1973 y la implantación de la dictadura militar, que causó cambios radicales en la orientación de las políticas sociales y puso fin al Estado de Bienestar. El Departamento Laboral se origina por los masivos despidos por causas políticas y su trabajo se centró en la defensa de los derechos de las/los trabajadores ante los Tribunales del Trabajo.
Una sede de la congregación, integrada por hermanos de distintas nacionalidades, cuyo propósito es llevar el apostolado hacia las personas más desposeídas, enfermos terminales, niños abandonados, dementes, etc. Allí se pueden observar personas enfermas, postradas, con retrasos mentales o malformaciones. El hermano Roshan Ekka Mop, nos cuenta que «subsisten con el aporte de particulares y donaciones internacionales que son coordinadas desde Jamaica en donde está la sede central de esta congregación».
Este beneficio entregado con anterioridad a los sixty five años reconoce el hecho de que la rebaja de la edad legal de pensión, en estos casos, está vinculada la una sobrecotización realizada durante la vida laboral. B) Si percibe una pensión bajo la modalidad de retiro programado, el valor del APS de vejez ascenderá al monto del complemento solidario corregido por un issue actuarialmente justo, determinado de acuerdo con lo que establezca la Superintendencia de Pensiones en norma de carácter common. El APS de vejez no podrá ser inferior al monto necesario para que, sumado a la pensión o pensiones que la o el beneficiario perciba de acuerdo con el mencionado decreto ley, financie el valor de la PBS de vejez. Es decir, se le garantiza a la o el beneficiario que su pensión last ensayo de la pobreza no será en ningún de un monto inferior a la PBS. Una mujer que nace en una comuna del área poniente de Santiago o una comuna menos favorecida tiene una esperanza de vida de hasta 18 años menos que otra mujer que nace en la zona oriente o en una comuna más pudiente.
El encierro en la cárcel permitirá tranquilizar los ciudadanos que se sienten inseguros. La cárcel es la medida y la pena del pobre, es maquinaria institucional para pobres, personas-objetivo que explican con su existencia las condiciones en que se desarrolla su detención y las expectativas que se tienen de ella. El detenido purga una pena que por definición debe ser penosa, lo suficientemente dura para que se logre el objetivo que el castigo contiene. Visto que la gestión es deficiente, numerosas voces e intereses se alzan para considerar la aplicación de una lógica carcelaria que siga el modelo de la economía social de mercado.
La privatización, mercantilización y financiarización de la naturaleza atentan contra esta visión de la “NATURALEZA”, sobre todo en el contexto de crisis ecológica global que vivimos actualmente. Por lo tanto, la superación del neoliberalismo en Chile no puede traducirse en reeditar las tradicionales experiencias neodesarrollistas o neoextractivistas, sino que debe poner en el centro la cuestión ecológica. Todo lo anterior, debe estar asentado sobre la defensa irrestricta de los derechos humanos y la condena hacia las violaciones de los mismos por parte de distintos niveles del Estado y fuerzas de orden.