Exclusión Social, Desigualdades Y Excedente Laboral: Reflexiones Analíticas Sobre América Latina

Aquellos que son excluidos o marginados de la sociedad tienen menos oportunidades para alcanzar su potencial y mejorar sus vidas. Esto puede llevar a una mayor pobreza, falta de acceso a servicios básicos como la atención médica y la educación, y una mayor vulnerabilidad a la violencia y la explotación. Al ser estructural, la desigualdad social es una situación que se puede apreciar con facilidad en nuestra cotidianidad.

exclusion y desigualdad

Son producto y se sostienen gracias a sistemas injustos, profundamente arraigados y que interactúan entre sí –tales como el patriarcado, el sexismo, la casta y el racismo– que pueden afectar a cualquier persona, en cualquier lugar. 13 Según datos de Boltvinik (2002), de acuerdo con el MMIP (método de medición integrada de la pobreza) la población pobre (pobres extremos y moderados) en la ZMCM creció de fifty three.8% en 1984 a 61.3% en 2000. Por ejemplo, desde finales de la década de 1970, la desigualdad de los ingresos ha vuelto a los altos valores que tenía hace un siglo en las economías avanzadas de habla inglesa, aunque no aumentó tanto en los países de Europa continental. 31 No obstante, se puede señalar que hay una revitalización de las redes laborales a través de la migración internacional, pero éstas operan en el mercado world y no en el nacional.

En lo social, esta segregación de gran escala estimula sentimientos de exclusión y desarraigo territorial que agudizan el problema de la desintegración social y aumentan su malignidad, con lo que se intensifican las consecuencias perjudiciales de la segregación espacial para los pobres (Sabattini et al., 2001). Esta situación, como es sabido, finaliza con la disaster de la deuda de la década de los años ochenta del siglo pasado. El excedente laboral creció como mecanismo insoslayable de ajuste del mercado de trabajo y tal crecimiento se manifestó más como incremento del empleo informal exclusión por pobreza que como desempleo abierto (PREALC, 1991); es decir, que la crisis de los años ochenta, como no podría ser de otra manera, acentúo la exclusión laboral. A partir de estas dos premisas, el presente trabajo pretende desarrollar una serie de reflexiones, de orden analítico, que puedan ser pertinentes para abordar esta problemática en realidades como las latinoamericanas.

Además, algunos grupos, como los pueblos indígenas, los migrantes y refugiados y las minorías étnicas y de otro tipo, siguen siendo víctimas de discriminación y marginación. La exclusión social ha existido a lo largo de la historia de la humanidad, algunas veces justificada y cuestionada con el paso del tiempo, como un ciclo que se repite de muchas maneras, mermando la calidad de vida de las personas y, por ende, del bienestar social. 29 Obviamente, hay casos particulares como el mexicano, donde hay que hablar más bien de un pacto nacional, fruto de las consecuencias de la Revolución de inicios del siglo XX en ese país, el cual ha tenido un alcance más amplio que el empleo formal, ya que incorporó a otros sectores como el campesinado, pero que no incluyó a todos (indígenas). De este ejercicio de precisión lo que queremos destacar es el nexo conceptual entre desigualdades y exclusión social, ya que sirve para afrontar dos críticas importantes que se han hecho a este último concepto. En todos los países, las mujeres, los grupos étnicos minoritarios, las comunidades desfavorecidas y las personas con discapacidades o enfermedades crónicas tienen más probabilidades de permanecer inactivas.

En América Latina, la región más desigual del mundo, los niveles de pobreza y pobreza extrema aumentaron durante el año 2015 y 2016, después de que ambos fenómenos se hubieran reducido entre el año 2002 y 2014. Mientras en el año 2014 el 28,5% de la población de la región se encontraba en situación de pobreza (168 millones de personas) en el año 2015 aumentó a 29,8% (178 millones de personas) y en el año 2016 al 30,7% (186 millones de personas). Si bien los diversos contextos imprimen su sello particular a estas realidades, pretendemos resaltar que la concentración espacial de desventajas no constituye un fenómeno coyuntural. Los bajos niveles educativos y las restricciones que imponen las redes sociales, independientemente de los niveles de desempleo y de la intensidad del crecimiento económico, bloquean el acceso de los habitantes de estas zonas a los puestos de trabajo que les permitirían superar los umbrales de pobreza. El acceso a mejores oportunidades ocupacionales está fuertemente determinado por la posesión de habilidades y destrezas cognitivas, a las cuales amplios sectores tienen bloqueado el acceso. Si bien algunos indicadores socioeconómicos ubican a esta área en una posición “privilegiada” dentro del país -no así en el mundo-, aquí se pretende destacar la profunda heterogeneidad propia de dicho espacio urbano, con especial atención en el proceso de consolidación de áreas homogéneamente pobres.

Los niños nacidos en familias pobres tienen menos acceso a la sanidad, la vivienda y la educación que los de los hogares más acomodados. La movilidad social ascendente que existía en los años 1940 ha disminuido en la actualidad, lo que significa que tanto el privilegio como la pobreza tienen más probabilidades de persistir a lo largo de las generaciones, afirma un experto en derechos humanos, que señala que la pobreza se convierte así en una trampa. Ningún sistema socioeconómico es completamente igualitario, de hecho, los privilegios y las jerarquías sociales han existido incluso desde las primeras formas de organización social que surgieron en la antigüedad.

Por otro lado, desde la teoría de la dependencia se abordó la problemática de la exclusión en términos de masa marginal, siendo Nun (1969) el autor más connotado.27 Su tesis central era que la profundización del proceso industrializador, basado en la sustitución de importaciones, había erigido al capital monopolista en hegemónico. El sesgo tecnológico intensivo en capital que caracterizaba la acumulación de este tipo de capital hacía que las funciones tradicionales (presión a la baja de los salarios y disponibilidad de mano de obra) del ejército industrial de reserva, postulado desde la teoría marxista clásica, fueran innecesarias. De ahí que emergiera una gran masa marginal a-funcional para las necesidades reproductoras de ese capital.

Por ejemplo, sobre la salud, el relator indica que “la pobreza y la mala salud están interrelacionadas. Los grupos desfavorecidos están expuestos a los riesgos ambientales y a las temperaturas extremas, y a las barreras financieras para acceder a la atención de la salud”. De hecho, la cuota de ingresos del 1% más rico ha seguido aumentando, pasando del sixteen % en 1980 al 22 % en 2000, mientras que la cuota del 50 % más pobre se ha mantenido en torno al 9%. Desde entonces, la concentración de los ingresos en la parte superior de la distribución de la renta ha aumentado en todo el mundo, limitando la cuota de ingresos de la parte inferior. Periódico, cuyo propósito es ofrecer información confiable, abordada con responsabilidad, rigurosidad y alto sentido crítico del acontecer nacional e internacional.

En estos casos es cuando queda clara la importancia del management y la restricción del conocimiento. Oxfam Intermón alertaba, en una nota de prensa en 2016, de la gravedad en materia de desigualdad social debido a la disparidad de ingresos entre unos grupos privilegiados de la población y la gran mayoría de esta. Hoy día, pese a que los Derechos Humanos constituyen un concepto general al cual se han adherido casi todas las naciones del mundo, la situación de desigualdad social no está del todo erradicada.

Para superarlos, propone crear políticas centradas en los derechos y la igualdad, siguiendo los pasos marcados por la Agenda 2030 de desarrollo sostenible. Marta Roig explicó que aunque cada país tiene unas condiciones particulares, el informe expone una serie de medidas generales y de áreas concretas en las que hay que actuar para tratar de revertir la desigualdad. Entre esas medidas destacó “la promoción de la igualdad de oportunidades”, a través de la inversión en educación, en sistemas de salud, y en el paso del sistema educativo al mercado de trabajo. Trabajamos con miles de organizaciones socias y aliadas en 87 países prestando apoyo a comunidades para que puedan mejorar sus vidas, fomentando la resiliencia, y protegiendo vidas y medios de subsistencia en tiempos de disaster el coste de la desigualdad pdf. Precisamente porque queremos soluciones duraderas, combatims las desigualdades que mantienen a las personas sumidas en la pobreza y la injusticia, abordamos las causas estructurales, y no los síntomas, y hacemos campañas para promover un cambio real y perdurable.

6 Esto supone que nuestras reflexiones se limitan al fenómeno de la exclusión en sociedades capitalistas. La exclusión, obviamente, no es única a este orden histórico, sino que también ha existido en otros contextos tales como la polis griega, donde las mujeres, los metecos (extranjeros) y los esclavos estaban excluidos del ágora (Tezanos, 2004). 5 También hay elaboraciones eclécticas como la de Sen (2000), quien liga la exclusión a su propuesta de pobreza como privación de capacidades. No obstante, Gore (1995) ha argumentado que el enfoque de exclusión sobrepasa la propuesta de capacidades de Sen, encerrada en una visión individualista limitada.

El campo político revela o más bien reproduction las asimetrías de poder que se dan en el ámbito socio-económico. La participación de mujeres en espacios de poder es de las asimetrías más estudiadas, pero es very important también considerar las asimetrías en la participación de los sectores más pobres y vulnerables. El llamado es a atender este tema ya que las brechas de inequidad, de no ser atendidas, corren el riesgo de ser replicadas inter-generacionalmente en la región perpetuando, de esta forma, el fenómeno. Si bien las dos localidades que hemos analizado muestran claramente la concentración de desventajas propias de estos espacios de pobreza homogénea (en términos de ingreso, vivienda, educación, precariedad laboral, etc.), hay algunos contrastes que merecen resaltarse, y que podrían estar indicando diferentes implicaciones en cuanto al “aislamiento” de los pobres urbanos. Ante la ausencia de oportunidades de empleo en el ámbito local, la mayoría de sus habitantes tendió a trabajar en localidades vecinas o en la Ciudad de Buenos Aires.