Estudio De Claudio Sapelli: Se Acrecienta Caída De Desigualdad En Las Nuevas Generaciones

Aumento de ingresosOtro dato que explica la caída en la desigualdad es la evolución de los ingresos. En el estudio realizado por Sapelli se muestra que el aumento del ingreso de cada percentil es mayor a medida que se avanza hacia los más pobres, es decir, entre 1998 y el 2013 los ingresos laborales de los percentiles más bajos se incrementaron en mayor porcentaje que el de los los quintiles más ricos. “Lo que se detecta que estaba funcionando como un freno era el acceso a la educación superior, lo que tiene una implicancia súper importante en la discusión actual”, indica el titular de Economía de la UC, destacando el mayor acceso debido a la aparición de las universidades privadas.

Con todo, el economista destaca que actualmente Chile no sólo tiene la tasa de graduación de enseñanza media más alta de América Latina, sino que también los mejores resultados en la prueba PISA en la región. Es por eso que pidió un Crédito con Aval del Estado que pagará por los próximos 20 años y apostó por la universidad. Sin embargo, en 2019 fue despedido y no ha logrado encontrar trabajo relacionado a sus estudios. Y aunque le ha salido a cuenta su nuevo negocio Vidafrut, Felipe está en parte decepcionado con la llamada promesa de la meritocracia. Asimismo, aseguró que “no tengo dudas de que este envión que teníamos me hacia ser optimista respecto del futuro para reducir la brecha de la desigualdad, pero se va a frenar si manejamos esto mal (…) podemos salir de esto con la pobreza siendo un problema enorme”.

1) Entre 2000 y 2013, medida por el índice Gini, la desigualdad en Chile se redujo de 0.58 a 0.50, un 14%. 1) Entre 2000 y 2013, medida por el índice Gini, la desigualdad en Chile se redujo un 14%, de 0,fifty eight a 0,50. Una investigación del director del IEUC reveló que un sistema de postulación más similar a la PAA que la PSU garantizaría mayor equidad.

3) La movilidad social es también alta en Chile, superior a la de Estados Unidos, tanto dentro de una misma generación como entre generaciones de padres e hijos. Concluyo con que esta segunda edición actualizada y ampliada del libro de Claudio Sapelli sobre la distribución del ingreso y la movilidad social en Chile confirma los resultados de la primera. Aunque a inicios de los ’80 se permitió el ingreso de las universidades privadas, recién en los ’90 se destrabó el procedimiento para crear nuevos planteles y fue cuando se masificó el acceso a la educación superior.

De hecho, el experto señala que parte de esta caída ya se ha traspasado al dato de Gini common, el que cayó eight puntos desde 2000 hasta 2013, pasando de 0,58 a 0,50. “Hay una mejora muy importante en la distribución de ingreso a nivel de toda la población, que yo no sé por qué nadie habla de ella”, sentencia y añade que “lo que pasó en Chile en términos comparativos es bien asombroso, una mejora extremadamente rápida a nivel global”. El libro tendrá una segunda edición, que se lanzará el próximo lunes 14 de noviembre, y su autor adelanta a “El Líbero” las principales conclusiones. Quizás el dato más relevante es que la reducción de la desigualdad sigue a un fuerte ritmo, ya que mejoró en 20 puntos en la medición GINI entre quienes nacieron en la década de los 90’ con relación a los de los años 60’. Esa concept dominó en Chile sin contrapeso durante los ninety y bien entrados los 2000. En una reciente entrevista que el economista Sebastián Edwards le hizo al ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, en Ex Ante, Edwards rescata la profundidad que alcanzó esa convicción.

La élite de hoy es esencialmente la que se formó gracias al auge económico de los últimos 35 años. El discurso meritocrático esparcido con tanta superioridad por miembros de la misma élite, como si ellos pertenecieran a una aristocracia o nobleza antigua e impenetrable, no tiene mayor base en la realidad. Tampoco tiene base en la realidad la thought derechos de los pobres de que en Chile no hay movilidad social.

Las recientes declaraciones de Nicolás Eyzaguirre tratando de idiotas a sus compañeros de colegio y acusándolos de haber llegado a donde están solo producto de la pink de contactos que poseen, merecen algunas reflexiones. Desde hace un tiempo a esta parte, se ha instalado en Chile la idea de que el país posee férreas élites que se auto reproducen excluyendo a todos los demás de las mejores posiciones en la sociedad. Se dice cepal pobreza 2022 que el apellido y la cuna pesarían más que los “méritos” y que esa sería una de las causas centrales de la desigualdad, supuestamente hoy peor que nunca producto del modelo económico “neoliberal”.

Programas sociales que impulsen el encuentro entre pares, la solidaridad y cohesión como herramientas para el mayor bienestar, son fundamentales para sostener soluciones de superación de pobreza en el tiempo. No podemos hablar de programas sociales universales o focalizados sin hablar de la desigualdad y la segregación que abunda en nuestras ciudades y barrios. La individualidad de las soluciones, pasan por la mirada de un colectivo que se apoya.

De Chile, explica que “al last del día, el tema de la desigualdad está en otros componentes que tú experimentas más que un índice. Tú tienes más dinero, vas a acceder a más salud, mejor educación y para qué decir mejores pensiones”. Señala el profesor Sapelli que el famoso coeficiente de Gini se construye en base a información agregada y, por tanto, no refleja necesariamente la dinámica de la desigualdad del ingreso. Flores estima también que, en esos mismos 20 años, el 10% más rico capturó poco más del 60 % del ingreso, mientras que los que menos ganaron, es decir al 50% de abajo, se apropiaron apenas de entre 6% y 8% del ingreso whole. En el caso de las mujeres, el economista indica que no se da lo mismo en los quintiles más bajos, lo que podría explicarse por “un mal diseño de la política social de subisidios, que estaría produciendo una trampa de pobreza”.

Para ello, continúa Sapelli, es necesario realizar un estudio por “cohortes”, es decir, analizar la desigualdad del ingreso desagregando la información por edades. La subrepresentación de la riqueza que reconoce la CASEN se observa, por ejemplo, en el ítem dividendos distribuidos. Esa encuesta “no registra ni el 10% del complete de dividendos que sí incluyen las Cuentas Nacionales del Banco Central”, dijo Flores a TerceraDosis. De hecho, según su estimación, la CASEN cubre apenas alrededor del 40% del ingreso nacional que registra el Banco Central. Esa percepción de injusticia se expandió durante la última década alimentada por la alta desigualdad que tiene Chile (ver OCDE 2019) y pareció explicar el estallido social de 2019. Claudio Sapelli fue uno de los firmantes de la carta de académicos en el que se reconocen errores.

La movilidad intra-generacional mide –para la población clasificada por deciles de ingresos- la relación existente entre el nivel relativo de los ingresos de esas personas en un período inicial y aquél, por ejemplo, cinco años después. Si las personas que están en el primer decil en el período inicial permanecen en el mismo decil cinco años después, no habría movilidad social alguna. Si en cambio algunos pasaron al segundo decil, otros al tercer decil y, así sucesivamente, habría movilidad, la que se puede transformar en un índice. De acuerdo a cálculos presentados por Sapelli, entre 1996 y 2001, el índice en Chile medido por el método de Bartholomew fue de 1.92, comparado con 1.sixty seven y 1.seventy six para Estados Unidos y Alemania, respectivamente. O sea, Chile tiene un alto nivel de movilidad intra-generacional, mayor incluso que el de Estados Unidos y Alemania. ¿Cómo explica Sapelli las distribuciones del ingreso de cada una de las generaciones futuras?

claudio sapelli desigualdad

Mientras hojeaba este libro, recordé que el famoso economista Muhammad Yunus, llamado “el banquero de los pobres” y ganador del Premio Nobel de la Paz, hacía una comparación entre la pobreza y los árboles bonsái, esos pequeños árboles cultivados y modelados a escala de los árboles grandes. También propone reemplazar parte importante del frondoso conjunto de programas sociales existente en Chile, por un sistema diferente que se conoce como un impuesto negativo sobre el ingreso (es decir, un subsidio a los más pobres). Este sistema evitaría también el desincentivo del precise esquema de apoyo social a que las personas que reciben ayuda del Estado se esfuercen por obtener ingresos propios. Invito a los lectores a leer el libro de Sapelli, incluyendo su capítulo final, que es de política económica.

En resumen, estamos ante un trabajo llamado a convertirse en referencia imprescindible acerca del devenir de la economía chilena. Historiadores, politólogos, profesores, sociólogos, políticos e interesados en common no pueden ignorar este trabajo para alimentar sus reflexiones. Es, además, un ejemplo de las posibilidades de una investigación rigurosa, abordada con seriedad y ánimo constructivo, para tratar la desigualdad en una economía no desarrollada. Las lecciones a extraer pueden ser objeto de discusión, pero se cuenta ahora con una base mejor para plantear los términos del debate. Educación es la claveSapelli sostiene que los nuevos datos se explican por los mismos fenómenos que indicó en el libro de 2011, que se relacionan principalmente con el mayor acceso a la educación en las nuevas generaciones y la mejora de ésta.

Hay aspectos de la investigación que merecen algunas aclaraciones y en las líneas siguientes se destacan algunos de ellos. El investigador recomendó en la modificación de la PSU que está en estudio por parte del DEMRE considerar la aplicación de un examen más parecido a la PAA, que incluya una serie de take a look at específicos y que cada universidad elija según los requerimientos que tenga. Afirma que hay que terminar con la “obsesión de efectuar una sola prueba, que es lo que genera los problemas”.