Escuela Y Estratificación Social En Chile: ¿cuál Es El Rol De La Municipalización Y La Educación Explicit Subvencionada En La Reproducción De La Desigualdad Social?

Lejos de atenuarse al desarrollarse el mecanismo de subvenciones estatales a la educación privada, la segregación social entre distintas modalidades escolares se ha incrementado a través del tiempo. Como puede observarse en los análisis de varianza de la Tabla three, la asociación entre ISEI del padre y modalidad escolar se incrementa marcadamente en las cohortes más jóvenes. Como medida del logro ocupacional –tanto del entrevistado como del padre– se utilizó el ISEI (International Socio-Economic Index of Occupational Status) asociado a cada una de las ocupaciones (clasificadas de acuerdo a la ISCO88) de acuerdo a la propuesta de Ganzeboom y Treiman (1996).

La tabla del Anexo D resume los resultados de los indicadores evaluados en este trabajo, revelando la susceptible posición de la región de La Araucanía, la peor catalogada en cada uno de los indicadores económicos y algunos sociales. A nivel de desarrollo económico, la Región Metropolitana logra los mejores resultados, mientras las regiones del sur del país, los peores, destacando nuevamente La Araucanía, única región catalogada con un bajo nivel de desarrollo, de acuerdo al IDERE. No se puede negar que Chile ha experimentado un desarrollo sin precedentes desde el retorno a la democracia (1990). Se ha logrado en un escenario de estabilidad política y social, preservando equilibrios macroeconómicos a pesar de los shocks internacionales (Sunkel e Infante, 2009).

Esta frase refleja una wise conclusión a la que llega el estudio Retrato de la desigualdad en Chile y es que, en todo nivel educativo, las desventajas de origen socioeconómico de los chilenos, marcan el acceso, la trayectoria y los resultados de su educación. Es decir, que el éxito o fracaso escolar, está fuertemente determinado por los orígenes de las personas, marcando una desigualdad desde los inicios. Como se mencionó al comienzo de la sección, familias más ricas tienen acceso a mejores colegios, actividades extracurriculares, posibilidad de aprender idiomas con profesores particulares, participar de más actividades deportivas e incluso ampliar redes, todo aquello que le abrirá puertas para un futuro de mayores ingresos. Mejorar sustancialmente la oportunidad educacional en todas las regiones juega un rol esencial para disminuir las brechas que separan a los chilenos.

Para este estudio se utiliza el factor de expansión regional, puesto a disposición por el Ministerio de Desarrollo Social, responsable de la Encuesta CASEN. La (Tabla 7) muestra, por una parte, la evolución de este índice considerando solo las seis dimensiones originales, lo que permite hacer una correcta comparación en el tiempo, y a continuación, expone los resultados 2017 al incorporar la variable de medio ambiente y sustentabilidad. Los resultados 2017 (seis dimensiones) muestran que las regiones con mayor IDERE son La Metropolitana y Magallanes, mientras que los peores resultados los presenta La Araucanía y el Maule, sin embargo, son de las regiones con mayor progreso durante el período evaluado.

En este apartado se examina el desarrollo económico del país, evaluado a través de índices de desarrollo humano (PNUD) y el índice de desarrollo regional (Vial, 2017) y a continuación se evalúa la desigualdad social en dos aspectos muy controversiales actualmente en el país, educación y salud. Ambos temas generan constantes polémicas, protestas y levantamientos por parte de la sociedad, la cual siente la desigualdad y busca que el Gobierno doble sus esfuerzos para satisfacer estas necesidades básicas, de una manera eficiente y que beneficie a toda la población y no solo a unos pocos. Los datos regionales, como años de escolaridad promedio y analfabetismo, se obtienen a partir de la Encuesta CASEN. El rol del logro educativo es essential en el estudio de la transmisión de la desigualdad económica (Shavit y Muller 1998), y por lo tanto resulta esperable que modificaciones importantes del sistema educativo, y en explicit del sistema educacional público, afecten de modo relevante el régimen de estratificación imperante en una sociedad. En el caso de Chile, la educación es uno de los aspectos que sufrieron grandes transformaciones en el marco de las reformas estructurales.

Para 2015 se observa un buen progreso en las personas del área rural, ya que un menor 7,8% no sabe leer ni escribir, así como un 3% de las personas de la ciudad; este año, hay un 3,3% de mujeres analfabetas, seguidas muy de cerca por un 3% de los hombres. Mientras en regiones como Tarapacá y Magallanes, el analfabetismo no alcanzó al 1% de la población, en Los Ríos, La Araucanía y el Maule, superó el 4%, develando una tarea pendiente en estas regiones, principalmente con su población rural. Para la mayoría de las regiones, hay un mayor porcentaje de mujeres analfabetas que de hombres, a excepción de las regiones de Tarapacá y O’Higgins. Para exponer la situación de Chile en el mundo, la (Tabla 1) muestra una comparación con los países de mayor y menor PIB per cápita. En los últimos puestos se encuentran países del continente africano, donde el PIB por persona más bajo corresponde a la República Centroafricana, siendo tan solo 0,03 veces el de Chile.

Si bien el crecimiento es un fenómeno relativo al mercado y al aumento del PIB, como se ha mencionado, el desarrollo suma a esto el bienestar social, el cual se observa en la calidad de vida de la población, en el desarrollo de competitividad y capital humano, en la mayor calidad y acceso a educación y salud, entre otros factores. En esta oportunidad se estudiaran el índice de desarrollo humano (IDH) y el índice de desarrollo regional (IDERE). Para reducir la pobreza que aún afecta a Chile, así como la desigualdad, se requiere de buenos instrumentos que puedan identificar, cuantificar y caracterizar, de una forma precisa, a la población más vulnerable del país, de manera de poder aplicar la política pública eficientemente.

Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio. Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Tomando en cuenta los elementos de reproducción social se evidencia una superposición de desigualdades que se entrecruzan. A las desigualdades iniciales se suma la ausencia de referentes para poder construir un futuro en escenarios de mayor incertidumbre y transformaciones del mercado del trabajo, así como la falta de un proyecto crítico que observe dichas desigualdades.

En una ciudad de las dimensiones de São Paulo, las tarjetas que permiten la integración con descuento a distintos tipos de transporte son fundamentales para la locomoción de gran parte de la población al trabajo, escuela y actividades culturales. El bloqueo o imposibilidad causas de desigualdad social de acceso a medios de transporte puede tener un gran impacto en la vida y el desarrollo de las personas. Una persona que se escolarizó y socializó en grupos primarios muy parecidos a su familia tiene pocas oportunidades de codearse e interactuar con otros grupos sociales.

clases sociales y desigualdad

El estudio, que se centra en Chile, uno de los países más desiguales del mundo, examina cómo las relaciones interclase moldean las actitudes hacia la desigualdad. Así, plantea que las actitudes hacia la desigualdad se definen como disposiciones éticas y postula que la diversidad de redes basadas en la clase de la pobreza al poder puede favorecer el desarrollo de lo que se ha denominado un «hábitus reflexivo» que probablemente impulse disposiciones más igualitarias. Walton señaló que, si bien el esfuerzo tributario de Chile está en línea con los países de América Latina y el nivel de ingresos, tiene potencial para aumentar.

Un fenómeno que parte en las haciendas, se dio en el desarrollo de la minería y posteriormente se profundiza con la instalación del modelo neoliberal. «Va mostrando que hay una configuración histórica estructural que involucra distribución de recursos, una institucionalidad, un marco normativo y uno authorized que le da forma a esta distribución altamente desigual de ingresos y de representación política». Como en muchas sociedades hoy, más de 70% de la población chilena se considera de clase media, entre otras razones porque cuesta asumirse pobre o parte de la elite, y también porque sentirse perteneciente a la clase media refleja un estatus de mayor estabilidad y prestigio. Sin embargo, cuando se usan herramientas de medición objetiva, las clases medias alcanzan niveles mucho más bajos. Según datos de 2017, Chile tiene uno de los índices más altos en desigualdad educativa entre los países de la OCDE, expresado en el índice Gini con un 0,503 .

Es decir, Chile se caracterizaría por altos niveles de movilidad horizontal y bajos niveles de movilidad vertical. Ambas características pueden asociarse claramente al proceso de liberalización radical de la economía chilena, que favorecería la concentración de la riqueza por una parte y la disolución de las barreras sectoriales por la otra. En efecto, considerando únicamente el valor jerárquico –el status relativo– de las ocupaciones, Chile presenta niveles de determinación social del logro particular person considerablemente superiores a los de México, o incluso a los que Blau y Duncan (1967) describían para los Estados Unidos de 1962 (Puga y Solís, 2010). Dicho de otra forma, el régimen de movilidad ocupacional chileno es uno de fluidez laboral entre sectores pero de gran desigualdad de oportunidades. Una educación segmentada, una movilidad cada vez más reducida entre clases sociales, y el deterioro de salarios y pensiones vuelven lejano el “sueño de la clase media” en Chile. A partir de 2010 se consolida la thought de que los frutos del crecimiento no llegan a todos, y la tolerancia a la desigualdad empieza a erosionarse.

El país está conformado por sixteen regiones5, siendo la capital nacional la ciudad de Santiago en la Región Metropolitana. El territorio chileno es abundante en recursos naturales, es el mayor productor de cobre a nivel mundial y tiene un importante rol dentro de los países exportadores de productos agrícolas, forestales y ganaderos (OCDE y CEPAL, 2016). Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación. Así, Daron Acemoglu y James Robinson argumentan que las brechas socioeconómicas afectan negativamente el desarrollo de los países cuando se traduce en un acceso, también desigual, al poder político; este mecanismo se relaciona con la potencial captura de rentas por parte de la élite y el bloqueo de oportunidades de desarrollo para el resto de la población.

El carácter conflictivo de la desigualdad educativa y sus efectos sobre la reproducción de la desigualdad en general se refleja en el alto impacto de las movilizaciones estudiantiles en la última década en Chile. Se trata, en definitiva, de una dimensión de la desigualdad social que violenta particularmente la percepción de justicia en la sociedad chilena. Si existe consenso respecto de la desigualdad de resultados en Chile, el panorama en términos de estratificación y movilidad social es algo más complejo. El gran crecimiento de la escolaridad, particularmente a partir de la década de 1990, y en common la transformación productiva del país han dado como resultado mayores índices de movilidad social intergeneracional. Esta movilidad social de tipo estructural, sin embargo, no modifica necesariamente de modo lineal las oportunidades de los individuos para alcanzar mejores posiciones relativas. Es decir, no resulta claro hasta qué punto esta movilidad social se acompaña de una disminución de la desigualdad de oportunidades en el país.