Entendiendo La Exclusión Social En Chile: Una Mirada Multidimensional

No obstante, aseguró la Presidenta, “seguimos atrapados por agudas y profundas brechas en materia social. Tenemos el triste récord de ser la región con mayor desigualdad en el mundo, y que se manifiesta en los ingresos familiares de muchísimos hogares y en el gran número de empleos precarios, prolongando la desprotección al momento de jubilar”. En caso de ser estudiantes de pregrado, las ponencias deben mostrar proyectos o resultados provisionales, no necesariamente un documento con conclusiones. Por ello, se invita a becarios/as y patrocinados/as COES y estudiantes de sociología, ciencia política e historia UDP a presentar sus trabajos de tesis/título en un estado previo a la presentación del documento last. En los últimos 15 años ha habido una reducción de la desigualdad de los ingresos, aunque el coeficiente de Gini de zero.forty eight en la última medición disponible para Chile (2017) está lejos aún del promedio de las economías desarrolladas (figura 2). En el siglo XIX, las élites nacionales construyeron el Estado nacional.

desigualdad y exclusion social

Pensamiento contemporáneo y exclusión social [Ponencia]. Exclusión e Intervención social. Conferencias pronunciadas en el Centre Cultural Bancaixa.

Desde nuestra última Jornada, celebrada en el año 2021, Chile ha experimentado una serie de procesos que han influido en la agenda de investigación en diversas disciplinas, especialmente aquellas que abordan el tema de la desigualdad. La sucesión de elecciones, que ha destacado la importancia de la participación política de las mujeres, el incremento en la percepción de la violencia y las inundaciones provocadas por las lluvias, evidencian que la desigualdad se manifiesta en diversas esferas sociales. Además, este año marca el 50 aniversario del Golpe de Estado en Chile, un acontecimiento histórico que ha dejado profundas huellas en nuestra sociedad y ha sido objeto de múltiples investigaciones en relación con la desigualdad y la cohesión social. Por tanto, resulta imperativo brindar un espacio para la reflexión y el debate acerca de cómo estas disparidades impactan en nuestro entorno social en el contexto de esta conmemoración significativa. El desarrollo socioeconómico de Chile, caracterizado por una notable crecimiento económico, contrasta con la persistente exclusión social que enfrentan sectores de su población. Esta paradoja se debe a la distribución desigual de la riqueza y las oportunidades.

Hoy en día, Chile es uno de los pocos países de la región en el que sigue vigente un Código de Procedimiento Civil de principios del siglo XX. Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación. Una de las conclusiones es que ella opera vía mecanismos más indirectos de lo que se creía. En este sentido, desigualdad social y derechos humanos afirmó que “Chile ha cambiado y creemos que más que nunca tenemos la oportunidad de construir las bases de desarrollo para estar a la altura de los retos actuales. Por eso, en menos de un año, hemos emprendido reformas profundas, en un marco de diálogo social y de cauce institucional y democrático. Construir una ciudadanía igual en derechos y oportunidades, implica reformas estructurales ineludibles”.

Desde las protestas estudiantiles que exigen una educación equitativa hasta movimientos de trabajadores que luchan por condiciones laborales justas, estos grupos han sido motores de cambio social. La organización comunitaria también ha sido clave en la protección de derechos de pueblos indígenas y en la promoción de la equidad de género. Estos movimientos demuestran la importancia de la movilización ciudadana en la construcción de una sociedad más inclusiva, evidenciando que el compromiso colectivo puede generar presión significativa para el reconocimiento y ampliación de derechos. El acceso limitado a educación de calidad y a empleos bien remunerados perpetúa ciclos de pobreza, impidiendo que amplios segmentos de la sociedad se beneficien del progreso económico.

En D. Filmus (comp.), Los noventa. Política, sociedad y cultura en América Latina y Argentina de fin de siglo (pp. 53-77). Una interpretación de su realidad social. Economía, sociedad y cultura.

Esto no se traduce en una situación generalizada de precariedad, porque hay más fuentes de ingresos. También hay un agravante de género a considerar, por cuanto más de un 70% de las mujeres asalariadas con educación media completa y que trabajan más de 30 horas semanales, obtiene una remuneración por debajo del umbral citado. Un análisis de la realidad española y europea. Colección Estudios Sociales 16. Además explicó que “nos proponemos terminar con las asimetrías de poder económico, político y social que segregan a nuestra sociedad, que amenazan la calidad de nuestra democracia y frenan nuestra productividad y competitividad”.

Por tanto, la sociedad tiene responsabilidad en que todos tengan una vida digna. La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas como injustas en desigualdad social y educativa en américa latina sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas.

La exclusión social es un fenómeno multifacético que priva a ciertos individuos y comunidades del acceso a derechos, recursos, y oportunidades esenciales para su bienestar y desarrollo. Se manifiesta a través de diversas dimensiones como la económica, educativa, de salud, y participación política, afectando desproporcionadamente a grupos vulnerables. Este proceso no solo implica la falta de ingresos, sino también la imposibilidad de integrarse y contribuir plenamente a la sociedad. En el contexto chileno, la exclusión social se observa en la segregación urbana, brechas educativas, y barreras en el acceso a servicios de salud de calidad.

El contexto sociopolítico de los procesos de exclusión social. En J.F. Tezanos (ed.), Tendencias en desigualdad y exclusión social. Tercer Foro sobe Tendencias Sociales.

En ese análisis lamentablemente quedamos muy cortos y nos perdemos en frases como “no todos los hombres son malos” o “también hay mujeres haciendo daño”, sin mirar lo colectivo, lo común. Las temáticas o ejes en torno a los cuales deben estar orientadas las ponencias deben referir a una de las dimensiones de la desigualdad mencionadas anteriormente. Se espera, además, que las ponencias contengan una reflexión crítica en torno a cuestiones éticas en investigación o bien, respecto a la posicionalidad de los/as investigadores/as al momento de recoger y/o analizar la información. Guarda mi nombre, correo electrónico y internet en este navegador para la próxima vez que comente. Una condición necesaria para que se produzcan efectos duraderos en el tiempo es el tránsito a una cultura de respeto por la persona, por la igualdad de dignidad y respeto, y por los valores de justicia y solidaridad social.

Las Encuestas de Necesidades Jurídicas indagan acerca de los problemas justiciables -aquellos para los cuales existe algún tipo de remedio legal (Genn, 1999)-, y lo hacen desde la perspectiva de quienes los experimentan (“bottom-up perspective”). En términos generales, y a pesar de los diversos enfoques metodológicos empleados, estas encuestas arrojan datos consistentes no solo sobre la ubicuidad de los problemas legales, sino también sobre la alta prevalencia que estos tienen en los grupos más vulnerables de la población. La exclusión social es un fenómeno complejo que ha marcado profundamente la historia de Chile, influenciando tanto el desarrollo socioeconómico como los movimientos sociales del país. Este artículo busca ofrecer una panorámica detallada sobre qué es la exclusión social, sus raíces históricas en Chile, y sus implicaciones en la actualidad.

Esto significa que hay una correlación clara entre la disparidad de los resultados y la de oportunidades –que determina la movilidad social–. Es muy probable que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen. La desigualdad es un desafío ético porque implica una injusticia, ya que todos tenemos una dignidad por ser personas y el derecho a participar de los bienes y servicios que se producen en la sociedad; y es injusta porque esta realidad podría ser distinta mediante políticas públicas. Desde la tradición del pensamiento social cristiano, san Alberto Hurtado define la justicia social como “aquella virtud por la que la sociedad, por sí o por sus miembros, satisface el derecho de todo hombre a lo que le es debido por su dignidad de persona humana”.