En el caso specific de Chile, esto permite identificar territorios subregionales, intermedios entre el nivel native y las regiones jurídica y administrativamente establecidas. Con el objetivo de dar cuenta de la distribución espacial de la desigualdad, asumimos que la escala territorial donde se generan las principales diferencias corresponde al mercado laboral común a un territorio. La conformación de los mercados laborales locales puede constituir una de las mejores formas de representar el modo como la urbanización configura socialmente el territorio nacional y de qué manera sus habitantes se insertan en ese proceso. Por lo tanto, resulta crucial identificar dónde se ubican los mercados de trabajo, a un nivel subregional. Según datos de la OECD, un alto nivel de desigualdad caracteriza a Chile en comparación con otros países y las diferencias de ingresos entre las regiones del país son también superiores con respecto a la mayoría de los países integrantes de dicha organización (OECD 2009, 2011). Esto pone de relieve la importancia del estudio de las desigualdades sociales tanto a nivel nacional como sub-nacional.
Ya sea porque la no resolución de un problema por mucho tiempo genere rabia, o bien porque el progreso moral de un país haga intolerable un problema que antes se aceptaba. En otras palabras, cuando se trata de niveles de desigualdad como los que vivimos en Chile, la ausencia de novedad bien puede ser una razón profunda para querer cambiarlo todo. De estas incertidumbres sólo se salva un grupo que –dependiendo de la dimensión que se considere– oscila entre el 20% y el 5% de más altos ingresos. Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación.
Fue un importante paso en el fortalecimiento de nuestra democracia y en la búsqueda de la igualdad de género en el país. Estudios realizados por consultoras internacionales y por el Banco Mundial dejan al descubierto cómo el coronavirus ha contribuido a incrementar las diferencias entre hombres y mujeres, y cómo con la disaster sanitaria se han creado nuevos desafíos mundiales en materia de salud y seguridad económica. Debido a lo anterior es que, por ejemplo, aunque en junio de 2021 las mujeres representaron un forty four,7% del total de personas afiliadas activas del sistema de capitalización particular person obligatoria (es decir, que cotizaron en el mes para su pensión futura), esa proporción es 9,7 % inferior respecto del universo de hombres afiliados que cotizaron en el mes. En junio de 2020 y en medio de la primera ola de pandemia, aun cuando la proporción de afiliadas activas cayó 3,5% y en el caso de los hombres bajó four,5%, la brecha fue de 7,9%.
Las temáticas o ejes en torno a los cuales deben estar orientadas las ponencias deben referir a una de las dimensiones de la desigualdad mencionadas anteriormente. Se espera, además, que las ponencias contengan una reflexión crítica en torno a cuestiones éticas en investigación o bien, respecto a la posicionalidad de los/as investigadores/as al momento de recoger y/o analizar la información. Es por eso que, en common, la visión compartida es que los impuestos al consumo son eficientes para efectos de recaudación, pero son regresivos.
O que en realidad la desigualdad es un tema de ingresos, y que siendo así, ésta ha mejorado, dicen otros. Tras revisar el completo aporte de este organismo internacional, sobre un país que además se autodenomina como solidario, nos damos cuenta de que seguimos entendiendo la solidaridad como ayuda o caridad a otros que están en la posición el coste de la desigualdad pdf desaventajada de la fracturada balanza social chilena. Según Richard Wilkinson y Kate Pickett, dos epidemiólogos con residencia en Londres, en su libro Desigualdad (2009), argumentan que la alta desigualdad de ingresos en países se correlaciona con una peor salud física, niveles más altos de violencia y economías menos productivas.
Los sistemas de alto desempeño se han movido de un control administrativo y de rendición de cuentas hacia nuevas formas de organización del trabajo profesional; apoyan a sus maestros para realizar innovaciones pedagógicas, mejorar su propio desempeño y el de sus colegas, y alcanzar un desarrollo profesional que lleve a una práctica educativa superior. Al preguntarle al director de Educación de la OCDE si la Reforma que se está llevando a cabo en Chile contribuirá a mejorar la calidad de la educación, aseguró que está convencido de que así será, ya que permitirá poner a todas las escuelas y liceos del país en igualdad de condiciones y entregar a todos los estudiantes las mismas oportunidades educativas. Tal como señalé durante mi última visita a este país, estoy muy impresionado por la ambición de la Reforma que se está realizando, es una oportunidad no sólo para mejorar, sino para realmente transformar la educación”. Si se observa lo que ocurre en los sistemas educativos exitosos de países más desarrollados, lo anterior queda de manifiesto.
sociales y sindicales. “Durante la pandemia, la vivienda se ha convertido en la primera línea de defensa de las familias. Es el refugio para cuidar la salud y evitar la propagación del virus en las comunidades”, declaró la directora flow fundación de Operaciones de Hábitat para la Humanidad de América Latina y el Caribe, María Teresa Morales. El acceso a la vivienda digna es esencial y la sociedad, especialmente en Chile, debe avanzar en garantizar este derecho.
Aunque Chile se ha construido siempre como un país minero en su economía, el fundamento cultural del país se articuló en el valle central y específicamente en la cultura hacendal de ese valle. En lo aparente, la expresión de este orden cultural radica en el conjunto de actividades y costumbres que se consideran propiamente chilenas, aun cuando la cultura hacendal tiene en rigor esos rasgos como anécdota, ostentan rasgos mucho más relevantes. La segunda matriz, en términos históricos, será el esfuerzo por construir una cultura republicana, eso que en el lugar común entendemos como la cultura de clase media chilena. Esa cultura republicana, laica, institucional, con gran peso de la ley, adquirió en Chile rasgos de matriz simbólica en la relación de los ciudadanos con el Estado, pero no configuró realmente una matriz exitosa, pues nunca logró articularse en el día a día, en todas las relaciones sociales. De este modo, el ciudadano se configuró en la relación con el Estado y no en el vínculo entre ciudadanos. Sin carne cotidiana, esta matriz ha estado siempre sujeta a condiciones que le resultan externas y, por tanto, no configuró un proceso exitoso.
Estos cálculos balancean los potenciales efectos negativos sobre la eficiencia y positivos sobre la redistribución que tienen este tipo de impuestos. Conocer los derechos de las niñas y niños nos sensibiliza y nos hace responsable de su cumplimiento. Es reconocer que son seres humanos y titulares de sus propios derechos, al igual que los adultos. También, apoyamos a niñas y niños para que crezcan no sólo como sujetos de derechos, sino como ciudadanos/as globales capaces de compartir y empatizar con sus vecinos/as. Para lograr estos objetivos, adoptamos cuatro enfoques en la ejecución de nuestros programas educativos. El ausentismo y deserción escolar implican pérdidas de oportunidades duraderas y prolongadas, que afectan el desarrollo y el aprovechamiento de las oportunidades educativas, otro factor contribuyente a la desigualdad.
Por ello, es relevante considerar este aspecto como una verdadera traba al desarrollo, cuando se bloquean las oportunidades y se traduce en un acceso poco equitativo al poder político y económico. Esta realidad tiene altos impactos y costos para la estabilidad de la sociedad en su conjunto y debilita, directamente, el ingreso de las personas a las oportunidades de progreso que ofrecen las ciudades. ¿Será simplemente coexistencia que en Chile tenemos paralelamente malos índices de salud mental y de distribución de ingresos? Diversos estudios han mostrado que mientras más desigual -económica y socialmente- es una comunidad, más precaria será la salud mental de la misma. Scuro también expuso sobre la evidencia internacional en materia de discriminación en los sistemas de pensiones de los distintos países y cómo este fenómeno se relaciona con el funcionamiento del mercado laboral. «La región está avanzando en reconocer que el financiamiento contributivo no tiene que estar asociado únicamente al estatus laboral de las personas», sostuvo.
En todas las estadísticas los hombres trabajan la mayor parte de su vida activa y las mujeres no, es dramático y urgente”, cierra, categórica, Alejandra Sepúlveda. Entre las propuestas estuvo terminar con las tablas actuariales que hacen que se calcule la longevidad de las mujeres diferente. Considerando una mujer y un hombre que contribuyen, que cotizan la misma cantidad de años o ganan lo mismo, las mujeres reciben beneficios por sus pensiones al menos un 15% menos que los hombres porque el monto acumulado en sus cuentas de ahorro se distribuye en una mayor cantidad de años”, explicó Sepúlveda. Frente a esta situación, urge avanzar y ver el tema de la salud psychological desde una perspectiva macro, es decir, como parte de un sistema social y económico. Al mismo tiempo, es importante formar profesionales de la salud psychological que defiendan y promuevan el bienestar integral de las personas, que conciban que el trabajo psicológico va más allá de la práctica clínica o individual e incorporen un enfoque comunitario en sus intervenciones.
Teniendo como referencia que las desigualdades sociales en Chile tienen un carácter multidimensional incluyendo aspectos objetivos y subjetivos (Barozet 2008), una alternativa consiste en delimitar tantos conjuntos territoriales como objetos específicos de estudio. Sin embargo, estas variadas definiciones dificultan realizar comparaciones entre una dimensión y otra, así como disponer de una base común para el análisis de uno u otro aspecto en specific. El estudio de las desigualdades sociales en el territorio se vería beneficiado por una clasificación de territorios a una escala intermedia entre el nivel regional y el exclusivamente comunal. Dicho lo anterior, no creo que la de ingreso sea la desigualdad más relevante para explicar el estallido social. En cambio, en este texto sostengo –como hipótesis– que hay dos tipos de desigualdades que están relacionadas con la desigualdad de ingreso y que tienen una relación más directa con el estallido social, a saber, la desigualdad de exposición a la incertidumbre y la desigualdad de poder. three En explicit, mientras la primera podría explicar por qué amplios sectores de la población están tan “descontentos con el modelo”, la segunda desigualdad explicaría por qué este descontento no se canalizó de forma gradual a través de la institucionalidad política y tuvo que explotar de esta manera.
Del mismo modo ocurre en las instancias formativas, las cuales se empeñan en sostener que las diferencias de clases tienen un impacto directo en la inteligencia. Siendo parte del diario vivir para muchos, las desigualdades socioespaciales pueden pasar desapercibidas a nivel de suelo. En ese sentido, el fotógrafo sudafricano Johnny Miller ha presentado ‘Unequal Scenes’ (Escenas desiguales), un ensayo fotográfico donde busca «retratar las más desiguales escenas en el mundo de la manera más objetiva posible».