Élites Y Movilidad Social Diario Financiero

Sapelli detalló que, al procesar los números de los últimos 15 años, consigue evidencia que demuestra que la inequidad se incrementó al hacer más elitista la selección, ya que comenzó a dar mayor relevancia al conocimiento por sobre la habilidad. “Estos datos hablan de la irrelevancia para Chile de lo planteado por (Thomas) Piketty en su libro”, sostiene Sapelli. Como un liberal doctorado en Chicago, el director de Economía de la Universidad Católica, Claudio Sapelli, asegura que el trabajo de Piketty «no diagnostica bien el fenómeno que analiza, ni empíricamente, pues los datos no apoyan lo que cube, ni de forma teórica, ya que el modelo que propone está incorrectamente identificado». “Mientras no tomemos conciencia como sociedad de la clausura social, no vamos a avanzar lo suficiente“, apuntó Méndez. Chile ha evolucionado en cosas que importan harto para ser una sociedad más justa”, destacó Sapelli. Hace algunos meses Felipe Carillo no tenía idea que tendría su propio emprendimiento.

Por último, el patrimonio es en buena medida la herencia que se traspasa a la siguiente generación y, por lo tanto, es una de las razones de por qué algunos apellidos prosperan y dirigen políticamente por décadas. Dicho de otro modo, el alto patrimonio que reciben unos y la carencia completa de herencia para otros, tiende a mantener o incrementar los niveles de desigualdad tanto económica como de influencia política. Eso puede explicar, por ejemplo, por qué tanto la extrema riqueza como la pobreza son lugares “pegajosos”, como los outline la OCDE, es decir situaciones de las que es difícil salir. En el caso de Chile, la misma OCDE ha dicho que las familias pobres necesitan seis generaciones para que uno de sus descendientes llegue a la clase media (ver nota BBC).

Es decir, una mejora aún mayor de la distribución del ingreso, sobre todo en las generaciones que van de los 50 años hacia abajo. El libro “Nuevos Horizontes para las Políticas Públicas”, una iniciativa del fallecido economista Francisco Rosende, llena vacíos en temas claves para el país. La revisión de literatura en educación, la discusión de salud y políticas industriales, sumado a un profundo análisis del sistema tributario, son centrales en el libro. Por cierto, el análisis de la desigualdad escrito por Sergio Urzúa y comentado por Claudio Sapelli, no se queda atrás.

Calificado de «optimista», en un escenario donde abundan los cuestionamientos al modelo, Sapelli responde con cifras. Si la generación de entre fifty five a 64 años registra un 39% de personas con educación secundaria, los que tienen entre 25 a 34 años alcanzan el 85%, superando incluso el promedio de los países de la OCDE, donde el 80% de los jóvenes tienen educación secundaria. El trabajo que comentamos, una versión revisada de la tesis doctoral del autor, se suma a esta notable serie de investigaciones. El tema que ocupa a Javier Rodríguez es nada menos que la evolución de la distribución del ingreso en Chile, ¡desde 1850! Pese a lo ambicioso del desafío, dados los resultados obtenidos es de agradecer que el autor no se haya desalentado ni desfallecido para dar cumplimiento a una empresa que, sin duda, marca un hito en la investigación en historia económica chilena.

De acuerdo a Sapelli, lo más probable es que la desigualdad siga reduciéndose hasta llegar a niveles similares a la media de los países de la OECD. Uno de los cambios  destacados es la magnitud de la caída entre el peak y el piso de la serie. Para las Casen viejas, la caída en la desigualdad por cohorte es de ocho puntos, es decir entre el segmento etario de mayor desigualdad (nacidos antes de 1950) y el segmento de menor desigualdad, que son los más jóvenes (este es aproximadamente el resultado reportado en la primera edición del libro). Son 26 puntos entre peak y piso y 23 puntos entre peak y el último dato de la serie.

Y para eso son necesarias reglas que fomenten el emprendimiento y la creación de riqueza además de una cultura que celebre, y no que chaquetee, el éxito ajeno. Concluyo que esta segunda edición actualizada y ampliada del libro de Claudio Sapelli sobre la distribución de la pobreza del ingreso y la movilidad social en Chile confirma los resultados de la primera. Chile es un país de una movilidad social relativamente elevada –es decir, es un país de oportunidades- y la distribución del ingreso ha mejorado significativamente.

Sin embargo, puntualiza que de todas formas en hogares con poco capital cultural, los hijos siguen sin tener acceso a la educación superior. ”Chile va bien, las tendencias sociales que están ocurriendo nos llevarán a una mejor distribución del ingreso, mayor movilidad y menor pobreza. Esas son parte de las decenas de propuestas para intentar abordar un tema multifactorial y en medio de una pandemia que, según los expertos, podría hacer retroceder a Chile entre 3 a 10 años, aumentando de manera dramática los niveles de pobreza en nuestro país. Panorama complejo en un país donde algunos estudios muestran a una élite con una percepción distorsionada de estas brechas y diferencias entre los chilenos. Sin embargo, lo que ellos abordan tangencialmente y es desde nuestra experiencia lo fundamental a discutir, es la vivencia cotidiana de las personas que están en situación de pobreza. Es muy cierto que la pobreza hoy se manifiesta de forma diferente que hace 50, 30 y 10 años.

Para ello emplea la construcción meticulosa de “tablas sociales” y produce indicadores de largo plazo para el coeficiente de Gini (véase su gráfico N° 5) y otras medidas distributivas (por ejemplo, el porcentaje de ingreso captado por el percentil más rico). Solo este resultado ya amerita un reconocimiento, pues se trata –hasta donde sabemos– del primer aporte de este tipo no solo para Chile sino para cualquier coca cola fundacion economía no desarrollada15. Por razones de espacio, las tablas con la información de base no se encuentran en el texto, pero sí se indica cómo acceder a ellas en el Apéndice metodológico. Un primer mérito de esta investigación, es que se trata de un estudio apoyado en una definición metodológica robusta y moderna, con una importante discusión de fuentes, datos, estrategias y teorías alternativas.

Interesantemente, esta thought parece ser más in style entre las mismas élites que en el resto de la población. ¿Acaso no han jugado los contactos y el apellido ningún rol en la vida del ex ministro? Si aplicamos la teoría de los méritos hoy de moda, Eyzaguirre no merece haber llegado donde está, pues no fue su mérito el haber nacido en una familia acomodada, ni fue su mérito haber ido a uno de los mejores colegios de Chile y por tanto no fue su mérito el haber podido estudiar en Harvard, ni haber sido ministro, and so forth. Esta teoría meritocrática, que por lo visto el mismo Eyzaguirre promueve, raya en el absurdo. De partida, en todos los países del mundo los contactos son un capital basic a todo nivel y todas las personas hacen uso de ellos cuando los necesitan.

Hacia adelante, cabe esperar un valor de 0.35, con lo que Chile tendría un índice más bajo que el de 0.forty nine de los Estados Unidos (2010). Más aún, utilizando la lógica de su modelo explicativo es posible pronosticar  que el Gini agregado a nivel país seguirá disminuyendo, porque las nuevas generaciones tienen un Gini mucho menor que las salientes. Hacia adelante, cabe esperar un valor de 0,35, con lo que Chile tendría un índice más bajo que el de 0,49 de los Estados Unidos (2010).

Según el mismo estudio, el 10% más rico concentra una riqueza de 66,5%, más de la mitad. He seguido con mucho interés un reciente e interesante intercambio de ideas entre el académico del Instituto de Economía de la Universidad Católica Claudio Sapelli y el economista y precise director de FOSIS, Nicolás Navarrete, sobre cómo mejorar las políticas sociales en Chile. En base a este análisis puede pronosticar, con algunos supuestos adicionales, la evolución futura del Gini.

claudio sapelli desigualdad

Esto lo puede hacer porque el Gini de Chile en 2013 es el promedio ponderado del Gini de las diferentes generaciones. Y el Gini de 2014 será el Gini de 2013 ajustado por el efecto sobre ese coeficiente de las diferencias en la distribución del ingreso de las generaciones que salen y entran. En base a este análisis pronostica, con algunos supuestos adicionales, la evolución futura del Gini.

Por último concluyó que “habíamos puesto a la pobreza en segundo orden porque estábamos en buen camino, por consecuencia de esto vamos a volver a atrás en la agenda, es inevitable”. En el caso del coeficiente de Gini, Chile tienen un índice de 0.fifty four (uno de los más altos del mundo, como ya dijimos), pero esto no refleja la dinámica escondida detrás de esa cifra agregada. Cuando se discute sobre la realidad del modelo chileno, es común encontrar argumentos más basados en la “poesía social” que en la realidad. Para sus cálculos usan la estimación del banco Credit Suisse, según el cual el 1% más rico tiene el 38% del patrimonio privado. Otra característica es que, a medida que crece el patrimonio, crece también la influencia política que puede proveer el dinero.

El economista indica que los datos encontrados al revisar la desigualdad por cohortes no sólo “permite entender el contexto de esta mejora de 8 puntos en el Gini total”, sino que es esperable que todavía se registren mejoras en el futuro. Osvaldo Larrañaga se doctoró en Pennsylvania y hoy trabaja en el programa de Reducción de la Pobreza del PNUD. Opinando a título private, su visión de Piketty se centra en su aporte académico más que ideológico. Cree son un aporte sus investigaciones de largo plazo de desigualdad e ingreso y sus hipótesis respecto de lo que ocurriría si ciertas tendencias actuales siguieran a futuro.