El Estado Neoliberal: Deuda, Desigualdad Y Pobreza

El neoliberalismo ha sido ampliamente adoptado en todo el mundo desde la década de 1980, especialmente en los países occidentales. Sin embargo, también ha generado amplias críticas y debate sobre sus efectos en la desigualdad, la pobreza y el bienestar social. El neoliberalismo también ha debilitado el Estado de Bienestar, que es un conjunto de políticas y programas diseñados para proteger a los ciudadanos de las dificultades económicas. El Estado de Bienestar incluye programas como la educación pública, la atención médica y la asistencia social. Sin embargo, el neoliberalismo ha promovido la privatización de estos servicios, lo que ha llevado a una reducción en la calidad y accesibilidad de los mismos para aquellos que no pueden pagar los servicios privados. Pero, no del tema tratado, «deterioro del bien común en los países desarrollados», sobre el cual he seguido trabajando.

El sistema neoliberal pretende capitalizar el accionar del Estado y generar mayor producción con menor inversión social. El neoliberalismo no es tan sólo un conjunto de estrategias de carácter económico, sino que es una doctrina que se conforma como una estrategia global frente a los problemas sociales. A los que nunca hemos tenido ideologías a priori en el terreno económico, nos pareció bien el liberalismo, la privatización de los grandes monopolios y la desregulación de la economía. Francamente, no nos pareció mal en aquellos años, ni la Escuela de Chicago ni el Consenso de Washington. Por supuesto que no desprendían entonces el olor a azufre y el carácter diabólico que se les ha asignado después.

desigualdad en el neoliberalismo

La desigualdad social y la precarización del trabajo y de la vida han aumentado y se han intensificado desde hace por lo menos cinco décadas, y emergen como características del capitalismo neoliberal, mucho más que solo “problemas sociales”. Esas condiciones se inscriben en la predominancia de una cosmovisión que, armada de una cierta supuesta lógica que sería propia de la “naturaleza económica”, legitima el poder de agencias y agentes concretos con capacidad para poner en vilo la economía actual de los países y en riesgo la sobrevivencia de los hogares y la vida misma. Por su parte, los discursos políticos que expresan esa cosmovisión, invierten la culpa de la disaster social, tornando en responsables a los propios sujetos más desprotegidos. La pandemia del coronavirus, que en marzo de este año alcanzó a nuestro país, se presenta como un dato que permite adentrarse en la cuestión de la legitimidad del Estado y de sus intervenciones sociales. La privatización y la desregulación de los servicios públicos han sido elementos centrales de las políticas económicas neoliberales en América Latina.

Entre los principales problemas asociados al neoliberalismo se encuentran la desigualdad económica, la explotación laboral, el impacto ambiental negativo y las crisis financieras. Estos son solo algunos ejemplos, pero el neoliberalismo ha influido en muchas otras economías en diferentes partes desigualdad en los paises del mundo. Cada país ha implementado políticas neoliberales de manera única, adaptándolas a su contexto y necesidades específicas. El neoliberalismo tiene sus raíces en la llamada Escuela de Chicago, una corriente de pensamiento económico liderada por economistas como Milton Friedman y Friedrich Hayek.

El economista austríaco Friedrich Hayek, otro gran referente de los neoliberales, argumentaba en su obra «Camino a la servidumbre» (1944) que la planificación estatal de la economía conduce al totalitarismo. Como indica su nombre, el neoliberalismo surgió en el siglo XX como un esfuerzo por renovar el liberalismo clásico. Basta mirar la campaña electoral de Chile, el país latinoamericano donde más influencia han tenido las ideas desigualdad en la distribución del ingreso neoliberales, para constatar cómo ese concepto aún divide aguas en la región.

La apertura radical hacia el mercado internacional hizo perder vigor al sector industrial fundado en la demanda interna, permitiendo que el mayor dinamismo de la actividad económica se centrara en la producción y exportación de recursos naturales (cobre, forestal, pesca, agricultura moderna), bajo la dirección de los grandes grupos económicos locales y del capital internacional. Acrecentada la competencia internacional por la disminución de los aranceles y, en general, con la eliminación de medidas de protección para la industria interna, ésta se debilitó mientras los sectores productivos de bienes transables ( que sí recibieron subsidios internos y programas de apoyo a las exportaciones) se modernizaron y llevaron a cabo mejoras tecnológicas y de productividad. Se acentuó así la heterogeneidad estructural de la economía, con sectores de avanzada tecnológica, volcados al mercado internacional y sectores atrasados en condiciones de vulnerabilidad y centrados en el mercado interno. 32Ni el gobierno de Lagos ni los anteriores gobiernos de la Concertación han colocado en el centro de sus políticas públicas la reducción de las desigualdades, más allá del discurso.

Este programa se establece en el contexto de precarización laboral y vulneración de los derechos, como consecuencia de las políticas económicas y sociales, como un dispositivo focalizado de complemento alimentario. En palabras de Arias (2012, 133) “es desde el mismo sistema de protecciones al empleo que se produjo el empobrecimiento y la correlativa necesidad de asistencia entrando profundamente en disaster la función del sistema previsional como un garante de la manutención de los trabajadores finalizada la etapa laboral”. Por otro lado, en el período de la reelección estos comedores fueron herramientas políticas y la entrega de bolsones se transforma en la estrategia principal del dispositivo. Las medidas económicas tomadas desde la lógica neoliberal tuvieron gran impacto a nivel general y específicamente en la población mayor, los niveles de desempleo y precarización laboral impactaron en las personas envejecidas y en sus hogares. En muchos casos los mayores cedieron espacios y parte de sus ingresos a su grupo familiar que vivía en situación de pobreza.

Anderson, 2003; Crouch, 2012). Por último, el desarrollo de una serie de profundos cambios tecnológicos, científicos y comunicacionales de la llamada Tercera Revolución Industrial (en particular, a través de la biotecnología y el complejo electrónico) y de un nuevo modo de producción posfordista, que reemplazó al esquema fordista-keynesiano (

Peck y Tickell, 2002). Desde una perspectiva comparada, Harvey (2007) destacó los diferentes gradientes de neoliberalización efectiva entre los países centrales y los países periféricos del sistema mundial. Al mismo tiempo, distinguió las diferentes experiencias de neoliberalización “gradual” en Alemania Occidental, Suecia, Japón, China y los países del sudeste asiático (

Entre ellas se destacan la reducción de los aportes patronales y la flexibilización de los contratos laborales, que introdujo modalidades de contratación por tiempo determinado. Con respecto a los servicios sociales que brinda el instituto el autor destaca que existen dificultades en la transferencia de los servicios relacionados con el Programa Pro-Bienestar, los subsidios, las residencias y sepelios a otros órganos oficiales. En lugar de administrar centenas de contratos con muchos prestadores monopólicos, los servicios deberían ser provistos a través de entidades constituidas como seguros de salud operando en un ambiente competitivo. A cambio de un valor capitado, estas entidades serían responsables de la cobertura integral de las personas que opten por sus servicios (Fundación Novum Milenium, 2001).

Estas posibilidades incluyen nuevos programas que se añadieron a los servicios centrales del Programa durante los años ochenta y comienzos de los noventa. La variedad de servicios médicos va mucho más allá de la ofrecida por Medicare, que gasta unas 10 veces más que el PAMI per cápita (Peter Lloyd-Sherlock, 2002, 3). La reforma del sistema de salud propone la libre elección del plan de salud y la institución prestadora.

Es así, como uno de los aspectos distintivos del neoliberalismo, consiste en la supremacía del mercado por sobre las relaciones sociales y políticas, las cuales, en definitiva, debieran resultar funcionales al libre flujo de la actividad económica. En los últimos años, se ha intensificado el debate sobre las limitaciones y consecuencias negativas del neoliberalismo como modelo económico predominante a nivel mundial. El neoliberalismo se basa en la desregulación de la economía, la privatización de los servicios públicos y la apertura de los mercados internacionales, entre otras características. Se argumenta que la implementación de políticas neoliberales ha beneficiado a las grandes empresas y a los sectores más ricos de la sociedad, mientras que ha dejado rezagadas a las clases medias y bajas.

Sidicaro (2003) y Maristella Svampa (2005) se refieren al vínculo “patrimonial” que estableció el Estado neoliberal con los grupos económicos a cargo de las empresas privatizadas, quienes colonizaron al Estado a partir de una lógica prebendarista y patrimonialista, ajena a cualquier lógica de libre mercado. Aldo