El Covid Exacerba La Desigualdad En Eeuu: Patrimonio De Las 50 Personas Más Ricas Iguala A La Mitad Más Pobre Del País

El siguiente 9% de los más ricos posee más de un tercio de las posiciones de renta variable, lo que significa que el 10% superior de los estadounidenses posee más de 88% de las acciones. El análisis explicó que las diferencias se deben al repunte en los mercados de valores -donde concentran sus riquezas los más ricos- en comparación con el rendimiento del mercado inmobiliario, donde las familias menos adineradas tienen puestas las suyas. El documento indica que la pobreza en 2012 fue más pronunciada entre negros (27,2% o 10,9 millones de personas), hispanos (25,6% o thirteen,6 millones) y asiáticos (11,7% o 1,9 millones) que en los blancos no hispanos (9,7%). En agosto del año pasado, cuando Estados Unidos conmemoró el aniversario número 50 del famoso discurso de Martin Luther King en Washington, no fueron pocos los que resaltaron que aún persisten las diferencias económicas entre los blancos y los negros en el país. El mismo Obama ha convertido el desempeño económico en su proyecto bandera, ha resaltado avances en temas de crecimiento y reducción del desempleo y ha dicho que medirá su presidencia en buena medida con base en lo que logre para mejorar la situación de la clase media.

Ya la ubicación en el planeta le otorga al continente americano y a sus vecinos una enorme ventaja comparativa en términos de seguridad y defensa. Súmese los recursos del continente y tenemos las condiciones dadas para un próspero proceso de desarrollo. Esta percepción estuvo clara en los fundadores de los Estados Unidos y varios de los fundadores de Estados−naciones en América Latina. Sin embargo, crisis locales y atractivas oportunidades inmediatas, han desdibujado esta perspectiva dentro de los centros de decisión de política exterior en los Estados Unidos y en países de América Latina. Esta tendencia se acentuó en los Estados Unidos, en la medida que asumió en forma creciente un rol de potencia mundial. En el entorno del siglo XXI, continuas crisis mundiales y oportunidades efímeras han puesto definitivamente en segundo plano la geografía del continente en decisiones de política exterior.

En ese sentido, de acuerdo a los analistas, es posible que el ciclo de protestas y estallidos sociales iniciado el año pasado retome su fuerza y que el descontento ciudadano se extienda por buena parte del continente. Lejos de resolverse y de disiparse, las causas de las protestas siguen vigentes, acentuadas por la disaster económica. «No creo que los episodios del 2019 vayan a ser hechos aislados. Vamos a ver nuevos estallidos y disaster políticas en América Latina, sobre todo porque estamos recién al principio de la profunda crisis desigualdad en la sociedad actual económica y social que trajo la pandemia», apuntó Garzón. Al encadenamiento social de la crisis económica, hay que sumarle sus efectos políticos. Como mamushkas o muñecas rusas, en América Latina las crisis se superponen y yuxtaponen. La crisis sanitaria, la disaster económica, la disaster social, e incluso la disaster educativa, se interrelacionan y potencian.

Nueva Orleans, conocido por su carnaval, tiene niveles de desigualdad similares a los de algunas naciones africanas. También desde 2007, la mediana de los ingresos ha aumentado sólo 1,5 por ciento, en comparación con un incremento de 6,2 por ciento para el promedio. Colorado registró una disminución comparable desigualdad ejemplos, con las mayores pérdidas en uno de sus condados más ricos.

Se han vuelto urbes cada vez mas distantes para la clase media, por el encarecimiento de la vivienda y otros servicios esenciales. Para medir la desigualdad, el estudio del censo utiliza el llamado Coeficiente de Gini, en donde una comunidad con desigualdad absoluta, (es decir, donde una sola persona es dueña de toda la riqueza) tendría un puntaje de 1,0, mientras que la sociedad más igualitaria tendría un puntaje cercano a cero. En el capítulo de las muertes por disparos de policías, información que el Washington Post rastrea cuidadosamente desde 2015, 235 personas de raza negra fueron disparadas hasta la muerte el año pasado por agentes de la autoridad en Estados Unidos. Cifra que representa un 23,5 por ciento de todas las muertes a manos de policías, casi el doble del porcentaje de la población estadounidense que es negra.

De todos los frentes de esta desigualdad, el económico es el más doloroso y fácil de cuantificar. El estallido racial en Estados Unidos debe entenderse como parte de la corrosiva disaster de desigualdad agravada por la pandemia de coronavirus. Los afroamericanos (y también los hispanos) son los que de forma desproporcionada están sufriendo la pandemia de la COVID-19. Adam Smith en The Wealth of Nations identificó la llegada de los europeos al Nuevo Mundo a partir de 1492 como uno de los mayores eventos en la historia de la humanidad. El genio liberal escocés tenía claro que el llamado “descubrimiento” de América había producido enormes beneficios, sobre todo para las potencias coloniales de Europa, y también enormes perjuicios e injusticias para otros pueblos sin Estado. Especialmente para los nativos americanos y para millones de africanos, la conquista de América supuso el descenso hacia el infierno de la esclavitud.

Así, por ejemplo, con las medidas presentadas más adelante podemos analizar cómo ha cambiado la desigualdad de ingresos, en los últimos 10 años, entre los hogares jóvenes cuyo jefe de hogar es una mujer educada. En las últimas décadas, América Latina ha perdido importancia en el contexto general de la política exterior de los Estados Unidos. En primer lugar, América Latina experimenta un mejoramiento absoluto en términos económicos, sociales, y tecnológicos.

Una de las medidas más utilizadas en la discusión pública es el coeficiente de Gini. Sin entrar en los detalles de su cálculo, hay que saber que éste toma valores entre 0 y 1, y que un mayor Gini implica una distribución de ingresos más desigual. En los casos extremos, 0 implica que todos los individuos tienen los mismos ingresos, y 1 que sólo una persona recibe todos los ingresos. La pandemia actual también ha dejado al descubierto las desigualdades en el sistema de atención médica. Una razón por la cual los estadounidenses negros han sido más afectados es porque es menos probable que tengan un seguro de salud.

desigualdad en estados unidos

Y los segundos, quizás prefieran perder libertades individuales en favor de mejores resultados económicos. El issue de los recursos nos lleva directamente al tema de los mercados regionales. Es claro que en el caso de los recursos materiales, el funcionamiento eficiente de los mercados es essential para el buen uso continental de los mismos. Aquí estamos hablando del movimiento de personas, lo cual trae aparejado variados elementos culturales y políticos.

[13] Es importante mencionar que esta gran diferencia se explica principalmente por las contribuciones a la seguridad social ya que, a diferencia de Chile, en general los países financian programas de seguridad social con componentes solidarios con estas contribuciones. La literatura académica sugiere que los impuestos óptimos al ingreso de los individuos en la parte más alta de la distribución deberían ser altos (estimaciones sugieren que podrían llegar a 73%, e incluso sobre el 80% si existe apropiación de rentas no productivas). Las familias de menores ingresos destinan una mayor porción de sus ingresos a la alimentación. Así, el IVA a los alimentos es un impuesto regresivo, ya que estas familias pagan una mayor proporción de su ingreso en esos impuestos. Una primera opción son los impuestos a los bienes de consumo, como por ejemplo el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Con todo, durante los últimos 10 años se han materializado algunos progresos en la reducción de la brecha gracias al casi pleno empleo en la economía de Estados Unidos que precedió al estallido de la COVID-19. Al ultimate del destructivo conflicto, se aprobaron las enmiendas XIII, XIV y XV de la Constitución de Estados Unidos. Estas reformas se concentraron en la abolición de la esclavitud, ciudadanía y derechos políticos para los esclavos. Una rectificación sin compensación alguna que, sobre todo en el Sur, relegó a los afroamericanos a una posición marginal.

En segundo lugar, implicaba la aceptación, por parte de todos los Estados−naciones, de los procesos de arreglos internacionales determinados por organismos internacionales con claro poder de última instancia en manos de las grandes potencias. El auge económico del país asiático, experimentado a partir de los años eighty, logró un reequilibrio geográfico que ha puesto fin a la superioridad militar, política y económica de Occidente. Aunque este crecimiento trajo un aumento en la desigualdad al interior de China, la brecha respecto de Occidente se acortó, contribuyendo a la disminución global de la disparidad en las rentas.

Un país que carece de la capacidad de organizar una respuesta deja expuesto al ciudadano a la necesidad de someterse al poder de estas utopías disruptivas en busca de seguridad. Estos movimientos radicales disruptivos tienen presencia internacional, más aún, han demostrado extraordinaria eficiencia en el uso de los medios que la globalizacion ha diseminado a lo largo del mundo (Bull, 1977). Poco, porque más allá del deseo de mejorar las relaciones exteriores, partiendo con actores concretos como Rusia, China y el Mundo Árabe, no fueron claros acerca del marco institucional implícito de estas nuevas relaciones.

A pesar de todos estos intentos de proteger y mantener esta tragedia descrita en términos moralistas como el defecto de nacimiento de Estados Unidos, la esclavitud llevó a la secesión de los Estados del Sur en 1861. Y el pecado authentic tuvo que ser expiado a través de una brutal guerra civil que costó la vida a un 2,5 por ciento de la población americana, en torno a un millón de víctimas mortales. El profesor Eric Foner, en su elocuente manual de historia americana Give me Liberty, explica que entre 1492 y 1820 más de diez millones de hombres, mujeres y niños procedentes de África cruzaron el Atlántico con destino al Nuevo Mundo, la gran mayoría como esclavos. La esclavitud es conocida como el pecado unique de Estados Unidos en una saga de sufrimiento que comenzó hace 400 años. En agosto de 1619, un barco holandés desembarcó en la colonia inglesa de Virginia a más de veinte africanos cautivos. América todavía no era América pero no se puede entender a Estados Unidos sin los 250 años de esclavitud que siguieron a ese primer desembarco en Jamestown junto al consiguiente supremacismo blanco.