Otros, sin embargo y sin preferir los abusos de quien pretenden vivir mano sobre mano, piensan como Oscar Wilde, que “el objetivo adecuado es tratar de reconstruir la sociedad sobre una base tal que la pobreza resulte imposible”. Bonita concept, del todo acertada; la cuestión es cómo llevarla a cabo sin utopías, injusticias, corrupciones ni desajustes. Esta ciudad, como otras capitales de Latinoamérica, posee un casco colonial muy turístico, rodeado por un centro económico y administrativo en pujante desarrollo. En el panorama global, las ciudades de Latinoamérica ocupan los peores lugares en cuanto a distribución igualitaria del ingreso. A día de hoy, el 62 desigualdad en economia,3% de la población de América Latina (408 millones de personas) cuenta con dos dosis, pero la distribución es todavía muy desigual dentro de la región.
Esto no es nuevo, pero sí lo es la gravitación de la «economía de oficina/tienda/sucursal» en el empleo15. Ciertamente, estos resultados no están en línea con las hipótesis de creciente policentrismo en las metrópolis regionales; sin embargo, sí son compatibles con los pocos estudios empíricos existentes sobre el tema (Duhau, 2003). De cualquier manera, un obstáculo mayor para una conclusión más firme sobre este asunto es la falta de datos diacrónicos; por ello, habrá que esperar hasta los censos de 2010 para tener una visión más definitiva sobre la tendencia del histórico monocentrismo de las metrópolis latinoamericanas. El uso de las encuestas de origen-destino podría ser una alternativa, pero la compatibilidad entre los datos censales y los de estas encuestas aún no está clara. Sin embargo, después de la crisis económica de 2001, y en la medida en que durante los años ’90 las políticas de Estado Benefactor fueron debilitándose, la pobreza aumentó hasta alcanzar al 31% de la población a fines del 2003.
Segundo, cuantifica la magnitud de las brechas sociales existentes entre grupos y su evolución en el tiempo. Tercero identifica las intersecciones o las combinaciones de atributos en las que las personas están en un mayor –y menor– riesgo de sufrir discriminación y opresión, reflejada en menor acceso a educación. Finalmente, el ejercicio de la caracterización identifica cuáles son las regiones dentro de cada país que agravan las brechas de género, etnia o ruralidad (Bowleg y Bauer 2016; Nuru-Jeter et al 2018). En un segundo momento, el artículo aplica la descomposición Oaxaca-Blinder para entender y reflexionar sobre la naturaleza de la desigualdad subnacional (Oaxaca 1973; Blinder 1973).
Pese a todo eso, unos a hundred millones de latinoamericanos salieron de la pobreza entre las décadas de 1990 y 2000 en base a programas sociales y políticas salariales en medio del auge de las materias primas. La evidencia muestra que las clases medias latinoamericanas pagan más de lo que reciben por servicios sociales como educación o salud y, como respuesta, acuden a proveedores privados, lo cual tiende a incrementar la segmentación, indicó el informe sobre desarrollo humano del PNUD. Pese a su reciente growth económico, Latinoamérica registra la mayor disparidad de ingresos entre todas las regiones del mundo. Expertos como el Nobel de economía Joseph Stiglitz señalan factores incluso históricos detrás de esta brecha.
Con más de 55,7 millones de casos y cerca de 1,5 millones de muertes en dos años, Latinoamérica es una de las regiones más afectadas en términos sanitarios y económicos por el COVID-19, que provocó en 2020 una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del 6,8 % -la mayor en 120 años-. «La recuperación económica de 2021 no ha sido suficiente para mitigar los profundos efectos sociales y laborales de la disaster sanitaria», lamentó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, durante la presentación digital del informe desde Santiago de Chile. Es posible que, en el intento de abordar sus desigualdades, Chile termine prometiendo a sus ciudadanos más de lo que puede lograr y termine fundiendo el motor que hizo que su economía fuera tan dinámica en décadas recientes. Proclamar derechos constitucionales no necesariamente los hace efectivos, como lo demuestran las cartas magnas progresistas de Bolivia, Brasil y Venezuela. A su vez, la pobreza extrema se situaría en 13,8, como consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia en algunos países, que no alcanzaría a ser compensada por el incremento esperado de los ingresos por empleo, remarca el organismo internacional. Una de las expresiones más importantes de la desigualdad son las diferencias existentes hoy en el impacto de la pandemia de la Covid-19 entre los multimillonarios y el resto de la población de América Latina.
El modelo económico de sustitución de importaciones en Colombia, desarrollado desde los años 50s, reforzó el privilegio de la región andina y allí concentró el desarrollo industrial y el crecimiento económico, en parte porque allí se acumulaban los excedentes de la producción cafetera. Esto conllevó a mayores inversiones en educación pública, salud y vivienda en esta región, así como una mejor infraestructura para la productividad, expresada en, por ejemplo, una energía basada en hidroeléctricas, más barata, más confiable, y más eficiente que la energía térmica de la región caribe. Las diferencias composicionales no son entonces causadas por elecciones individuales de los habitantes del caribe, que deciden o no migrar y dedicarse a otras actividades, sino por proyectos ideológicos excluyentes y economía política que limitaron allí su desarrollo (Meisel 1999, Meisel y Hahn 2020).
Santiago ha ido expandiéndose paulatinamente en las últimas décadas, y ha ocurrido un desplazamiento interno de las clases sociales a zonas muy delimitadas. El oriente corresponde a comunas más acomodadas, junto con algunas zonas periféricas hacia el norte de la Región Metropolitana; mientras, relativamente hacia el centro-sur de la capital se concentran las comunas con menores ingresos, mayores índices de violencia urbana o francamente en riesgo social. Desafortunadamente, hablar hoy de tales logros suena un poco como recordar los «grandes éxitos» de una banda que no ha sacado una canción in style desigualdad en la globalizacion en años. El optimismo que reinó a principios de la década pasada (me cuento entre quienes creían que una «década latinoamericana» de prosperidad aún mayor era posible) pronto desapareció bajo una bruma de medidas fiscales erradas, escándalos de corrupción y desbarajustes políticos. Las economías de la región crecieron a una tasa promedio de apenas 2,2 por ciento anual durante la década más reciente, muy por debajo del promedio mundial de alrededor de 3,5 por ciento y peor que cualquier otra región importante monitoreada por el FMI.
La porción explicada, que se eliminaría si los dos grupos tuvieran la misma composición, se puede denominar la porción composicional, mientras que la porción no explicada, que incluye el efecto heterogéneo que ser mujer o de una minoría étnica tiene en las distintas regiones, podría denominarse la porción interseccional de la desigualdad subnacional. Este artículo analiza los dos componentes para concluir que en ambos opera una dimensión subnacional de la desigualdad. Sin embargo, este efecto subnacional no es constante, sino que cambia de un país a otro y varía significativamente en el tiempo. Las medidas de mitigación están siendo importantes, aunque, en el corto plazo, la desigualdad y la pobreza se están incrementando. Aun así, países que han expandido la asistencia social, como Brasil, están logrando contener la caída. Argumentó que “si corregimos el Gini y otros indicadores por lo que pasa en el high 1, el nivel de desigualdad sería mayor y la caída no sería como la observamos si nada más usamos encuestas.
Esta investigación pretende contribuir a profundizar la comprensión de la naturaleza de las brechas regionales o subnacionales y motivar futuras investigaciones en este campo. Hacerlo permitirá identificar políticas públicas contextualmente acertadas e intervenciones que visibilicen la experiencia de grupos sociales en la intersección de varios atributos tradicionalmente marginados. El avance hacia una mayor igualdad de oportunidades requiere estas lecturas que trasciendan la tiranía de los promedios. En Chile la brecha urbano-rural es importante y en algunas categorías presenta variación regional. La brecha urbano-rural entre las personas que no hacen parte de ninguna etnia era entre 14 y 20 p.p. Entre los dos años evaluados se ha recortado bastante la brecha y la fluctuación regional.
Los resultados de los estudiantes muestran también una mayor dependencia del contexto socioeconómico que el promedio de los países de la OCDE. En Brasil y Costa Rica, por ejemplo, la probabilidad de que niños pobres accedan a educación secundaria es casi la mitad que la de niños de familias ricas. Iniciativas como el programa Bolsa Escola en Brasil, que prevé transferencias monetarias condicionadas a la asistencia de los niños a la escuela, o el programaOportunidades en México, basado también en este tipo de transferencias, son iniciativas prometedoras que ayudan a abordar este problema.
Además de crear limitaciones al acceso a servicios públicos para grupos históricamente marginados de la población, los sistemas de identificación obligatoria y biométricos implican una “sobrevigilancia” hacia esos grupos. No se sabe cómo son utilizados, agregados y compartidos los datos recolectados de esos grupos, ni parece proporcional exigir un nivel tan alto de información para la entrega de beneficios limitados o condicionados. En el caso venezolano las bases de datos biométricas provienen del sistema electoral, para ser utilizadas tanto por operadores estatales -incluyendo funcionarios de migración y policías- como por cajeros de supermercados y farmacias, sin ningún tipo de requisito authorized previo. En São Paulo, el gobierno municipal llegó a anunciar la venta de las bases de datos de las tarjetas utilizadas en el transporte pero, bajo presión pública y después de la aprobación de una ley de protección de datos en Brasil, cambió su posición.
En Colombia la diferencia entre la región con mayor y menor analfabetismo era de 8% en 2005 y 5% en 2018. Chile la diferencia entre la región más y menos afectada por la falta de escolaridad era de 9 p.p. La brecha entre la región urbana y rural es profunda y constante en los países de la región.
Durante el mismo período, la riqueza acumulada de cerca de 5000 millones de personas a nivel global se ha reducido. Las penurias y el hambre son una realidad cotidiana para muchas personas alrededor del mundo. A este ritmo, se necesitarán 230 años para erradicar la pobreza; sin embargo, en tan solo 10 años, podríamos tener nuestro primer billonario”. Al mismo tiempo, el bajo crecimiento, las políticas de exclusión, la desconfianza social y la violencia han generado un círculo vicioso que refuerza la desigualdad.