Entre esta lista están Afganistán, Siria, Yemen, Ucrania, Etiopía, la República Democrática del Congo y Somalia, que está al borde de la hambruna. Además, se refirió a la prolongación de los conflictos y la inestabilidad en países como Etiopía, Myanmar y Afganistán, que han empeorado la precaria situación de sus respectivas poblaciones. De acuerdo con el Panorama Humanitario Global para 2022, la población que precisa asistencia básica vive en sixty three naciones y, sumada, equivaldría al cuarto país más poblado del mundo. El año pasado, esa cantidad se cifró en 235 millones, lo que implica un aumento de casi 17% en tan sólo 12 meses. Los niños han sido reclutados, secuestrados y sometidos a violaciones y otras formas de violencia sexual. En el caso de Venezuela, casi la totalidad de los 6,1 millones de venezolanos registrados han permanecido en países latinoamericanos (97%), sobre todo en Colombia (2,9 millones), Perú (1 millón), Ecuador (471.400) y Chile (435.800).
Segundo, la salud pública está “bajo presión” debido a la covid-19, la viruela del mono, así como otros brotes de ébola y cólera que están resurgiendo en algunos países en los que estas enfermedades se daban por erradicadas. Con respecto a la inseguridad alimentaria moderada o grave, en 2021 el 40,6% de la población regional experimentó esta situación, en comparación a un 29,3% de la población a nivel mundial. pobreza extrema mundial La inseguridad alimentaria severa también es más frecuente en la región (14,2%) que en el mundo (11,7%). Por otra parte, el efecto económico de la pandemia de covid-19, combinado con un conflicto con un impacto global en la distribución de cereales y fertilizantes, como es la guerra de Ucrania, provocó una fuerte subida de precios de carburantes y productos básicos que ha empobrecido aún más a las familias.
La contribución a los bienes públicos y su mantenimiento requieren una amplia cooperación y coordinación. Esto es essential para promover un aprendizaje generalizado y mejorar las bases de la formulación de políticas basadas en datos. También es importante para crear un sentimiento de solidaridad compartida durante las crisis y garantizar que las difíciles decisiones políticas que toman los funcionarios sean fiables y dignas de confianza.
Llevamos un año y medio trabajando en ello y hemos incluido a aquellos países que podían facilitarnos los indicadores necesarios. Es cierto que muchos son de renta media o baja, pero es que el 90% de los países del mundo lo son, así que es bastante completo”, revela Aguayo. Precisó que en más del 50% de los países que reportaron datos, no hubo una reducción estadísticamente significativa de la pobreza infantil, o el valor de la pobreza multidimensional cayó más lentamente entre los niños que entre los adultos, lo que sugiere que la pobreza infantil seguirá siendo un problema apremiante, sobre todo en materia de educación y nutrición. Estas proyecciones nos indican que dos años después del comienzo de la pandemia hemos tenido poco éxito en eliminar el aumento histórico de la pobreza causado por dicho fenómeno. Estamos transitando un camino nuevo y más difícil, y es necesario seguir trabajando para corregir el curso que nos ha impuesto la pandemia. El informe La pobreza y la prosperidad compartida (i) de 2022, que acaba de publicarse, ofrece información sobre cómo corregir el rumbo a través de políticas fiscales progresivas y favorables al crecimiento y, en el caso de aquellos países cuya capacidad fiscal se ha reducido considerablemente debido a la pandemia de COVID-19, mediante apoyo fiscal de otros países.
En todo el mundo el sistema patriarcal y la perpetuación de los roles de género fomentan desigualdades sociales, culturales y económicas que generan pobreza económica. La discriminación de las mujeres y niñas es causa y al mismo tiempo consecuencia de la desigualdad que genera dicha pobreza económica. “Hablamos de la región del mundo con la dieta saludable más costosa, lo que afecta particularmente a las poblaciones vulnerables —pequeños agricultores, mujeres rurales y poblaciones indígenas y afrodescendientes—, las cuales destinan un mayor porcentaje de ingresos a la compra de alimentos”, dijo Rossana Polastri, Directora regional del FIDA. “Para revertir esta situación, debemos promover soluciones innovadoras que diversifiquen la producción y aumenten la oferta de alimentos saludables y que mejoren el acceso de los pequeños productores a los mercados y los alimentos de calidad”.
Según el informe, la región experimentó una notoria regresión en su lucha contra la pobreza en 2020 por causa de la pandemia. En 2020, la pobreza extrema se elevó a niveles registrados 27 años atrás, mientras que la tasa de pobreza general se ubicó en un nivel comparable al de finales de la década de 2000. Cada año, millones de hogares caen en la pobreza o quedan atrapados en esta situación debido a los desastres naturales. Las temperaturas más altas ya están provocando una caída de la productividad en África y América Latina, y reducirán aún más el crecimiento económico, especialmente en las regiones más pobres del mundo.
Estos últimos datos no se basan en la escala FIES y son difíciles de comparar con los del estudio, aclara el texto. Entre 2020 y 2021, el costo de una dieta saludable aumentó en un 5,three % en la región, un incremento que se puede explicar por el aumento de la inflación alimentaria impulsado por los confinamientos, las interrupciones en la cadena de suministro mundial y la escasez de recursos humanos que se produjeron durante este período. Entre 2020 y 2022, en el contexto de la pandemia, la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años aumentó ligeramente del eight,three % al 8,6 % con un incremento mayor en Sudamérica, un aumento más leve en Mesoamérica y manteniéndose estable en el Caribe. En el año 2022, la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años fue del 9,7 % en Sudamérica, 6,7 % en Mesoamérica y 6,6 % en el Caribe. El informe Panorama 2023 indica que, pese a que se detuvo la tendencia al alza en el último periodo, los niveles de hambre en la región continúan por sobre las cifras de 2019 previo a la pandemia por COVID-19. «En 2023, la tendencia al alza en el número de personas obligadas a huir en todo el mundo no muestra signos de desaceleración», se lee además en el texto, «también a causa del estallido del conflicto en Sudán, que ha provocado nuevos éxodos, elevando el número complete de personas que huyen a una cifra estimada de 110 millones hasta el pasado mes de mayo».
“Se requiere acceso a trabajos productivos, bien remunerados y con acceso a la protección social, en explicit para las mujeres y las personas jóvenes”, apuntó. En cuanto a la situación del empleo, el análisis especificó que de los 292 millones de empleados en América Latina y el Caribe, la mitad tiene trabajos informales y un 20% vive en situación de pobreza, en tanto que el 40% tiene ingresos inferiores al salario mínimo y la mitad no cotiza en los sistemas de pensión. Al adoptarla, los Estados se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su implementación mediante alianzas centradas especialmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables. Ese es el objetivo que marcan también los ODS en un trabajo conjunto entre gobiernos, empresas, ciudadanía y organizaciones. La feminización de la pobreza, como una brecha de género más, se podrá frenar si se logra la igualdad al estar todo interconectado como decíamos anteriormente. Erradicar la pobreza económica que sufren las mujeres, -hablamos de más de la mitad de la población- es fundamental porque sin igualdad no hay desarrollo posible.
El plan también se ha visto enriquecido por las conversaciones con diversos profesionales y líderes intelectuales de gobiernos, la sociedad civil, el sector privado, el sistema de las Naciones Unidas y el personal del PNUD en todo el mundo. Asimismo, el PNUD colaborará con sus socios para promover y facilitar la cooperación mundial y regional en torno a los desafíos comunes, desde las pandemias a los conflictos o las transiciones ecológicas, a la vez que muestra el valor de las soluciones multilaterales. Durante los próximos cuatro años, el PNUD reforzará las alianzas existentes y forjará otras nuevas.
Los avances en áreas importantes, como la vacunación infantil y la igualdad de ingresos entre países, se han revertido, lo que no había ocurrido en los últimos treinta años. Si se mantiene la tendencia actual, se prevé que en 2030, la escalofriante cifra de 575 millones de personas seguirá viviendo en la pobreza extrema, y 84 millones de niños no podrán ir a la escuela. Se calcula que harán falta casi 300 años para eliminar leyes discriminatorias, acabar con el matrimonio infantil y cerrar las brechas de género en la protección jurídica. En 2022, la gravedad de la inseguridad alimentaria aguda aumentó hasta el 22,7 %, desde el 21,three pobreza en la república dominicana % en 2021, porcentaje que sigue siendo inaceptablemente elevado y pone de relieve una tendencia al aumento de la inseguridad alimentaria aguda a nivel mundial. En todo el mundo, millones de progenitores y familias tratan de proporcionar a los niños y niñas pequeños los alimentos nutritivos y variados que necesitan para desarrollar plenamente sus capacidades.
Los responsables de la FAO y el PMA coincidieron al resaltar el “trágico vínculo” entre conflicto y seguridad alimentaria y pugnaron por cambiar la óptica con que se aborda el problema. El documento detalla que en la lista de países que padecen el flagelo, 39 naciones se repiten cada año y que su población hambrienta se duplicó entre 2016 y 2021 con incrementos constantes desde 2018. Pedro Conceição, director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano, comentó que a la mitad de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se puede ver claramente que hubo un progreso constante en la reducción de la pobreza multidimensional antes de la pandemia. El PNUD ilustra el índice como una torre apilada de las privaciones interrelacionadas experimentadas por las personas pobres, con el objetivo de que se actúe para eliminar dichas carencias. Por otra parte, dice que la pobreza afecta sobre todo a las áreas rurales, con el 84% de todas las personas pobres viviendo en esas zonas. La respuesta está compuesta por una compleja combinación de factores que van desde la geografía, al cambio climático pasando por las vulnerabilidades socioeconómi…
Por ello, señaló que crecieron las desigualdades en materia de ingresos, empleo y derechos y que también se intensificó la discriminación y hostilidad hacia las mujeres, los migrantes y los refugiados. «Rechazamos la thought de que los Gobiernos no tienen fondos o medios suficientes para sacar a todas las personas del hambre y la pobreza y garantizar su salud y bienestar. Por el contrario, lo que sí vemos es una whole falta de creatividad económica y voluntad política para hacerlo», subraya Bucher. La COVID-19 ha afectado a las arcas de todos los Gobiernos, pero los desafíos económicos que deben afrontar los países en desarrollo son mayores al habérseles negado un acceso igualitario a las vacunas y al verse, ahora, obligados a aplicar medidas de austeridad.