La pobreza es un fenómeno complejo y multidimensional, que abarca privaciones en muchos aspectos del bienestar particular person y colectivo. Si bien menos de la décima parte de la población mundial se ubica por debajo de la línea de USD 1,90 al día, cerca de la cuarta parte vive con menos de USD 3,20, y más del 40 % de los habitantes del mundo (casi 3300 millones de personas) se sitúa por debajo de la línea de USD 5,50. Se prevé que en 2020 la pobreza extrema mundial aumentará por primera vez en más de 20 años como resultado de las perturbaciones ocasionadas por la pandemia de COVID-19 (coronavirus) y agravadas por las fuerzas de los conflictos y el cambio climático, que ya estaban desacelerando los avances en la reducción de la pobreza, señaló hoy el Banco Mundial. EN septiembre el gobierno de EEUU dijo que en 2011 constató 46 pepsi fundación millones de pobres, equivalente a una tasa de 15%, algo no visto desde 1965. En Europa, en tanto, previo a la disaster había 80 millones de pobres (16% de la población total), pero hace un mes la Comisión Europea alertó que otros 116 millones de personas están en riesgo de ello y que la mayoría son de ingresos medios.
Levantamos aprendizajes de estrategias para la superación de la pobreza desde las comunidades con las que trabaja SERVICIO PAÍS y los registramos en piezas audiovisuales de alta calidad que facilitan su difusión. Se delinea un plan de desarrollo native inclusivo para la localidad o barrio, en conjunto con los municipios e instituciones aliadas del territorio, a través del despliegue de experiencias asociativas que avancen hacia ese tipo de desarrollo. Los profesionales SERVICIO PAÍS llegan a la comunidad y se vinculan con grupos humanos priorizados con los que planifican el diseño, ejecución y evaluación participativa de proyectos valorados por la comunidad. Los más ricos han visto crecer sus ganancias, incluso durante los dos años de la pandemia, mientras la mayoría de la población se vio obligada a arrodillarse.
Estos tugurios abarcan una amplia gama de asentamientos de bajos ingresos, desde viviendas deterioradas en el centro de la ciudad a los asentamientos informales con viviendas, infraestructura y servicios inadecuados y hacinados, ubicados en zonas de riesgo y con distintas formas de tenencia que en muchas ciudades, son la única opción posible para los pobres urbanos. En las ciudades de América Latina y el Caribe, los pobres urbanos viven una heterogeneidad de condiciones y carencias que expresan directamente e indirectamente su vulnerabilidad económica. En nuestra región, la pobreza urbana adopta la forma de bajos ingresos vinculados a empleos precarios, falta de capital educativo y activos patrimoniales, y refleja inequidades por razones de género1. La precariedad urbana -entendida como la proporción de los hogares que no tienen cubiertas sus necesidades habitacionales, tales como la materialidad de la vivienda, acceso a servicios (agua y saneamiento) y la tenencia- afecta tanto a los hogares pobres, como también, aunque en menor grado, a los hogares que se encuentran sobre la línea de pobreza por ingresos. El proceso de urbanización ha permitido resolver algunas de las necesidades básicas de la población pero no ha podido facilitar la eliminación o substancial reducción de la pobreza. La informalización del mercado laboral debida a la incapacidad de las economías de generar suficiente empleo formal4, se considera entre las principales causas de la pobreza urbana.
Entre 1990 y 2015, el número de personas en el mundo que viven bajo la línea internacional de pobreza (menos de US$1,90 por día) disminuyó de 1.900 millones a 735 millones. Luchar por combatir la pobreza económica es el mayor reto de las sociedades desarrolladas, subdesarroladas (y maldesarrolladas). Y este combate no se logra creando guetos ni construyendo murallas, sino rompiendo el gueto y la muralla principal que es el egoísmo.
Deriva de esta perspectiva la preocupación por establecer mínimos sociales que son irrenunciables desde el punto de vista de la política pública. Estos mínimos se determinan en función de disminuir las brechas de determinados grupos de población en relación al conjunto de la sociedad. Mientras que entre las que superan el promedio nacional encontramos a Tarapacá (23,8%), Atacama (20,3%), La Araucanía (19,8%) y Los Lagos (19,7%). En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la Especialista en Políticas Sociales de UNICEF, Paula Pacheco, explicó que “la pobreza y la vulnerabilidad no son solo una privación de recursos materiales, sino también sociales, culturales y emocionales, afectando de forma significativa el bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes. Impide que puedan ejercer sus derechos, alcanzar su potencial y participar de forma plena y en igualdad de la sociedad”. Los hogares encuestados por Casen son seleccionados de manera aleatoria en viviendas incluidas dentro del marco muestral de secciones y manzanas entregado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) e incluye a hogares residentes en viviendas particulares de las comunas que son cubiertas según el diseño muestral correspondiente.
Ahora un nuevo estudio destaca cómo la desigualdad ha aumentado la mortalidad de forma desproporcionada en las comunas más pobres de la Región Metropolitana. En 2020 reportes indicaban que virus tuvo una letalidad cuatro veces mayor en Cerro Navia que en Vitacura, comunas que se diferencian principalmente por el nivel socioeconómico de sus habitantes. El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) arrojó que la pobreza en en el país trasandino ascendió en enero pasado al 57,4% de la población. El programa continúa creciendo para incorporar un módulo para el apoyo al empleo, la purple de apoyos y cuidados, y como base para apoyar el diseño de las oficinas locales para la infancia, lo que permitirá entregar una prestación integrada de servicios a los niños y sus familias.
Y así podríamos citar muchos nombres, con rostros concretos, cuyas historias escapan, la mayoría de las veces, a los números oficiales, que buscan maquillar cifras. Consideramos por lo tanto que la lucha contra la pobreza es el mayor reto que tenemos que enfrentar las sociedades en la actualidad. Un desafío para la humanidad que debe encontrar en la ética la semilla que haga surgir tanto en políticos, religiosos, economistas, y sociedad en general, una nueva manera no tanto para ver sino para escuchar el clamor y el hambre del pobre (Cortina, 2017). Respecto al empleo, el informal es un problema que afecta a la mitad de los 292 millones de trabajadores de América Latina y el Caribe. El informe indicó que el 20% de los empleados vive en pobreza, el 40% gana menos del salario mínimo y la mitad no tiene pensión.
En su informe Oxfam propone “universalizar la provisión gratuita de servicios públicos como la salud y la educación que funcionen también para las mujeres y las niñas y dejar de apoyar la privatización de los servicios públicos». La investigación añade que se trata de un problema originado por las desigualdades estructurales existentes en Chile, y “ellas van desde el acceso a la utilización de la atención médica por tipo de seguro, hasta determinantes sociales de la salud que van más allá del sistema de salud”. A más de un año de pandemia cada vez es más claro que Covid-19 agrava las inequidades en salud, explica una de las autoras, Alejandra Vives, investigadora del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus).
La encuesta Casen 2020 también constata que la pobreza sigue siendo mayor en zonas rurales (13,82%) que en zonas urbanas (10,42%). Sin embargo, en comparación a años anteriores, la pobreza rural se redujo levemente (de 16,5% en 2017) y la urbana aumentó (de 7,4% en 2017). Estas cifras podrían crear la falsa sensación de que las zonas rurales no han resentido el impacto del COVID-19, pero, en realidad, nos obligan a poner más atención en las brechas territoriales que sufren estos lugares, una deuda pendiente e invisibilizada desde hace muchos años. Con respecto a las tasas de pobreza regionales, diez de las dieciséis regiones del país superaron la tasa nacional (10,8%). Al 95% de confianza, las diferencias son estadísticamente significativas con el promedio nacional, para las regiones de Tarapacá, Metropolitana, Ñuble, Biobío, La Araucanía, Aysén y Magallanes.
Para muchas de las condiciones que caracterizan la pobreza urbana en nuestra región, la magnitud y estabilidad de los ingresos influyen tanto en forma directa como indirecta sobre las posibilidades de superar o mitigar la condición. Asimismo, el acceso seguro a la infraestructura colectiva (de agua potable, saneamiento, drenaje, calles, espacio público) también tiene relación con la capacidad de pago, y la falta de educación influye sobre ingresos a futuro. Asimismo, estudios del Banco Mundial muestran que la productividad de empresas localizadas en áreas urbanas aumenta con el tamaño de ciudad (Vidler, 1999).
Y eso incluye, cube el estudio, la atención médica, además de abordar las otras consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia, “que probablemente también afectarán a estos grupos vulnerables con mayor frecuencia e intensamente y durante períodos de tiempo pobreza cero más prolongados”. Los resultados revelan una fuerte asociación entre el nivel socioecónómico y la mortalidad en períodos pre pandémicos y pandémicos, aunque esa asociación, destaca el estudio, fue más fuerte en 2020. Somos un centro de investigación y acción, que busca
Si bien las bases de datos de la Encuesta Casen incluyen la variable comuna y un issue de expansión comunal (que permite realizar inferencia estadística a este nivel), sólo en algunos años su diseño muestral ha considerado a las comunas como dominio de representación y ha establecido objetivos de precisión para las estimaciones producidas en esta escala. Erradicar la pobreza para 2030 es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, pero su propio informe de julio indica que para ese plazo todavía el 6% de la población mundial vivirá bajo la línea de pobreza. Pero, incluso antes de la disaster, el progreso en esta materia se estaba desacelerando, según el banco, ya que entre 2015 y 2017 un complete de fifty two millones de personas salieron de la pobreza en el mundo, lo que equivale a una reducción de menos de medio punto porcentual en dos años, la mitad del ritmo promedio entre 1990 y 2015. La CEPAL instó a los países a impulsar un crecimiento económico alto y sostenido, con políticas que promuevan la inclusión laboral y la protección social.
Si no se articulan políticas de salud con las de educación a corto plazo, alerta la Cepal, puede traer serias consecuencias en las trayectorias educacionales y laborales de estos jóvenes, adolescentes y niños. “No es momento para cambios graduales, sino para políticas transformadoras y ambiciosas”, sostuvo este jueves José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL. “Se requieren esfuerzos intersectoriales de política pública que vinculen la oferta educativa con la salud, el trabajo y la protección social, y que permitan asentar mecanismos para garantizar un nivel de bienestar e ingresos en una era de volatilidad e incertidumbre”, agregó.