Asimismo, hay que resaltar que el MLP tiene una clara inclinación por la dimensión económica, específicamente por el aspecto monetario, para determinar quién es pobre y quién no (Reddy y Pogge, 2010). Entonces, como los consumidores son idénticos y todos buscan maximizar su bienestar de la misma manera, el ingreso monetario corriente establece el grado de alcance de las personas para consumir o no. Podemos decir que el método tiene claras influencias microeconómicas que se relacionan con la conducta del consumidor y sus expectativas hacia el futuro sobre sus niveles de ingreso y, con base en ellos, decidir cómo y cuánto consumir.
Esto trae consigo que mientras la libertad o las oportunidades de un individuo o grupo de individuos, para lograr el nivel de bienestar mínimo esperado, se vean mermadas, su capacidad para alcanzar los funcionamientos elegidos disminuye, con ello, aumenta la privación para la satisfacción de necesidades, y por ende, este o estos individuos serán pobres. Esto significa que en 1987, un 17 por ciento de los habitantes de este país estaba imposibilitado de adquirir los alimentos necesarios para alimentarse satisfactoriamente y caía en la categoría de indigentes. Un forty four,four por ciento de la población complete pepsi fundación se encontraba en situación de no poder satisfacer el conjunto de necesidades básicas, siendo, por esta razón, calificada de pobre. Predominan tres enfoques para establecer el nivel de pobreza de una nación, los que son utilizados por organismos internacionales y diversos países. De acuerdo con los resultados dados a conocer este jueves, la baja en la pobreza por ingresos se explica tanto por el aumento de los ingresos laborales y los autónomos (que no tienen que ver con el trabajo), así como por los diversos subsidios que ha entregado el Estado a los hogares de menores ingresos desde la pandemia en adelante.
«La pobreza es una totalidad que requiere también de políticas globales para ser ejecutada». La pobreza se reproduce en las familias más pobres, tanto en el nivel cuantitativo como cualitativo. Los hijos de los más pobres tienen menos posibilidades relativas de acceder a los bienes y servicios de que dispone y dispondrá la sociedad. Esta situación dramática se explica por la reducción de las remuneraciones reales, producto de sucesivas crisis económicas en décadas pasadas, de altas tasas de desempleo que duplicaron y hasta triplicaron los niveles históricos y por la sistemática reducción del gasto social, especialmente en salud, asistencial social y educación.
Dicho de otra manera, se debe buscar potenciar la utilización y el consumo de alimentos bajo la premisa de que estos representan una parte vital de las oportunidades de desarrollo de las personas. Es por ello que la utilización de programas y políticas, así como la difusión de entornos y hábitos alimentarios saludables que conduzcan al consumo de alimentos a la potenciación de los niveles de nutrición y aprovechamiento de las personas, es un aspecto clave en el combate a la pobreza alimentaria y la seguridad alimentaria y nutricional21. Entonces, permite la medición de la carencia de ingreso monetario para la satisfacción de las necesidades mínimas de alimentación y de bienestar en general, además de acceso a derechos como la vivienda y sus servicios, educación, salud y el grado de cohesión social (CONEVAL, 2009). Asimismo, responde a los requerimientos de la Ley General de Desarrollo Social (LGDS) para operacionalizar los derechos de las personas y garantizar el acceso al desarrollo social 14(ibíd.).
Por eso, asegura, las encuestas longitudinales (que miran las trayectorias de los individuos a través del tiempo) dicen más que las encuestas que sacan “una foto”, como la Casen. “Si al momento de la foto había más pega en la casa, saltaste dos o tres deciles arriba de la línea. El NIB actualmente se utiliza de manera alternativa a otras mediciones de pobreza, y también se combina con el de Líneas de Pobreza para constituirse como la base analítica del Método Integrado de Medición pobreza absoluta ejemplos de la Pobreza (MIP), que es una propuesta generada a raíz de la investigación de Katzman (1989), aunque fue desarrollada también por Beccaria y Minujin (2000), así como por Boltvinik. Sin embargo, la combinación de ambos métodos en ocasiones genera una poco consistente estimación de las necesidades que no son satisfechas por el ingreso, así como de aquellas cuya satisfacción no depende exclusivamente del ingreso corriente del individuo o su familia (Boltvinik, 2000).
Por lo cual, en el contexto actual, sostenemos que vislumbrar a la pobreza en las tres dimensiones anteriormente analizadas permitirá un mayor entendimiento de las causas del problema, y con ello también se favorecerá la visualización de sus posibles soluciones. El presente artículo ha intentado vincular a la pobreza alimentaria con tres dimensiones. La primera de ellas ésta referida al ingreso; la segunda, a la seguridad alimentaria; y la tercera, a la calidad de los alimentos. De esta manera, desde nuestra perspectiva, una persona debería ser considerada como pobre alimentariamente cuando se articulan las tres dimensiones citadas. Ciertamente, la pobreza alimentaria ha sido relacionada a nivel endógeno con aspectos educativos, el tipo de vivienda, los servicios de salud, y los tipos de empleo; aspectos que tratan de ilustrar las limitaciones del desarrollo humano que viven las familias.
Para Emmanuel Barozet, “el tamaño de la debacle social y económica podría empujar a un cambio de las reglas del juego, pues la crisis actual desafía todas nuestras concepciones de lo que es la política sanitaria y social. Incluso los grupos de clase media que no se sentían vulnerables pueden serlo hoy o mañana”. Para Ramón López, académico e investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, la vulnerabilidad de estos sectores se ha desarrollado gradualmente a través de los últimos 30 años y “fundamentalmente por la falta de equilibrio entre los bienes de mercado, que sí crecieron bastante, y los bienes públicos y sociales, que no crecieron a la misma tasa”. La crisis generada por la pandemia se agrava, sostiene, al coincidir con los resultados acumulativos de esa vulnerabilidad. Para la socióloga Emmanuelle Barozet, académica e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales (Facso) de la Universidad de Chile, la pobreza va a crecer a costa de grupos que considerábamos “de clase media” sin que realmente lo fueran. Desde medidas sociológicas basadas en la ocupación, explica, “la clase media es un grupo consolidado, con contratos estables, profesiones calificadas y mayor capacidad de resistir shocks económicos como el que vivimos”.
El documento es el primero en evaluar el bienestar infantil en 41 países de la Ocde y la Unión Europea, todos de ingresos altos, en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acordados en 2015 por los Estados de la ONU, para que el desarrollo sea equitativo y sostenible social, económica y ambientalmente. Una de las primeras encuestas longitudinales que se aplicaron en Chile la realizó entre 1996 y 2006 la Fundación Superación de la Pobreza (FSP). Su asesor de políticas públicas, Leonardo Moreno, cuenta que descubrieron que “si bien Chile tiene unas tasas de pobreza por ingreso bajas, la cantidad de personas que vive el fenómeno de esa pobreza es extremadamente elevada.
Ahora si visualizamos esto a través de cómo se reconfiguran las regiones de pobreza es posible observar como la convergencia media para una tendencia en la homogeneización de las condiciones de pobreza en el DF respecto de los parámetros de pobreza de la delegación Benito Juárez. Pero que serán levemente heterogéneos respecto de los niveles entre las delegaciones como puede constatarse en el cuadro four. De acuerdo con Hernández Laos, conviene señalar que en el presente, los métodos a los que más recurren los investigadores para analizar la pobreza con base en los hogares son el NBI, LP y MMIP. Donde, el empleado para la medición de la pobreza en territorios particulares es el de ESNBI.
De lo contrario, de nada serviría contar con mejores herramientas de medición, si estas a la par no se ven acompañadas de mejores prácticas dentro de la administración pública. A pesar de que metodológicamente es posible estar o no de acuerdo con los supuestos del MLP, el debate central sobre este se ha orientado hacia la discusión sobre la fijación de la línea o piso mínimo de bienestar. Por ejemplo, el estándar del Banco Mundial (BM) de un dólar y dos dólares al día para clasificar a quien es pobre y quien no, ha sido sumamente criticado.
Con base en lo anterior, el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) provee una mirada acerca de qué tipo de necesidades deberían ser cubiertas en una sociedad en determinado tiempo y contexto. El objetivo de este método es transformar un espacio de representación P en un nuevo espacio P’, en el cual los datos estén incorrelados, llamados componentes principales. Estas nuevas variables son combinaciones lineales de las variables originales y se derivan en orden decreciente de importancia, de manera que la primera componente principal explique tanta variación en los datos originales como sea posible.
En cuanto a eficiencia, la Comisión estima que «es necesario extraer el máximo de posibilidades de los recursos humanos y materiales en la acción del Estado contra la pobreza». En relación con la salud, la Comisión presentó ocho proposiciones, que no voy a relatar por lo extenso de las mismas. Una segunda conclusión o línea de trabajo indica que la educación es un medio instrumental para acceder al mundo del trabajo con una mejor calificación. Por ello, concluimos que la orientación de la educación debe se reordenada de acuerdo con las exigencias previsibles en lo futuro. El capítulo III del informe de la Comisión se refiere a las consecuencias de la pobreza. Sin duda, dados los incrementos en las remuneraciones reales, en el ingreso mínimo y en el empleo es razonable suponer que la situación social ha tenido un mejoramiento, entre 1987 y 1990.