Diez Claves Sobre La Desigualdad En El Trabajo

«Llega un cierto punto en el desarrollo de un país en que se hace más difícil bajar la desigualdad». «La tendencia es una mejoría en la región porque han aumentado relativamente los ingresos de los sectores más pobres», le cube a BBC Mundo Laís Abramo, directora de División Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El caso de El Salvador es paradójico y sirve para ejemplificar por qué en ocasiones la disminución de la desigualdad no es una señal de que el país en su conjunto está mejor.

Las estadísticas sobre las tasas de participación en la fuerza de trabajo general enmascaran desigualdades considerables en relación con los tipos de trabajo que las mujeres y los hombres emprenden y los riesgos económicos que afectan a algunas categorías de trabajadores. Por ejemplo, desde finales de la década de 1970, la desigualdad de los ingresos ha vuelto a los altos valores que tenía hace un siglo en las economías avanzadas de habla inglesa, aunque no aumentó tanto en los países de Europa continental. El cambio climático no deja indemne a nadie ni a ninguna economía, y podría obligar a 216 millones de personas a migrar dentro de sus propios países para 2050. Además, posiblemente aumentará el estrés hídrico y disminuirá el rendimiento de los cultivos, especialmente en las regiones con mayor inseguridad alimentaria. Los sistemas agroalimentarios son también responsables de un tercio de todas las emisiones. Otra medida es “trabajar sobre los sistemas impositivos” para hacerlos más progresivos.

desigualdad en el mundo ejemplos

Oxfam Intermón alertaba, en una nota de prensa en 2016, de la gravedad en materia de desigualdad social debido a la disparidad de ingresos entre unos grupos privilegiados de la población y la gran mayoría de esta. La distinción de clases se puede ver, por ejemplo, en el trato de la sociedad hacia los pueblos originarios y las poblaciones indígenas. Esto genera una desigualdad social que se manifiesta en la pertenencia de estos grupos a los estratos sociales más pobres, lo que conlleva las dificultades propias de esta condición. Si bien las legislaciones han tendido a romper con la desigualdad de forma progresiva, y aunque en distintos lugares del mundo se haya garantizado al igualdad de derechos para todas las personas, aún sigue existiendo un desigual acceso a los recursos y a los espacios de poder.

Abordar esta desigualdad es esencial para construir una sociedad más equitativa y brindar igualdad de oportunidades a todos los estudiantes. La desigualdad de género afecta sobre todo a la mujer, que puede enfrentarse a diversas situaciones de desigualdad a lo largo de su vida. Una de las más comunes es la desigualdad en los ingresos, incluso cuando desempeña el mismo cargo que un hombre. La desigualdad educativa está relacionada con las diferencias en el acceso a la educación.

Para acabar con ellas es preciso fomentar modelos económicos inclusivos que tengan en cuenta a las poblaciones desfavorecidas o excluidas. Alrededor de seven hundred millones de personas viven con menos de USD 2,15 al día (la línea de pobreza extrema). La pobreza extrema sigue concentrada en partes de África subsahariana, zonas frágiles y afectadas por conflictos, y áreas rurales. Desde 1990 la mortalidad materna en el mundo se ha reducido en un 45%, lo que supone un logro muy importante. A pesar de ello, casi 800 mujeres siguen muriendo cada día por causas relacionadas con los embarazos o los partos, es decir, aproximadamente una mujer cada dos minutos. «Chile y Colombia son sistemas fiscales que redistribuyen poco. No tiene que ver con los gobiernos. Es una característica estructural de esos dos países», argumenta López-Calva.

Para él, la clave de todo el experimento es que puso de relieve que la ciencia económica y las políticas públicas deberían evaluar si realmente hay que poner en marcha mecanismos que reduzcan las desigualdades en esa segunda forma –espacial– de desigualdad. La desigualdad de género persiste en todo el mundo, pero es un desafío que puede superarse con esfuerzos colectivos. Al promover la igualdad de género, no solo estamos trabajando hacia un mundo más justo, sino también hacia un mundo más próspero y enriquecedor para todos.

La recuperación económica dispar provocó que la desigualdad entre los países aumentara por primera vez en el transcurso de una generación. Y nuevos datos indican que la desigualdad dentro de los países quizás también ha empeorado. Encuestas realizadas en 2021 revelaron que los hogares más pobres perdieron sus ingresos y empleos a tasas ligeramente más altas que los hogares más ricos, una tendencia que contribuye a agravar la pobreza y la desigualdad en todo el mundo. Las normas que potencian la desigualdad por razón de género no solo influyen en la posibilidad de que una mujer se incorpore o no a la fuerza de trabajo, además podrían dictar a qué tipos de trabajo puede optar, determinar el monto de su remuneración e impedir su progreso en el lugar de trabajo. Los países cuyas normas priorizan el empleo de los hombres frente al de las mujeres presentan las desigualdades de género más marcadas en la población ocupada. Las plataformas locales de trabajo esporádico desempeñan una función vital en los mercados de trabajo locales, pero enfrentan dificultades a la hora de establecer un modelo de negocio viable.

Otro de los hallazgos del informe se refiere al hecho de que las desigualdades concentran la influencia política entre quienes tienen mejores condiciones de vida, lo que tiende a preservar e, incluso, agrandar las diferencias. Más de dos tercios de la población mundial vive en países dónde la desigualdad ha crecido. Aunque América Latina es una región con los niveles de desigualdad más altos, desde los años 90 desigualdad en el neoliberalismo ha conseguido rebajarla en muchos lugares. La mala noticia es que está volviendo a subir en algunas naciones que la habían visto decaer en años recientes, tales como Argentina, Brasil y México. Además, las diferencias económicas y sociales aumentan la inestabilidad política y erosionan la confianza en los gobiernos, cada vez más influenciados por los más afortunados.

La thought es que las familias, particularmente las mujeres, son un vehículo para llegar a los niños y las niñas, a quienes se dirige el programa. Los beneficiarios se seleccionan a través de programas de cómputo de acuerdo con la información sobre sus ingresos y niveles de vida. Las transferencias monetarias son utilizadas en el mercado para la compra de alimentos. Aunque en los últimos años se registraron algunas mejoras en la distribución del ingreso, relacionadas sobre todo con las remesas y la diversificación de actividades en el medio rural, la situación sigue siendo crítica. La desigualdad en México es un fenómeno complejo y multifuncional, que se relaciona y se retroalimenta con la discriminación ética, de género y de lugar de residencia.

Al mirar la tendencia por países, la investigadora explica que algunos han logrado reducir más la pobreza y la desigualdad porque inicialmente tenían núcleos duros familias con grandes desventajas. En el caso de Bolivia también se dio una disminución de la desigualdad por una caída en el mercado laboral, y no tanto por la redistribución de ingresos, pese a que sí hubo. Puedes unirte a Oxfam Intermón y aunar tu voz para que los grupos políticos escuchen que la ciudadanía española quiere poner fin a las desigualdades que se viven en nuestro país y en el mundo. Según datos del informe Infancia Pobreza y Crisis Económica, de la colección de estudios sociales de “la Caixa”, que evalúa la huella de esta situación en la calidad de vida de la población infantil… En muchos países del mundo, la privatización de servicios públicos ha pasado de ser una opción de gestión a convertirse en un obstáculo para el cumplimiento de derechos fundamentales de la población.

Los ejemplos de problemas éticos surgen de un hecho o evento en el que se suscita una situación que puede ser posible tanto de manera real como hipotética, y es conflictiva en el ámbito ethical. Estrategias como el aumento de la financiación de escuelas en áreas desfavorecidas y la promoción de la diversidad en el private docente son ejemplos de enfoques efectivos. Es decir que toda la industria del transporte y ese poder económico y político que antes se repartía entre miles de personas pasaría a las manos de una sola corporación. Pero si dentro de 30 años todos los vehículos son autónomos y carecen de choferes, su control dependería de un algoritmo controlado por una empresa. Si se organizan a través de sindicatos, pueden convocar huelgas cuando el gobierno haga algo que vaya en contra de sus intereses y bloquear el sistema de transporte por completo. Juntos, estos dos procesos podrían resultar en la división de la humanidad entre una clase muy reducida de superhumanos y otra subclase masiva de personas «inútiles».

Del mismo modo, es necesario promover prácticas contra la corrupción y la falta de transparencia. Dicho de otro modo, mientras muchos sufren con las autoridades, otros viven al margen de estas en total y completa impunidad. El coeficiente se distribuye en el intervalo comprendido entre 0 y 1, siendo 0 equivalente a “máxima igualdad” y 1 a “máxima desigualdad”, ambos referidos desigualdad en los ingresos a ingresos salariales. De este modo, se puede interpretar que los países cuyos valores estén próximos a 1 son naciones en que hay una mayor desigualdad salarial respecto a las naciones más cercanas a 0. La relevancia de la informalidad laboral es otro signo de desigualdad en tanto representa una carencia o falta de cobertura por parte de la legislación en materia de trabajo.

Algunas de las contribuciones de los autores analizados pueden ser útiles para establecer una terminología más precisa sobre las desigualdades en salud. Se trata aquí de proponer un marco semántico común, paso inicial para una formulación teórica consistente y rigurosa, imprescindible para viabilizar mejores prácticas de investigación sobre el tema. La primera mujer presidenta de Norteamérica llevará sobre sus hombros una responsabilidad inmensa, pero también un poder transformador incomparable. Su liderazgo tiene el potencial de romper barreras, redefinir normas y establecer un nuevo capítulo en la lucha por la igualdad de género. Al abrazar esta oportunidad con determinación y visión, no solo cambiará el rumbo de una nación, sino que encenderá la llama del cambio en todo el mundo. El legado de ser la primera mujer presidenta de Norteamérica irá más allá de los logros políticos y económicos.

En este marco, el presente artículo repasa, a partir de diversos datos y estadísticas, la historia reciente de la desigualdad en México y el modo en que ha evolucionado la estructura de ingresos de las familias. Más adelante, se vincula la desigualdad con las diferencias de género, étnicas, de raza y lugar de residencia, de modo de relacionarla con la discriminación. En tercer lugar, se analizan las políticas sociales implementadas para enfrentar la desigualdad, desde los intentos de creación de un Estado de Bienestar hasta los más recientes programas de transferencia de renta. Finalmente, se plantea la universalidad como condición necesaria para el ataque a los problemas de desigualdad y pobreza en México.