Desiguales Orígenes, Cambios Y Desafíos De La Brecha Social En Chile Publicaciones Pnud

Por tanto, la sociedad tiene responsabilidad en que todos tengan una vida digna. El origen social es sin duda uno de los factores que ejerce mayor influencia sobre el medio estudiantil de las zonas investigadas. Esto se presenta claramente en los casos estudiados pues, como se mostró, los colegios de clase social inferior, es decir, con apoderados de bajo capital humano, en donde el ingreso promedio familiar es muy bajo, y además donde existe mucha vulnerabilidad escolar, existe gran probabilidad de obtener resultados deficientes. La desigualdad en el acceso a oportunidades de algunos segmentos de la población, entre los que destacan los jóvenes, permanece como una deuda de la democracia chilena. Uno de los espacios sociales en donde se evidencia con mayor fuerza la diferenciación social y el desigual ejercicio de derechos es en la educación primaria y secundaria. Los jóvenes chilenos, según la prueba PISA 2009, exhiben una de las mayores tasas de desigualdad educativa en América Latina.

desigualdad y exclusion

Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos. El contexto sociopolítico de los procesos de exclusión social. En J.F. Tezanos (ed.), Tendencias en desigualdad y exclusión social. La exclusión social es un fenómeno presente desde la conformación de las sociedades; sin embargo, no existe mucha claridad con respecto a lo que se quiere decir al hablar de ella.

La que más rechazo provoca en la población es la disparidad en el trato y dignidad que, por ejemplo, se materializa en la atención de salud. La sociedad se fragmenta en grupos sociales que viven como si habitaran en naciones de nivel de desarrollo opuesto. Así, hay personas que son denigradas y discriminadas, en tanto otras desarrollan una actitud de superioridad fundada en la posesión de cargos o tenencia de dinero. Adicionalmente, si bien los resultados dejan claro que el análisis de los resultados educacionales en virtud de la clase social es importante, la perspectiva de género agrega elementos esenciales para la comprensión de este fenómeno. Al respecto, las niñas obtienen resultados entre three desigualdad tipos y 6 puntos más bajos que los niños en las prueba SIMCE matemática (Gráfico 2). Además, la variación máxima alcanzada en los cuatro años medidos por este trabajo, para niños fue de 9 puntos, mientras que para niñas solo alcanzó los 5 puntos, lo que demuestra la diferenciación por género que opera en la realidad educativa de las zonas investigadas.

La inequidad en el sistema de salud y educación agudiza estas divisiones, perpetuando ciclos de pobreza y marginación. Reconocer estos rostros de la exclusión es el primer paso para implementar políticas inclusivas que atiendan las necesidades de todos los sectores de la población. El acceso limitado a educación de calidad y a empleos bien remunerados perpetúa ciclos de pobreza, impidiendo que amplios segmentos de la sociedad se beneficien del progreso económico. Abordar efectivamente la exclusión social en Chile implica replantear los mecanismos de redistribución y asegurar que el crecimiento económico se traduzca en mejoras concretas para todos los chilenos, cerrando la brecha entre ricos y pobres. La exclusión social es un fenómeno complejo que ha marcado profundamente la historia de Chile, influenciando tanto el desarrollo socioeconómico como los movimientos sociales del país.

En las comunas investigadas, la expansión de las oportunidades educacionales y el aumento de la cobertura educacional ha sido desarrollada de un modo diferencial para pobres, ricos, vulnerables, no vulnerables, sujetos con una gran herencia cultural, sujetos que poseen una herencia familiar deficiente, mujeres y hombres. Se ha hecho patente a lo largo de estos cuatro años la perpetuación de la desigualdad de los privilegios educativos para ciertos segmentos de la sociedad. No queda duda por lo tanto que, tal como planteó Bourdieu, la escuela tiende a reproducir la desigualdad anteriormente generada a partir de la diferenciación de posesión de capitales económicos y culturales, potenciando a los/ las que están mejor dotados por privilegios sociales, y manteniendo la desaprobación a los/las que tuvieron peor suerte.

Los rendimientos escolares que mide cada año el SIMCE, muestran resultados que se diferencian en función de diversos atributos sociales. La mayor parte de los estudios referidos a este tema, evidencian resultados estructurados en función de la clase social. La presente investigación amplía el análisis de clase a una forma adicional de estratificación social, como el género, pues ambas categorías poseen un impacto en las competencias y habilidades educacionales de los estudiantes que se encuentran ya incluidos formalmente al campo educativo. Se concluye que, en las localidades investigadas, se ha perpetuado la desigualdad de los privilegios educativos en virtud de estas dos variables, operando de este modo un sistema educacional en el cual se discrimina negativamente principalmente a niñas en mayores condiciones de vulnerabilidad social. Con todo, este trabajo evidencia el sistema educativo como una institución que reproduce las diferencias sociales de género y clase que se extienden desde los contextos familiares y culturales anteriores a la trayectoria educativa de cada niña y niño. Por lo tanto, se cree relevante que para el estudio de este fenómeno se haya puesto atención no solamente a los resultados educacionales finales, sino a las condiciones sociales de posibilidad que anteceden a la producción de tales rendimientos escolares.

La construcción de alianzas con diversos actores, no es una tarea fácil, pero siempre deja buenos resultados; en los territorios, fortalece procesos participativos desde lo local, ayuda a abrir diálogos y entender dinámicas que a veces no son tan evidentes en los territorios. Se trata de identificar estos procesos que salen de lo que está establecido en las sociedades, se trata de incorporar cualquier variación sobre la normalidad, de considerar toda postura y cosmovisión como regular. Este  es un proceso sumamente positivo de la individualidad, sobre el convencimiento en la diversidad, pero tiene lugares oscuros como el énfasis de la libertad frente a la comunidad. Una condición necesaria para que se produzcan efectos duraderos en el tiempo es el tránsito a una cultura de respeto por la persona, por la igualdad de dignidad y respeto, y por los valores de justicia y solidaridad social.

Incluso los países más equitativos exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un considerable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Aproximación al concepto de exclusión social [Ponencia]. Todo lo anterior sugiere que, si se quiere construir un país más igualitario, la reforma a la justicia civil no puede desatenderse. Por el contrario, contar con mecanismos que sean accesibles y adecuados para la gestión de la conflictividad civil de una sociedad, es desigualdad social y medio ambiente algo que cualquier gobierno interesado en preservar un Estado democrático de derecho debiese priorizar. La situación actual en el país es compleja, no solo en el ámbito económico y político, en definitiva, tendrá un peso importante, permitirá delinear las oportunidades del trabajo que hace Rimisp, así como prioridades de trabajo en donde concentrar esfuerzos. El trabajo en alianza permite una construcción de propuestas desde las bases, lo que nos lleva también a colocar una agenda entre tomadores de decisión en materia de políticas, promoviendo un enfoque de toma de decisiones de “bottom-up”, en donde se considera el territorio de manera integral”.

Por lo que se siente muy motivada por trabajar en pos de la equidad territorial en América Latina, ya que, señala “vivimos en una región marcada por la desigualdad y la exclusión en la población, siendo más difícil en los territorios rurales y pese a los esfuerzos gubernamentales, la situación persiste”. Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación. Una de las conclusiones es que ella opera vía mecanismos más indirectos de lo que se creía.

Por lo tanto, el presente estudio sobre desigualdad social al inside de la escuela chilena comprende que este fenómeno social puede ser analizado más comprehensivamente si se parte de un análisis cruzado de distintas jerarquías de estratificación social. En este trabajo se ve que ambos ejes de estratificación, clase y género, se entrelazan, canalizan y determinan la desigual distribución de recursos sociales en el campo educacional (Mora 2009). Este estudio aborda el desempeño escolar SIMCE para años y localidades específicas, evidenciando la vinculación del rendimiento con recursos materiales y con el género, dado que en el bajo rendimiento de sectores más pobres, las niñas obtienen resultados más bajos que los niños de la misma clase social. Sin embargo, existen casos en que las niñas de clase más acomodada exhiben mejores rendimientos que niños del mismo segmento social (y que niños de segmentos sociales bajo). Argumentamos, por ende, que el peso de la clase interviene en el peso del género, lo que de paso resta relevancia a las premisas que asumen que existen ciertas inclinaciones académicas y capacidades cognitivas para cada género, ignorando su carácter social. En este contexto, creo que la exclusión y la desigualdad que experimentan las personas en el sistema de justicia civil son razones suficientemente fuertes como para reactivar la reforma y hacerlo en serio.

Para ello se examinaron los resultados en la prueba de matemáticas de niños y niñas de cuarto año básico de los colegios de dependencia administrativa municipal y particular-subvencionada de las comunas Longaví y Parral de la Séptima Región del Maule, y de las comunas Talcahuano y Tomé de la Octava Región del Biobío, entre el año 2005 y 2008. En nuestro país se han llevado a cabo dos de estos estudios, en 2015 y en 2020, y una comparación de sus resultados nos permite sacar algunas conclusiones importantes. Por ejemplo, la prevalencia de las necesidades jurídicas es alta en ambos estudios, reportándose entre 43% y 46% en 2015, y en 76% para el 2020. Es decir, la necesidad del sistema de justicia civil es considerablemente alto. Equidad de género, es sin duda otro gran eje de trabajo que no se puede dejar de lado, la inclusión de las mujeres en actividades económicas y remuneradas, el generar oportunidades, es parte del crecimiento económico de un territorio, región y país. Es una agenda en la cual se debe seguir avanzando.

Son ellas quienes congregan mayores proporciones de resultados académicos deficientes. Como se mencionó, en los niveles más altos de clase social no queda clara tal tendencia, pues existen algunos casos en donde niñas superan a los niños en sus resultados. La noción de la escuela moderna inspirada en principios democráticos e inclusivos, en virtud de la cual se promueve una forma de logros meritocráticos producto de aptitudes individuales, se desmorona por efecto de la estrecha relación existente entre resultados y privilegios hereditarios familiares. Al inside de la escuela, la probabilidad de que todos los/las estudiantes comprendan la enseñanza de igual modo es escasa, como consecuencia de la mediación de patrones culturales y sociales que inciden en la capacidad de entendimiento de los estudiantes. Yuritzin Flores Puig, la nueva Directora de Rimisp para México es Doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, especialista en políticas públicas, seguridad alimentaria, agricultura familiar, igualdad de género, desarrollo territorial y sistemas agroalimentarios.

La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas como injustas en sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. De este modo, lo que el modelo propuesto muestra, es que las niñas que obtienen puntajes iguales o peores que los niños poseen un origen social bajo, el que es definido por deficientes niveles de remuneración familiar, baja educación escolar de los padres, y bajas subvenciones para sus colegios por parte del ministerio y las municipalidades. Esta tendencia se revierte a medida que se asciende en las categorías de clase social, pues en esos casos los resultados de ambos géneros se equiparan simétricamente.