Desigualdad Social Y Cambios En Las Expectativas De Participación Política De Los Estudiantes En Chile

Un 50% de los padres chilenos esperan que sus hijos de 15 años estudien en áreas STEM versus un 18% para sus hijas. Por lo demás, a nivel escolar, las pruebas PISA muestran una marcada diferencia en matemáticas con un mucho mejor desempeño masculino. A continuación esta sección analiza la pobreza en Chile, un fenómeno complejo de definir y medir, entendido como una condición privativa, en la cual las personas carecen de recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas como vivienda, alimentación, vestuario o salud. Además, es un término asociado a otros fenómenos negativos, como la desigualdad y la falta de oportunidades, afectando el bienestar de la población (Ministerio de Desarrollo Social, 2011). En la literatura económica, desde hace décadas, existe consenso en que un país o territorio no debe ser evaluado únicamente por sus indicadores económicos de productividad, sino que también por su capacidad para reducir la pobreza y la desigualdad, ambos conceptos entendidos como males para una sociedad (Gasparini et al., 2014).

La pobreza multidimensional en 2015 se vio afectada principalmente de las dimensiones trabajo y seguridad social y educación (31,1 y 25,8% respectivamente). Parte del debate público, sin embargo, argumenta que la desigualdad es un producto inevitable del libre mercado, el desarrollo tecnológico, y de la globalización. Se dice (o al menos se asume) que no hay nada que los países puedan hacer para domar las fuerzas del mercado y que cualquier intento de regular desigualdad en los ingresos el grado de desigualdad tendrá efectos negativos ineludibles sobre el crecimiento económico. Así, lo que hoy se observa en los datos sería una consecuencia inevitable de los tiempos modernos.

El economista británico Paul Collier, en El futuro del capitalismo, señala que el deterioro de las identidades nacionales también contribuyó al crecimiento de la desigualdad. Para el autor, el éxito de la socialdemocracia de posguerra —que estima como un modelo perfect de Estado ético e igualitarista— se debió a un extraordinario alcance en las obligaciones mutuas asumidas por los ciudadanos. Durante las primeras décadas de la posguerra, por ejemplo, los ricos cumplieron con unas tasas impositivas superiores al 80%. La desaceleración del crecimiento y el aumento de la inequidad en varios países, a lo largo y ancho del globo, ponen otra vez al capitalismo ante un cuestionamiento profundo. ¿Las tensiones que atraviesan hoy a nuestras sociedades tendrán como resultado una nueva vuelta de timón en la historia del capitalismo?

Muchos países han demostrado que ambas, calidad y equidad de la educación, pueden mejorar significativamente”. Se necesitan reformas específicas para abordar determinados cuellos de botella y poder impulsar el crecimiento de la productividad, que ha disminuido durante décadas. Lo anterior incluye la reducción de las barreras normativas, el fomento de la adopción de tecnologías, la promoción de la competencia, la mejora de las capacidades de gestión, y el aumento de la participación femenina en la fuerza laboral y de la calidad de los empleos.

La semana pasada se dieron a conocer los resultados de la encuesta CASEN 2015 y en materia de desigualdad prácticamente no se ven avances. Entre la medición del 2013 y el 2015, el coeficiente de Gini para medir la desigualdad, pasó de 0,504 a 0,495. Para tener una referencia, en Estados Unidos, sociedad capitalista ícono, el Gini es 0,411. De hecho, con nuestro nuevo Gini, Chile sigue siendo el país más desigual de la OCDE y parte de los 20 más desiguales a nivel mundial. 10.3 Garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de resultados, incluso eliminando las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y promoviendo legislaciones, políticas y medidas adecuadas a ese respecto. Las desigualdades también están aumentando para las poblaciones vulnerables en países con sistemas sanitarios más deficientes y en países que se enfrentan a crisis humanitarias existentes.

Los resultados 2017 (seis dimensiones) muestran que las regiones con mayor IDERE son La Metropolitana y Magallanes, mientras que los peores resultados los presenta La Araucanía y el Maule, sin embargo, son de las regiones con mayor progreso durante el período evaluado. Al parecer se cumple el principio de convergencia, ya que algunas de las regiones con menor índice, son de las que más mejoran, mientras que las de mayor desarrollo tienen un progreso más lento (Metropolitana, Antofagasta, Valparaíso y Magallanes). La excepción a este comportamiento ha sido Arica y Parinacota, que a pesar de su relativamente bajo IDERE, ha experimentado menor evolución en el período analizado. Esta sección busca contextualizar el trabajo, dando una mirada global al país de estudio, Chile, presentando algunas de sus principales características sociodemográficas, contando un poco de su historia política y su evolución a nivel económico.

Como forma de determinar la relación causal entre las variables, se llevó a cabo una prueba de Granger, cuyos resultados muestran la relación causal entre la desigualdad y las transferencias corrientes que efectúa el Estado (ver Tabla 6). Los siguientes modelos se construyen con la base de datos reducida, buscando con ello evidenciar dos períodos temporales distintos (ver Tabla 3). Con el primero se quiere analizar un período de homogeneidad y estabilidad, tomando en consideración una tendencia política uniforme. Para ello, se utilizará como muestra la etapa correspondiente a los gobiernos de centro-izquierda. Con el segundo, se intenta analizar un intervalo temporal que contenga diferentes matices políticos, por lo que se toma los años entre 2010 y 2017 debido a la transición política evidenciada en este período. En la misma línea, Li y Zou (1998), utilizando datos filtrados de la muestra de Deininger y Squire (1996), junto con los de Barro y Lee (1994) además de los de Nehru (1995) determinan que el coeficiente de regresión para la variable desigualdad medida por el Coeficiente de Gini resultó positivo.

El país procura lograr un crecimiento más rápido, más ecológico y más inclusivo, y las reformas en los ámbitos de la productividad, la tecnología, la competencia y el desarrollo del capital humano son cruciales para lograr este objetivo. «En consonancia con el nivel de desigualdad, la demanda de los ciudadanos de una intervención política destinada a reducir las disparidades económicas es la más alta entre los países de la OCDE», plantean los autores. Precisan, además, que la demanda de una mayor redistribución es impulsada por la percepción de baja movilidad social y por el limitado alcance de la redistribución actual. Las chilenas y chilenos también destacan por su percepción de desigualdad de oportunidades.

desigualdad en general

17El IDH-D considera las mismas tres dimensiones del IDH, pero considerando cómo se distribuyen los logros a lo largo de la población, penalizando el valor promedio para cada dimensión en función de lo desigual que sea. Si los países se encontraran en una situación best desigualdad en la distribución de ingresos de perfecta igualdad, ambos indicadores coincidirían. Mientras mayor desigualdad, el IDH-D se ubicará más por debajo del IDH, siendo este el caso de Chile.

Además, las personas de altos ingresos que sí son encuestadas, subreportan sus ingresos, ya sea porque no los conocen con exactitud o porque no desean hacerlos públicos. A principios de la década de 1970, la política federal respecto a la vivienda pública se desplazó de nuevas construcciones a un sistema de vouchers, permitiendo que los hogares elegibles pudieran arrendar a propietarios privados. El objetivo era no sólo trabajar en contra de la concentración de la pobreza en los desarrollos de vivienda pública, sino también apoyar las iniciativas impulsadas por el mercado y acabar con el rol directo del gobierno federal en la construcción de viviendas. Una restricción adicional a la vivienda pública se introdujo mediante la Enmienda de Faircloth a las más amplias reformas de asistencia social implementadas en la Acta de Calidad de la Vivienda y Responsabilidad Laboral de 1998. Esta enmienda prohibió el financiamiento federal para las autoridades de vivienda (organismos públicos) que buscaban ampliar su volumen de viviendas públicas.

Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la diversidad de valores, preferencias y capacidades que nos distinguen como personas.

Pues bien, a la fecha persisten – aún – diversos mecanismos que apuntan a que esto no cambie, que incluso se profundizaron después de la dictadura. Y es que aún cuando se ha instalado la thought de que este grupo – por regla general vinculado al mundo empresarial – ha visto resentidas sus tasas de ganancias, lo cierto es que los datos dan cuenta de otra realidad. 10.7 Facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas. © 2024 KPMG Auditores Consultores Limitada, una sociedad chilena de responsabilidad limitada y una firma miembro de la organización global de firmas miembro de KPMG afiliadas a KPMG International Limited, una compañía privada inglesa limitada por garantía (company restricted by guaranty). Por ejemplo, un 27,2% de las y los trabajadores declara que su empleo no le permite tener estabilidad financiera y un 33,4% considera que su educación no les ha entregado la oportunidad de aumentar sus ingresos o de ascender en el trabajo. El filántropo y cofundador de Microsoft compartió su visión de cómo la inteligencia artificial podría revolucionar campos como el trabajo, la salud y la educación.