Desigualdad: La Globalización La Agudiza, Las Política Inclusivas La Reducen Noticias Onu

«La gente olvida que la globalización sacó a más de mil millones de personas de la pobreza, no solo en China sino en otras partes del mundo», señaló Ngozi Okonjo-Iweala, directora basic de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es cierto que la economía basada en los estímulos de la demanda demostró en el pasado que tiene limitaciones importantes, como se vio en los años setenta con la estanflación, pero parece que muchos se olvidan de que en primer lugar hay varias economías, como la alemana, que tienen obvios problemas de falta de demanda interna. Y no solo la alemana, por ejemplo en Europa, la italiana, española, suiza, danesa, holandesa, noruega, sueca e irlandesa pertenecen al grupo de los 20 países con mayor superávit por cuenta corriente del mundo en 2017 (aunque en España parece que durante el Gobierno de Sánchez se ha corregido parcialmente ese problema). El top 0,001% tuvo ingresos cinco veces menores al segmento comparable de Estados Unidos, pero la mitad más pobre de los habitantes mejoró su ingreso anual en 26%. Si se analiza a China con India, se verá que el crecimiento del primer país tuvo mejores tasas anuales que el segundo, pero en cambio la desigualdad es mucho más moderada entre los chinos que entre los indios. Otra tesis impugnada en esta investigación es la que decía que el alto crecimiento del ingreso en la punta de la pirámide era necesario para lograr crecimiento en la base, en los sectores más pobres.

Como el mercado de dinero no tiene límites de localización y se realiza en cualquier espacio, se virtualizó y es difícil reglamentarlo y, en última instancia, depende del comportamiento ético de sus agentes. Para eso sería necesaria «la diversificación de las cadenas de suministro y la desconcentración de la fabricación a los países en desarrollo que no han tenido la oportunidad de ser incluidos en esta riqueza global y la creación de empleo que tuvo lugar bajo la primera ola de globalización. «Esa creciente desigualdad creó la política del nacionalismo que creo que fue responsable en gran parte del ascenso de Donald Trump en EE.UU. y al menos parcialmente responsable del Brexit, así como del nacionalismo que se ve en Europa y algunos de los problemas en varios otros países del mundo», según Foroohar. «Garantizar que las personas puedan llegar a donde están los trabajos, con viviendas asequibles, sistemas de transporte y plazas escolares disponibles, es very important para abordar las desigualdades generadas por el comercio y el cambio tecnológico». Por último, es prioritario incluir un enfoque de género en las intervenciones de lucha contra la desigualdad en salud, bien fortaleciendo a la mujer desde su autoestima —empowerment— bien apoyándola desde políticas transversales —mainstreaming—. Ambas perspectivas se deben traducir en programas que analicen los roles de hombres y mujeres, cómo unos y otros acceden al control de los recursos y cómo participan en la vida social19.

Almudena Fernández, especialista de políticas del Grupo de Pobreza en el PNUD, explicó el impacto de los procesos de globalización en la desigualdad. Las economías avanzadas, mientras tanto, se han especializado en productos de alta intensidad de capital, que requieren de personal altamente calificado. Esto no ha hecho más que acrecentar los rendimientos de los propietarios del capital y de aquellos que tienen un elevado nivel de instrucción y de especialización; vulnerando aún más a los trabajadores no especializados, aumentando las diferencias entre las clases sociales y alimentando el malestar y el voto protesta.

No hay duda de que en este proceso de financierización se han abierto aún más las distancias sociales y el capital se ha acumulado en pocas manos. Por ello, reconocer como efecto de la globalización la adopción de modelos deshumanizantes que procuran el incremento de los rendimientos financieros por encima de la dignidad humana, invita a los círculos reflexivos de la sociedad a revaluar la realidad y a generar propuestas en procura de mejores condiciones de vida, sin negar el bienestar de las poblaciones. Los gobiernos pueden implementar políticas de redistribución de la riqueza, inversión en educación, promoción de la igualdad de género y regulación del mercado laboral, entre otras. Estas medidas son fundamentales para reducir la desigualdad socioeconómica y promover un desarrollo más equitativo.

Para reducir la desigualdad en el mundo globalizado se pueden tomar varias medidas, como promover la educación y el acceso a la salud, implementar políticas fiscales progresivas, promover el empleo decente, fortalecer la protección social y promover la igualdad de género. Estas medidas pueden contribuir a garantizar que los beneficios de la globalización se compartan de manera más equitativa. La globalización es un fenómeno que ha transformado por completo la forma en que vivimos y nos relacionamos a nivel mundial.

porque la globalización genera desigualdad social

El crecimiento económico que según la hipótesis de Kuznets está relacionado con cambios en la distribución del ingreso, el cual se mide con el cambio porcentual anual del producto interno bruto. Para los economistas y para las bancas globales y multilaterales, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, que imponen políticas económicas dictadas por los dueños de grandes capitales, la inequidad se deriva de la desigualdad en el ingreso y esta es resultado de la libre asignación y fijación de precios en el mercado. El crecimiento económico y el aumento en el ingreso per cápita no son indicadores de reducción de la pobreza, y está probado que los excedentes del ingreso, generados por un mayor crecimiento económico, se concentran y no se distribuyen cuando es el mismo mercado el que los asigna. En uno de los más recientes estudios sobre desigualdad en salud en nuestro país, Rodríguez-Sanz y su grupo de trabajo evidenciaron que dentro del propio territorio español la clase social, la zona geográfica y el sexo son determinantes sociales que influyen en la aparición de enfermedades y desigualdades en salud15. Las clases sociales más desfavorecidas y con menores niveles de renta presentaban peores indicadores, en forma de mayor mortalidad, menor esperanza de vida y peor estado de salud percibido. En cuanto al sexo, se encontraron diferencias en los indicadores de hombres y mujeres, y se observó que su salud era diferente y desigual, siendo necesario un enfoque de género para explicar estas diferencias.

En aquellos países que hasta fines de los años eighty se encontraban bajo regímenes comunistas, modelos de economía planificada, se aprecia una fuerte subida de la desigualdad a principios de los años 90, fruto del colapso de estas economías y una transición de shock hacia economías de mercados. Como las redes neuronales artificiales no están basadas en supuestos estadísticos su evaluación consta de pruebas de ajuste. Se utiliza el método de cross-alidation para evitar el principal problema de este tipo de modelos “el sobreajuste”, es decir, que se tengan muy buenos resultados con las observaciones con las cuales fueron estimados los pesos pero que sean muy deficientes cuando se agregan datos desconocidos o fuera de la muestra. La tecnología aumenta la productividad, pero también cut back empleo en el corto plazo, sobre todo el rutinario que no requiere de una alta cualificación.

Desde hace casi cuatro décadas, estas teorías se abren camino como si fueran verdades incontestables. La primera de las tres es la creencia firmemente arraigada –y desmentida por la realidad y los datos concretos disponibles– de que contribuye a reducir la desigualdad. La segunda cube que, si bien es cierto que el ingreso crece muy alto entre los ricos, el proceso hará que aumenten los ingresos de los pobres (el famoso trickle down). El Secretario General de las Naciones Unidas destacó este martes en La Habana que, pese a los beneficios que ha traído la globalización, como la gran cantidad de personas que han salido de la pobreza extrema, el fenómeno también ha provocado desigualdades que dificultan el acceso a sanidad, educación y justicia. Estas acciones cooperativas son necesarias para que la globalización no continúe aumentando la desigualdad y la pérdida de instrumentos de los gobiernos para hacer política económica. De lo contrario, sin una regulación multilateral, la globalización generará más desigualdad, y los gérmenes de su fracaso político y social.

Así, de forma paulatina, se han ido liberalizando los flujos de comercio e inversión y, en menor medida, de trabajadores. Gracias a este orden liberal, las sociedades occidentales se han vuelto más prósperas, más abiertas y más cosmopolitas. Aunque la apertura económica generaba perdedores, la mayoría de los votantes estaban dispuestos a aceptar un mayor nivel de globalización. Los países en desarrollo, por su parte, también se han venido beneficiando de la globalización económica exportando productos al rico mercado transatlántico (que cada vez es más abierto) y enviando remesas desde Occidente a sus países de origen.

De nuevo, esta lógica explicaría el rechazo que se ve en muchas universidades a los tratados de libre comercio y servicios como el TTIP y el TISA. La sensación es que la globalización beneficia sobre todo a las clases altas del establishment porque pueden dar una mejor educación a sus hijos e integrarlos en la elite transnacional ganadora de la globalización. Pueden costearles una educación en Harvard o Berkeley en EEUU, Oxford, Cambridge y la London School of Economics en el Reino Unido o las Grandes Écoles en Francia, por poner solo algunos ejemplos, mientras que los hijos de las clases medias y medias-bajas se educan en universidades públicas con recursos menguantes.