Desigualdad De Género Y Salud Mental En Tiempos De Crisis»

Claro, llevo muchos años investigando cómo el empleo es un determinante social de la salud. Por un lado, he estudiado mucho el empleo precario, el trabajo formal asalariado y precarizado, dentro de un marco regulatorio que varía en cada país. Estos marcos regulatorios están empujados hoy día por procesos globalizadores y de flexibilidad laboral en sus distintas expresiones, como una fuerza de precarización del empleo formal en todas partes. Al salir de la universidad trabajé como médico de la atención primaria, y al cabo de un tiempo de trabajar en ello me encontré con una doble frustración. Por un lado, una frustración intelectual y private, pues me gusta más dedicarme a la investigación social que al ejercicio propio de la medicina, que es muy bonito y gratificante en algunos sentidos, pero era un área donde sentía que no me desarrollaba como esperaba.

En las dos últimas décadas, la investigación sobre salud pública y salud laboral ha ido ampliando paulatinamente su campo de estudio dando cabida a las condiciones de empleo en su relación con la salud y, más recientemente, con la desigualdad. No obstante, los estudios realizados apenas si analizan la situación de los países de renta media y baja, las causas de las desigualdades, o las políticas que ayuden a mejorar la salud y reducir la desigualdad, entre otros temas. Este libro, cuyo origen fue el informe realizado en el 2007 por la Red de Condiciones de Empleo (EMCONET) como parte del trabajo para la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud de la OMS, ofrece una visión integral de cómo las condiciones de empleo afectan a las desigualdades de salud de los trabajadores y trabajadoras en todo el mundo. Este volumen se dirige tanto a los especialistas de salud pública, desigualdades de salud, y salud laboral, como a los investigadores en ciencias políticas y sociales, y a los activistas y miembros de sindicatos y movimientos sociales y, en general, a aquellos lectores y lectoras interesados sin un conocimiento previo especializado sobre estos temas. La Organización Mundial de la Salud ha sido enfática en plantear que mientras más inequitativa en términos socioeconómicos es una sociedad, mayores serán las desigualdades en salud. Quienes tienen menos educación formal e ingresos, viven menos años y de forma menos saludable.

Aun en los países mejor preparados para abordar la enfermedad con tratamientos de punta, como Argentina, Brasil y Chile, las brechas internas son lo suficientemente amplias como para encender todas las alarmas. Esas entidades destacan que un tercio de los casos de cáncer podrían prevenirse evitando factores de riesgo como el tabaco, el abuso de alcohol, la dieta poco saludable y la inactividad física. El análisis de las Figuras N°s eight, 9 y 10 muestra la evolución en la cantidad de pacientes en espera y el tiempo promedio de espera según el tipo de servicio requerido, durante el periodo comprendido entre 2017 y 2023, para el mes de junio de cada año. Adicionalmente, destaca que, en promedio durante el periodo analizado, el 92% de las apelaciones contra sentencias que resuelven recursos de protección se relacionan con ISAPREs. En los años de mayor litigiosidad los casos contra ISAPREs constituyeron un 98% (2016) y un 96% (2020) del whole de apelaciones conocidas sobre sentencias de protección.

En Chile eso es paradojal, si bien todavía fuman más personas de niveles educacionales altos -que se relaciona con niveles socioeconómicos altos- la adicción tabáquica se presenta más en niveles educacionales bajos. Asumiendo las consecuencias del anómalo proceso de desarrollo chileno, una de las misiones que desde sus inicios han asumido las universidades regionales, ha sido luchar contra las desigualdades regionales, siendo el área de la salud uno de los ámbitos de mayor preocupación. En efecto, los profesionales que ellas han formado son los que integran una parte significativa del personal de salud que se desenvuelve en hospitales y consultorios de la vasta geografía chilena. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que las personas con discapacidad tienen el riesgo de morir antes que las personas sin discapacidad, en ocasiones hasta 20 años antes, debido a la desigualdad sistémica y persistente en el acceso a la salud. Primero, son alarmantes al informar que existe una diferencia de hasta 17,7 años en la esperanza de vida al nacer, según posición socioeconómica. Y segundo, los resultados difieren de los informes realizados localmente hasta la fecha, los que han mostrado diferencias considerablemente menores entre las comunas de Santiago.

Es por ello que se ha puesto el foco en entender la ‘enfermedad’ no solo como un desequilibrio biofísico, sino que también como expresión de trayectorias históricas y procesos socioespaciales. Desde comienzos del siglo XX, las condiciones sanitarias de la población urbana, fueron de important relevancia para establecer relaciones entre la naciente salud pública y la distribución del medio ambiente urbano (Ibarra, 2016). El acceso al agua potable, habitaciones higiénicas, atención primaria y medicina preventiva, marcaron desigualdad en américa latina la agenda de la salud pública, lo cual permitió sedimentar la relación entre planificación urbana y condiciones sanitarias. Por ejemplo, mientras Salvador Allende era ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, la provisión de vivienda se entendía como un asunto estratégico para mejorar las condiciones sanitarias de la población (Amar, 2008). La desigualdad de ingresos es un problema social acuciante que tiene repercusiones de gran alcance en diversos aspectos de la vida de las personas.

La desigualdad perjudica al desarrollo, dificulta el progreso económico, debilita la vida democrática, afecta la convivencia y amenaza la cohesión social. Reducirla no es solo un imperativo ético, es también una exigencia para la sostenibilidad del desarrollo de los países. La falta de herramientas e información provoca que las personas pongan en riesgo su salud, no puedan tomar decisiones informadas, y perpetúen en muchos casos, las condiciones de pobreza y precariedad. Destaca la región de Los Ríos, con la mayor mediana de días de espera a nivel nacional, alcanzando los 750 días. En esta región, hay eight desigualdad en paises,187 pacientes en espera de una intervención quirúrgica, lo que representa el 1,99% de su población whole.

desigualdad en la salud

En la década de 1990, dado que la Constitución no incluye el derecho a la protección de la salud entre los garantizados por el recurso de protección (artículo 20 de la Constitución), se observó una escasa judicialización de los contratos de salud entre particulares y las ISAPREs. Se interpretó que el núcleo esencial de este derecho no era exigible, ni podía ser reclamado o protegido a través de dicho recurso. Reducir las desigualdades y garantizar que nadie se queda atrás forma parte integral de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Hoy, Día Internacional de la Mujer, queremos conmemorar este día especial, recordando la importancia de cuidar de su salud y promover su bienestar integral.

También el sedentarismo y el aislamiento social pueden tener consecuencias presentes y futuras en su bienestar. Asimismo, la carga de cuidados puede ser muy alta y difícil, y mucho mayor en territorios adversos o inseguros. Además, las mujeres suelen tener empleos más precarios que los hombres, aún si pertenecen al mismo nivel socioeconómico.

La desigualdad de ingresos se refiere a una población, donde algunos individuos o grupos tienen ingresos significativamente más altos que otros. La investigación ha demostrado que los países con mayores niveles de desigualdad de ingresos tienden a tener peores resultados de salud psychological para sus ciudadanos. Wilkinson y Pickett (2009) llevaron a cabo un análisis exhaustivo de los datos de varios países y descubrieron una fuerte asociación entre la desigualdad de ingresos y una serie de problemas de salud mental, incluidas tasas más altas de depresión, ansiedad y abuso de sustancias. A pesar de los desafíos que enfrenta nuestro sistema de salud, este exhibe resultados que nos posicionan favorablemente a nivel internacional, incluso en comparación con países desarrollados. Los chilenos disfrutamos de una mayor esperanza de vida que el promedio de naciones pertenecientes a la OCDE, así como de una tasa más baja de mortalidad por enfermedades evitables.

Comparando mujeres y hombres que estaban empleados previo a la pandemia, encontramos que las mujeres han perdido más sus empleos y han experimentado más frecuentemente caídas en su ingreso. En otras palabras, y consistente con la experiencia en otros países, la disaster económica afectó en mayor manera el empleo y el ingreso de las mujeres. Esto se suma al aumento en la presión por las tareas del hogar, y el cuidado y educación de niños pequeños asociados al cierre de las escuelas. La desigualdad, un fenómeno complejo, se manifiesta en disparidades sociales y económicas. Aunque la base genética del cerebro es compartida, las variaciones individuales son notables.

Formador de especialistas en investigación de Trata y Tráfico de personas impartido en Bolivia. Miembro del grupo PACC de investigación felony en la especialidad de tráfico de seres humanos. Si en los hospitales públicos de Santiago trabaja el 40% de los especialistas, en los de la Región de Tarapacá sólo lo hace el 1.5%, en Aysén el 1.4% y en Magallanes, el 1.6%. Con la ponencia del Dr. Cristian Herrera, Secretario Ejecutivo del Foro Nacional de Cáncer, culminó esta actividad de extensión que fue el primer acercamiento con la comunidad que tiene este centro asociado al Departamento de Salud Pública. Además, el 41 por ciento de los encuestados reportó haber sufrido una o más formas de malos tratos en el último año. La OMS recuerda que cerca del 13 por ciento de los casos de cáncer diagnosticados en el mundo son atribuibles a infecciones, entre ellas por VPH.

Para atacar específicamente la falta de especialistas el gobierno actual está desarrollando un programa que pretende formar 4.000 médicos especialistas, aumentando el aporte a las universidades para que puedan ampliar sus cupos. Sin embargo, señala el informe que “este esfuerzo se encuentra con la realidad de que una vez realizada la beca, muchos de ellos/ellas migran al sector privado”. “En América Latina se incrementaron significativamente las tasas de obesidad”, agrega Maza.