Que no exista a su vez una preocupación por los derechos de niños, niñas y adolescentes, concordante con instrumentos vigentes en toda la región, da cuenta de un problema más profundo. Aunque en este caso el sistema haya sido desarrollado por una universidad privada local, nuevamente se trata de una iniciativa invasiva de recolección de datos sensibles de menores de edad que conlleva gran riesgo de profundizar situaciones de prejuicio y estigmatización hacia grupos históricamente vulnerables. En Brasil, el Ministerio de Ciudadanía firmó un acuerdo con el gobierno de Salta y Microsoft para implementar un programa related.
Así, la altísima inequidad que asola al continente influye directamente en el bienestar de sus habitantes, sus posibilidades de desarrollo y en el ejercicio de sus derechos fundamentales. 1 Estrictamente, existen escuelas particulares subvencionadas en Chile desde el siglo XIX, cuando el gobierno de Manuel Montt autorizó el subsidio de escuelas dirigidas por diversas entidades de beneficencia. Desde 1920 la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria obligó también a sostener escuelas a los propietarios rurales de ciertas características. Sin embargo, es sólo en el marco de las reformas de 1980 que este sector cobra mayor relevancia, al desregularse fuertemente el sistema educativo y ofrecerse condiciones adecuadas para el desarrollo de lucro privado a partir de la subvención. Los modelos presentados en el Cuadro three exploran los efectos de la modalidad escolar en el status ocupacional inicial de los individuos.
En 2014 el promedio fue de 9,8 años, por debajo de la educación obligatoria en el país (12 años) y de los años de escolaridad esperada de acuerdo con el PNUD (15,2 años para 2014). El país busca facilitar cada vez más el acceso a estudios superiores, de hecho la política pública pretende que a través de becas y créditos la educación esté al alcance de la población económicamente más susceptible. La desigualdad es un tema que aflora en cada uno de los informes económicos que la OCDE realiza para Chile. En 2015, el país ocupa el puesto número dos en desigualdad entre los miembros de la OCDE (medida a través del índice de Gini antes y después de impuestos y transferencias), después de México. Lo siguen Turquía, Estados Unidos y Lituania, siendo los países con menor desigualdad Islandia, Eslovaquia y Eslovenia (OCDE, 2018). La desigualdad de Chile es intra e interregional, los ingresos del 10% de la población más rica del país son 27 veces mayores que el decil más pobre (OCDE, 2015)6, por sobre el promedio de los países de la OCDE, donde el 10% más rico gana 9,6 veces más que el 10% más pobre (siendo esta la mayor diferencia de los últimos 30 años) (Keeley, 2015).
Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”. Por su parte, la filósofa Nancy Fraser habla de la paridad participativa y postula que la justicia exige unos acuerdos que permitan que todos los miembros de la sociedad interactúen en pie de igualdad, tanto a nivel de redistribución como de reconocimiento. Incluso los países más equitativos exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un considerable desigualdad y exclusion nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. No está demás reiterar que solamente se someten a esos sistemas a los usuarios de sistemas públicos de salud, asistencia social y transporte que, en general, no incluyen las élites locales que pueden prescindir de ellos y recurrir a prestadores privados; manteniendo mayor control sobre su información y preservando su privacidad. Las prácticas culturales tienen esa doble cara, diferencian e igualan, distancian y aproximan, crean identidad e individualidad y contribuyen a formar grupos y a cohesionar colectividades.
Adicionalmente, la convivencia en burbujas sociales lleva también a profundizar la desigualdad con las personas menos favorecidas dentro de la casa, como las mujeres, quienes no sólo tienen el mandato de hacer las tareas domésticas y de cuidado, sino también acompañar a los niños y las niñas en las clases virtuales y sus tareas. Hasta el COVID 19, se estaba reduciendo la desigualdad, pero el empobrecimiento de grandes sectores de la población hizo que la desigualdad creciera, porque los que eran ricos no dejaron de serlo, mientras que las clases medias y bajas se empobrecieron con la pandemia. Las empresas que debieron cerrar fueron las pequeñas y medianas, las llamadas “pymes”, mientras que las grandes empresas se mantuvieron o recuperaron rápido.
Retrataremos Chile primero desde su fisionomía productiva y segundo desde las distintas clases sociales que lo componen. Luego veremos que el crecimiento económico no ha logrado minimizar las desigualdades, por lo que la sensación de malestar frente a la modernización abrió un nuevo ciclo contencioso, que, mezclado con un creciente sentimiento por parte de la población de ser abusados por la elite, desata el conflicto. En este sentido, los resultados no pueden más que mostrar una fracción de los efectos de la progresiva diferenciación interna de la educación pública sobre la desigualdad y su transmisión en Chile.
Chile es un país largo y angosto, ubicado al sudoeste de América Latina, limita al norte con Perú, al noreste con Bolivia y al este con Argentina. De acuerdo con la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) de 2015, el país tiene una población de más de 17,5 millones de personas3, de las cuales un 87% vive en zonas urbanas. En Chile, la ley reconoce la existencia de nueve pueblos originarios4 y de acuerdo con la CASEN (2015) solo el 9% de la población chilena declara pertenecer a una etnia, siendo mayormente Mapuches (84% del total). Las regiones con mayor porcentaje de población indígena son la Región Metropolitana y La Araucanía, siendo en esta última donde la mayoría de ellos vive en zonas rurales (59%). La primera declaración sobre los derechos del niño knowledge de 1920 aprobada por la Liga de las Naciones, la cual se disolvió en 1946. Ese mismo año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue creada, organismo que hoy vela por el cumplimiento del derecho internacional, el mantenimiento de la paz internacional, la promoción y protección de los derechos humanos, entre otros.
El (Gráfico 4) deja ver cómo incorporar una nueva dimensión acrecienta el porcentaje de población en situación de pobreza en 1,eight puntos porcentuales. Si bien no es comparable con años anteriores, entrega un resultado más cercano a la realidad, ya que esta es una variable de gran impacto en la calidad de vida de la población chilena. La pobreza multidimensional en 2015 se vio afectada principalmente de las dimensiones trabajo y seguridad social y educación (31,1 y 25,8% respectivamente).
Como los recursos sociales no están repartidos de manera igualitaria entre personas (educación, ingresos, patrimonio, capital social, entre otros), se forman clases sociales, es decir, conjuntos de personas que comparten una misma posición en la sociedad en base a su relación con los medios de producción y su lugar en el mercado laboral. Existen otras mediciones basadas en los ingresos (deciles o quintiles, sobre todo) o en la capacidad de compra, que dan todas visiones válidas de la sociedad, pero en basic no buscan entenderla en su dimensión conflictiva. Como se esperaba dados los resultados expuestos en el Cuadro , en estas condiciones la modalidad escolar no muestra un efecto directo significativo sobre las posiciones ocupacionales de los individuos (Cuadro ). Esto es efectivo incluso para la educación particular desigualdad social y derechos humanos pagada, lo que deja en evidencia que el hecho de que tales efectos sean únicamente indirectos no implica en ningún caso que resulten menos relevantes. El R2 del modelo, de .577, nos indica que el logro ocupacional de los individuos está fuertemente determinado por los orígenes sociales, por la ocupación inicial, y por la escolaridad de las personas.
Al comparar los modelos utilizando ambos criterios, se obtiene que resulta más adecuado utilizar como indicador la educación primaria. Esto resulta concordante con diversos estudios que reportan la relevancia crucial de los primeros años de instrucción en la determinación del logro de los individuos. En el mismo período se autorizó el financiamiento, por parte del Estado, de escuelas particulares a través de subsidios1. Estas escuelas se denominaron explicit subvencionadas, y tenían la limitación de no cobrar matrícula. Así, tanto municipios como sostenedores particulares compiten por los fondos públicos de educación. La asignación de recursos se rige teóricamente por las decisiones de las familias, estimulando la competencia entre los oferentes.
Para ambos sectores, la cuestión social fue el resultado de un conflicto de clases, un problema estructural de la sociedad nacional, afectada por la falta de desarrollo económico, la explotación laboral, la inflación y la carencia de ayuda estatal hacia los más pobres. Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de common el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto material de todos los sectores. Una educación segmentada, una movilidad cada vez más reducida entre clases sociales, y el deterioro de salarios y pensiones vuelven lejano el “sueño de la clase media” en Chile. A partir de 2010 se consolida la concept de que los frutos del crecimiento no llegan a todos, y la tolerancia a la desigualdad empieza a erosionarse. Emmanuelle Barozet, integrante del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile e investigadora del Centro de Estudios de Cohesión y Conflicto Social de ese país, analiza en este artículo cómo el sentimiento de abuso que experimenta desde hace años la mayoría de la población chilena se convirtió en estallido a partir de octubre de 2019. En particular, la sociedad chilena de las últimas décadas destaca por sus altísimos niveles de desigualdad en los ingresos en el contexto de un acelerado crecimiento económico.
Como se aprecia en el gráfico, el informe destaca que el 41% de la población encuestada en nuestro país declara haber experimentado en el último año alguna forma de malos tratos, desde ser pasado a llevar, ser mirado en menos, ser discriminado o tratado injustamente. Los datos siguientes permiten comprender algunas de las tensiones que se han acumulado en la estructura social en los últimos años. Lejos de atenuarse al desarrollarse el mecanismo de subvenciones estatales a la educación privada, la segregación social entre distintas modalidades escolares se ha incrementado a través del tiempo. Como puede observarse en los análisis de varianza de la Tabla three, la asociación entre ISEI del padre y modalidad escolar se incrementa marcadamente en las cohortes más jóvenes. Con estos datos, se utilizan técnicas de regresión lineal múltiple (OLS) para modelar la determinación del logro educativo y ocupacional (actual e inicial) de los entrevistados, entendiendo al primero como factor central en este último.
En todas estas variables la modalidad escolar posee un efecto diferenciador significativo que resulta necesario considerar. Al ingresar la escolaridad del entrevistado y el status ocupacional del padre como variables de management (siguiendo el modelo expuesto en la Figura ), ocurren dos cambios centrales. Ya que estamos controlando por escolaridad, esto probablemente implica que, a igual escolaridad, el status ocupacional inicial de las personas ha ido disminuyendo en el tiempo junto con la expansión generalizada de la educación formal en el país.