[11] En algunos casos, los ingresos que provienen por el retiro de dividendos pagan una tasa máxima de un forty four.5%. Estos cálculos balancean los potenciales efectos negativos sobre la eficiencia y positivos sobre la redistribución que tienen este tipo de impuestos. En otras palabras, el Gini corregido da cuenta de una realidad aún más desigual de la que la simple comparación internacional sugiere. Así, en el marco de una discusión constituyente sobre un nuevo contrato social, los debates sobre el sistema tributario serán centrales. Conocer los derechos de las niñas y niños nos sensibiliza y nos hace responsable de su cumplimiento.
A raíz de lo anterior, concluyen que la desigualdad no es dañina para el crecimiento económico (contrario a lo que plantean Persson y Tabellini en 1994), sino que puede llevar a un incremento de este si el consumo público entra en la función de utilidad. En este sentido, Deininger y Squire (1996) advierten que muchos de los modelos estimados en donde se observa una relación negativa entre desigualdad y crecimiento no son robustas, dado que al aplicar pruebas de sensibilidad y agrupar variables explicativas adicionales o variables dummy, el coeficiente de la cepal desigualdad en america latina variable desigualdad se presenta en signo negativo pero no significativo. Por un lado se encuentran los autores que, basándose en los planteamientos teóricos desarrollados por Kuznets (1955), sostienen que ambas variables tienen una relación positiva. Mientras que en la otra vereda se encuentran quienes han encontrado que esta relación es de carácter negativo, argumentos que se derivan del comportamiento evidenciado en la literatura empírica al momento de estudiar el comportamiento de estas variables tanto en el continente asiático como en Latinoamérica2.
Estas opiniones cambiaron radicalmente en el 2021, porque el 71% de los encuestados elige la opción de que todos tengan lo mismo; solo el 7% cube que no haya mucha diferencia; y, apenas un 23% cube que esas diferencias no importan. En otras cepal desigualdad palabras, los chilenos sí recogieron este discurso y opinión política y lo hicieron propio. A pesar de todos estos retos, el estudio mantiene una visión positiva, ya que observa un importante cambio generacional frente a las actitudes tradicionales.
En otras palabras, son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad. Un sistema tributario que se toma en serio la desigualdad y la protección de la democracia debe considerar el mérito de los impuestos al patrimonio, en particular a la herencia y a la riqueza. La revitalización de la discusión académica al respecto sugiere que la concept merece ser, al menos, discutida seriamente. Sin embargo, éste indicador se basa exclusivamente en datos de la CASEN, que, como discutimos más arriba, no capturan los ingresos de los tramos de altos ingresos.
Otro ejemplo que propone Sen (2000), tiene que ver con los virus y las bacterias que hay en el medio, que trastornan la manera y la calidad en que viven los individuos, o bien, la forma en que tienen que distribuir sus recursos los países. Por lo tanto, la diversidad en el medio influye di-rectamente en la libertad que tienen los individuos y países para lograr cierto nivel de calidad de vida “ideal”. Por otra parte, el año 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una nueva resolución que compromete a los 193 miembros de esta organización a trabajar en un programa de 17 objetivos, llamada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Entre estos objetivos se encuentra el número 10, sobre “Reducir las desigualdades en los países y entre ellos” (Naciones Unidas, 2018). Chile adoptó esta agenda y, actualmente, se encuentra implementando sus 17 objetivos en sus diferentes partidas públicas, con el fin de alcanzar las metas que ahí se establecen (Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, 2017a).
El tema de la desigualdad es importante porque no solo tiene efectos en la economía, en especial en el crecimiento, sino afecta la democracia y la convivencia social. C) Un sistema tributario que permitió en forma tradicional que los sectores de más altas rentas evadieran o eludieran el pago de impuestos progresivos, bajo el pretexto que había que fomentar el ahorro y la inversión empresarial. Sus símbolos fueron el FUT, el tratamiento a las sociedades financieras, las ganancias de capital y a las grandes empresas mineras. La Reforma Tributaria, a pesar de todas sus fallas, marca el inicio de una tributación más equitativa. Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza).
Es más, a espaldas del movimiento social, creó una nueva institucionalidad pública, con la Agencia de Calidad como protagonista, que vinculó el financiamiento de las escuelas con los resultados del SIMCE. Es decir, se institucionalizó un sistema de aseguramiento de la calidad que profundiza la competencia, y con ello la compulsión de las escuelas por seleccionar estudiantes que garanticen mejores resultados en el SIMCE. En materia de educación, este diagnóstico es la desigualdad de resultados escolares y las brechas sociales que de ella se derivan. La última vez que volvimos a discutir públicamente sobre desigualdad escolar, fue a propósito de la insistencia de la actual ministra de Educación por reponer la selección de estudiantes en los establecimientos con subvención del Estado.
Por lo visto, la lectura teológico-cultural de Medellín, puesta de relieve mediante la investigación, desgraciadamente sigue siendo pertinente en América Latina y en Chile, en explicit. Digo “desgraciadamente”, porque parece que hemos avanzado poco; digo, “pertinente”, porque este discurso teológico-pastoral inculturado nos muestra un camino e itinerario aún por recorrer. Dichas grandes empresas y poderes financieros son lobbies muy poderosos que influyen en las decisiones que toman los gobiernos centrales y condicionan políticas mundiales llevadas a cabo por el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Este paradigma estructural, obedece a un modelo de injusticia international, provocando que una pequeña parte de la población tenga el poder y el control de la (in)estabilidad social y económica del resto del mundo.
Estas demostraciones de descontento social detonaron en octubre de 2019 con el “Estallido Social”, donde millones de chilenos y chilenas marcharon y protestaron, entre otras razones, debido a la desigualdad que existe en Chile ( Güell, 2019 ; Jiménez-Yañez, 2020 ). Las carencias en el desarrollo del capital humano se dan principalmente en la educación temprana. Los estudios del premio nobel, James Heckman, son claros en mostrar la importancia de los primeros años de vida para igualar oportunidades y para incrementar la productividad de la economía. Sus estudios concluyen que la desigualdad en las experiencias y el aprendizaje de la primera infancia produce desigualdad en la capacidad, los logros y la salud en la vida adulta. Señala además que, si bien las habilidades cognitivas son importantes, por sí solas no son tan poderosas como el conjunto de habilidades sociales y cognitivas, definidas como atención, perseverancia, management de impulsos y sociabilidad.
Un modelo de sociedad sustentada en profundas desigualdades muestra una de sus caras más injustas en sus consecuencias sobre la salud de las personas. Sin duda, una dimensión relevante del descontento social que tiene movilizado al país en estos días. Por ejemplo, es un país que ha tenido un rápido y constante crecimiento económico, alcanzando un PIB de más de USD $283 mil millones -a precios constantes del en el año 2018 ( Banco Mundial, 2020a). También, es un país que ha logrado reducir su pobreza, de acuerdo a lo trabajado en el contexto de la Agenda del Milenio, pasando de un 3,2% de personas que vivían con menos de US 1,25 al día en el año 2000, a 0,6% en el año 2011, superando con creces la meta que era de 5% para el año 2015 (Gobierno de Chile, 2014a; Ministerio de Desarrollo Social, 2019). Sin embargo, a pesar de estos buenos indicadores, Chile es un país que presenta una gran desigualdad, con un Índice de Gini de forty four,4 el año 2017 ( Banco Mundial, 2020a) y un Coeficiente de Palma del 2,6 ( UNDP, 2020b). Ahora, para entender de mejor forma estos valores, cuando se compara a Chile dentro de un grupo de a hundred sixty five países, este se encuentra en la posición número 35 de los países más desiguales, compartiendo puesto con Filipinas y a tan solo 0,1 de Zimbabue, según los últimos datos obtenido para cada país ( Banco Mundial, 2020c).
La Corporación Financiera Internacional (IFC) ha apoyado activamente al sector privado de Chile para aumentar la productividad, promover la inclusión y lograr avances en materia de sostenibilidad. En el país se están llevando a cabo algunos de los proyectos más innovadores de IFC, que incluyen autobuses eléctricos, productos especiales diseñados para promover la inclusión financiera, e hidrógeno verde. En el ejercicio de 2023, los nuevos compromisos de IFC alcanzaron un monto récord de USD 1700 millones, un aumento de casi el 200 % en comparación con el ejercicio anterior. Vásquez realiza investigación en áreas de Economía Experimental y Economía del Comportamiento. Su trabajo se centra en el estudio de las preferencias sociales, la empatía, las elecciones conscientes de consumo, el bienestar y los dilemas sociales. La cultura de la desigualdad en Chile no ha sido resuelta, pero sí está radicalmente impugnada desde las movilizaciones de 2011.
Dado lo anterior, estos investigadores concluyen que la desigualdad es dañina para el crecimiento, puesto que conduce a políticas que no protegen los derechos de propiedad y no permiten la apropiación privada complete de los rendimientos de la inversión. A partir de lo anterior se obtiene como resultado que para cada modelo existía una relación negativa entre la desigualdad y el crecimiento. En la misma línea, del estudio de Benabou (1996) se puede desprender que el coeficiente negativo para la desigualdad del modelo, como así también en otros, es provocado en parte por factores fuera de las variables planteadas, como por ejemplo la riqueza agregada (aggregate wealth), instituciones políticas (political institutions) o el nivel de desarrollo (development level). Lo anterior reforzado por Alessina y Perotti (1996), ya que estos evidenciaron que otro de los vínculos entre la relación negativa entre desigualdad e inversión es la inestabilidad política de un país promovida por el descontento social. El objetivo de la presente investigación es identificar la relación que existe entre la desigualdad en la distribución de los ingresos y el crecimiento económico de Chile entre los años 1996 y 2017. Para ello se utilizó el Ratio de Palma y una modificación a las tradicionales mediciones del fenómeno, basándonos en las remuneraciones que perciben los trabajadores.
Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. La desigualdad, sobre todo aquella que hiere la convivencia humana, no es un problema que inquieta solo a la sociedad chilena. Preocupa en el mundo entero y ha sido objeto de atención tanto desde el ámbito político, el académico y el eclesial. Obviamente, dada la complejidad de la cuestión aquí abordada, de las distintas aproximaciones disciplinares e ideológicas en juego, el esfuerzo aquí realizado no puede ser sino limitado.