Entonces es ese es el tema de hoy, viniendo de un país muy desigual como es México y uno muy desigual como es Chile” cerró. Lo que el gráfico muestra es que el ingreso real aumentó significativamente para todos los grupos hasta, aproximadamente, el percentil 70, así como para aquellos en la parte superior de la distribución, especialmente el 1% superior. Los ganadores fueron, por tanto, los ultra ricos de Occidente y las nuevas clases medias de países como China, India y Brasil. Pero los ingresos en realidad disminuyeron para aquellos que se ubicaron entre el percentil 75 y eighty five en todo el mundo, lo que, cuando se traduce en términos sociológicos en lugar de económicos, corresponde a las clases trabajadoras y medias de los países industriales avanzados. Si bien este tipo de política ya se implementa en las sociedades nórdicas o en Alemania, Piketty reclama por un alcance mayor.
¿Todos los factores que han contribuido en el aumento de la desigualdad son negativos? ¿Las tensiones que atraviesan hoy a nuestras sociedades tendrán como resultado una nueva vuelta de timón en la historia del capitalismo? En la oportunidad, el autor de los libros “Salvando al Capitalismo de los Capitalistas” y “Un Capitalismo para la Gente”, señaló que “la gente está dispuesta a aceptar cierta desigualdad si es que aumenta el beneficio para todos. Si no lo hace, estamos en problemas”, destacó, consultado sobre la habitual crítica que se hace respecto de que en nuestro país la desigualdad es elevada. “Lo más importante es asegurarse de que el crecimiento económico beneficie a todos, que haya movilidad social; no erradicar la desigualdad”, dijo el economista ítalo-estadounidense. La actual crisis del capitalismo, la importancia del crecimiento por sobre la desigualdad y la reforma tributaria fueron algunos de los temas abordados por el economista de la Universidad de Chicago, Luigi Zingales, durante el encuentro sostenido en la Universidad del Desarrollo con empresarios y autoridades de la Casa de Estudios.
En el fondo no tenemos ninguna razón para creer en el carácter autoequilibrado del crecimiento. Ya es tiempo de reubicar el tema de la desigualdad en el centro del análisis económico y de replantear las cuestiones propuestas en el siglo xix. Es evidente que la gran concentración de poder económico en pequeñas elites, lleva a una indebida influencia del dinero sobre el sistema democrático.
En estas condiciones el best de que cada persona es igual a otra en una democracia es desvirtuado por la muy desigual distribución de poder económico en la sociedad, la que se ha acentuado en las últimas tres décadas. El economista británico Paul Collier, en El futuro del capitalismo, señala que el deterioro de las identidades nacionales también contribuyó al crecimiento de la desigualdad. Para el autor, el éxito de la socialdemocracia de posguerra —que estima como un modelo perfect de Estado ético e igualitarista— se debió a un extraordinario alcance en las obligaciones mutuas asumidas por los ciudadanos. La Segunda Guerra Mundial consiguió que, en Europa occidental y Estados Unidos, por un lado, izquierda y derecha confluyeran en un punto intermedio y, por otro, que dichas sociedades, alentadas por el orgullo del papel desempeñado en la guerra o por la necesidad de levantarse de las ruinas, abrazaran un relato común de pertenencia y responsabilidades recíprocas. Durante las primeras décadas de la posguerra, por ejemplo, los ricos cumplieron con unas tasas impositivas superiores al 80%. En verdad, esta discusión entre pobreza y desigualdad no tiene mucho sentido en los términos que está planteada.
Actualmente, los movimientos populistas sacan provecho a ese sentido de pertenencia que sobrevive en los sectores empobrecidos, articulando un discurso de odio contra otros que viven en el mismo país. El gran desafío de nuestro tiempo, cube Collier, es encontrar otra vez un vínculo lo suficientemente amplio que regenere las confianzas y las responsabilidades mutuas.
En virtud del crecimiento económico (ie. chorreo), un segmento de la población, con mucho esfuerzo y sacrificio, logra asomarse por sobre la línea de la pobreza. Pero en cuanto lo ha hecho, se da cuenta que la sociedad, en el mismo ensayo de la pobreza lapso, ha generado nuevos bienes y servicios, de los cuales nuevamente está excluida. Materialmente está mejor que hace una década, probablemente tiene mejores instalaciones en su hogar, mejores artefactos y más equipamiento.
Pero la educación universitaria gratuita common, propuesta por el Gobierno, va en la dirección opuesta. Los escasos recursos deberían ser usados primero para mejorar la calidad de la educación pública primaria y secundaria. Las críticas al trabajo de Piketty, que han sido tan abundantes como los elogios, se clasifican en tres tipos. El coeficiente de Gini ha aumentado en varios países desde los años 80, pero, al mismo tiempo, el acceso a servicios básicos y tecnologías y las expectativas de vida han mejorado mucho, beneficiando proporcionalmente más a los pobres.
Durante mucho tiempo los debates intelectuales y políticos sobre la distribución de la riqueza se alimentaron de muchos prejuicios, y de muy pocos hechos. Desde luego, cometeríamos un error al subestimar la importancia de los conocimientos intuitivos que desarrolla cada persona acerca de los ingresos y de la riqueza de su época, en ausencia de todo marco teórico y de toda estadística representativa. Veremos, por ejemplo, que el cine y la literatura —en specific la novela del siglo xix—, rebosan de informaciones sumamente precisas acerca de los niveles de vida y fortuna de los diferentes grupos sociales, y sobre todo acerca de la estructura profunda de las desigualdades, sus justifi caciones, y sus implicaciones en la vida de cada uno. Las novelas de Jane Austen y de Balzac, en specific, presentan cuadros pasmosos de la distribución de la riqueza en el Reino Unido y en Francia en los años de 1790 a 1830. El auge económico del país asiático, experimentado a partir de los años eighty, logró un reequilibrio geográfico que ha puesto fin a la superioridad militar, política y económica de Occidente. Aunque este crecimiento trajo un aumento en la desigualdad al inside de China, la brecha respecto de Occidente se acortó, contribuyendo a la disminución global de la disparidad en las rentas.
La inmunóloga Ana María Lennon se ha dedicado por décadas a investigar las denominadas células “centinelas”. Investigadora del Instituto Marie Curie, uno de los más prestigiosos en el campo de la medicina y la biología a nivel mundial, ha liderado ambiciosas investigaciones sobre el movimiento de estas células… Charla de Christopher Domínguez, destacado crítico literario mexicano, autor de varios libros sobre la historia literaria, donde se referirá en esta fascinante charla a cómo la literatura latinoamericana ha expulsado a la naturaleza de su carácter esencial, desde los poetas bucólicos de 1.800 hasta el escritor Benjamín Labatut del siglo XXI. “Nuestro campo laboral es bastante reducido, la mayor parte de las y los antropólogos quedan como en un limbo de precarización laboral donde hay mucho trabajo casual, por cuenta propia, sumado al auge de las consultoras vuelve necesarias las postulaciones a fondos culturales y hace estar en una constante autogestión laboral que sin duda no es lo ideal. En el panel, también estuvo invitada la presidenta de Colegio de Antropólogos de Chile, Natalia Caniguan, para analizar la empleabilidad, cómo se configura el campo laboral y de qué manera la formación académica de antropólogo en Chile, pero también en otros países como México, está respondiendo o no a las demandas actuales. En la ocasión, que tuvo como objetivo brindar un espacio de reflexión en torno al análisis sobre las desigualdades en países como México y Chile, Reygadas analizó qué tanto el enfoque de la interseccionalidad resulta útil para entender o no, la desigualdad de Latinoamérica.
En segundo lugar, mientras que la propiedad del capital sigue estando altamente concentrada, como lo ha estado a lo largo de la historia del capitalismo, es possible que quienes disfrutan de altos ingresos a partir del capital también disfruten hoy de altos ingresos a partir de su trabajo, un cambio marcado con respecto al pasado del capitalismo, en el que los ricos no trabajaban. Parte de la razón de este cambio es que equidad e inclusión social superando desigualdades hacia sociedades más inclusivas la riqueza permite el acceso a una educación más cara y “mejor”, y las credenciales educativas de élite permiten acceder a trabajos más remunerativos. Los individuos buscan cada vez más parejas con logros educativos similares, lo que los economistas llaman de forma poco romántica “emparejamiento selectivo”, y esta unión entre personas de altos ingresos con otras de altos ingresos aumenta aún más la desigualdad entre las familias.
Así lo sostuvo el Dr. Luis Reygadas, antropólogo y profesor de La Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, quien también impartió una charla sobre el mercado laboral de la Antropología. Como ejemplo, Judith Butler hace referencia a la situación vivida en Estados Unidos, y el interés de Donald Trump de comprar los derechos de la vacuna que Alemania está desarrollando, lo cual fue revelado por el ministro de Salud alemán. 9 Marx intentó a veces utilizar de la mejor manera posible el aparato estadístico de su época (que era mejor que el de la época de Malthus y Ricardo, aunque objetivamente seguía siendo bastante rudimentario), pero muy a menudo lo hizo de manera relativamente impresionista y, sin establecer de manera muy clara el vínculo con sus desarrollos teóricos. 8 Marx había publicado en 1847 La miseria de la fi losofía, libro en el que ridiculizó La fi losofía de la miseria, publicada por Proudhon algunos años antes. [4] Ver López, Figueroa y Gutiérrez, (2013), también basado en información del servicio de impuestos internos.
11 Simon Kuznets fue un economista estadunidense nacido en Ucrania en 1901, quien se mudó a los Estados Unidos a partir de 1922. Es autor tanto de las primeras cuentas nacionales estadunidenses como de las primeras sequence históricas sobre la desigualdad. [9] See Karabarbonuis and Neiman (2013) para la evolución de la participación del trabajo a nivel global y Elsby, Hobijn and Sahin (2012) para los Estados Unidos. Para Stiglitz, la preocupación principal de las compañías no está puesta en proporcionar mejores bienes y servicios a través de la innovación, sino en la creación de monopolios. Pero está ocurriendo que en muchos sectores económicos no hay un número lo bastante grande de actores para que pueda hablarse de un mercado competitivo como tal. “A partir de tales experiencias, vividas de forma directa o como testigo de lo que ocurre con otros, los individuos podrán extraer un conjunto de evidencias que vienen a demostrar la ausencia o inoperancia de la justicia y la igualdad en la realidad de la vida cotidiana”, explicó el docente.