Desafíos En Desigualdad Diario Financiero

Una reciente investigación de Ignacio Flores, doctor en economía por la Universidad París 1, aporta nuevos datos a este debate. Para el PhD en Economía de la Universidad de Chicago, esta visión de que no se ha avanzado parte “con la revolución pingüina y el lobby de los universitarios por cambiar el sistema de educación superior, que da a entender que existe un malestar con el sistema de educación superior”. Cree que la masificación de las universidades ha fomentado una mayor igualdad, pero a la vez generó una crisis de expectativas respecto a lo que la clase media esperaba de la educación superior.

Somos seres gregarios, nos guste o no.Espero que la discusión siga, la necesitamos. Cuando hablamos de mejorar programas sociales, los desafíos de coordinación intersectorial, son URGENTES. Necesitamos el abordaje integral de las dimensiones de salud, educación, vivienda, trabajo, entorno y cohesión social. La pobreza no se vive partes, se sufre como una vida en alerta y emergencia permanente sin posibilidades de proyectar mejoras y aún más preocupante, con enorme fragilidad ante cualquier shock económico y social como la pérdida de trabajo o una enfermedad catastrófica.

A la escasez de alimentos, techo y abrigo, falta de trabajo, educación y salud -que persisten-, se suman los altos niveles de estrés a los que están expuestas las personas por falta de servicios públicos, espacios de recreación, altos niveles de violencia, consumo de droga y narcotráfico en sus barrios segregados y estigmatizados. Si bien, redujimos la pobreza por ingresos a 6% según Casen 2022, lo cierto es que nuestros niveles de pobreza multidimensional se mantienen cercanos al 17%. Porque el país ha ido envejeciendo y las generaciones más jóvenes entran ahora más tarde al mundo laboral, por lo que el peso relativo de las personas con mayor edad y, por tanto, más desiguales, sigue marcando el promedio, pero no refleja la tendencia de las nuevas realidades sociales que el “modelo” ha generado en nuestro país. «Hay que cambiar la mirada. Con el enfoque de cohortes, grupos de personas nacidas en un determinado año, se puede ver una historia y la dinámica oculta en los datos globales. La distribución del ingreso para las cohortes más jóvenes es menos dispersa. No estamos estancados y mañana estaremos mejor», sostiene el investigador. Nacido en Uruguay y physician en Economía de la Universidad de Chicago, las cifras que exhibe Sapelli contradicen el discurso tradicional de  los líderes políticos y sociales respecto a que la distribución del ingreso en el país ha empeorado y que existe escasa movilidad social. Según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) del 2017, el 50% de los hogares de menores ingresos concentra apenas un 2,1% de la riqueza neta en el país.

El lector encontrará abundante información sobre el puzzle entre crecimiento económico y distribución del ingreso, las dificultades para obtener información comparable a través del tiempo y las decisiones adoptadas para realizar la investigación. Aunque alguno de estos elementos desarrollo sobre la pobreza puede ser objeto de controversia, su planteamiento claro y replicable constituye una primera novedad. ”, el libro escrito por el profesor Claudio Sapelli donde muestra cómo ha disminuido la desigualdad social y explica el impacto de la educación en este fenómeno.

En otras palabras, Chile, no es “el peor de los mundos” y el actual modelo de desarrollo chileno de los últimos 30 años ha demostrado con cifras (no con poesía) ser exitoso. Lo anterior no significa que no haya que apurar el tranco e ir más rápido, pero sí hay que ser categóricos en señalar que vamos en la dirección correcta. Por eso, como señala el profesor Sapelli, “un estancamiento en el indicador global, producto del envejecimiento de la población y de las mayores tasas de cobertura del sistema educativo, muestran nuevamente cómo la desigualdad por sí misma es un mal indicador de la situación social”. Ejemplificado de cómo funciona el análisis por cohortes, pasemos a ver la realidad, que según Sapelli nos muestra la distribución del ingreso en nuestro país. Más aún, utilizando la lógica de su modelo explicativo es posible pronosticar  que el Gini agregado a nivel país seguirá disminuyendo, porque las nuevas generaciones tienen un Gini mucho menor que las salientes.

El economista Claudio Sapelli, en Primera Pauta, explicó una investigación que realizó sobre el proceso de postulación a la educación superior y que muestra, como el cambio a la Prueba de Selección Universitaria (PSU) desde la Prueba de Aptitud Académica (PAA) generó mayor inequidad. “Finlandia tiene la distribución del ingreso idéntica a la chilena, la misma, antes de que sucedan los impuestos y antes de la transferencia monetaria es idéntica. ”, expresó Valenzuela, quien concluyó que “los que ganan más dinero de la sociedad, pagan muchos más recursos”. Según Claudio Sapelli, economista y académico UC, “la desigualdad en Chile ha ido cayendo, si uno compara las generaciones más viejas y las generaciones más jóvenes, hay un cambio importante”. Por último, debemos agregar a la ecuación el bien común y la convivencia social.

Estos resultados invitan al optimismo en materia de equidad en Chile y son absolutamente contrarios a la percepción generalizada existente al respecto en la población. En nuestros locales y en nuestra tienda virtual.No olvide aprovechar nuestras grandes promociones en este enlace de OfertasSíguenos en nuestras redes sociales Instagram, Facebook y Twitter.

Esto ocurre, por una parte, porque las grandes fortunas pueden pagar lo que Jeffrey Winters llama una “industria de la defensa de la riqueza”, cuya tarea es crear argumentos jurídicos y políticos que los defiendan de la amenaza redistributiva del Estado. Pero también, porque moviendo su patrimonio de una actividad a otra, o sacándolo del país, las grandes fortunas dan a conocer su opinión sobre lo que consideran bueno y malo en la política. Al hacer esta misma comparación con Sudáfrica, país ranqueado como uno de los más desiguales del mundo, Flores encuentra que el 1% chileno se queda con más riqueza que el 1% sudafricano. En esencia, los recursos que la CASEN “no ve”- y por lo tanto, lo que no toman en cuenta quienes la usan- son los ingresos derivados del capital y la propiedad, es decir, intereses, dividendos y rentas.

En el Hogar de Cristo hablamos de construir servicios que permitan avanzar en trayectorias de inclusión con participación, acuñando la frase de «nada sobre nosotros, sin nosotros». En conversación con Quién Lo Diría, el destacado economista afirmó que “habíamos puesto a la pobreza en segundo orden de la agenda social porque estábamos en buen camino, por consecuencia de esto vamos a volver a atrás en la agenda, es inevitable”. Según Yunus, el problema está en que la semilla no fue plantada en tierra abierta sino en un macetero, donde no tuvo el espacio suficiente para crecer libremente y echar raíces profundas. De acuerdo al Nobel de la Paz, los pobres son como los árboles bonsái, porque aunque pueden ser más inteligentes, más creativos, innovadores y emprendedores que cualquiera de nosotros, crecieron en un macetero que nos les dio las oportunidades para progresar y avanzar sin restricciones. Sin duda, un gran estudio para leer, sobre todo para aquellos “poetas de la cuestión social” que tanto hablan de ayudar a los más pobres, pero que con sus ideas, al final del día, sólo los perjudican. “Me gustaría que el día que hablemos de cuánto creció el PIB se informe también exactamente a dónde fue ese crecimiento.

Allí sostiene que aún es posible mejorar en el país los indicadores de equidad económico-social, acrecentando la calidad y cobertura de la educación. Pero subraya que el énfasis hay que ponerlo en el nivel de educación pre-escolar y escolar, de modo de aumentar los retornos a la educación y asegurar la posibilidad de acceso exitoso a la educación terciaria. Con esto, se inscribe en una exclusiva lista de especialistas en historia de Chile y como un pionero de la interpretación de la marcha de la desigualdad en el país en el largo plazo. Pese al problema de la inequidad, reconoce que las generaciones más jóvenes en términos de ingresos, tienen una desigualdad menor que la vivida por sus padres, principalmente por el número de años de educación recibida.

claudio sapelli desigualdad

Flores argumenta que medir la desigualdad con la CASEN era correcto hace unos 20 años. (La metodología que usa Flores, conocida como “Cuentas Nacionales Distributivas”, fue propuesta en una investigación de 2008 de Thomas Piketty, Emmanuel de la desigualdad social Saez, Gabriel Zucman). Pero subraya que el énfasis hay que ponerlo en la educación pre-escolar y escolar, de modo de aumentar los retornos a la educación y asegurar la posibilidad de acceso exitoso a la educación terciaria.

De acuerdo a los datos de ella, la desigualdad en Chile ha seguido disminuyendo. «Acá hay dos Chiles diferentes. Uno pobre, en que el analfabetismo y la desnutrición eran comunes, y otro de clase media que aspira a más, como el actual», indica. A su juicio, es esta marcada diferencia entre los nacidos antes y después de los ’60 la que termina impactando negativamente en el índice international de desigualdad en Chile. El estudio economico sobre la desigualdad en Chile mas serio y robusto que he leido. Un infaltable para poder conversar respaldado por datos, no relatos ideologicos.

Esta visión de que el resto no está bien “es una realidad que reciben de los medios o de los líderes de opinión. Ellos tienen la sensación de que la sociedad está mal cuando ellos están bien”. En este sentido, aclaró que “el error de diagnóstico alimenta la sensación de malestar”. Sapelli explicó que se produce una “cosa curiosa” que dejó en evidencia un libro del CEP sobre el “malestar”, el que señala que cuando se le pregunta a una persona por su bienestar private, la gente dice que está bien; sin embargo, “cuando hablan de los otros, dicen están mal”.

La movilidad intrageneracional mide -para la población clasificada por deciles de ingresos- la relación existente entre el nivel relativo de los ingresos de esas personas en un período inicial y aquél, por ejemplo, cinco años después. De acuerdo a cálculos presentados por Sapelli, entre 1996 y 2001, el índice en Chile medido por el método de Bartholomew fue de 1,92, comparado con 1,sixty seven y 1,76 para Estados Unidos y Alemania, respectivamente. O sea, Chile tiene un alto nivel de movilidad intrageneracional, mayor incluso que el de Estados Unidos y Alemania. Desde luego, explica la evolución histórica del coeficiente Gini agregado a nivel país, incluyendo que entre 2000 y 2013 se redujo significativamente de 0,fifty eight a 0,50. Sapelli aplica una interesante técnica -análisis de cohortes (generaciones)- a una diversidad de datos históricos y logra, por ejemplo, determinar la distribución del ingreso para cada una de las generaciones, medida por el coeficiente Gini, en el año de la base de los datos de que dispone. Un segundo mérito del libro es que el autor propone una evolución de la distribución del ingreso en Chile para un periodo de más de un siglo, cubriendo desde 1850 y hasta 2009.