Derechos Humanos Y Pobreza

Una de las características de la pobreza y la exclusión social es la dificultad de las personas que viven en ese mundo de demandar de manera colectiva sus derechos. Las personas en situación de calle, por ejemplo, no se organizan, no marchan, no votan, mayoritariamente. Nunca lo fue y nunca lo ha sido, a menos que exploten situaciones conmovedoras a nivel nacional y el país tenga un momento de lucidez transitoria”. Conversamos con Paula Pacheco, Especialista en Políticas Sociales de UNICEF, sobre los principales resultados del estudio y las recomendaciones que emanan de la investigación. Explica que para niños, niñas y adolescentes vivir en contextos de pobreza y vulnerabilidad les impide el acceso oportuno a prestaciones universales, lo que limita fuertemente su trayectoria de vida y su vida adulta.

El beneficio anunciado por el Gobierno busca aliviar la carga económica en los hogares, que significará el descongelamiento de las tarifas, y estará vigente hasta 2026. Brasil, por su parte, fue el único país donde los niveles de pobreza se redujeron y pasaron de 19,2% a 16,3%. De acuerdo a la Cepal, la pobreza alcanzó un 10,7% de la población en Chile durante 2019. Las ayudas del Estado durante la pandemia habrían sido clave para que esta tasa subiera levemente, situándose en 10,9% durante 2020. En su mensaje con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos, la Alta Comisionada señaló que vivir libres de carencias es un derecho y no simplemente “un motivo de compasión”. Lo reemplazará Liliana Cortés, que ha dirigido durante una década la fundación Súmate –que pertenece al Hogar de Cristo–, enfocada principalmente en la exclusión educativa.

Las personas pobres disfrutan de muchos menos de estos derechos que las personas que no lo son. La pobreza propicia la privación sistemática y grave de los derechos humanos y, a la vez, la falta de derechos hace mucho más difícil mejorar los ingresos que uno obtiene y salir de la pobreza, con lo que se crea un círculo vicioso. Como consecuencia de esta nueva realidad, la estructura social del mundo se verá gravemente afectada.

derechos que vulnera la pobreza

La pobreza infantil se comprende como una situación en la que niños y niñas sufren alguna privación de los recursos necesarios para sobrevivir, desarrollarse y prosperar, lo que les impide disfrutar de sus derechos, alcanzar su pleno potencial o participar como miembros plenos y en pie de igualdad en la sociedad. Los niños y niñas que viven en pobreza están privados de un nivel adecuado de nutrición, instalaciones de abastecimiento de agua y saneamiento, acceso a servicios básicos de atención en salud, alojamiento o educación, condiciones que otorgan un carácter multidimensional a la pobreza infantil. Vivir en pobreza no solo significa que los niños, niñas y adolescentes no puedan disfrutar de sus derechos, sino que también representa una desventaja para desarrollarse plenamente y afectar sus logros en el mediano y largo plazo.

Frente a este escenario, es urgente que Chile cuente con un Sistema de Protección Integral de la Niñez, que garantice que todos los niños, niñas y adolescentes que viven en el país cuenten con una vida digna y un mínimo bienestar que permita el adecuado ejercicio de derechos y desarrollo de sus potencialidades. Por otra parte, cristaliza las debilidades que presenta el Sistema de Protección Integral de la Niñez especialmente para proteger a las poblaciones más weak definicion de organizaciones sociales como son aquellos que están en situación de pobreza, situación de migración, con discapacidad, perteneciente a pueblos indígenas, bajo protección del Estado, entre otros. Debido a su mayor vulnerabilidad y las desventajas que enfrentan estas poblaciones, requieren de políticas reforzadas que aseguren su debida protección y el acceso en igualdad de condiciones a las oportunidades de desarrollo y al ejercicio pleno de sus derechos.

Había resaltado la vulnerabilidad extrema y los atentados contra la dignidad humana que acompañan a la pobreza. El secretario basic identificó perentoriamente los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo como elementos indispensables de un mundo en el que las personas puedan vivir en mayor libertad. Dado que una de cada siete personas en el mundo pasa hambre, esa libertad depende de que se acometa la pobreza como uno de los retos más espinosos para los derechos humanos de nuestra época. Desde el enfoque de derechos, se requiere de políticas reforzadas para poblaciones más vulnerables de manera que puedan acceder en igualdad de condiciones a las oportunidades de desarrollo, como la niñez en situación migratoria, en situación de discapacidad, o pertenecientes a pueblos indígenas. La pobreza representa una grave vulneración de derechos, pero los niños, niñas y adolescentes no están “condenados” a ello. Es rol del Estado protegerlos y garantizar que todos y todas cuenten con las condiciones de bienestar que le permitan un adecuado ejercicio de sus derechos, de manera que puedan tener una vida digna para desarrollar sus potencialidades.

Este retroceso es aún mayor en el caso de la pobreza extrema, pues se debe retroceder 20 años, hasta 2000, para encontrar una tasa similar (12,4%). La Cepal reveló que la pandemia generó 22 millones de nuevos pobres en América Latina, alcanzando una tasa de 33,7%. El informe “Panorama Social de América Latina 2020” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) arrojó que Chile es el segundo país de la región donde menos aumentó la pobreza en 2020 a raíz de la disaster sanitaria. “Luchar contra la pobreza es un deber que obliga a los gobernantes tanto como el deber de garantizar que todas las personas puedan expresarse libremente, elegir a sus líderes y practicar sus credos como quiera que sus conciencias les dicten”, puntualizó Arbour. Ni de lejos se soñaba, como ahora, cube, con la posibilidad de trabajar por la inclusión social de las personas, las garantías de sus derechos.

Este compromiso, esta obligación, es la que el Estado de Chile asumió al ratificar la Convención sobre Derechos del Niño (CDN) hace más de 30 años. La pobreza es una de las principales causas de la exclusión social y de la vulneración de los derechos humanos. Muchas personas que viven en situación de pobreza no tienen acceso a una vivienda adecuada ni a servicios básicos como el agua y la electricidad. Los países con sistemas integrados de Protección Social sensibles a la niñez han demostrado ser los más efectivos para abordar las brechas en el ejercicio de sus derechos. La Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos postula “el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. Los derechos fundamentales de los seres humanos son políticos, jurídicos, económicos, sociales, intelectuales.

En este artículo, exploraremos los diferentes derechos humanos que se ven afectados y violados por la pobreza, desde el acceso a la educación y la atención médica hasta la seguridad alimentaria y la vivienda adecuada. Dentro de los elementos claves destacan como primera prioridad, contar con una familia que los cuide y proteja, con condiciones de vivienda adecuadas, una escuela donde asistir, salud y nutrición, juego y recreación, entre otras áreas. Dentro de cada una de estas áreas que constituyen el buen vivir, los niños y niñas describen con detalle que lo define causas de desigualdad social, identificando los elementos específicos que podrían ser incorporados en una medición de pobreza infantil.

“Menos aún sobre la opción que tenemos hoy encima de la mesa de tener derechos constitucionales consagrados. Un Estado social y democrático de derecho que esperamos que se consagre en la nueva Constitución que está siendo nuevamente discutida”, analiza el psicólogo. No asume ningún nuevo cargo en otro lugar, sino que quiere dedicarle tiempo a otras cosas –“que de repente son muy distintas, como un taller de cocina”– y seguir siempre vinculado a estos temas, pero desde otro espacio. Estamos, por ejemplo, con un grupo de compañeros y amigos, con los que nos hemos desarrollado juntos, armando el Instituto Iberoamericano de Reducción de Daños, que vamos a lanzar en 2024. Además, la pobreza puede impedir el acceso a la educación, lo que a su vez puede limitar las oportunidades laborales y perpetuar el ciclo de la pobreza. Frente a lo memoriales de víctimas de feminicidio que están ubicados en la Plaza González Arratia, integrantes del colectivo señalaron que las madres de víctimas de feminicidio decidieron llevar un conteo de los casos de muertes violentas de mujeres, lo que les llevó a detectar que no todos los casos son tipificados como feminicidio u homicidio doloso.

En total, la cantidad de personas en situación de pobreza aumentó a 209 millones, entre las cuales seventy eight millones corresponden a situación de pobreza extrema. “Como en todos los temas de derechos humanos, y por eso es importante colocar a la pobreza en ese marco, la responsabilidad primordial recae en los gobiernos. Esto no quiere decir que la sociedad civil no deba preocuparse en ayudar a los pobres”, aclaró Arbour.

“Dada a su mayor vulnerabilidad y las desventajas que enfrentan estas poblaciones, requieren de políticas reforzadas que aseguren su debida protección y el acceso en igualdad de condiciones a las oportunidades de desarrollo y al ejercicio pleno de sus derechos”. La pobreza representa una grave vulneración de derechos de los niños, niñas y adolescentes. Desde el enfoque de derechos, el Estado tiene la obligación de garantizar la protección integral de la niñez y adolescencia, debiendo asegurar que todos los niños, niñas y sus familias cuenten con las condiciones de bienestar que le permitan un adecuado ejercicio de sus derechos, de manera que puedan tener una vida digna y desarrollar sus potencialidades.

Todos los derechos humanos -el derecho a expresarse, a votar, pero también el derecho a los alimentos, a trabajar, a la atención sanitaria y a la vivienda- son importantes para los pobres, porque la pobreza extrema y la exclusión se entremezclan con la discriminación, el acceso desigual a los recursos y a las oportunidades, y la estigmatización social y cultural. La negación de los derechos dificulta la participación de los pobres en el mercado de trabajo y su acceso a los servicios y a los recursos básicos. En muchas sociedades, les impide disfrutar de su derecho a la educación, a la sanidad y a la vivienda, sencillamente porque no se pueden permitir pagarlas. Esto, a su vez, dificulta su participación en la vida pública y limita su capacidad para influir en las políticas que les afectan y para buscar un resarcimiento contra la injusticia. Para Egenau, “la pobreza debe entenderse como una vulneración a los derechos humanos, definitivamente”. Y ante esta realidad, el Hogar de Cristo tiene entre sus responsabilidades “denunciar, visibilizar y proponer”, porque “queremos que el país cambie”.