La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) realizada en plena pandemia (octubre 2020 a febrero 2021) revela que la pobreza asociada a ingresos de los hogares subió de 8,6% de la población en 2017 a 10,8% en 2020. Esto significa que hoy 2,1 millones de personas están en situación de pobreza por ingresos, indicador que suma aquellos generados o recibidos por los hogares (como sueldos, pensiones, arriendos, entre otros) con los subsidios estatales. De ellos, poco más 831 mil están en condición de pobreza extrema, lo que en porcentaje significa que ese indicador empeoró desde 2,3% de los hogares en Chile a four,3% en igual periodo.
Esto es fruto del ingenio y la determinación de las personas en un momento de disaster. Pero las vacunas por sí solas no pueden resolver la pandemia, o curar el daño que ha causado”. “La Covid-19 se ha cebado en las fisuras y fragilidades de nuestras sociedades, exponiendo todos nuestros fracasos a la hora de invertir en la construcción de sociedades justas y equitativas. Ha mostrado la debilidad de sistemas que no han logrado dar centralidad a la defensa de los derechos humanos”, dijo. Y finalmente, ¿hay hogares donde hombres y mujeres trabajen por igual en las labores del hogar, o incluso, hogares donde un papá destine más tiempo que una mamá al cuido de sus hijos e hijas?
“Sirven para mostrar lo heterogéneo que es Chile, que a pesar de que tenemos muchos discursos de un Estado capaz y potente, aún existen diferencias nacionales territoriales que tienen que ver con categorías como ser mujer e indígena en el acceso a la salud y eso tiene una fuerte implicancia en política pública. Entonces, esta investigación sirve para promocionar y para impulsar políticas que sean más pertinentes tanto territorialmente como para categorías de grupos específicos”, cerró la invitada. Tratamos de darle un poco la vuelta a cómo repensar los marcos teóricos, cómo darle vuelta a la metodología y cómo también un poco motivar a los estudiantes en ir un poco más allá de los simples datos y de los simples promedios que generalmente estamos mirando”. Si bien el comercio internacional se ha contraído en 2020 a nivel mundial, lo ha hecho de forma más severa en América Latina. De hecho, desaparecerá el 20,7% de las microempresas y solo el 0,6% de las grandes empresas.
La pandemia del COVID-19 ha significado no solamente una emergencia sanitaria global y una grave disaster económica, sino que también ha tenido un costo psicológico desmesurado. Diversos estudios han mostrado evidencia sobre el aumento en la prevalencia desigualdad en las clases sociales de síntomas de depresión, ansiedad, estrés y estrés post-traumático en diversos países desde los primeros meses de la pandemia. También se ha observado que algunos grupos de la población han sido más vulnerables a los efectos de la pandemia.
La gran mayoría son empresas dedicadas al comercio, a servicios comunitarios, sociales y personales, y hoteles y restaurantes. La pandemia habrá ocasionado el cierre del 2,7 millones de empresas latinoamericanas, es decir el 19% del whole de las empresas. Pero las medidas de distanciamiento social y las limitaciones a la movilidad han afectado de forma desigual a las actividades económicas.
En México, más de 15 millones de personas perdieron el acceso a la cobertura de salud en los dos años previos a la pandemia debido a ineficiencias burocráticas en la política de salud del gobierno. La desigualdad económica no es más que la consecuencia directa de una gran “policrisis”, compuesta por factores económicos, sociales pero también climático-ambientales. “La desigualdad extrema ha crecido junto con la riqueza extrema”, explica Francesco Petrelli a Radio Vaticano – Vatican News.
Son personas que se ganan la vida día a día, sin contratos ni derechos laborales; por esto, han estado, además, más expuestas al coronavirus. La pandemia de covid-19 se ha saldado con una caída del eight,1% del PIB en América Latina, superando el impacto de la crisis en la Unión Europea y de otras economías emergentes. No obstante, las economías latinoamericanas ya mostraban importantes debilidades antes del inicio de la emergencia sanitaria. Es decir, la pandemia ha recrudecido desigualdad globalizacion los problemas productivos y sociales de América Latina, como la perversa especialización comercial de la región, la debilidad del tejido productivo y del mercado de trabajo, y los problemas sociales. El estudio, que se realiza por segundo año consecutivo, entrevistó a 1.451 personas de las siete principales capitales regionales del país, divididas en tres estratos (bajo, medio y alto), entregando pistas de la percepción que los chilenos tienen en materias sociales y económicas.
Todo lo anterior en medio a una pandemia, que finalmente agudiza las situaciones de precariedad y castiga a las familias más vulnerables. La diferencia está en cómo cada uno – rico o pobre- puede hacer frente a la Covid-19. Desde nuestra vereda como organización social, en el caso de Simón de Cirene, nos hemos comprometido con la reducción de las desigualdades. La tasa de desocupación informada, para septiembre-noviembre de 2020, es de un 10,8% según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Estos productos periodísticos se encuentran mayoritariamente en las secciones generales y tradicionales de los medios de comunicación (77,3%), destacando en esta dinámica abc.es (92,6%), elmundo.es (85,7%) y lavanguardia.com (95,3%).
Hoy en día todas las comunidades mapuche se relacionan con la ciudad, al menos en la provincia de Cautín, porque tienen que ir a comprar a la ferretería o alimentos, también ir a buscar los remedios para enfermedades crónicas o ir a cobrar una pensión, lo que es un determinante social. En ese contexto, China sigue aumentando su inversión en Latinoamérica, de hecho creció 18% en el 2018 y hasta el momento países como Panamá, Chile, Brasil se han relacionado en forma pragmática por intereses comerciales, pero el gran desafío para Latinoamérica es crear un marco de relación más allá del marco comercial, sino geopolítico. Tras unos años en los que el índice de Gini había bajado de 0,fifty three a 0,forty six entre 2001 y 2019, la pandemia ha ocasionados enormes costes sociales muy desigualmente distribuidos. Este incremento de la desigualdad ha reavivado las protestas sociales en la región, generalizando las ya manifestadas durante la segunda mitad de 2019 en Chile, Ecuador y Colombia. Las remesas de los trabajadores latinoamericanos desde fuera de la región se redujeron un 19,3% en 2020 según el Banco Mundial.
La subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia, sostuvo que la disaster afectó “sustantivamente ingresos de hogares y fue contenida, no revertida, por transferencias fiscales”. Destacó que el aumento de los subsidios que reciben las familias permitió contener los efectos de la caída de los ingresos de trabajo. Detalló que los subsidios aumentaron promedio por hogar de $34 mil a poco más de $53 mil en la pandemia, pero para los hogares pertenecientes al 40% más weak el cambio fue más sustantivo, pasando de $58 mil promedio por hogar a $92 mil, e incluso superando los $100 mil para el primer quintil. “Si no afrontan con audacia la necesidad de gravar más y mejor —como es su obligación en materia de derechos humanos—, los países de América Latina seguirán viéndose arrastrados por un malestar de desigualdad socioeconómica que favorecerá a una élite rica mientras perjudica a la sociedad en su conjunto”, ha afirmado Kate Donald. “Nacer con cierto shade de piel o crecer en determinado barrio no debe determinar las posibilidades que una persona tiene de morir a causa de enfermedades infecciosas como la COVID-19.
El organismo prevé que esta disaster pueda revertir los avances de las últimas décadas relacionados a la reducción de la pobreza a nivel mundial. Específicamente, el número complete de personas en situación de pobreza podría haber aumentado entre 200 y 500 millones durante 2020. El académico también considera que lo que ocurre con la pandemia y sus efectos consiste en una oportunidad para rearticular las demandas sociales que comenzaron a desplegarse en octubre de 2019. Debemos no solo apropiarnos rápidamente de los medios digitales, sino también hacerlo de forma crítica, sin dejar de pensar en cómo éstos pueden contribuir al fortalecimiento del tejido social democrático”, relevó Saravia. En temas de género, las cifras respecto al desempleo se agudizaron porque las mujeres disminuyeron su participación laboral a sólo un forty seven,3%, su nivel más bajo en 10 años en nuestro país, según datos del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.
Las percepciones respecto de la disaster migratoria también fueron objeto de consulta. De todos los encuestados, la mitad aseguró que la población extranjera ha producido efectos negativos o muy negativos en el país, creencia que en los más vulnerables llega al 63%. Consultados por el problema a futuro, el índice se profundiza aún más, pues el 60% de ellos cree que el fenómeno acrecentará aún más la pobreza en el país. Durante la pandemia los gobiernos invirtieron sixteen mil millones de dólares para evitar un desplome completo de la economía. Fue en los países más ricos (Estados Unidos, la mayoría de estados de la Unión Europea, Canadá) donde ese esfuerzo fue más consecuente. Los autores han dedicado recientemente parte significativa de su tiempo a investigar el efecto de la pandemia actual en la población.
Quizá esto suena utópico, sin embargo, en aquellos lugares en donde el Estado y el sistema capitalista han resuelto no poner atención, o peor aún, ponerla únicamente para despojar y violentar, la alternativa natural ha sido resolver los problemas colectivos a partir de la autogestión y la organización comunitaria. Es en esas regiones y pueblos, con procesos sociales autogestivos potentes, en donde tenemos la oportunidad de aprender distintas maneras de relacionarnos con la naturaleza visualizándonos como parte de ella, mirar resistencias frente al sistema capitalista y conocer formas de desarrollo integral comunitario. Nuestro análisis muestra patentemente las inmensas desigualdades en mortalidad, sin embargo, en el diseño actual del sistema de seguridad social se considera a Chile como una estructura monolítica, ignorando la existencia de esta heterogeneidad. Una interesante discusión internacional comenta sobre la necesidad de dar cuenta de estas diferencias a la hora de fijar criterios como edad de jubilación; el no hacerlo compromete la progresividad, justicia actuarial y sostenibilidad del sistema [9,10].
Así, en elpais.com es habitual que el tema se traslade a los suplementos o secciones especiales (30,1%) y los casos de elconfidencial.com y eldiario.es, a los blogs (12,7% y 17,5%, respectivamente). Gráfico 4 Presencia de los términos desigualdad y coronavirus/COVID-19 en la titulación. Para medir el acuerdo entre codificadores, se recurrió al índice Alpha de Krippendorff, aplicable en procesos de codificación realizados por dos o más observadores; y en variables con diferente número de categorías, al tener en cuenta el acuerdo por azar, y con diferentes escalas de medición (Krippendorff, 2004). De esta manera, en todas las variables los niveles de acuerdo entre codificadores se mantienen en valores superiores a 0.eighty five, garantizando, por tanto, la fiabilidad del análisis. Asimismo, su elección se fundamenta en la presencia de líneas ideológicas diversas que abarcan perfiles socialdemócratas, liberales y conservadores en el contexto español.