Durante la mayor parte de este siglo, fueron dominantes las cooperativas agrarias, de servicios públicos y de consumo (Acosta, et al., 2013). En cambio, las de trabajo contaron con un desarrollo más lento (Vuotto, 2011). Recién a partir de 1990 se expandieron significativamente en el marco de crecientes niveles de desempleo y precarización (Montes, & Ressel, 2003). Taller de formulación de proyectos sociales es un curso de la Escuela para el liderazgo social (ELS).
Estos reductores de variedad necesitan el apoyo de la autoridad para que se apliquen en las organizaciones sociales. La autoridad es un fenómeno natural cuyo origen se encuentra en la necesidad de mantener el orden dentro del sistema social. Si la división del trabajo o especialización tiene como consecuencia el aumento de la diferenciación y de la diversidad dentro del organismo, es necesario entonces que también haya una fuerza en sentido contrario, capaz de lograr la regulación y el control de la variedad, para que la organización se mantenga bajo management. Profesionales de las ciencias sociales, psicólogos, trabajadores sociales, ingenieros y técnicos en administración de recursos humanos.
Este espacio de interacción digital está incluido en la plataforma educativa Ucampus, que es donde las y los participantes encontrarán todas las herramientas y los materiales para la construcción de su aprendizaje. En el último tiempo las organizaciones sociales de nuestro país, y del mundo entero, han visualizado la importancia de estar fortalecidas en su funcionamiento interno. Por ejemplo, en el caso de Chile, ha cobrado gran relevancia que sea posible hacer frente a los cambios del entorno, ya sea por los movimientos sociales, el estallido social, o bien, frente a la crisis sanitaria, económica y laboral que ha provocado la pandemia del COVID-19. Se trabajarán los aspectos básicos respecto organizaciones sociales, las cuales representan un espacio de participación de la comunidad.
El Diplomado está dirigido a personas que cuenten con un Titulo profesional o Grado académico, otorgado por una institución de educación superior nacional o extranjera. Este requisito se podrá obviar en la medida en que el postulante sea capaz de demostrar una trayectoria laboral
respecto de su participación en los actuales procesos de construcción social. Estos patrones de la conflictividad de trabajo en la cooperativa permiten clases sociales y desigualdad ensayar análisis sobre el devenir del cooperativismo “incubado” y enmarcado en la acción político-territorial de organizaciones sociales.
Obrero sanantonino, Milko ha desempeñado su vida laboral en distintos ámbitos, destacando la pesca artesanal, la actividad portuaria, la construcción y labores de asesorías técnicas para distintas instancias de investigación pesquera, generando un fuerte arraigo con los pescadores de la Boca del Río Maipo. Bajo la protección de la Constitución de 1980 y del Tribunal Constitucional, fue finalmente promulgada en 1995 la Ley 19.418, que reprodujo la fragmentación y no entregó más poder a las organizaciones comunitarias que el de ser ayudantes del Estado. Esta desaparición de las organizaciones comunitarias del mapa del poder se reprodujo también en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, en la ley Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración Regional, en la Ley General de Urbanismo y Construcción, y en la Ley de Participación Ciudadana en la Gestión Pública, entre otros cuerpos legales. 1La noción de lo ch’ixi es una imagen-metáfora aymara que refiere a una mancha de gris jaspeado y que podemos traducir como chimuchina (en las zonas rurales del norte y zona central de Chile) o xampurrea (hacia el sur del país) para nombrar al abigarramiento y yuxtaposición agonista de culturas que se despliegan en formas autónomas de acción y significación propias de la persona colonizada. Esta forma de identificación táctica (Rivera, 2014) se vincula aquí con la memoria larga de los pueblos mapuche -la noción del futalmapu12- que piensa la fragmentación y la heterogeneidad social como parte de la riqueza disponible en el espacio y que nutre la generación de alianzas más amplias para contener los espacios comunes cada vez más anchos.
Otra participante del curso fue Belén Peralta, directora ejecutiva de Fundación Itaca — organización que se enfoca en la reinserción social —, quien señaló que “la experiencia fue muy buena y estamos agradecidos de haber podido participar. A las organizaciones más pequeñas siempre nos cuesta acceder a herramientas para diseñar bien los programas, así como tener estrategias para medir y evaluar desempleo y pobreza durante el proceso. Por eso, contar con conocimientos como los abordados durante las clases es un piso muy necesario para poder mejorar”. Sin embargo, esto no implica adscribir a una visión acrítica o romántica de las organizaciones sociales. Cuando a principios de 2018 se anunció el cierre del programa, no se registraron acciones relevantes de aquellas a favor de mantener las cooperativas.
Ante la institucionalización de las fábricas tomadas y el despojo de las economías campesinas étnicas por parte de la expansión de los monocultivos transgénicos, la autora resalta un clima de tensión política atravesado por “contradicciones discursivas” por cuanto las organizaciones sociales consignan la auto-organización a la vez que demandan orden institucional. Advierte una explosión de conflictos socio ambientales y de asambleas populares que se orientan en la conformación de una “red de territorios” cuyo potencial está asociado a horizontes políticos radicales que se prolongan desde coyunturas críticas específicas hasta dinámicas de largo aliento. Una afirmación recurrente sostenida en los ámbitos del cooperativismo -si bien con sus matices, a nivel global- es que éste debe evitar la pérdida de su autonomía desentendiéndose de “la política”, entendida como aquella ejercida desde los aparatos estatales. Sin embargo, esta investigación da cuenta de que el Estado puede ser una vía potente de generación de asociativismo en los territorios.
En este sentido, ante la “crisis de la forma-Estado” estamos hoy viviendo un nuevo y potente despliegue de la “política de los comunes” (Federici, 2018, p.110). No obstante, también se advierte del peligro de que los “comunes” sean cooptados como formas de producción de bajo costo para el circuito especulativo del capital. Y en efecto, hasta los estudios clásicos de Elinor Ostrom sobre lo común han sido celebrados por el neoliberalismo (Caffentzis, & Federici, [2013]2015, p. 54). Esta idea de lo ch’ixi1 nos conduce a comprender retóricas, imaginarios y prácticas de potencial common, y “nos permite vivir al mismo tiempo adentro y afuera de la máquina capitalista, utilizar y al mismo tiempo demoler la razón instrumental que ha nacido de sus entrañas” (Rivera, 2015, p. 207). Así, esta cultura política ch’ixi ha adoptado, incorporado y subvertido las violencias impuestas en los sucesivos horizontes coloniales y republicanos hasta nuestro presente asediado por la globalización, el multiculturalismo neoliberal y el imaginario dominante del desarrollo. Praxis descolonizadora que elabora las contradicciones culturales como una ventaja y desde dentro de cada subjetividad particular person, pues el colonialismo interno no sólo implica la reactualización de las estructuras coloniales en el presente, sino también opera como un activo incorporado en el habitus de las personas.
El objetivo del artículo es indagar la conflictividad a la que dieron lugar estas cooperativas, en especial, las interacciones contenciosas entre cooperativas, organizaciones y Estado. Así, el artículo contribuye al análisis de las potencialidades de la incubación estatal de cooperativas. La metodología es cualitativa, se efectuó un estudio de caso principalmente mediante entrevistas semi-estructuradas y observaciones. Se describen dos conflictos; el primero, en torno a la definición de la actividad productiva y, el segundo, respecto al propósito la producción. Mientras que en el primero el Estado native se constituye en el principal adversario, en el segundo, la inserción de la cooperativa en una organización social genera oposiciones entre las trabajadoras respecto al propósito de la producción. Se adicionó la observación participante, ya que ésta permite acceder a un fragmento de la realidad social que excede lo expresado por las personas entrevistadas.
Esto no puede ser desconocido por casos de corrupción que, claramente, es necesario investigar y sancionar”. En una sociedad organizada por el capital, sin darnos cuenta, la mayor parte de lo que hacemos está dirigido, no a reproducir nuestras vidas (sentirnos felices, realizados, tener buenas relaciones), sino a la ampliación del propio capital. Como decía Jesús, uno no puede servir a dos señores y en la sociedad precise servimos más al capital. Lo que ocurre es que se nos esconde la dimensión comunitaria, como un mago esconde un conejo.
De hecho, durante la primera década y media de este siglo, múltiples Estados latinoamericanos impulsaron diversos procesos de democratización no sólo económica sino también política. Con las limitaciones apuntadas, este artículo señala que el programa generó espacios de cogestión. Ahora bien, cuando no llega a conformarse un colectivo consolidado que se oponga a la lógica de la acumulación de la organización social, ni tal lógica pone en peligro las remuneraciones de los cooperativistas, se evitan los conflictos que describe la funcionaria municipal. En el caso analizado, a raíz de estas tensiones, se desenvolvieron conflictos de carácter individual que desembocaron en las desvinculaciones voluntarias de cooperativistas y en su pase a otras unidades productivas del programa. La cooperativa constituye una forma social híbrida, en la cual el poder estatal es dominante en la dirección y supervisión del proceso productivo, y la autoadministración del colectivo laboral se obtiene, principalmente, gracias a la libre disponibilidad de los medios de producción. Esto genera un clivaje entre los/as funcionarios/as estatales y las cooperativistas, en el cual éstas últimas se encuentran subordinadas a los/as primeros/as.
Agregar también que el diseño del proyecto me permite realizar una matriz de marco lógico y con esto profundizar en los contenidos vistos en clases”. Pienso en las comunidades indígenas que tienen instituciones comunitarias de larga data y una enorme capacidad de gestionar sus propios problemas. Pienso en el movimiento vecinal en España, que tuve la oportunidad de estudiar, y que ha sido decisivo para la forma en que se construyen las ciudades y barrios.
Finalmente, consideramos necesario el despliegue de nuevas perspectivas sobre las transformaciones de la realidad social en aras de comprender los horizontes de deseo y el potencial práctico de gran parte de comunidades y organizaciones políticas autónomas, las cuales históricamente han sido protagonistas de canalizar el devenir social hacia senderos que van más allá -y a veces en contra- del estado y de la amenaza del capital. Sin embargo, desde otro frente teórico, esta heterogeneidad y fragmentación de la cultura política es relegada al mito de la comunidad bárbara, pre-política y espasmódica, constituyendo una amenaza para el ideal de transformación y refundación del estado cuyo protagonismo recae en un sujeto universal y racionalista. Es esta, implícita o explícitamente, la noción masculina y eurocéntrica de la polis que aparece en las propuestas de autores como Mayol (2012), Salazar (2012) y de Sousa (2015). La episteme alterna de estos colectivos, por el contrario, evidencia horizontes más profundos de transformación, que -sin perder de vista al estado ni al capital- le fija límites a las intervenciones y cercamientos neoliberales y no necesariamente aspirando a una refundación estatal ni demandar su paternalismo (Gutiérrez, 2017). Aquel “como que” manifiesta un ejemplo elocuente de un uso estratégico y ficcional de lo comunitario y lo público, como forma de extracción de plusvalía simbólica (Rivera, 2014, 2015). Esta disociación de las palabras con los actos -intrínseco a la thought de espacio público de anclaje eurocéntrico y androcéntrico (Rivera, [1997] 2010).